miércoles, 1 de mayo de 2024

EL DÍA INTERNACIONAL DE LOS TRABAJADORES EN CHILE (III)

 


                                                              Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                                               Centro de Extensión e Investigación

                                                               Luis Emilio Recabarren,  CEILER

 

 

 


NACIMIENTO DE CLASE OBRERA EN CHILE

A partir de los años 20 del siglo XIX, aparecen los primeros destacamentos de la clase obrera chilena, en  lo que es hoy la III Región. Ello, como resultado de importantes cambios económicos ocurridos en el país, una vez lograda  su independencia del colonialismo español.

Rota la dependencia a España, Chile está en condiciones de comerciar libremente. Tiene abundantes riquezas mineras, en especial cobre y plata. En Europa, Inglaterra -que vive un impetuoso proceso de industrialización- necesita ese tipo de materias primas.

Nuestro país le vende minerales. Los recursos provenientes de ese comercio, son acumulados por los propietarios de las minas. Una parte es recaudada por el Estado, por concepto de pagos de impuestos de exportación.

Significativos porcentajes de las entradas provenientes de la exportación minera, se invierten en agrandar los minerales, en donde trabajan ahora cientos y hasta miles de operarios. También,  en la construcción y mejoramiento de caminos y puentes. Se tienden líneas férreas. No es casual que el primer ferrocarril que corre en Chile, lo hace entre un centro minero –Copiapó- y un puerto de embarque –Caldera-.  Es inaugurado el 25 de diciembre de 1851. Además, se mejoran las instalaciones portuarias.

Esto obliga a fabricar y reparar máquinas, carretas, vagones ferroviarios, herramientas, etc. Surgen así fundiciones, talleres, maestranzas, fábricas.

                         

 


Los operarios -que laboran en los grandes minerales, que construyen caminos, vías férreas y puentes;  que se ocupan en el transporte de los minerales, que cargan y descargan en los puertos que laboran en talleres, fundiciones, maestranzas y fábricas- son distintos a los artesanos, campesinos o peones que existen desde antes de la Independencia. Tienen maneras diferentes de laborar, de vivir y de actuar.

Constituyen un ente social nuevo. Forman la clase obrera o proletariado. Ha surgido como consecuencia del aparecimiento de formas  capitalistas de producción, cuyo eslabón inicial en  Chile es la minería.

Esto sucede en la primera a mediados  del siglo XIX. En el llamado Norte Chico.

En el extremo austral del país, la clase obrera no surge en las faenas mineras, sino de la  ganadería e industrias derivadas de ella. Al monopolizar los latifundistas, la mayor parte del suelo, surgió una masa de desposeídos que, para poder vivir, debieron vender su fuerza de trabajo. Así aparecieron obreros agrícolas, carneadores, esquiladores, carpinteros, albañiles, fundidores, soldadores, mecánicos, electricistas, tipógrafos.  Estos fueron constituyendo los primeros destacamentos obreros en esta región.

La clase obrera nace combatiendo

 

LA CLASE OBRERA CHILENA  NACE COMBATIENDO

La primera reacción del trabajador ante la cruel explotación es individual. En las minas de plata lleva a cabo la “cangalla”, el robo del mineral, empleando las formas más audaces, incluso escondiendo trozos de metal en el ano.

Pero pronto surgen las protestas colectivas. La primera huelga obrera tiene lugar en 1834 en el mineral de plata de Chañarcillo, cerca de Copiapó, que ha iniciado sus actividades sólo en 1832. Se produce tres años después del primer levantamiento obrero del mundo, ocurrido en Lyon, Francia, en 1831.

En 1854, en un Catálogo de la Librería Morel y Valdés, de Santiago, aparece mencionado la obra de Carlos Marx “Miseria de la Filosofía”. No se conoce si ese primer  libro de Marx publicitado en Chile, tuvo alguna influencia.

 

             


         

LA GUERRA DEL SALITRE

La Guerra del Salitre, llamada presuntuosamente del Pacífico, también del 79, dura cinco años (1879 – 1883). Participan en ella Perú y Bolivia contra Chile. Mueren alrededor de 25 mil soldados de los tres países. Vence Chile, que conquista las provincias de Tarapacá, al Perú, y Antofagasta, a Bolivia. Ambas con ricos yacimientos de nitrato, cobre y otros minerales... Pero, el salitre natural, causa del conflicto bélico, pasa mayoritariamente a manos de empresarios ingleses como John Thomas North, Robert Harvey y la Casa Gibbs. De este modo, se inicia la penetración en Chile del imperialismo británico.

