En el 146 natalicio del líder obrero (III)
Iván
Ljubetic Vargas, historiador del
Centro
de Extensión e Investigación
Luis
Emilio Recabarren, CEILER
I.- COMIENZA A FORJARSE EL REVOLUCIONARIO
Fue
en 1894 cuando Luis Emilio Recabarren se inició en la lucha social,
incorporándose al Partido Demócrata. Tenía 18 años de edad y –como escribió
Julieta Campusano- “sus inquietudes lo habían acercado hasta hombres que hablaban de cambios y de
trabajadores” (Campusano, Julieta: “Luis Emilio Recabarren ilumina nuestro
camino revolucionario”, revista Principios Nº 140, agosto-septiembre 1971,
pp.
100 y 101)
Dos años atrás se había iniciado lo que Orlando Millas llama período de conocimiento del marxismo en Chile. Hasta nuestra tierra llegaron los ecos del Manifiesto del Partido Comunista escrito por Karl Marx y Friedrich Engels en 1848. Por ese tiempo era frecuente que se mencionara a Marx y se citaran párrafos del Manifiesto.
Pero
esto lo ignoraba el joven Luis Emilio. Este leía y se imbuía de literatura
anarquista, teniendo además una poderosa raíz religiosa. Su existencia era
difícil. Además de ser explotado en la imprenta donde laboraba, trabajando
largas jornadas y recibiendo una miserable paga, le complicaba un noviazgo que
tenía con su prima Guadalupe del Canto. Por ello, no pudo activar en la colectividad política
hasta después de casarse el 28 de febrero de 1895.
Luis
Emilio va madurando políticamente. En la edición del 15 de marzo de 1898, el periódico
El
22 de enero de 1899,apareció el primer número del semanario
Este
escribió variados artículos. En uno, aparecido en la edición del 7 de abril de
1901,expresó: “La prensa obrera, tiene
por misión sagrada, contribuir a la ilustración
y
difundir la cultura en las costumbres de los pueblos”.
Este concepto de la prensa obrera como un importante medio para educar a los trabajadores, fue uno de los pilares fundamentales del recabarrenismo.
II.-
En
1903 tuvo lugar en Valparaíso
Recabarren
recordó ese episodio 18 años después, en un discurso pronunciado
en
El
22 de septiembre de 1903, Recabarren se embarcó rumbo a Tocopilla. El 18 de
octubre aparecía el primer número de El
Trabajo, órgano de
Pronto, además de dirigir y escribir el periódico, Recabarren fue elegido dirigente de la organización sindical. El 15 de enero de 1904, junto a otros tres directores, sufrió la detención por la policía, siendo enviado a la cárcel, donde permanecieron hasta el 4 de febrero.
El
7 de marzo se montó un operativo policial contra la sede sindical. Intentaron
llevarse las maquinarias de la imprenta en una carreta. Gregorio Trincado llamó
a los obreros a defender sus bienes. Estos respondieron, se lanzaron sobre los
policías y les arrebataron las máquinas.
Cargó la policía. Se produjo una batalla campal, con puños, lumas,
piedras. También con fusiles, disparados por efectivos del Ejército. Quedaron
muertos tres obreros y seis soldados.
Los
dirigentes sindicales fueron encarcelados. El 10 de marzo quedaron libres luego
de pagar una fianza. Dos días después es apresado nuevamente Recabarren.
Permaneció siete meses en la cárcel. Los primeros cuarenta días bajo una severa
incomunicación. Levantada ésta, el dirigente sindical y periodista, se dedicó a
escribir numerosos artículos, que
publicó la prensa obrera.
Uno de estos apareció el 23 de julio de 1904 en El Proletario, de Tocopilla. En parte de éste decía: “No es una sola Mancomunal que hoy se encuentra en buen pie, son todas: de Iquique a Valdivia se ve inusitado movimiento obrero, un engrosar de filas, un entusiasmo que maravilla”.
