domingo, 15 de enero de 2023

Tristeza del porqué.

 


Comentario radial y escrito.


 


 


A los que me escuchan les pido disculpas; no acostumbro a asomarme de este modo. 

Me “urgenta” decir que tengo miedo. 

De espanto son los funerales por fusiles engañados, de espanto el pario plutonio, haciendo rondas con el uranio. 

Uranio despojado, mentido, manipulado por ansias corruptas que enamoran extinción. 

El miedo me encoje, me enrollo en la pala de Víctor, me obligo a “ir al trabajo” sin saber si está con vida, si, seguirán sus turbinas, sus pizarrones, sus cristales, sus cámaras magnéticas, las semillas, el ganado, el aire, el sol. 

¡Como hemos podido llegar a este terminal de olvido! 

He tenido suerte de haber sobrevivido; en mi ego, he sido un gigante, una oruga con guata raspilla, una hormiga sin hormiguero, un macetero sin planta. 

No he estado nunca de rodillas sin decir por dentro, escupiendo sangre “hijo de tu madre y de tu padre, las tortillas volverán”. 

Me urgenta decir que tengo miedo. 

No por mí, yo ya me voy yendo, estoy usando mi último equipaje. 

Tengo miedo por la vida en sí, por la gaviota, por el albatros, por el jote de mi norte chico, por mi norte grande, por la abeja y el chañar, por Chañaral, por la Chimba en Copiapó, por la calle Brasil en La Serena, por el seminario Seráfico, por el Conciliar, por los pueblo del mundo, esos que hacen las cosas, por Vicuña, por Elqui, por el canto y por el vino. 

Otras veces he comentado; siendo muy niño, en casa de mi abuela materna, en Chañaral, no tenía agua caliente, tampoco en los cientos de casas que se colgaban al cerro de la virgen. 

Lo mismo sucedía en casi 4 millones de hogares en mi país de mar, cerro y cordillera. 

En mi casa, en Barquito, yo me bañaba en agua caliente. 

Era cuestión de abrir la llave y llevarle a los gringos los palos de golf. 

Desde esos tiempos que busco y acorralo al hacedor de diferencias, para escupirlo. 

No me demore mucho en encontrarlo, más bien el me encontró a mí. 

De trigo limpio no soy. 

Más bien soy, como miles de miles más, el resultado de los negocios del siglo, entre mi país Chile y los Estados Unido de Norte América. 

Y no han sido solamente con los gringos, la lista es grande. 

Empresas trasnacionales del Reino Unido, Japón, Alemania, Francia. 

Hasta mi país de agua está en la lista. 

En la década del 80, la Empresa Minera sueca “Boliden”, les vendió a los pumas del sur de américa, residuos altamente tóxicos. 

Arica fue el destinatario. 

Aún sigue naciendo infancia con defectos congénitos, gente muriendo de cáncer y medio mundo mirando pa otro lado. 

Y todo tiene su contenido, su porque… 

Es la codicia, la necesidad dependiente de controlarlo todo, cueste lo que cueste, hasta mi propia vida vale…Los ideales para un mundo diferente vale un moco. 

Vivo para soñar, para aprender, analizar, valorar y gritar, cantar, lo que podría ser el mundo si aplicamos el “sentido común”. 

No hablo de dictaduras, ni hablo de patrias con mojones, hablo de clases que salen de tanto surcar arado, del lápiz, de la empatía, de la solidaridad. 

¡Jamás de la caridad, sostén de la pobreza! 

Y esta idea, esta condición de ser, no la sufro yo solito, ni dos mil millones tampoco. 

Nuestro vivir de hoy ha sido planificado desde el tiempo de la papa. 

Se asomaron las financieras del mundo entero, la banquearía estilando guerras para endeudar a los pueblos y robarles soberanías. 

Soberanía, que palabra más triste. Tiene angustia de sueños, de vivienda, de necesidad de litio y cobre, de bosque, de agua. 

