jueves, 14 de julio de 2022

LA TOMA DE LA BASTILLA INICIO DE LA REVOLUCIÓN BURGUESA EN FRANCIA

 



                                            Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                            Centro de Extensión e Investigación

                                            Luis Emilio Recabarren,  CEILER

 

 

 



El 14 de julio de 1789 los insurrectos, la mayoría obreros pobres, tomaron por asalto la fortaleza de la Bastilla. Comenzaba la gran revolución francesa.

 

LA REVOLUCIÓN BURGUESA (1789 -1795) 

En Francia, a mediados del siglo XVIII, los intereses de la burguesía, surgida en el seno de la sociedad feudal, entraron en contradicción con el sistema político feudal. Era necesario liquidar este régimen y que la burguesía conquistara el poder para dar curso al modo capitalista de producción.

 

LA LUCHA IDEOLÓGICA

La preparación ideológica de la revolución fue llevada a cabo por un grupo de pensadores (llamados los iluministas) que sometieron a una dura y eficaz crítica al régimen feudal dominante. Demostraron la necesidad de acabar con él y plantearon sus ideas sobre la sociedad venidera.

Entre estos pensadores estaban Voltaire, Montesquieu, ideólogos de la gran burguesía. Un segundo grupo lo constituían Rousseau y los enciclopedistas (Diderot, d’Alembert, entre otros) que expresaban los criterios de la burguesía media y pequeña. El tercer grupo de iluministas estaba integrado por los ideólogos de los pobres de campo y de la ciudad. Entre estos se encontraban Jean Meslier y Morelly.

 

Los iluministas con sus obras  jugaron un gran papel en la preparación de la revolución. Socavaron el prestigio del poder real, del régimen feudal y de la iglesia entre las amplias masas populares.

 

EVENTOS PRE REVOLUCIONARIOS 

En la segunda mitad del siglo XVIII en Francia la corrupción de la monarquía absoluta alcanzaba su apogeo.  Empeoraba la situación económica y se produjo la explosión del descontento popular. Se creó una situación revolucionaria.

La burguesía, el llamado tercer estado, exigió la convocatoria de los Estados Generales para el 5 de mayo de 1789. Estaba compuesto por  otros dos estados: el clero y la nobleza, que  se negaron a reunirse con los diputados burgueses. Estos se retiraron  de los Estados Generales y se reunieron el 17 de junio dándose la prerrogativa de Asamblea Nacional, como órgano supremo del poder y, además, se declaró Constituyente, manifestando que su tarea fundamental era elaborar una Constitución.

 

El rey decidió aplastar  la oposición y recuperar el, poder perdido. Comenzó a concentrar  sus tropas. Los trabajadores parisienses se apropiaron y fabricaron armas.

 

El 14 de julio de 1789 los insurrectos, la mayoría obreros pobres, tomaron por asalto la fortaleza de la Bastilla. Comenzaba la gran revolución francesa.

 

DESARROLLO DE LA REVOLUCIÓN BURGUESA 

Primer período (14 de julio de 1789 – 10 agosto de 1792). El poder pasó a manos de la gran burguesía que, aliada a la nobleza, recurrió a las tropas para contener a los trabajadores insurrectos.

Para legalizar la igualdad de la burguesía con los estamentos feudales, la Asamblea Constituyente proclamó el 26 de agosto de 1789 la “Declaración de los derechos del hombre y el ciudadano”. Estaba dirigida contra los pilares de la sociedad feudal. Su tesis acerca de la propiedad privada revela el carácter clasista burgués de la Declaración. La desigualdad feudal fue sustituida por la desigualdad burguesa.

El régimen de monarquía constitucional quedó refrendado en la Constitución promulgada el 3 de septiembre de 1791.

En 1792 comenzaron las guerras entre Francia revolucionaria y las monarquías  reaccionarias de Europa.

En la Comuna de París se constituyó un comité insurreccional encabezado por Marat, Danton y Robespierre. 

El 10 de agosto de 1792 estalló una verdadera insurrección del pueblo revolucionario. El palacio real fue  tomado por asalto. La  Asamblea Legislativa decretó el destronamiento del rey.

