miércoles, 1 de mayo de 2024

EL DÍA INTERNACIONAL DE LOS TRABAJADORES EN CHILE BAJO LA DICTADURA FASCISTA (V)

 

 

 

                                                                     Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                                                     Centro de Extensión e Investigación

                                                                     Luis Emilio Recabarren,  CEILER

 

 


 

A PESAR DEL TERROR FASCISTA

Durante los 17 años de la dictadura, impuesta por el golpe fascista del 11 de septiembre de 1973, el sangriento terrorismo de Estado no impidió que los sectores democráticos conmemoraran el Día Internacional de los Trabajadores. Aquí entregamos algunos casos.

 

EL NO ACTO DE 1975

En nuestro país hubo conmemoraciones  del 1º de Mayo      que son inolvidables.

Por ejemplo, el no acto de 1975. Un testigo recuerda: “La gente llegaba a las puertas del Estadio donde un   letrero señalaba: acto suspendido por orden del jefe de plaza. Todo seguían de largo, mirando de reojo el letrero infamante... Todos llegaban hasta la próxima esquina y luego se volvían. Se reiteraban los saludos y los abrazos entre miradas valientes y talentosas... Eran miles de trabajadores con sus mujeres y niños que iban a celebrar su efeméride, con un día de deportes y canciones. La dictadura lo impedía y ellos volvían con la misma serenidad. Aunque seguramente con una nueva experiencia, con la comprobación de que eran muchos. ¿Cuántos? Un aficionado a las estadísticas calculó entre 15 a 20 mil personas... Sí, así fue esa jornada, seguramente la más significativa de ese 1º de Mayo. Aunque parezca absurdo, este no acto, fue el acto público más importante”.

 

NIEGAN AUTORIZACIÓN EN 1977

Ciento veintidós confederaciones, asociaciones nacionales, federaciones y sindicatos elevaron una solicitud de permiso al intendente de Santiago, general de División Rolando Garay, para realizar un acto el 1º de mayo de 1977 en el Teatro Caupolicán.  Fue denegada por escrito.  Ante esto, tuvo lugar un acto en la Catedral Metropolitana de Santiago. En él, el cardenal Raúl Silva Henríquez pronunció una homilía, donde señaló:

“Llegará el día en que  esta tierra, esta tierra nuestra,  será capaz de cobijar como madre a todos sus hijos; también a ese 10% más o menos que hoy la ha dejado en busca de mejores condiciones de trabajo y de vida... Nosotros queremos un modo de convivencia nacional basado en el amor, en la justicia y en la libertad. Nosotros queremos paz.

 

          

     


“Y estamos convencidos de que en la construcción de ese nuevo orden social el aporte de los trabajadores es no solamente indispensable sino cuantitativa y cualitativamente decisivo. Decimos más. Nosotros creemos que ese gran valor que es la seguridad nacional nunca está mejor garantizado que cuando el pueblo trabajador ve y siente reconocidos sus derechos”.

 

EN 1978  SIEMPRE BAJO LA  TIRANÍA

Varias organizaciones sindicales solicitaron  autorización para un acto en la Plaza Almagro. Esta fue negada por el ministro del Interior  de Pinochet, Sergio Fernández.  El lugar pedido para la concentración amaneció ese día rodeado  por fuertes cordones policiales, preparados para librar una dura  batalla contra el pueblo.

A media mañana, grupos de trabajadores, muchos acompañados de sus mujeres y numerosos grupos de estudiantes comenzaron a confluir hacia la avenida Bulnes y también por el sector de Plaza Almagro. Los manifestantes  rompieron las barreras. Hubo escaramuzas. Feroz represión.  Gritos de “Libertad”, “Viva el 1º de Mayo”,

 

               


 

“La represión no podrá ahogar la lucha de los trabajadores”.  328 personas fueron detenidas.  De ellas, 18 extranjeros entre los que estaban 8 religiosos.

Grupos de manifestantes lograron llegar a la Iglesia San Francisco. Ante dos mil personas hablaron Eduardo Ríos y el  cura Maroto.     Irrumpió la policía, nuevos detenidos.