III.-
PRIMER DIPUTADO OBRERO DE AMERICA LATINA
Recabarren,
consecuente internacionalista, publicó
en El Proletario, de Tocopilla, con fecha 18 de marzo de 1905, un artículo
rindiendo homenaje a los combatientes de
El
7 de octubre,
A
comienzos de 1906 se inició una huelga de los cargadores del puerto y de los
operarios de
El
6 de febrero de 1906 puerto y pampa
amanecieron paralizados. Al día
siguiente gran mitin en
El
4 de marzo, hubo elecciones parlamentarias. Los
trabajadores de la provincia utilizaron su voto como arma para protestar
contra la masacre. Convirtieron a Recabarren, candidato del Partido
Demócrata, como uno de los dos diputados por Antofagasta. Obtuvo 2.625
preferencias. Fue el primer obrero elegido
parlamentario en América Latina.
El
5 de junio juró ante
Poco
después un derrotado candidato radical de apellido
Espejo, presentó la acusación de que Recabarren había cometido fraude en las
elecciones. Eso jamás fue probado. Pero
Volvió
a vencer Recabarren. Pero
La reacción, intentando justificar esta antidemocrática maniobra, echó a correr el rumor, que se debió adoptar esa resolución porque Recabarren se había negado a jurar, lo que es absolutamente falso.
Es una de las tantas
falsedades que se repiten sobre Luis Emilio Recabarren. Al respecto, el padre del Movimiento Obrero chileno escribió
en 1910 un folleto titulado “Mi
Juramento”.
Allí explica que “para la
formación de esta obrita, me valgo de documentos oficiales y de publicaciones
hechas en aquella época por la prensa”.
Agrega : “Volví a Chile, a
fines de 1908, cumplí mi prisión (cuatro meses en la cárcel de Santiago y
cuatro en la de Los Andes) y a fines de
1909 recorrí el país entre Valparaíso y Osorno. En este viaje constaté el hecho
que alrededor de mi nombre y mis actos se había tejido una malla de mentiras
que en pocos casos pude destruir.
“Era creencia general –y lo
es aún- que en 1906, al incorporarme a
“Esto es falso, pues, yo juré en cumplimiento y conforme a la ley. Ahora yo no quiero que esta falsedad se mantenga en lugar de la verdad; por dos razones: primero porque daña la doctrina de la democracia, porque hace creer a las masas ignorantes que la democracia es antirreligiosa; segundo porque tengo un inmenso amor a la verdad, mejor diré un culto y no quiero que se explote y se especule con la mentira”.
Por esos días, el dirigente obrero recibió una
notificación de
En marzo
de ese año, junto con el compañero Julio César Muñoz, se embarcó hacia Europa.
En ese continente tuvo importantes encuentros con destacados revolucionarios.
Incluso, concurrió a una reunión del
Buró de
Aprovechó
bien su estada en Europa, leyó mucho, recopiló materiales, recogió mucha
experiencia.
Regresó a América. Su intención era quedarse en Argentina por un tiempo más, pero apenas desembarcó en Buenos Aires supo que su madre estaba muy enferma. Decidió regresar a Chile de inmediato, a pesar que sabía que podía caer en manos de la policía y cumplir la condena pendiente. Retornó a la patria en noviembre de 1908, pero llegó tarde: su madre ya había fallecido.
Resolvió
quedarse en el país. Se dedicó a dictar conferencias sobre sus experiencias en
el exilio. Exilio que para él fueron sus universidades.
A
la salida de una de esas charlas fue
detenido y enviado a prisión.
IV.- UNO DE LOS TRES PRIMEROS AUTORES MARXISTAS DE AMERICA LATINA
Hacia 1910 se inició en Chile el período de la aplicación del marxismo a la realidad chilena, de la aparición de obras marxistas en el propio país.
Recabarren es el primer autor marxista en nuestra patria y uno de los tres primeros en América Latina, junto al cubano Julio Antonio Mella (1903 – 1929) y el peruano José Carlos Mariátegui (1894 – 1930).
Recabarren
publicó en 1910 tres obras con carácter
marxista: “La huelga de Iquique en
diciembre de 1907.
