lunes, 6 de mayo de 2024

Principios.

 


 

Comentario radial y escrito. 

 

 

 


Mi formación intelectual, mejor dicho, las didácticas para razonar, reflexionar, me los dio el clero franciscano y el barnabita. 

Esta formación me hizo crítico y autocritico, curioso, terco.  

Ellos me dieron cobijo y aprendizaje.  

Sin su asomo a mi vida, yo, como decía mi abuelita: “No habría tenido ni principio ni fin”  

Mi relación con ellos, mis respetos y cariños mutuos, sus enseñanzas, su paciencia por mis interrogantes, me empujan agradecido a nominar la conciencia de clase del proletariado en:

 

“AY, DIOS MIO DE LOS COLORAOS.” 

Conciencia de clase; que búsqueda y práctica, que cuestión más complicada, tan de dolores y tan de inteligentes esperanzas. 

Digo práctica y búsqueda, por que caminar por y con ella duele, y, el caminar y vivirla, no es como chaqueta o calzón que te puedes cambiar a tu antojo o conveniencia.

 

Saber de pobreza no significa ser un diplomado de clase. 

Es para mí, muy difícil tragar sin atorarme, el saber de algunos que abandonan la hoz y martillo. 

Las experiencias de aquellos, aquellas, sus vivires, sus saberes, no fueron suficientes para entender el misterio del hambre. 

Una pena. no sé, si las correlaciones de fuerza salen favorecidas. 

Ser parte en la construcción de una casa nueva, con un habitante nuevo dentro, no tiene calendarios, tiene más funerales.

 

La lucha de clases es cruenta. 

Yo vivo mi militancia, buscando material para su construcción, lo de “hombre nuevo”, me lo invento. Mientras tanto, desalojo océanos, lo pellizco y lo aliño.  

Mi partido, me tiene loco de amor. 

Esa locura de ser comunista es el resultado de una reflexión enorme, de entender, de sentir, de saber que hay que cambiar de cuajo un sistema criminal, que para existir ha necesitado y necesita a una inmensa mayoría desposeída de todo, con una vida infame, con una vida de mierda.  

Y no solo él o ella, sino todo lo que se asome o que se entierre, en el planeta. 

Es una verdad muy re triste. 

Me atrevo a decir que, a medida que nos íbamos enderezando, 6.000 anos AC, más /menos, comenzamos a vivir en grupo y a cultivar la tierra.  

Al ajo, le hacíamos chupete.  

Las habilidades de algunos hicieron más fácil el llevadero de la vida. En algun momento de los miedos, estas habilidades se transformaron en jerarquías, esas jerarquías dieron privilegios y esos privilegios, más tarde, otorgaron autoridad plena. 

Para conservar ese estado autoritario, de líder o patriarca, que otrogaba privilegios excepcionales, se hacía necesario que las descendencias continuaran teniendo y desarrollando habilidades.  

Como las matemáticas, la biología y la química no se comportan “como medio pollo”, algunos descendientes no le daban a ni una.  

En otras familias que vivían más abajo del almendro; nacieron hombres y mujeres tan hábiles y empeñosos como los que poseían los vecinos de arriba. 

La competencia animal es de selva.  

Esta realidad, obligo a que se asomara la espada, la traición, la mentira y la muerte. 

Y esto que digo, es de una arrancadera de hambre y codicia que no tiene nombre. 

Se asomaron los hijos del rayo, hasta el Trauco apareció.  

Se asomaron los representantes de dioses en la tierra, creencias que han dejado a los pueblos sin casa ni funeral; todavía se asoman animas con sus espaldas acequiadas por el látigo o por el cilicio.  

Se de almas en fuego, aterradas muriendo.  

Se de monarquías y cadalsos, de emperadores y reinas. De guillotines y cabezas rodando.  

A regocijo no sé de qué, en Europa aún existen y veneran monarquías; trayendo hasta hoy, de mano en manos, un capacho, con más de 10.000 calendarios de historia. 

Uno puede creer o querer lo que quiera, pero lo que no puede hacer, es vivir a la pinta, gracias al sudor y hambre del vecino. 

Esto es moral, ética.  

En algún momento del camino, los seres humanos vendimos, traicionamos, esa minúscula neurona por donde se fragua la dignidad, el respeto y la humanidad. 

Poder imaginarse las vivencias de los habitantes del planeta, significa que tu cerebro, tu inteligencia, tu pensar, tu desarrollo con tantos años de “capacheos”, obligadamente te tiene que decir, que el vivir como vivimos es un crimen de lesa humanidad. 

Y eso no lo dice las Naciones Unidas, lo estrangula el “sentido común” 

Miren como corre la muerte por África, por Eurasia, por Europa, por tu América, la de arriba y la de abajo, por el caribe. 

Escuchen el llanto incrédulo de palestina. 

Si podemos discernir: ¿Porque no se ha parado este patotero genocidio? 

Saben ustedes que la colonización de los ingleses, arraso con los aborígenes de Estados Unidos, de Australia y de Nueva Zelanda. 

