lunes, 19 de abril de 2021

LA PRIMERA INTERNACIONAL DESPUÉS DE LA COMUNA DE PARÍS

 


 

                                               Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                               Centro de Extensión e Investigación

                                               Luis Emilio Recabarren, CEILER

 

             


 

La Asociación Internacional de Trabajadores o Primera Internacional se fundó en Londres el 28 de septiembre de1864  Surgió ante las crecientes demandas del movimiento obrero mundial.  Nació  como respuesta a la explotación que sufrían los trabajadores como consecuencia de la revolución industrial. Su objetivo era lograr un orden social más justo e igualitario luchando contra el capitalismo. Es un símbolo de solidaridad internacional entre los obreros por encima de las fronteras.

El objetivo de la Primera Internacional  era unir y organizar políticamente a los trabajadores de los diferentes países de Europa y el resto del mundo. Constituyéndose, al mismo tiempo, en un foro para examinar problemas en común y proponer líneas de acción.

Agrupó inicialmente a los sindicalistas ingleses, anarquistas y socialistas franceses e italianos republicanos. Colaboraron en ella Karl Marx y Friedrich Engels . El encargado de redactar sus estatutos fue Carlos Marx.

 

 

  

Marx interviene  en una asamblea de la Primera Internacional

 

EN DEFENSA DE LA COMUNA DE PARÍS

Después de la derrota de la Comuna de París (mayo 1871) la Primera Internacional salió en defensa de los comuneros. El Consejo General publicó un manifiesto sobre la guerra civil en Francia. Fue redactado por Carlos Marx. 

Eran momentos en que la prensa burguesa de todo el mundo se lanzaba, utilizando mentiras y  calumnias, contra los comuneros; amenazando, además,  a todos los que osaran pronunciarse en  defensa de la Comuna. Pese a ello, Marx tomó con valentía la defensa de la Comuna de París y expresó su firme solidaridad con ella. 

A la caída de la Comuna siguió en todo el mundo un aumento de la represión contra el movimiento obrero. En muchos países fueron prohibidas las secciones de la Internacional. Numerosos de sus miembros fueron detenidos y enviados a prisión.

Todo ello creó enormes dificultades a la Internacional. Era muy difícil crear nuevas secciones ,la  afiliación de más  miembros, el contacto de las secciones con el Consejo General, el reunir recursos financieros. 

Y esto, en momentos en que era urgente organizar la ayuda a las víctimas del terror blanco de los versalleses: conseguir pasaportes para los que  habían escapado de ser arrestados y podían salir de Francia, lograr trabajo para los exiliados que, en su mayor parte, se dirigían a Suiza e Inglaterra.

 

LABOR DE ZAPA DE LOS BAKUNISTAS 

Además, la labor de la Internacional era obstaculizada por los anarquistas, cuyo jefe era Bakunin. Estos se lanzaron en una campaña de difamación contra Marx y se dedicaron a una labor de zapa  en el interior de las filas de la Internacional, intentando ganar la mayoría en el Consejo General con el objetivo de apoderarse  de todo el movimiento obrero. 

Habiendo fracasado en esta maniobra, los bakunistas comenzaron otra campaña: lograr  la autonomía de las secciones, intentar el debilitamiento del rol dirigente del Consejo General, dividir y desintegrar de este modo la Internacional.

  

EL  V CONGRESO DE LA HAYA( 1872) 

Entre el 2 y el 7 de septiembre de 1872 se reunió en La Haya, Holanda, el congreso ordinario de la Primera Internacional Asistieron 65 delegados de quince secciones. En este evento que se procedió a expulsar de sus filas a los bakunistas por “traidores y agentes del enemigo”. 

Este Congreso recordó una vez más  al proletariado de  todos los países las enseñanzas de la Comuna de París y, en especial, la más importante de todas ellas: la de la necesidad de constituir partidos políticos de la clase obrera en todos los países. 

El Congreso señaló que la lucha económica y la lucha política del proletariado son indisolubles; que los anarquistas al negar al negar la lucha política llevan a los obreros por un falso camino.

La inclaudicable lucha de Marx y Engels contra Bakunin libró a la Internacional de la influencia de elementos extraños a la clase obrera.

Marx jamás buscó la conciliación con los enemigos de la clase obrera que lograban infiltrase en sus filas. Tenía una sola respuesta para los enemigos: su total aniquilamiento. 

El Congreso de La Haya acordó trasladar la sede del Consejo General a los Estados Unidos de Norteamérica. Ello debido a la fuerte represión existente en Europa y para poner a la Internacional a salvo de nuevas intrigas de los bakunistas y de la influencia oportunista de los líderes de las tradeuniones ingleses.

 

EL VI CONGRESO DE FILADELFIA 

Desde su instalación en Nueva York el Consejo General de la Primera Internacional enfrentó grandes dificultades. En medio de una complicada situación convocó en 1876 al VI Congreso de Filadelfia.

Asistieron diez miembros del Consejo General, catorce delegados de la Federación de Estados Unidos; desde Europa, concurrió  sólo un delegado, un alemán. 

Frente a este desolador panorama,  el Congreso aprobó una resolución que decía:

“Dado  que la situación política de Europa es provisionalmente un obstáculo para la reconstitución de las relaciones exteriores de la Asociación Internacional de los Trabajadores, declaramos que el Consejo General de la Asociación Internacional de los Trabajadores esta disuelto”. 

Ante de separarse, los participantes en el Congreso de Filadelfia emitieron un manifiesto que finalizaba diciendo: 

“¡Camaradas! Habéis abrazado los principios de la Internacional con toda el alma y llegaréis a extender el círculo de vuestros adherentes hasta sin nuestra organización. Ganaréis nuevos campeones que lucharán por nuestros propósitos. Los camaradas de América os prometen guardar con fidelidad y cariño lo que deben a la Internacional hasta que circunstancias más favorables unan de nuevo a los obreros de todos los países en una lucha común y que, más fuerte que nunca resuene nuestro grito de reunión: ¡Proletarios de todos los países, uníos!”.