Agua de Elqui, empresarial y ladrona. 

Nos obligan a matarnos entre raíces hermanas. O creen ustedes que la guerra del salitre fue para cuidar el mote con huesillo. 

En tiempos de guerra, la codicia, como un arte de magia, nos transforma en patriotas, en héroes, en defensores de la libertad y democracia, transforma el crimen más horrendo, como degollar a un amigo, en un acto necesario. 

Vilmente nos engañan y nos mandan a vestir de mercenarios. 

Sientan la muerte de invierno en Ucrania. 

Sientan el titiritar del oro en las fábricas de metrallas. Compartan el regocijo de gerentes y vendedores. 

¡Ay trigo, como te matan! 

El que construya el peaje pa Asia, le pondrá precio al grano de arroz. 

Soledar, pequeña ciudad a un suspiro de distancia de la ignominia practicada. 

Soledar, Damasco, Gaza, se convierten en avernos al igual a los 20 millones de yemeníes. 

Me preguntaba en que chabola del Brasil se zurció nuevamente ignorante la cruz gamada a la cruz del Emanuel. 

El riquerio, en todas las edades de las civilizaciones, no ha cambiado en su esencia, en su dependencia de dominarlo todo. 

Cuando los dominados se sublevan, lo hacen disparejos. 

Esas diferencias con pies de barro determinan la fuerza de opresión. 

Cuando los oprimidos, el intelecto de los asalariados, la cultura social, innata, humanista, se van poniendo de acuerdo y se programan, el capital se asusta y suelta a sus guardianes con rabia enajenante: 

El fascismo. 

Si esto no basta, y el fascismo es arrinconado, funado, el pudiente, el riquerio, como reguero de pólvora, en cadena, trae la guerra. 

Y tengo miedo, vergüenza. 

A la mayoría de los lideres del mundo a través del voto los elige el pueblo. 

Cuestión que, en mi país, políticamente, le ha achuntado dos veces… 

Pero, es màs que eso, no es solo de achuntarle, se trata de saber y tener como defender lo conseguido en la achunta. 

Lo que digo me obliga a desenmascarar mi hilacha. 

Un periodista español comentaba el 9 de enero que el atentado a la dignidad democrática y soberanía de Brasil era un fallo garrafal de Lula. 

Enterado de su existencia, de rumores y movilizaciones que anunciaban ese ultraje, debería haber actuado en consecuencia. 

Me resulta muy molesto esos decires. 

Como que, para impedir que llegara Isabel Diaz Ayuso a la presidencia de la comunidad de Madrid, era menester matar al 60% de los votantes. 

Con el desarrollo dialectico y corriendo de la lucha de clases, los medios de comunicación masiva en manos de las grandes trasnacionales, es una herramienta decisiva para manipular valores y principios esenciales en la vida de la humanidad. 

La mentira la protegen con la media verdad, aprovechándose de la pederastia en la libre expresión; libertad de prensa; derecho que no comparto. 

La ignorancia con el hambre es mala compañía. 

Mentir en la política es criminal y rastrero. 

Hay cuestiones contradictorias….  El riquerio, es una costra que tenemos que saber llevar. 

Pero no revueltos. 

Nosotros, el pueblo tenemos que ser capaces de llegar a barrios, escuelas y canchas. 

A todas las organizaciones de bases. Tenemos que demostrar, evidenciar que la justicia social es solamente posible si aplicamos el sentido común. 

Es horrendamente criminal permitir que alguien, este donde este, tenga frio, hambre, que no tenga pupitre ni camilla. 

El creer que seguirás viviendo en algún lugar divino y digno, no tiene contraposición, al creer que puedes ayudar a un manzano a nacer un mejor fruto…Y si llegas a ser cenizas, el recuerdo te traerá todos los santos días. 

Lo valido es que todos, sin excepción alguna, en este viaje maravilloso y terrenal, vivamos a “la pinta”.


Alejandro Fischer Alquinta. 

Estocolmo 20230115