La Guerra del Salitre marca el inicio de un importante crecimiento, en cantidad y calidad, de la clase obrera chilena. También, el comienzo de un proceso de democratización del país.

 

LUIS EMILIO RECABARREN

1894 es un año importante en la historia de Chile. Por entonces, Luis Emilio Recabarren se inicia en la lucha social. Ingresa al Partido Demócrata.

 

                         


Recabarren había nacido en el cerro Playa Ancha de Valparaíso el 6 de julio de 1876. Sus padres, José Agustín Recabarren y Juana Rosa Serrano, son modestos comerciantes. Tiene cinco hermanas y un hermano. Ellas se llaman Juana, María, Mercedes, Clara y Lidia.

Luis Emilio estudia cuatro años en la Escuela Santo Tomás de Aquino, de los padres Salesianos. Al cumplir los 12 años de edad, debe ayudar a sus padres a atender su pequeño negocio.

La familia se traslada a Santiago. Allí, en 1890, el joven Recabarren, a la edad de 14 años, comienza a trabajar como tipógrafo en una imprenta.

El triunfo de los contrarrevolucionarios no le produce alegría alguna. Vuelve a la capital. Pronto le invade una En 1894 Recabarren ingresa a la lucha social, afiliándose al Partido Demócrata. Éste se había fundado el 20 de noviembre de 1887. Es la primera expresión política popular en la historia de Chile. En sus comienzos está constituido por artesanos, pequeños comerciantes, modestos empleados y obreros. Sin ser un Partido obrero, juega –especialmente en los últimos años del siglo XIX-  importante rol en las luchas de los trabajadores. La clase obrera aumenta en número y combatividad.

En el siglo XIX, tienen lugar alrededor de 110  huelgas.

             

 


EL 1º DE MAYO EN CHILE

En Chile se conmemoró por primera vez el Día   Internacional de los Trabajadores en 1892, con un acto realizado en la Plaza de la Justicia de Valparaíso, organizado por el Partido Demócrata. En esa ocasión, el dirigente de ese partido, Agustín J. Leiva hizo un breve alcance sobre el significado de esta fecha e invitó a la clase obrera a unirse a fin de que “el rico ceda lo que por derecho y razón nos pertenece”


EL MÁS ANTIGUO  MANIFIESTO DEL 1º DE MAYO

Al año siguiente, con fecha 29 de abril de 1893, el periódico “El Obrero”, de La Serena, publicó el más antiguo Manifiesto del 1º de Mayo conocido en Chile. Su autor, Luis Peña y Lara. Allí se decía:

“Trabajadores y obreros demócratas de Chile: Hoy es el día en que el pueblo hambriento y desnudo formula enérgica protesta contra el orden de cosas existente, contra la organización actual de la sociedad.

Ese grito de protesta lanzado por el oprimido que trabaja y nada tiene, es universal: no reconoce ni fronteras ni razas ni nacionalidades, y donde quiera haya explotados y explotadores, víctimas y verdugos, se presiente la formidable lucha de la igualdad económica contra la tiranía política; de la libertad social contra las usurpadas regalías de la nobleza; del egoísmo de las clases privilegiadas contra la fraternidad y contra la soberanía augusta del pueblo entero...

Para realizar este gran pensamiento de la unificación de la familia proletaria bajo un estandarte de mutua solidaridad, los obreros proletarios han consagrado como día de protesta universal, la fecha clásica del 1º de Mayo...”

 

 


RECABARREN Y EL  1º DE MAYO

Con fecha 9 de abril de 1905, Recabarren escribió en “El Trabajo”, de Tocopilla: “¡El Primero de Mayo! Fecha que  no es para nosotros un día de fiesta, sino un día de protesta, un día de conjugación para reiterar nuestros propósitos de marchar a la conquista de la redención del trabajo...”

En Chile, durante 40 años, hasta 1931, el 1 de mayo no era feriado. Los obreros  que participaban en los actos del Día Internacional de los Trabajadores debían paralizar sus labores.

Por eso, Recabarren –que fue un permanente impulsor de los actos del 1º de Mayo- escribió en “El Pueblo Obrero”, de Iquique, con fecha 4 de abril de 1907: “... Todos los elementos que ya comprenden la gran significación del 1º de Mayo, deben, con tiempo, inducir a los trabajadores a no trabajar en ese día. Es el domingo obrero. Las fábricas deben paralizarse, las maquinarias deben estar muertas, silenciosas; los campos desiertos; en los talleres no debe moverse una herramienta; en la calle no debe haber tráfico de vehículos, los tranvías, los carretones, los carruajes, los ferrocarriles, todo debe descansar ese día.