 

Segundo período (10 de agosto de 1792 – 2 de junio de 1793) El poder en manos de la burguesía comercial e industrial. El derrocamiento de la monarquía determinó el comienzo de un nuevo período de la revolución. El papel dirigente el Consejo Ejecutivo Provisional, órgano  de la Asamblea Legislativa, controlado por los girondinos (ala derecha). Presionados por las masas populares en septiembre de 1792 se realizaron las elecciones para la Convención Nacional, que el 21 de septiembre de 1792 suprimió el poder real y, al día siguiente, proclamó la república.

 

En la Convención Nacional, el ala de extrema derecha la formaba los girondinos. La izquierda, los jacobinos más revolucionarios, llamados la “montaña”, por ocupar los asientos de la parte superior de la sala. Los diputados vacilantes, el grupo más numeroso, eran llamados el “pantano”.

El partido más radical era denominado los “rabiosos”. Exigían medidas drásticas contra la especulación. Expresaban la ideología de las capas más pobres de París.

Perseguían el exterminio del régimen burgués.

 

Chocaron girondinos y la “montaña”. Estalló un nuevo alzamiento de las masas populares los días 31 de mayo al 2 de junio de 1793, a la cabeza estaban la “montaña” y los “rabiosos”.

 

Tercer período (2 de junio de 1793 – 27 de julio de 1794)

Es la etapa de la dictadura revolucionaria democrática de los jacobinos de la “montaña”. La revolución francesa entró en su fase superior.

 








Marat asesinado

 




El verano de 1793 fue muy difícil para Francia revolucionaria. Le atacaron los ejércitos de Austria, Prusia e Inglaterra. Al mismo tiempo que los contrarrevolucionarios desataron el terror blanco en diez departamentos  del Noroeste. Marat, el principal líder revolucionario, fue  asesinado.

Sólo la dictadura revolucionaria podía salvar la revolución. Sus principales órganos eran: el Comité de Salvación Pública (gobierno), el Comité de Seguridad Social y el Tribunal Revolucionario. La Convención enviaba a distintos lugares del país a sus diputados (comisarios) con poderes ilimitados.

 

La dictadura revolucionaria democrática de la burguesía avanzada, apoyada por las masas populares efectuó transformaciones democráticas en el país. Promulgó una nueva Constitución el 24 de junio de 1793, la más democrática existente en un país capitalista. El decreto del 17 de julio de 1793 anuló definitivamente todos los derechos feudales. El 29 de septiembre se fijaron los precios máximos para los artículos más importantes de amplio consumo. Elaboró una estrategia militar nueva y creó un ejército popular  revolucionario.

Los jacobinos revolucionarios, encabezados por Robespierre, eran la fuerza rectora de la Convención.

Ante la fuerte oposición de los círculos burgueses reaccionarios, los jefes jacobinos recurrieron al terror revolucionario. Todo crimen de lesa humanidad era castigado con la pena capital.  Sólo así se podía acabar con el absolutismo y el feudalismo.

Los partidarios de Danton rodaron hacia posiciones contrarrevolucionarias. Fueron detenidos y ejecutados por el Tribunal revolucionario.

Por su parte, los jacobinos fueron asumieron un carácter cada vez más contradictorio. Adoptaron medidas a favor de comerciantes e industriales. Se produjo el descontento de los obreros. Hubo huelgas. Los jacobinos, que reprimieron las manifestaciones obreras y a los “rabiosos”, fueron perdiendo el apoyo de las masas populares. Ello facilitó el golpe de estado contrarrevolucionario del 9 de Thermidor (27 de julio de 1794) que significó el exterminio físico de Robespierre y sus compañeros, el fin de la dictadura jacobina y de la Gran Revolución burguesa francesa.

 

Conclusiones: La revolución se desarrolló por una línea ascendente. Su fuerza motriz fueron las masas populares, pero la burguesía asumió la hegemonía. Se liquidó el feudalismo y se despejó el camino para el desarrollo de relaciones de producción  capitalistas. No se suprimió la explotación de los trabajadores. Sólo cambió de forma. Ahora con la “libertad” de elegir entre morirse de hambre o ser explotado por un patrón.