Comentario radial y escrito.
Los que saben, dicen que el
cerebro humano, selva misteriosa de neuronas, es selectivo.
Si hay intereses gustosos creados, el cerebro los guarda con gusto, si no son de su agrado, pero están “a la orden del día”, aprietan los glúteos y amurrados ejecutan lo mandado.
Ahora, si se pueden zafar de algo
no de su agrado, es un profesional, se olvida en un parpadeo.
El ser humano, es un existir
maravilloso, sin embargo, no sabemos existirlo.
Es materia de estudio.
Actualmente, arañan a degüellos y
a zafarranchos los clarines.
Las trincheras son fosas
compartidas por donde salen como en un sunami, olores nauseabundos de carne y
de ignorancia.
Algunos, se hacen los sordos,
ciegos y mudos.
Los que sienten y saben, que el
poder de la democracia proviene de la unidad de los pueblos, nos comemos
desesperados las uñas, otros, otras, esconden la mano.
Nunca, en mi historia, la mentira,
el descaro y la infamia, ha tenido tanto lecho.
Abrazado a Morfeo, tuve sueños para
actualizar mi “ayudamemoria”; necesitaba de valores éticos y morales, que han
modelado mi carácter, mi interpretación de lo vivido.
Los recuerdos se venían en patota;
el sueño me pedía amurallar los respetos.
Soñaba, atravesando entreverado
con decenas de habitantes, un maizal enorme y raro.
Íbamos a un terminal aéreo, un
avión, nos llevaría a un predestinado destino.
Uno de los caminantes, un tipo
robusto, alto, simpático y servicial me metía conversa; me sonreía amable,
cordial, hasta una cerveza me invito.
Yo soy, un atado espeso.
Rehúyo conversar en compañía
inesperada, soy, por historia, por creencia y oficio, más bien aislado; y,
sobre todo, “dios mío de los coloraos” no me ha gustado nunca viajar.
Soy raíz de chañar, de guayacán,
soy terco, terrón oscuro
¡El ojito que tengo!
El punto de llegada era un
terminal, donde tendríamos que mostrar documentos de viaje, y, partir para otro
lado.
Hay que irse legal.
El grandote, dale con la lengua y
yo asintiendo como un idiota.
Al fin llegamos al terminal,
parecía una barraca enorme.
A los lados, una montonera de
habitantes con frazadas por el suelo, vendiendo repelente para mosquitos.
En ese momento, desperté inquieto,
mi próstata y mi amigo artrosis, necesitaban de mí.
Fui al baño, contento de haber
despertado.
El grandote me tenía cachuo.
Me acuesto y me duermo.
Ahora entiendo eso de, “el cerebro
es selectivo”.
Seguí soñando la parte dos.
Al mostrar mis documentos, una
muchacha los mira, me mira y dice en italiano:
Espere un momento.
Espere más que un momento, vuelve
y me entrega los documentos indicándome que siga.
Otro galpón enorme esperaba; gente
sentada escuchando a Enrique Guzmán cantando, 100 kilos de barro.
Sorpresivamente, se paran los 100
kilos y por los parlantes informan:
El ciudadano tanto, dicen mi
nombre; no podrá embarcar.
Fuimos notificados por la Empresa
Internacional “Refugio para todos”, que su presencia en cualquiera de sus
sucursales es “persona no grata”
Ahí quede.
Mi cerebro se fue a realizar su
pega nocturna y yo, contento conmigo mismo, me quede dormido.
El maizal, estimados oyentes y
lectores, que vamos hoy atravesando, no tiene sueños ni despertares.
Lo selectivo de la muerte, no
tiene por donde escoger.
Sin embargo, el habitante que
pedalea en bicicleta acarreando en su capacho una conciencia social digna, de
vida, aunque tenga por delante, un laberinto endemoniado por vivir sigue
pedaleando.
Cualquier acontecer negativo o
positivo, gesto, suspiro, “condoro” es acomodado como sea, con falsedades o
insinuaciones; con miedos y advertencias, con inmoralidades, para complicar a
más no poder el pedalear de la conciencia de clase y de aquellos que saben, porque
se hacen las cosas.
Las mentiras y falsedades, las
manipulaciones, te dejan desparramado como vidrio de ventana rota.
Hoy, los medios de comunicación
europeos mostraban la liberación de rehenes que estaban en cautiverio desde el
ataque inesperado del Hamas.
La manera y forma de informar,
justificaba, aceptaba, le bajaba el perfil, al genocidio que se está
perpetuando en Gaza.
Van, más de 35.400, palestinos
muertos
En un campo para refugiado, en tan
solo un día, a 40 niños palestinos les arrebataron la vida.
Si es que existen habitantes
poderosos, con sentido común, con criterios humanistas, empatía, sensibilidad
social; yo, no tengo idea por donde andan, ni para donde miran, no sé.
Europa, Estados Unidos, Eurasia,
pueden parar en dos minutos tanta muerte.
Si por culpa de tener un reloj,
que puede hacer de todo, defecar por ti, cantarte lo que te gusta, saber de tu
salud y llevarte para donde tú quieras, rascarte, nos estamos matando para
vender y tener mejores relojes.
¡No quiero carajo saber la hora!