Es un solo día en el año. Un solo día, el que queremos sea nuestro, propio, exclusivo de los obreros del mundo”.

 

EN LOS TIEMPOS DE RECABARREN

Relata el líder del magisterio César Godoy Urrutia: “En Santiago, los actos del 1º de Mayo siempre se realizaban en la Alameda de las Delicias, levantado muchas tribunas –porque no había amplificadores- ocupando muchas cuadras cerradas de gente. En primer lugar tenían un sentido de protesta y este día no se movía una rueda en la ciudad, no salían ni los autos particulares, era un paro absoluto. Entonces todos los trabajadores participaban en los mítines. Generalmente se hacían de mañana. Llegaban columnas, grupos con sus estandartes, sus leyendas. En las tribunas, que se levantaban hablaban allí un comunista, por otra parte un anarquista, era posible que lo hiciera también algún católico y la mayor parte de las veces terminaban en sablazos de la policía que era bastante brava. Más de una vez hubo muertos y heridos, que fueron recogidos de las calles”.

 

EL PROGRAMA DE 1910

En ese año los diarios anunciaban el extenso programa que había preparado la Comisión del Primero de Mayo, constituida para esos efectos.

“PROGRAMA: Día 30 de abril, 8,30 p.m.: Gran velada en el teatro que la Sociedad Andrés Bello posee en la calle San Diego Nº 154.

Día 1º de Mayo, 9,30 a.m. Gran meeting al pie del Cerro Santa Lucía.

10,30 a.m. Desfile general de sociedades y el pueblo. La columna partirá desde el pie del cerro Santa Lucía, doblará por Ahumada hacia San Pablo, donde tomará hasta Matucana para ir a agruparse en el tabladito que hay frente al Portal Edwards. Aquí harán uso de la palabra varios oradores, durante diez minutos cada, sobre el tema de la manifestación.

8,30 p. m.: Conferencia y velada en el Teatro Andrés Bello. La conferencia estará a cargo del camarada Luis Emilio Recabarren y la parte dramática será  desempeñada por el grupo “La Protesta” y presentará el drama “1º de Mayo”.

Concluirá el acto y las fiestas oficiales con las canciones La Internacional y el Himno de los Trabajadores”.

 

           

 


Recabarren echó mano a  las melodías de moda, a las cuales ponía letra combativa. Por ejemplo, con la música del aria de la ópera Nabuco, creó el Himno al Primero de Mayo. En uno de sus versos decía:

 

“Despertad, oh falange de esclavos!

de los sucios talleres y minas,

los del campo, los de las marinas,

tregua, tregua al eterno sudor!”

 

 

EL ÚLTIMO 1º DE MAYO DE RECABARREN

Relata Juan Vargas Puebla: “La concentración del 1º de mayo de 1924 se efectuó en la Alameda en el monumento de Bernardo O’Higgins. Fue un acto unitario, organizado por un comité formado por la FOCH, la IWW (anarcosindicalistas), la Confederación General de Trabajadores (anarquistas), el Partido Comunista y el Partido Democrático. Se habló en la cola del caballo de O’Higgins. Todos los oradores señalaron la importancia de la unidad.

En 1924, el 1º de mayo no era feriado, la gente para acudir al acto debía abandonar el trabajo. No había parlantes.

Por entonces yo era secretario general de la Unión Juvenil de la IWW. Éramos unos 80 muchachos.

Terminada la concentración, me fui desfilando detrás de la FOCH y de Recabarren –llevando la bandera de la Unión Juvenil- hasta la Plaza Vicuña Mackenna. Allí Recabarren subió a un muro y pronunció otro discurso.

Después marchamos hacia el local de la FOCH, en Agustinas esquina con Tenderini. Era una casa vieja. Allí se imprimía el periódico de la FOCH y “Justicia” del Partido Comunista. Por calle Agustinas la casa tenía un balconcito. Recabarren se subió allí y habló. Sin que nadie me lo pidiera y sin autorización alguna, yo hice lo mismo en nombre de los jóvenes de la IWW. Los presentes, casi todos comunistas, me aplaudieron. Era la primera vez que hablaba en público.

Al bajar, Recabarren me puso la mano en la cabeza y me dijo: ‘Bien muchacho, muy bien...’ Fue la segunda y última vez que vi vivo a Recabarren.”

Luis Emilio Recabarren se suicidó el 19 de diciembre de 1924. Sus funerales fueron una multitudinaria manifestación de dolor y de cariño hacia el fundador del Partido Comunista y padre del movimiento obrero chileno.