En su 134 natalicio:
Iván Ljubetic Vargas, historiador
del
Centro de Extensión e Investigación
Luis Emilio Recabarren, CEILER
Desde la escuela asociamos a la dulce Gabriela con sus bellas rondas como:
“Dame la mano y
danzaremos,
dame la mano y
me amarás.
Como una sola
flor seremos,
como una flor,
y nada más...”
O con: “Todas íbamos a ser reinas,
de cuatro reinos sobre el mar:
Rosalía con Efigenia
y
Lucila con Soledad”
Gabriela Mistral es eso, pero
mucho, mucho más que eso.
SUS
INICIOS
Nació el 7 de abril de 1889 en la calle Maipú N.º
759 (hoy Gabriela Mistral) de la ciudad de Vicuña, ubicada en el valle del
Elqui, a 62 kilómetros de
Su padre, Juan Jerónimo Godoy
Villanueva, era profesor; su madre,
Petronila Alcayaga Rojas, modista. Fue
bautizada en la parroquia de Vicuña con
el nombre de Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga.
En 1892, cuando ella tenía
tres años de edad y vivían en Montegrande, su padre abandonó a la familia,
quedándola con su madre y su media hermana, Emelina Molina Alcayaga, que por
entonces tenía 15 años. Ésta se encargó de instruirla y darle orientación a su
vida.
En el año 1900, Lucila ingresó
a
En 1901 La familia residió un
breve tiempo en
COMIENZA
A ESCRIBIR
En 1904 el periódico “El
Coquimbo” de
Trabajó como profesora
ayudante en una escuela de
En 1906, cuando tenía 17,
conoció a Romelio Ureta Carvajal, un empleado ferroviario, que se afirma, fue su único amor y fuente de permanente inspiración.
El 23 de julio de 1908
apareció en “El Coquimbo” la poesía “Del Pasado”, que firmó con el seudónimo de Gabriela Mistral. El
nombre lo tomó de un poeta italiano que le interesó en sus inicios, Gabriel D’Annunzio; el apellido, del poeta
francés Federico Mistral.
En 1909 se desempeñó como
maestra en
LOS
SONETOS DE
En 1910 Gabriela rindió examen
en
En 1911 recibió el
nombramiento de profesora de Higiene en
el Liceo de Traiguén.
En 1912 se desempeñó en el Liceo de
Antofagasta como profesora de Historia e Inspectora General. Ese año murió su
padre en Copiapó, a los 52 años de edad.
El 22 de diciembre de 1914
obtuvo la más alta distinción en los Juegos Florales realizados en Santiago por sus “Sonetos de
En 1917 colaboró con 55 poemas
y cuentos suyos en los cinco
volúmenes de lectura escolar de Manuel Guzmán Maturana.
En 1918 Pedro Aguirre Cerda,
Ministro de Instrucción Pública del Presidente Juan Luis Sanfuentes, nombró a Gabriela Mistral Profesora de
Castellano y directora del Liceo de Punta Arenas, ciudad en que permaneció
hasta abril de 1919.
EN
TEMUCO NACE UNA AMISTAD
Fue trasladada a Temuco y designada Directora del
Liceo de Niñas. Nunca sintió afecto por esa ciudad. Cuentan que, cuando viajaba
en tren al sur, al pasar por Temuco, cerraba las cortinas de la ventana para ni
siquiera verlo.
Sin embargo, en esa
ciudad hacia 1920 nació una gran
amistad. Oficiaba como su secretaria en
el Liceo de Niñas la pintora y escultora, la militante comunista, Laura Rodig.
“Un día –relata Volodia
Teitelboim- vino un niño con cara aceitunada. Preguntó por la directora a
Laurita. Le dijo que ella no estaba. Esperó tres horas y no cambió palabra con
la suave secretaria, que por entonces debía tener poco más de veinte años y era
una tímida acogedora. El poeta y su poesía se marcharon muy tristes. Pero, como
ese muchacho no pertenecía al rebaño de los que se dan por vencidos, regresó al
día siguiente, temeroso, siempre con el cuaderno en la mano. Sí, Gabriela
estaba en casa, pero no podía recibirlo porque ese día se sentía enferma de
jaqueca. El adolescente cetrino, no obstante, su inhibición, no pudo evitar que
se le notara la cara de pena. Laurita le preguntó, afable: ‘Pero ¿qué desea,
joven?
