martes, 3 de enero de 2023

¿QUÉ OCURRIÓ EL 2 DE ENERO DE 1922?

 



 

                                               Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                               Centro de Extensión e Investigación

                                               Luis Emilio Recabarren, CEILER

 

 

                                   


 

 

Ese día finalizó en la ciudad de Rancagua el Cuarto Congreso Nacional del Partido Comunista, que se había iniciado  el  1   de enero de 1922.  En él se ratificaron dos resoluciones del Tercer Congreso: solicitar la adhesión a la Internacional  Comunista y cambiar su nombre por el de Partido Comunista de Chile. 

Además, se eligió un nuevo Comité Ejecutivo Nacional (CEN) compuesto de nueve miembros: Ramón Sepúlveda, Secretario General; Juan Espinoza, Carlos Flores, Onofre González, Alfredo Guerrero, Isaías Iriarte, Manuel Leiva, Carlos Olivares y Benjamín Rojas. 

Se fijó la ciudad de Viña del Mar como sede del CEN. Resolviéndose, por otra parte,  la creación de un periódico, como órgano oficial de este Comité.

 

DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS 

El Cuarto Congreso aprobó una Declaración de Principios en donde se señalaba:

“El Partido Comunista de Chile, reunido en Congreso en la ciudad de Rancagua el 1º de enero de 1922, después de ratificar su adhesión a la Internacional Comunista con sede en Moscú y considerando:

“Que la  sociedad capitalista, por lo mismo que se divide en clases, cimenta su estructura jurídica, política y económica sobre la explotación del hombre por el hombre;

“Que en este proceso se ha llegado al  grado de máximo desarrollo, razón por la cual la lucha clases se hace más intensa;

“Que en virtud de este hecho, comprobado en todo el mundo sujeto a la dominación del capitalismo, las clases son cada vez más irreconciliables;

“Que los componentes de esas clases no sólo se manifiestan en defensa de sus intereses aisladamente, sino que, por el contrario, tienden a agruparse en directivas propias, constituyendo organismos con funciones definidas;

“A fin de  que la clase trabajadora pueda encaminarse ventajosamente a la consecución de sus ideales, que propague la supresión de la explotación del hombre por el hombre, instaurando en su defecto una sociedad comunista, es indispensable organizar sus fuerzas, capacitándose para la implantación de su dictadura en el período de transición;

“Que para conseguir ese resultado se requiere la constitución de un organismo revolucionario de vanguardia, con propósitos claros, directivas precisas, que no puede ser otro que el Partido Comunista, por lo tanto resuelve:

 

“1.- Constituirse en Sección Chilena de la Internacional Comunista, aceptando su tesis y luchando por el triunfo de la causa de la clase proletaria; 

2.- Llamar al proletariado de todo el país, que forma el nervio de las distintas regiones: carbonífera, salitrera, minera, agrícola, industrial, etc., para que, en completo acuerdo, se incorpore a sus filas, y 

3.- Desenvolverse paralelamente, en perfecta inteligencia, con la organización sindical revolucionaria, a fin de constituir un lazo indestructible en la lucha final contra el capitalismo”.

 

CASO ÚNICO EN EL MUNDO 

Al momento de discutirse su afiliación a la Internacional Comunista. Sólo un pequeño grupo –encabezado por Manuel Hidalgo- se opuso a ese paso. La inmensa mayoría de los dos mil militantes se manifestaron por constituirse en la sección chilena de la Internacional.

Finalmente, ese grupo acató, a lo menos formalmente, la posición mayoritaria y se mantuvo dentro del Partido. 

Este hecho hizo del Partido Comunista de Chile un caso único en el mundo. Todos los otros destacamentos revolucionarios surgieron de divisiones de los viejos partidos socialdemócratas. En Rusia, por ejemplo, ello ocurrió en el Segundo Congreso del Partido Obrero Social Demócrata de Rusia, realizado entre el 17 de julio y el 10 de agosto de 1903, que se inició en Bruselas y finalizó en Londres. Allí se produjo la ruptura entre bolcheviques –liderados por Lenin- y mencheviques.

