Iván
Ljubetic Vargas, historiador del
Centro
de Extensión e Investigación
Luis
Emilio Recabarren, CEILER
La Asociación
Internacional de Trabajadores o Primera Internacional se fundó en
Londres el 28 de septiembre de1864 Surgió ante las crecientes
demandas del movimiento obrero mundial. Nació como respuesta a la explotación que sufrían
los trabajadores como consecuencia de la revolución industrial. Su objetivo era
lograr un orden social más justo e igualitario luchando contra el capitalismo.
Es un símbolo de solidaridad internacional entre los obreros por encima de las
fronteras.
El
objetivo de la
Primera Internacional
era unir y organizar políticamente a los trabajadores de los diferentes
países de Europa y el resto del mundo. Constituyéndose, al mismo tiempo,
en un foro para examinar problemas en común y proponer líneas de acción.
Agrupó
inicialmente a los sindicalistas ingleses, anarquistas y socialistas franceses
e italianos republicanos. Colaboraron en ella Karl Marx y Friedrich Engels .
El encargado de redactar
sus estatutos fue Carlos Marx.
Marx interviene
en una asamblea de la Primera Internacional
EN DEFENSA DE LA COMUNA DE PARÍS
Después de la derrota de la Comuna de París (mayo 1871)
la Primera
Internacional salió en defensa de los comuneros. El Consejo
General publicó un manifiesto sobre la guerra civil en Francia. Fue redactado
por Carlos Marx.
Eran momentos en que la prensa burguesa de todo el
mundo se lanzaba, utilizando mentiras y
calumnias, contra los comuneros; amenazando, además, a todos los que osaran pronunciarse en defensa de la Comuna. Pese a ello,
Marx tomó con valentía la defensa de la Comuna de París y expresó su firme solidaridad
con ella.
A la caída de la Comuna siguió en todo el mundo un aumento de la
represión contra el movimiento obrero. En muchos países fueron prohibidas las
secciones de la
Internacional. Numerosos de sus miembros fueron detenidos y
enviados a prisión.
Todo ello creó enormes dificultades a la Internacional. Era
muy difícil crear nuevas secciones ,la
afiliación de más miembros, el
contacto de las secciones con el Consejo General, el reunir recursos financieros.
Y esto, en momentos en que era urgente organizar la
ayuda a las víctimas del terror blanco de los versalleses: conseguir pasaportes
para los que habían escapado de ser
arrestados y podían salir de Francia, lograr trabajo para los exiliados que, en
su mayor parte, se dirigían a Suiza e Inglaterra.
LABOR DE ZAPA DE LOS BAKUNISTAS
Además, la labor de la Internacional era
obstaculizada por los anarquistas, cuyo jefe era Bakunin. Estos se lanzaron en
una campaña de difamación contra Marx y se dedicaron a una labor de zapa en el interior de las filas de la Internacional,
intentando ganar la mayoría en el Consejo General con el objetivo de
apoderarse de todo el movimiento obrero.
Habiendo fracasado en esta maniobra, los bakunistas
comenzaron otra campaña: lograr la
autonomía de las secciones, intentar el debilitamiento del rol dirigente del
Consejo General, dividir y desintegrar de este modo la Internacional.
EL V
CONGRESO DE LA HAYA(
1872)
Entre el 2 y el 7 de septiembre de 1872 se reunió
en La Haya,
Holanda, el congreso ordinario de la Primera Internacional
Asistieron 65 delegados de quince secciones. En este evento que se procedió a
expulsar de sus filas a los bakunistas por “traidores y agentes del enemigo”.
Este Congreso recordó una vez más al proletariado de todos los países las enseñanzas de la Comuna de París y, en especial,
la más importante de todas ellas: la de la necesidad de constituir partidos
políticos de la clase obrera en todos los países.
El Congreso señaló que la lucha económica y la
lucha política del proletariado son indisolubles; que los anarquistas al negar
al negar la lucha política llevan a los obreros por un falso camino.
La inclaudicable lucha de Marx y Engels contra
Bakunin libró a la
Internacional de la influencia de elementos extraños a la
clase obrera.
Marx jamás buscó la conciliación con los enemigos
de la clase obrera que lograban infiltrase en sus filas. Tenía una sola
respuesta para los enemigos: su total aniquilamiento.
El Congreso de La Haya acordó trasladar la sede del Consejo General
a los Estados Unidos de Norteamérica. Ello debido a la fuerte represión
existente en Europa y para poner a la Internacional a salvo de nuevas intrigas de los
bakunistas y de la influencia oportunista de los líderes de las tradeuniones
ingleses.
EL VI CONGRESO DE FILADELFIA
Desde su instalación en Nueva York el Consejo
General de la
Primera Internacional enfrentó grandes dificultades. En medio
de una complicada situación convocó en 1876 al VI Congreso de Filadelfia.
Asistieron diez miembros del Consejo General,
catorce delegados de la
Federación de Estados Unidos; desde Europa, concurrió sólo un delegado, un alemán.
Frente a este desolador panorama, el Congreso aprobó una resolución que decía:
“Dado que la
situación política de Europa es provisionalmente un obstáculo para la
reconstitución de las relaciones exteriores de la Asociación Internacional
de los Trabajadores, declaramos que el Consejo General de la Asociación Internacional
de los Trabajadores esta disuelto”.
Ante de separarse, los participantes en el Congreso
de Filadelfia emitieron un manifiesto que finalizaba diciendo:
“¡Camaradas! Habéis abrazado los principios de la Internacional con
toda el alma y llegaréis a extender el círculo de vuestros adherentes hasta sin
nuestra organización. Ganaréis nuevos campeones que lucharán por nuestros
propósitos. Los camaradas de América os prometen guardar con fidelidad y cariño
lo que deben a la
Internacional hasta que circunstancias más favorables unan de
nuevo a los obreros de todos los países en una lucha común y que, más fuerte
que nunca resuene nuestro grito de reunión: ¡Proletarios de todos los países,
uníos!”.