Orlando Millas se refirió a estos tres trabajos de
Recabarren diciendo: “Yo creo que en estas primeras obras marxistas es evidente
que hay una serie de conceptos que no están suficientemente desarrollados, pero
lo notable es que hay otros que sí lo están, lo que no es poco decir. Para citar
un ejemplo: en ‘La huelga de Iquique’ el concepto de igualdad está tratado a la
luz de la lucha de clases, y hay allí una serie de reflexiones bastantes modernas”.
(Millas, Orlando: “El marxismo en Chile”, revista Araucaria de Chile Nº 15 –
1981, p. 70)
Por su parte Osvaldo Fernández, al analizar las obras de los tres primeros autores marxistas de América Latina, afirma: “Nos hallamos ante un discurso que se hace cargo de la idea antiimperialista latinoamericana, que se sirve del concepto de imperialismo de Lenin, que define a la clase obrera como su interlocutor privilegiado, que rompe con la ideología dominante, superando tanto el anarquismo como el liberalismo, y que instala una práctica social revolucionaria, donde el encuentro con la experiencia intenacional y el texto de Marx y Lenin se resuelve fecunda y creadoramente”.(Fernández, Osvaldo: Sobre los orígenes del marxismo en Chile”, revista Araucaria de Chile Nº 23 – 1983, pp. 53 y 54)
El
3 de septiembre de 1910, Recabarren dictó una conferencia en Rengo, con motivo
de cumplirse cien años del inicio del proceso de
(Recabarren,
Luis Emilio: “Ricos y pobres...”, pp. 96 y 97)
V.-
HACIA EL NACIMIENTO DEL PARTIDO COMUNISTA
A comienzos de 1911, Recabarren se estableció en Iquique. No fue casual la elección de ese puerto. Había estudiado cual era el lugar por donde iniciar a sembrar la roja semilla. Concluyó que en la fértil arena de Tarapacá. Allí estaba la materia prima , en bruto aún, para forjar los revolucionarios. Eran los trabajadores del norte, especialmente los pampinos, rudos e ignorante, la mayoría analfabetos, los combatientes por un mañana mejor. Tenían pasta de luchadores, eran aguerridos. Faltaba sólo educarlos.
Iquique
era por entonces el corazón palpitante de una región en que la industria
del nitrato alcanzaba un enorme auge.
Funcionaban 70 oficinas salitreras, que
por utilizar el sistema Shanks, requerían abundante mano de obra.
Trabajaban en ellas 48.500 obreros.
Había
que educarlos. Y a esa tarea se lanzó Recabarren, transformándose en el más
grande educador de masas de nuestra historia. Utilizó todos los medios a su
alcance, especialmente la prensa. Por eso, apenas llegó a Iquique participó en la fundación de El Grito
Popular, periódico que se definía
‘demócrata socialista, al servicio de
la clase proletaria’. Su lema era: “La liberación de los Trabajadores
debe ser obra de los trabajadores mismos”. Recabarren fue su director y redactor. Dejó de aparecer
en octubre de 1911 por carecer de apoyo económico.
Fue por entonces cuando el padre del movimiento obrero rompió con el Partido Demócrata, al cual se había incorporado en 1894.
Consciente
de la necesidad de un periódico en Iquique, se
dedicó a buscar los medios para crear una empresa editora. Hacia fines
de 1911 se presentó la oportunidad. Los propietarios peruanos de la imprenta
donde se imprimía
“La
persona que mostró comprensión para sus proyectos –relata Elías Lafertte- fue
un ecuatoriano, David Barnes,
propietario de un almacén y de una casa grande en Iquique. En esta casa
situada en Barros Arana 9, casi esquina Sotomayor, se instaló la imprenta, y en una de las
piezas vivía Recabarren con Teresa Flores, su compañera”.