A cada uno de nosotros, nos toca un jirón de la vergüenza. 

Para no morir, urge decir BASTA.  

Cincelar un compromiso, un acuerdo, entender el bagayo que se debe tener y llevar, y, desarrollar, es darle la permanencia hermosa a los habitantes y a los elementos que suavizan, como los meniscos, el caminar planetario. 

Pero no.   

Muy priscos hablamos de democracia, de soberanía, de bienestar, de pilastras y de venganza. 

Por este dolor que siento, asomo la conciencia de clase.  

Una cuestión muy complicada, dialéctica, inteligente, que va insinuando los caminos al horizonte. 

Sin entender o no querer entender el porqué de la lucha de clase, de su conciencia de clase, el no participar en ella, te tendrá siempre amansado y ocupando terrenos para levantar techos de cartón. 

Vivimos en estructuras que se han ido por más de 20.000 anos desarrollando, de acuerdo, con la maduración intelectual de civilizaciones creadas. 

Por mantener esta estructura de dominio, nos han matado millones de veces. 

Por ende, me declaro, imposibilitado, aceptar el anticomunismo, el fascismo. 

Por alguna razón, el enemigo acérrimo del capitalismo es el comunismo. 

Le tienen un miedo cerval. Y hoy, por hoy, más que ayer. 

El fascismo, es solo, un perro de presa del capital. 

El imperialismo, expresado en el neoliberalismo, agarrota sus privilegios a costa de matar, de desorientar la inteligencia por todo el mundo.  

La delincuencia, hijastro de la pobreza, está invadiendo no solo a mi paisito, sino al mundo entero. 

Se trata de dificultar cualquier avance social; La mentira, la falsedad es una peste, y, está tan disfrazada, mentida y criminal, que, capaz, salga un “alumbrado” y proponga a la OTAN como guardián de la seguridad de los pueblos de Europa. 

Creen, como lo han creído siempre, que el caos desatado desgasta a las fuerzas progresistas, a su mentalidad diferente, solidaria y abandonan la dignidad en el vivir, dejando a los comunistas más solos “que pan que no se vende.” 

El caos proclamado con parafina gritado por los medios de comunicación o el no comunicar los avances maravillosos en China, les ayuda a aliviar o retrasar su agonía. 

Gustosos hablan de la situación de la heroica Cuba, pero, no cuentan el porqué de su vivir en sus 71 anos de resistencia, ante el bloqueo criminal y artero, mentiroso, de los Estados Unidos de Norte América. 

Los comunistas chilenos, sus adherentes, sus dirigentes desean que su geografía sea un país socialista. 

Este junio que viene, se cumplirán 112 anos de una cesante y ascendente lucha contra el capital, contra la injusticia social. 

Se sabe, que nos llevan más de 10.000 anos de ventaja, pero nos temen igual. 

La hemos pasado mal, es cierto, pero jamás vencidos. 

Nuestro hacer, como dijera Neruda “es una posibilidad de la alegría”  

Esto nos ensena que nuestra orgánica tiene que ser más ágil y segura que nunca. 

Si mal no recuerdo, esta es la cuarta vez que ayudamos con todo, a vestir las esperanzas de un gobierno y de su pueblo. Y nos ponemos al servicio del pueblo.  

No estamos en condiciones de fuerza, para hacer lo que nos gustaría hacer. Las estructuras se derrumban con otras estructuras, si nos ponemos tercos, pisamos callos... 

Y no se trata de pisar callos. Se trata de estar revuelto con el pueblo, hacerle ver que son ellos los únicos llamados a construir poder popular, una democracia tan grande, que resuelva la forma y distancia del pueblo, ante los medios de producción. 

Y que esos medios, al menos los estratégicos, deben tener una orgánica estatal. Una orgánica que haga posible una elaboración integra del cualquier producto. 

Les cuento una reflexión que me ha tenido siempre guitarra en ristre. 

Yo nací en un mineral de pertenencia gringa. La Andes Mining Copper Company. 

Frente a mi casa, veía los lingotes de cobre y unas mil cuestiones más, que estaban prisioneras dentro de ellos. 

No sabíamos, no podíamos limpiar lentejas. 

De esa forma, sin valor agregado, vendíamos el alma. 

Por eso la nacionalización del cobre y de la Reforma agraria en el gobierno de Salvador Allende. 

Lo que se logró en décadas pasadas, el fascismo las trunco y las estructuro otra vez, a su servicio.  

La ley de pesca, por ejemplo. 

Yo soy un comunista viejo, mañoso, un triste en carcajada, ¡entiendo los recovecos de nuestra orgánica. 

¡La unidad de acción es esencial!  

De allí, la comprensión de su programa y objetivos, de sus estatutos se hace menester parir, cuidar, estudiar, alimentar, la conciencia de clase, cuestión que es individual, que nos puede llevar a tener “el punto de apoyo que pedía Arquímedes.” 

Yo tengo un chaleco antibalas, me lo dio Pedro Lemebel :

“Por favor, no cambien mi partido”

 

Alejandro Fischer Alquinta. 

20240505.