¡Dígamelo, por favor!’ ‘Traigo
unos versos’, murmuró, balbuceante, el muchachito. Laura Rodig pensó para sí
misma: ‘Es lo de siempre. Esta escena ya la he visto alguna vez’. Pero como era
cortés y percibía que ese niño flaco estaba amargado, le dijo, con dulzura:
‘¿No puede dejármelos? Ella los verá cuando tenga tiempo’. ‘Sí, puedo dejarlos
–contestó el muchacho-. Pero, de todos modos, necesito hablar con ella. Quiero
conocer su opinión’. ‘Bueno, entonces, tenga paciencia. Vuelva en una hora.
Puede ser que...’
Una vez transcurrido el
tiempo, el muchacho golpeó de nuevo la puerta. Vio frente a él a la mujer que
personificaba la poesía. Se inclinó en una venia profunda, que no acostumbraba.
Ella descendió de su trono invisible. Lo trató como una mamá cariñosa. Le dijo:
‘Me he arreglado para recibirlo. Estaba enferma. Pero me puse a leer sus versos
y me he mejorado, porque tengo la seguridad que aquí sí que hay un poeta de
verdad’. Luego agregó: ‘Una afirmación
de esta naturaleza no la he hecho nunca antes.’ Esa amistad no se quebró
nunca”. (Volodia Teitelboim: “Neruda” páginas 33 y 34)
Ese muchachito era Neftalí Reyes Basoalto, alumno del Liceo
Hombres de Temuco, el mismo que hoy
lleva su nombre, Pablo Neruda.
RECABARREN
Y GABRIELA
El 14 de mayo de 1921 se fundó
el Liceo de Niñas N.º 6 de Santiago. Gabriela fue nombrada su primera
directora. En 1922 el Instituto ‘Las Españas’, de Nueva York publicó su primera
obra maestra: “Desolación”.
Ese mismo año, Gabriela fue invitada por el Ministro de
Educación de México, José Vasconcelos, para que viajara a su país a fin de
colaborar en los planes de reforma educacional auspiciados por el Gobierno
mexicano.
El diputado comunista Luis
Emilio Recabarren, al conocer esa noticia y saber que Gabriela Mistral no tenía
dinero para el viaje, propuso en
El 23 de junio de 1922
partió Gabriela desde Valparaíso,
acompañada de Laura Rodig, en el vapor
Orcoma rumbo al país azteca.
SOLIDARIZANDO
CON SANDINO
En México, en 1923, fueron
publicados 20 mil ejemplares de su obra “Lecturas para Mujeres”. En Chile aparece la segunda edición de “Desolación” y
el Consejo de Instrucción Pública le
otorgó el título de Profesora de Castellano. En Barcelona apareció una antología
con el nombre de “Las mejores poesías”
Ese mismo año 1923, Gabriela
llamó a los pueblos del continente a sumarse al pequeño David que enfrentaba al
Goliat prepotente. Se refería a la lucha por
Convocó, con voz encendida,
a los jóvenes para que formaran una
legión de combatientes e ir a pelear junto a los hermanos
nicaragüenses, ofrendando –decía-
incluso lo más preciado que tiene el ser humano, su propia sangre, en
señal absoluta de sacrificio solidario.
Así era la dulce Gabriela.
TAMBIÉN
REPRESENTANTE GREMIAL
En 1924 viajó a Europa. En
Madrid fue editado un pequeño volumen de “Ternura”, su segundo libro de poesía.
Ese año visitó Estados Unidos, Italia, y Francia, donde dictó conferencias.
Al año siguiente regresó a
América Latina. Se le rindieron homenajes en Brasil, Uruguay y Argentina.
Permaneció unos meses en Chile.