(Lafertte, Elías: “Vida de un Comunista”. Austral, 1971, p. 76)
El
primer número de “El Despertar de los Trabajadores”, editado en Iquique,
apareció el 16 de enero de 1912. En su editorial, Recabarren, su director,
escribió:
“Desde el punto de vista social, la misión de este periódico será especialmente educativa, procurando elevar cuanto más sea posible el nivel de cultura del pueblo. Abarcará, por lo tanto, el estudio y la crítica de todo asunto de interés público y social. Informará, esencialmente, a los trabajadores de todas las acciones que realice la clase trabajadora en el mundo. Por lo demás, en su acción futura este periódico probará, al pueblo productor y laborioso, que su misión es servirlo”.
En la edición del 20 de mayo de 1912, Recabarren publicó un artículo titulado “Vamos al Socialismo”. Allí explicaba que se había planteado a nivel provincial cambiar el nombre al Partido Demócrata. Al respecto señalaba: “Aceptamos el cambio de nombre, y junto con eso, que nos separemos definitivamente del seno del Partido Demócrata”. Y convocaba a los obreros diciendo: “No, trabajadores del salitre, no apoyemos más esta funesta política. Alcemos bien nuestra frente y sin vacilaciones fundemos aquí el formidable pedestal del Partido Socialista de Chile”.
Las
condiciones para el surgimiento de un
partido revolucionario habían madurado. El planteamiento efectuado por
Recabarren en enero de 1908 no cayó en tierra estéril. Cuando se produjo la
masacre de
VI.-
Aún
no se había disuelto la mojadora camanchaca y el sol
no vencía en la cotidiana batalla. Desde diferentes lugares de Iquique
caminaban obreros, con paso lento unos, otros moviéndose con rapidez. Todos,
una treintena, iban entrando en la
casona donde funcionaba la imprenta de El Despertar de los
Trabajadores, ubicada en calle
Barros Arana N.º 9, casi esquina con Sotomayor.
En
el Acta de la histórica reunión fundacional, publicada por El Despertar de los
Trabajadores, se mencionan 27 nombres: Luis Emilio Recabarren, Enrique Salas,
Néstor Recabarren (hermanastro de Luis Emilio), Ruperto Gil, David Barnes
(ciudadano ecuatoriano), Nicolás Bretón (ciudadano español), Teresa Flores (la
única mujer fundadora del Partido, compañera de Luis Emilio), Vicente Olivos,
José Francisco García, Luis Figueroa, Ladislao Córdova, Juan Alvarez,
Elías Lafertte, José del Carmen Aliaga,
Carlos Alberto Martínez, Salvador Barra Woll, Miguel Carrasco, L. Zabala, J.
Faúndez, E. Jorquera, L. Vargas, E. Díaz, D.M. Agüero, R. Olivares, E.
Corbetto, Véliz y A. López.
En
el Acta,
después de entregar esta nómina, se agregaba: “y varios otros amigos”.
Investigaciones realizadas, nos permiten afirmar que esos “varios amigos” podrían
ser: Julio Arredondo, Gregorio Salinas, Emilio Alvarado, Facundo Castro, Ignacio
Salinas, Eleodoro Rodríguez y Vicente Gómez.
Sobre
los fundadores del Partido Comunista, Elías Lafertte relata: “pero nuestra
ideología, en aquella época, era muy incipiente. Creo que ninguno de nosotros
–salvo Recabarren- había leído a
Marx o Engels.
Los
libros de estos pensadores eran escasísimos. Indudablemente el hombre más
capacitado de todos los que formábamos en el movimiento era Recabarren, pero
entre Recabarren y nosotros había una enorme distancia en cuanto a preparación,
madurez política y formación ideológica. No éramos propiamente marxistas. El
marxismo llegó al Partido andando el tiempo, a través de los estudios, de los
libros que vinieron de Europa, de las relaciones internacionales, de los viajes
de compañeros y la cooperación de
La
colectividad nacida ese 4 de junio de 1912 se llamó durante diez años Partido
Obrero Socialista, porque por aquel tiempo todos los revolucionarios de la
tierra se autodenominaban socialistas o socialdemócratas. Por ejemplo, el
partido de Lenin se llamaba Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia; el de
Jorge Dimitrov, Partido Obrero Socialdemócrata de Bulgaria.
VII.- PERO COMUNISTA DESDE SUS INICIOS
En
el ya citado discurso pronunciado en