El resto de las organizaciones revolucionarias nacieron del quiebre de los partidos socialistas, a causa de la traición de los dirigentes de la II Internacional durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918).

 

EL PC CHILENO NO SUFRIÓ QUIEBRE 

La bancarrota de la Internacional Socialista –como la definió Lenin-  obligó a los revolucionarios a constituir nuevos partidos que adoptaron la denominación de comunistas.

Al producirse la ruptura a nivel mundial entre revolucionarios y reformistas, el Partido Comunista de Chile –entonces, con el nombre de Partido Obrero Socialista- no tuvo en su seno la contradicción que afectaba al resto de las colectividades socialistas. 

En su Primer Congreso de 1915 repudió la actitud de la II Internacional y, como una manera de marcar la diferencia con esa entidad, ratificó su nombre: Partido Obrero Socialista. 

La adhesión a la Internacional Comunista, aprobada en el Tercer Congreso de diciembre de 1920 y ratificada en el Cuarto, en enero de 1922, no produce quiebre alguno en su seno.

Este es un hecho que no se puede ignorar ni subestimar, para comprender la historia del Partido Comunista. También explica por qué, durante muchos años, no existió en Chile un Partido Obrero Socialdemócrata al estilo europeo.

 

CAMBIO DE NOMBRE 

Por otra parte, hasta 1922 el Partido de Recabarren no cayó en posiciones sectarias ultraizquierdistas que fueron comunes a las jóvenes colectividades comunistas,  sobre las cuales Lenin debió escribir en 1920 su famosa obra “El izquierdismo, enfermedad infantil en el comunismo”. 

El IV Congreso, en cumplimiento de una de las 21 condiciones de ingreso a la Internacional – la número 17-, decidió el cambio de nombre. Reconoció también a Rusia Soviética como vanguardia y centro del movimiento revolucionario mundial. Adoptó la tesis del Frente Único Proletario, acordado por el Tercer Congreso de la Internacional Comunista, celebrado en Moscú entre el 22 de junio y el 12 de julio de 1921.

 

LA LÍNEA DEL FRENTE ÚNICO PROLETARIO 

Esta línea era diferente a la que el Partido de Recabarren tuvo desde su fundación, con sello nacional y carácter amplio, que le valió una importante influencia en las masas populares.

La tesis del Frente Único Proletario, sectaria y ultra izquierdista fue hecha suya por el Partido Comunista de Chile en  el período´-comprendido entre 1922 y 1933. Planteaba la revolución socialista como la tarea inmediata y para lograr ese objetivo diseñó una política de alianzas estrecha, que incluía sólo al proletariado, al campesinado y al Partido Comunista. Todo esto dentro de la meta de “encauzar un proceso revolucionario de contornos mundiales”. 

Luis Emilio Recabarren fue el impulsor de la incorporación del Partido Comunista chileno a la Internacional. Pero en la aplicación de la política del Frente Único Proletario surgieron diferencias entre el dirigente y los planteamientos de la Internacional. 

Volodia Teitelboim  sostuvo en conversación con el autor, efectuada en Santiago, con fecha 21 de enero de 1994:  “Recabarren era profundamente internacionalista, pero no siempre estuvo de acuerdo con las posiciones de la Internacional. Dentro del Partido Comunista de Chile hubo resistencia a decisiones de ese organismo”. Fue el choque entre dos formas distintas de apreciar la situación del país.

En la práctica los comunistas chilenos no aplicaron la línea del Frente Único Proletario.

 

EN 1922 NO HUBO FUNDACIÓN NI REFUNDACIÓN DEL PC 

Con el acuerdo del IV Congreso de adherirse a la Internacional, no hubo como algunos sostienen, la creación de un Partido nuevo. El POS no se convirtió en el PC. Sólo hubo cambio de nombre. Continuaron los mismos militantes.

La mayoría del nuevo Comité Ejecutivo Nacional fueron reelegidos.

Se mantuvieron los mismos Estatutos, que serán reformados en 1923, redactados, igual que los anteriores, por Recabarren.

Se mantuvo la misma estructura orgánica, que sólo será cambiada en 1927.