En 1926 jubiló como maestra y
se le reconoció una pensión. Apareció la tercera edición de “Desolación”
Participó en una serie de eventos
internacionales. Fue nombrada secretaria en una de las secciones de
En 1927 se trasladó a vivir en
Fontainebleau, Francia. Se le designó como delegada de Chile al Instituto Internacional de Cooperación
Intelectual, donde logró conocer y crear vínculos de amistad con destacados
intelectuales del mundo, como Madame Curie, Paul Valery, Henri Bergson, George
Duhamel, Francois Mauriac y George Bernanos.
Asistió, ese año, al Congreso
de Educación en Locarno (Suiza) en representación de
SANDINO
HONRA DE LATINOAMÉRICA
En 1928, estando en París
volvió a escribir sobre el héroe nicaragüense: “El general Sandino carga sobre
sus hombros vigorosos de hombre rústico, su espalda viril de herrero o
forjador, con la honra de todos nosotros. Gracias a él la derrota nicaragüense será
un duelo y no vergüenza; gracias a él, cuando la zancada de botas de siete leguas
que es la norteamericana, vaya bajando hacia el
Sur, los del Sur se acordarán de ‘los dos mil de Sandino’ para hacer lo
mismo”. (Citado por Mario Céspedes en Recados para América. Textos de Gabriela
Mistral”. Santiago, 1978, página 45)
En ese mismo año asistió al
Congreso de
El 26 de septiembre, fue designada por el Consejo de
En ese mismo año de 1928 fijó
su residencia en
En 1929 falleció doña
Petronila Alcayaga Rojas, su madre, que fue sepultada en
En 1930 visitó Estados Unidos,
invitada a dictar conferencias en colegios de enseñanza media.
NICARAGUA
NO ES COLONIA
En 1931, estando en Nueva
York, Gabriela Mistral escribió un recado titulado “La cacería de Sandino”. Allí
denunció:
“Míster Hoover (Herbert Klark
Hoover presidente de EE UU entre 1929 y 1933) ha declarado a Sandino ‘fuera de
la ley’. Ignorando eso que llaman derecho internacional, se entiende, sin
embargo, que los Estados Unidos hablan del territorio nicaragüense como del
propio, porque no se comprende la declaración sino como lanzada sobre uno de
sus ciudadanos: ‘Fuera de la ley norteamericana’...
“La frase cocedora de Mr.
Hoover suena como ese Halalí de las grandes cacerías, cuando sobre la presa que
ha asomado el bulto en un claro del bosque, el cuerno llamador arroja a la
jauría. Es numerosa la jauría esta vez
hasta ser fantástica: sobre unas lomas caerán cinco mil hombres y decena de
aeroplanos. También equivale la frase a la otra de uso primitivo: ‘Tantos miles
de pesos por tal cabeza’, usada en toda la tierra por los hombres de presa.
Lástima grande que la cabeza
enlodada del herrero que la prensa yanqui llama bandido sea, por rara
ocurrencia, una cabeza a la cual sigue anhelante el continente donde vive toda
su raza y una pieza que desde Europa llaman de héroe nato y de criatura
providencial los que saben nombrar bien...
Mr. Hoover, mal informado a
pesar de sus veintiún embajadas, no sabe que el hombrecito Sandino, moruno,
plebeyo e infeliz ha tomado como un garfio la admiración de su raza, excepto uno
que otro traidorzuelo o alma seca del Sur.”
(Mario Céspedes: obra citada, páginas 92 y 93)
SU
CARRERA CONSULAR
A partir de 1932, Gabriela
Mistral inició su carrera consular. Fue nombrada ‘Cónsul particular de libre
elección’. Comenzó en Génova, pero no pudo ejercer sus funciones, debido a que
declaró sus posiciones antifascistas.
En julio de 1933 se desempeñó
como Cónsul en Madrid, luego en Lisboa (Portugal).
Al año siguiente, publicó dos
obras “Nubes blancas” y “Breve descripción de Chile”.
Con fecha 24 de septiembre de
1935, el Congreso Nacional de Chile la nombró ‘Cónsul de Elección con carácter
vitalicio’.