Yo sé que los negocios son los
negocios, las pilastras tienen que existir; sabiéndolas levantar, salen todos
ganando; sin embargo, interrumpen insolentes, con la hipocresía a cuesta,
diciéndose progresistas, humanistas y por debajo o en la cocina, andan vendiendo
armas, utilizando a medios pollos, que tuvieron en algún día, dignidad y que
hoy, en carretillas inmorales, colaboran con la muerte, torturan la razón.
Y García Lorca llora y Miguel
Hernández llora, Rafael Alberti llora. Antonio Machado grita: “La conciencia es
anterior al alfabeto y al pan “
Cuando llegué a los brazos
solidarios de mi “paisito de agua”, su población estaba en discusión de tener o
no tener energía nuclear.
Las confrontaciones tenían que ver
con la moral, con lo ético, con el humanismo, con el bienestar social,
bienestar construido por la tenacidad social y sentir de Olof Palme
A esta actitud se añadía la sombra
invisible de Hiroshima, de Nagasaki, se asomaban interrogantes, los premios
nobel, que se financiaban con las ganancias obtenidas por el que estabilizo la
nitroglicerina, o del saber de Einstein, de la energía infernal que se produce
al desintegrarse un átomo.
La disyuntiva, de lo nuclear o no,
de existir o no existir, ya no lo es.
Hoy, de lo mismo, y las
consecuencias pueden ser como, el soltar un misógino psicópata y pederasta, un
pedófilo, en un parvulario femenino.
Hoy, ya no importa.
España, tenía a una ministra de
igualdad que quería rebelde, autentica, ponerle atajo radical, orgánico,
político y judicial, a esta bestialidad del machismo constitucional y
consentido.
El sistema y sus recovecos, la
puso al hielo. Le robaron su ministerio. Hoy, va de candidata a las elecciones
de la Unión Europea; apéndice actual del Imperialismo yanqui.
Los lideres de mi paisito de agua,
están con la OTAN, empuñando lanza en ristre, armas nucleares.
Urge arroparse con Black Rock,
dice la banca, ellos podrán sin “litigio alguno” levantar ladrillo tras
ladrillo, las ciudades y servicios destruidos por la invasión rusa.
Todo ha sido planificado a largo,
largo plazo, sabiendo de las reacciones y hacer de la conciencia humana, al
tenerla actualizada por los medios de comunicación masiva.
Las ciudades, los países
renacidos, estarán protegidos por bases militares, que organizarán la entrada
del fentanilo.
Eso del fentanilo, me recuerda la
táctica inglesa de debilitar al imperio chino con el opio, para luego manejarlo
a su misero antojo.
Conquistar, alcanzar el riquerio
los poderes integrales, nos transforma más que ayer, en unos imbéciles.
Imbéciles, que calificativo más
feo y real, el noticiero español comentaba que, Ucrania ya tenía en su poder
las armas tantas veces prometidas, pero no tenían ni tienen quien las use.
Y ponen en acción lo mismo que
hizo el nazismo en la segunda guerra mundial o también Chile, en la guerra del
pacifico, obligar a jóvenes niños, a vestir uniforme y morir.
Se veía en pantalla, como en los
pueblos y ciudades de Ucrania, tiraban en furgonetas a muchachos que se negaban
y se resistían a ser parte del negocio lucrativo de la guerra y de la
ignorancia.
Pobre Ucrania, ahora te matan como
en guerra santa.
Estamos matando al habitante, no
es solamente Ucrania, Gaza, los que se visten para degüellos, están: Somalia,
Burkina Faso, Nigeria, Siria, Sudan, Yemen, me faltan dedos...
Adivinen, que país está en cada
uno de estas desgraciadas geografías, cooperando a encajar bayonetas.
Siendo yo, aun cabro, a un costado
del Liceo de Hombres de La Serena, no recuerdo el nombre de la calle, una casa
antigua, con grandes puertas blancas, escribieron con pintura roja:
!Yakarta!
En Indonesia, un nacionalismo obtuso
y brutal, lacayo de la guerra fría, asesino a más de un millón de ciudadanos
comunistas o a seres humanos con ideas progresistas que se identificaban con la
justicia social.
Fue un genocidio, que se
desparramo por el mundo entero como una necesidad libertaria y patriótica para
salvar a la humanidad de la monstruosidad comunista.
Este perdigado anticomunismo es el
miedo del gran capital de perder sus privilegios, sentido social inhumano,
prolongada por miles y miles de años, y, hoy, otra vez sangrienta y salvaje por
la aplicación del neoliberalismo.
Lo que, maldita el comunismo, es,
que este persigue que sea el estado que regule las pilastras del país y que los
impuestos estén de acuerdo con las entradas.
Que los servicios, como la salud,
la vivienda y la educación sean derechos del pueblo habitante. Son del pueblo y
tienen que estar en manos del pueblo, del Estado.
Y lo privado, Lenin, en la
revolución bolchevique no descartaba la propiedad privada; sus partidarios, no
le gustaba mucho la idea, era incluso cuestionado, pero Lenin insistía, lo
privado podía existir, pero no, en los medios estratégicos de producción
Se juntan en Madrid, España, “los
perros de presa” del imperialismo, del riquerio. El mundo occidental, con
cerebro selectivo, los deja pastar.
La memoria urge un sentido
crítico.
Alejandro Fischer Alquinta
20240517