Iván
Ljubetic Vargas. Historiador del
Centro
de Extensión e Investigación
Luis
Emilio Recabarren, CEILER
No es difícil imaginar lo sesudos esfuerzos
desplegados por ministros, asesores, incluso por el señor presidente y la primera dama, por
encontrar algo con que empatar, a lo
menos publicitariamente, con las grandes
manifestaciones que preparaban las mujeres chilenas para el Día Internacional
de la Mujer ,
las que tendrían (como tuvieron) un alto contenido contra el gobierno
neoliberal.
Debemos ser justos y reconocer que esta vez fue un
buen intento.
El domingo 8 de marzo, mientras en Santiago y en 47 otros puntos del país,
cientos de miles de mujeres salían a la calle, con alegría, consignas, danzas,
teatro, cantos, lienzos y banderas, temprano
en La Moneda
había una conmemoración. Asistían
ministras y ministros, y algunas decenas de derechistas. La titularon “Por
todas”.
Habló quien fuera llamado el “primer machista” de
Chile”. Que, claro, no tiene mucha idea de qué se conmemora el 8 de marzo ni
que el Día Internacional de la
Mujer fue un acuerdo adoptado en un Congreso de Mujeres
Socialistas (comunistas).
Rindió homenaje a mujeres que han luchado por sus
derechos, pero “olvidó” a Teresa Flores que, cuando amanecía el siglo XX, fue
una de las primeras mujeres chilenas en crear combativos Centros Femeninos.
Planteó dos medidas a favor de la mujer: “el primero un monitoreo telemático, que
permitirá proteger a mujeres en riesgo de violencia. Impediría que el potencial
agresor se acerque a su posible víctima”.
El
segundo, tiene que ver con incorporar “a los deudores de pensiones de alimentos
al boletín comercial, de forma de hacer cumplir con mayor eficacia las
obligaciones que los padres tienen con sus hijos”.
Y aunque parezca increíble, en los medios de
comunicación, en especial en los canales de TV, hubo un empate virtual entre
las grandes manifestaciones en las calles de Chile con ese mínimo encuentro en La Moneda.
De esta manera los medios en manos de la derecha
empresarial van tergiversando los hechos,
escribiendo la falsa historia. Es
parte de la lucha ideológica de la burguesía en su labor cotidiana por crear la
conciencia falsa en la gente.
Pero, en momentos de rebelión popular como el que vivimos,
las masas movilizadas refuerzan su conciencia revolucionaria.
¿EMPATE?