NERUDA
En 1936, en Lisboa, escribió
“Recado sobre Pablo Neruda”. En él señaló:
“La originalidad del léxico en
Neruda, su adopción del vocablo violento y crudo corresponde en primer lugar a
una naturaleza que por ser rica es desbordante y desnuda, y corresponde en
segundo lugar a cierta profesión de fe anti preciosista. Neruda suele asegurar
que su generación de Chile se ha librado gracias a él del neogongorismo del
tiempo. No sé si la defensa del contagio ha sido un bien o un mal; en todo caso
la celebramos por habernos guardado el magnífico vigor del propio Neruda. (En
Mario Céspedes: “Recados para América”. Textos de Gabriela Mistral. Página
197).
“Mi país le debe favor
extraordinario; Chile ha sido país fermental y fuerte. Pero su literatura,
muchos años regida por una especie de Senado remolón que fue clásico con Bello
y seudo-clásico después apenas si en uno u otro trozo ha dejado ver las
entrañas ígneas de la raza, por lo que la chilenidad aparece en las Antologías
seca, lerda y pesada. Neruda hacer estallar en ‘Residencia’ unas tremendas
levaduras chilenas, que nos aseguran porvenir poético muy ancho y feraz”. (En Mario Céspedes: Obra citada. Página 200).
MÁXIMO
GORKI
Estando aún en Lisboa,
Gabriela Mistral escribió en octubre de 1936 un hermoso Recado sobre el gran
escritor y revolucionario soviético Máximo Gorki, fallecido en Moscú el 18 de
julio de ese año. Allí escribió:
“El nombre Gorki significa
para la gente de nuestra generación -¿verdad Manuel Rojas?- nuestra juventud
entera y tal vez lo más digno de nuestro corazón de jóvenes. Bien podemos llamarlo, según la frase feliz,
uno de los ‘autores de nuestra alma’ porque nos dio lo mejor que había en él
para nutrir lo mejor que había en nosotros.
“Él nos pasó de la mano la
estepa aplastada de sol o de lápida de hielo; él nos metió en el vértigo del
alma rusa, ensanchando los registros de la nuestra con el estupendo ‘Tomás
Gordeleft’; él nos contó la leyenda del ‘Kan y su hijo’, que todavía nos orea
en nuestra memoria; él nos dio el cuerpo vasto de la revolución rusa en el puro
bulto de ‘
“Por eso su muerte nos ha
remecido como la de un familiar verdadero y su rostro mongólico de las revistas
ilustradas, nos ha detenido en los kioscos de la calle portuguesa, lo mismo que
lo haría un grabado de Martí de Cuba o del Sarmiento argentino.”
(Mario Céspedes: obra citada.
Páginas 216 y 217)
Aún en 1936 viajó a Guatemala como Encargada de Negocios y Cónsul general.
RECIBIENDO
MERECIDOS HOMENAJES
Del 22 al 23 de julio de 1937
participó en el Coloquio de Artes y Letras efectuado en París, el que fue
presidido por el poeta Paul Valery. La intervención de Gabriela Mistral versó
sobre la situación del escritor latinoamericano y el futuro de las letras en
este continente.
A fines de ese año viajó a
Brasil. En Sao Paulo la declararon Miembro Honorario de
En 1938 efectuó una gira por
América Latina y retorno a Chile por segunda vez. Hubo actos oficiales y
populares en su homenaje. Por entonces, Gabriela Mistral se había convertido en
la mujer más aclamada del continente.
En Buenos Aires,
Viajó a Perú en calidad de
huésped oficial del Gobierno para dictar ciclos de conferencias. Luego visitó
Cuba, donde fue aclamada como apóstol de la unidad intelectual americana.
Regresó por tercera vez a
Estados Unidos. Estuvo dos meses en Florida. Estuvo en varias ciudades, entre
ellas Nueva York y Washington.
En 1939 se desempeñó como
Cónsul en Niza (Francia). Ese año surgió el interés de los intelectuales
latinoamericanos por presentar a Gabriela Mistral como candidata al Premio
Nóbel de Literatura. Encabezó esta iniciativa la escritora ecuatoriana Adelaida
Velasco Galdós.