Hubo más de mil apresados en Chile, ese día en que se avanzó en la unidad  y en la combatividad  contra la dictadura fascista.   Los delegados extranjeros que visitaron  Santiago emitieron una enérgica declaración repudiando “la violenta e injustificada represión de parte de la policía”

  

REPRESIÓN DE LA DICTADURA EN 1979

Cuatro agrupaciones sindicales, que reunían el 90% de los trabajadores organizados, solicitaron permiso para efectuar un acto en la Plaza Pedro Aguirre Cerda con motivo del 1º de Mayo. No fue autorizado por el ministro del Interior de la dictadura, Sergio Fernández. Argumentó que esa concentración tenía un objetivo político. En Valparaíso dirigentes de 23 organizaciones solicitaron autorización a la Intendencia para celebrar un acto en el Teatro Velarde. También fue rechazada.

El 28 de abril, dirigentes sindicales extranjeros fueron impedidos de ingresar al país. Otros ocho lograron entrar.

En Santiago, ante la negativa de la dictadura de autorizar la concentración  en la Plaza Aguirre Cerda, se llevaron a cabo actos en varios puntos de la capital, todos con una excelente organización.

 

         


La represión policial se ensañó contra los manifestantes. Hubo 385 detenidos, de los cuales 103 eran estudiantes universitarios. 333 fueron dejados libres, 40 declarados reos por la Ley de Seguridad  Interior del Estado y 12 juzgados por la Fiscalía Militar.

Uno de los actos realizados en Santiago se efectuó en la Iglesia de San Francisco, a donde concurrieron los  delegados sindicales extranjeros. Allí irrumpió la policía deteniendo a muchos de los presentes.

Otro tanto ocurrió en la Basílica del Salvador, donde también hubo delegados extranjeros, que  fueron testigos de la represión de los carabineros.

En Valparaíso, unos 200 manifestantes salieron desfilando luego de realizar una reunión en el local del Sindicato de Talleres Gráficos. Fueron agredidos por carabineros que detuvieron a 40 de ellos.

Hubo acciones en otras 22 ciudades del país.

 

 

PERÍODO POSDICTADURA

 

 



Pasaron los años. La dictadura de Pinochet fue reemplazada por cuatro gobiernos de la Concertación. El 11 de marzo de 2014 llegó de nuevo Michelle Bachelet a La Moneda. Pero ahora en brazos de la Nueva Mayoría y con un Programa que contempla  profundas reformas.

El 11 de marzo de 2018 se inició el segundo gobierno de Sebastián Piñera, de corte neoliberal-pinochetista. Todos sus esfuerzos dedicados a terminar con las positivas reformas de la administración de la Nueva Mayoría.

Ante el estallido popular del 18 de octubre de 2019 empleó la más feroz represión utilizando el siniestro Cuerpo de Carabineros y en ocasiones a las fuerzas armadas. Desde octubre 2019 a marzo 2020 se perpetraron terribles violaciones a los Derechos Humanos. Con un saldo de muertos, mutilados, perdidas de la vista total o parcial. Pero nada impidió las luchas de los trabajadores chilenos. 

La peste del coronavirus creó una nueva situación, muy bien aprovechada por el gobierno de Piñera para golpear al pueblo. 

Han transcurrido  128 años desde que se realizó en Chile el primer Acto del Día Internacional de los Trabajadores. 

Este año de 2020, el Día Internacional de los Trabajadores será muy distinto a todos los anteriores, condicionado por la maldita pandemia.  A pesar de todas las dificultades, los trabajadores conmemoraran su día. Teniendo en cuenta que éste no una jornada de fiesta. Sino de lucha, de homenaje a todos los que han dedicado su vida y su muerte a la construcción de un mundo mejor, de solidaridad con todos los pueblos de la tierra que enfrentan al imperialismo y al fascismo,  de renovación de nuestros ideales revolucionarios, de decisión por seguir combatiendo hasta hacer realidad los sueños de los mártires de Chicago, de Recabarren, de Salvador Allende y de millones de imprescindibles de todos los tiempos y todas las  latitudes.