viernes, 6 de marzo de 2020

FEMINISMO Y LUCHAS DE CLASES (XI)





Hoy, 6 de marzo,  cuando conmemoramos con emoción y cariño el 15º aniversario de la partida física de la dirigente comunista Gladys Marín Millie, la combatiente ejemplar, enviamos el noveno y último capítulo de "Feminismo y  luchas de clases".


Un abrazo, siempre con el puño derecho en alto,

Iván Ljubetic Vargas



                                               Iván Ljubetic Vargas, historiador del
                                               Centro de Extensión e Investigación
                                               Luis Emilio Recabarren,  CEILER
 




                                                    “La historia de toda sociedad
                                                      hasta nuestros días no ha
                                                      sido sino la historia de las
                                                      luchas de clases”
                                                      (K. Marx- F. Engels: “Manifiesto
                                                           del Partido Comunista”)



A MANERA DE CONCLUSIONES

Efeminismo es la doctrina social favorable a la mujer, un movimiento que exige que hombres y mujeres tengan los mismos  derechos.
Existen variadas formas  de feminismo, que se dividen en dos tipos fundamentales, de acuerdo a  lo que consideran determinante  en el desarrollo social: las luchas de clases (feminismo consecuente) o las luchas de géneros (feminismo “radical”).

Hemos denominado feminismo consecuente al que, de acuerdo con el materialismo histórico, considera como motor del desarrollo social a las luchas de clases  y como la  contradicción fundamental en el régimen capitalista, la existente entre la burguesía y la clase trabajadora (incluidos todos los géneros). Por tanto, junto con luchar por las reivindicaciones más acuciantes de cada momento, no pierde de vista su objetivo final: terminar con una sociedad en que unos seres humanos sean explotados por otros seres (no tan humanos). Este tipo de feminismo consecuente es el que ha practicado, desde sus inicios el Partido Comunista de Chile.

El otro tipo de feminismo es el llamado “radical”, que considera como causa fundamental  de los problemas de las mujeres el patriarcado (predominio de los varones sobre las mujeres) y que se superarán al conquistar una sociedad sin patriarcado. Este tipo de feminismo surge como una respuesta espontánea ante las injusticias que sufren las mujeres. Y, como todo movimiento espontáneo que surge en una sociedad capitalista, termina por ser dominado por la ideología burguesa. Entonces adopta un pretendido apoliticismo, repudia  a  todos los partidos políticos por igual.

Desde su fundación el Partido Comunista de Chile  asumió las banderas del feminismo, con Recabarren y  Teresa Flores; luego con  Julieta Campusano, Violeta Parra, María Marchant, Marta Vergara, María Ramírez, Norma Contreras, Eulogia Román, Gabriela Pizarro,  Alicia Ramírez, Silvia Urbina, Ramona Parra, Marta Ugarte, Sola Sierra, Inés Cornejo, Gladys Marín y muchas más.

El objetivo final del Partido Comunista de Chile es forjar una sociedad sin clases sociales, en que no exista ningún tipo de explotación ni exclusión.

        
                                 Inés Cornejo y Julieta Campusano

         

                                               Carmen Hertz