El Presidente Pedro Aguirre
Cerda la designó ‘Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario’, ante los
gobiernos de América Central, con residencia en San José de Costa Rica, cargó
que no pudo aceptar por razones de salud.
En 1940 se trasladó a Brasil y
se hizo cargo del Consulado en Niteroi. La acompañó su sobrino Juan Miguel
Godoy Mendonza (Yin Yin). Luego ejerció como Cónsul en Petrópolis.
Fue un duro período de su
vida. Por un lado, los horrores de
PREMIO
NOBEL
En 1945 se le otorga el Premio
Nobel de Literatura. Fue el primero para América Latina.
Gabriela Mistral relata cómo
conoció la noticia el 15 de noviembre de 1945:
“Estaba sola en Metrópolis
(Brasil), en mi cuarto, escuchando en la radio las noticias de Palestina.
Después de una breve pausa en la emisora se hizo el anuncio que me aturdió y no
esperaba. Caí de rodillas frente al crucifijo que siempre me acompaña y bañada
en lágrimas oré: ‘¡Jesucristo has merecedora de tan alto lauro a ésta tu
humilde hija!’... Matilde –se refiere a Matilde Ladrón de Guevara-, si no fuera
por la traducción maestra que hizo de mi obra el escritor sueco, puliendo mi
técnica, y con ello, mejorando mi poema, tal vez jamás me habrían favorecido
con el gran premio. Créalo, hermana”-
(Citado por Pedro Pablo Zegers
Blanchet en “Gabriela Mistral: Premio Nóbel de Literatura 1945 (Sesenta años)”
El 18 de noviembre se embarcó
para Estocolmo (Suecia) en el vapor sueco ‘Ecuador’.
El 10 de diciembre de 1945,
cuando tenía 56 años de edad, recibió el
Premio Nóbel. En esa solemne ocasión, Gabriela Mistral dijo:
”Hoy Suecia se vuelve hacia América ibera para honrarla en uno de sus muchos
trabajos de su cultura. El espíritu universalista de Alfredo Nóbel estaría
contento de incluir en el radio de su obra protectora de la vida cultural al
hemisferio sur del continente americano tan poco y tan mal conocido...
“Por una venturanza que me sobrepasa, soy en este momento la voz
directa de los poetas de mi raza y la indirecta de las muy nobles lenguas
española y portuguesa. Ambas se alegran de haber sido invitadas al convivio de
la vida nórdica, toda ella asistida por su folklore y su poesía milenarias...
“Mi Patria, representada aquí
por nuestro culto Ministro Gajardo, respeta y ama a Suecia, y yo he sido
invitada aquí con el fin de agradecer la gracia especial que él ha sido
dispensado. Chile guardará la generosidad vuestra entre sus memorias más
puras”.
NERUDA
RINDE HOMENAJE A GABRIELA MISTRAL
En la sesión del martes 20 de
noviembre de 1945 de
En 1945 Gabriela Mistral ejerció como Cónsul Los Ángeles y Santa Bárbara (Estados Unidos).
En el año 1946 fue huésped
oficial en Francia, Italia y Gran Bretaña. En
París recibió el grado correspondiente de la ‘Legión de Honor’; en
Italia, el grado de ‘Doctor Honoris Causa’ de
En 1947 se le otorgó el título
de ‘Doctor Honoris Causa’ del Mills College, Oakland, California. En Nueva
Orleáns, fue declarada ‘Hija de
En 1948 ejerció como Cónsul
en Veracruz, México, residiendo allí dos
años.
En agosto de 1949, Luis
Enrique Délano y César Godoy Urrutia visitaron a Gabriela en México, para
pedirle su adhesión al Congreso de
Poco después, estando siempre en Veracruz, escribió en noviembre de
1950 su famoso Recado “
Allí dice: “Después de la carnicería del año 14,
la palabra ‘paz’ saltaba de las bocas con un gozo casi eufórico: se había ido
del aire el olor más nauseabundo que se conozca: el de la sangre, sea ella de
vacunos, de insecto pisoteado o sea llamada ‘noble sangre del hombre’.
