Iván
Ljubetic Vargas, historiador del
Centro de Extensión e Investigación
Luis Emilio Recabarren, CEILER
En la madrugada del
sábado 15 de abril de 1961, aviones estadounidenses tripulados por
“gusanos” instruidos por los
imperialistas, camuflados con la insignia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR)
atacaron el aeropuerto de Ciudad Libertad, la base aérea de San Antonio de los
Baños y el aeropuerto de Santiago de Cuba, hoy aeropuerto Internacional Antonio
Maceo.
Ocho aviones B-26 partieron desde Puerto Cabezas,
Nicaragua, con el objetivo de destruir, en tierra, la modesta aviación cubana y
para asegurar la impunidad de otras incursiones enemigas por vía terrestre.
El ataque pretendía, además, hacer creer a la opinión
pública internacional que en
Avión B-26, con la falsa inscripción FAR 931, que bombardeo Puerto Cabezas
El camuflaje de los aviones
como miembros de la fuerza aérea permitieron que la sorpresa de los primeros
momentos causara víctimas inocentes entre civiles y combatientes.
La respuesta no se hizo
esperar y uno de los aviones enemigos fue derribado por la artillería
revolucionaria; otro recibió varios impactos que lo obligaron a huir para
aterrizar en Cayo Hueso y un tercero realizó un aterrizaje de emergencia en
islas Gran Caimán.
La defensa también se organizaba en el exterior y el
canciller cubano Raúl Roa García, denunciaba el mismo día 15, ante
En
HOMENAJE A LAS VÍCTIMAS
El domingo 16 de abril de 1961
se realizaron las honras fúnebres a los caídos en los ataques aéreos en el
Cementerio Colón de