La humanidad es una gran
amnésica y ya olvidó eso, aunque los muertos cubran hectáreas en el sobrehaz de
la desgraciada Europa, la que ha dado casi todo y va en camino, si no de renegar,
de comprometer cuando dio.
No se trabaja y crea sino en
la paz; es una verdad de Perogrullo, pero que se desvanece apenas la tierra
pardea de uniformes e hiede a químicas infernales. (Mario Céspedes: “Recados
para América. Textos de Gabriela Mistral”.
Página 250)
“Hay palabras que, sofocadas,
hablan más, precisamente por el sofoco y el exilio y la palabra ‘Paz’ está
saltando hasta de las gentes sordas y distraídas...
“Hay que seguir voceándola día
a día, para que algo del encargo divino flote, aunque sea como un pobre corcho
sobre la paganía reinante...
“Digámosla cada día, en donde
estemos, por donde vayamos, hasta que tome cuerpo y cree una militancia de la
paz, la cual llene el aire denso y sucio y vaya purificándolo”. (Mario
Céspedes: Obra citada. Página 252)
El Mercurio no sólo se negó a
publicar ese Recado, sino que la despidió, según sus palabras “como una
sirviente, después de veintitantos años de trabajo”.
En 1950 retornó a Nueva
Orleáns, donde el Alcalde le hizo entrega de las llaves de la ciudad. En
Washington obtuvo el ‘Premio Serra de las Américas’, concedido por ‘The Academy of America Franciscan History’.
Desde Nueva York se embarcó
rumbo a Italia, donde se desempeñó como
Cónsul en Nápoles.
En 1951 se le otorgó en Chile,
muy tardíamente, el Premio Nacional de Literatura.
SU
LEALTAD HACIA NERUDA
En 1952, Neruda perseguido por
el Gobierno de González Videla, vivía en el exilio. Llegó a
Luego escribe a una amiga: “Me
prohibieron desde allá recibir a Neruda. Qué poco me conocen. Me hubiera muerto
cerrándole la puerta de mi casa al amigo, al más grande poeta de habla hispana
y, por último, a un chileno perseguido. Yo fui perseguida y cómo. También fui
echada de diarios y revistas. Y lo serán muchos otros. No olvide nunca esto.
Hay que transmitir la integridad del alma y decir con valentía lo que brota del
corazón”.
EN
LAS NACIONES UNIDAS
En 1953 desempeñó el cargo de
Cónsul de Chile en Nueva York. Participo como delegada chilena en la séptima sesión de la comisión
‘Condición Jurídica y Social de
Al año siguiente, tomó parte
nuevamente en la octava sesión de esa comisión,
que se desarrolló entre el 22 de marzo y el y el 9 de abril de 1954.
Ese mismo año viajó a Chile
con rango de invitada oficial del Gobierno de Carlos Ibáñez del Campo. Recibió
los honores oficiales, pero más importantes que estos fueron los entusiastas y
cariñosos homenajes que le tributó el pueblo. Durante su estada en Chile, fue
editado en Santiago su libro “Lagar I”.
Regresó a Estados Unidos. El
10 de diciembre de 1955, asistió en Nueva York a la lectura de su “Mensaje
sobre los Derechos Humanos”, en la gran sala de
En 1956 el Gobierno chileno le
fijó una pensión especial, mediante una ley promulgada en noviembre de ese año.
EN
MONTE GRANDE
El 10 de enero de 1957 murió
Gabriela Mistral en el Hospital Hempstead de Nueva York.
Retornó a su patria, donde
recibió el cariñoso homenaje del pueblo chileno. Sus restos fueron sepultados
el 21 de enero de 1957 en Santiago y, el 23 de marzo de 1960, trasladados a Monte Grande, en el Valle de
Elqui.
“El 29 de julio de 1964
–relata Volodia Teitelboim-, en plena campaña presidencial, Salvador Allende y
Pablo Neruda llegaron al caserío de Montegrande. Entonces dijo Neruda que los
restos de Gabriela Mistral habían sido traídos a su aldea natal porque ella allí quiso dormir su último sueño. En la
ejecución de dicha voluntad intervino