Iván
Ljubetic Vargas, historiador
Centro
de Extensión e Investigación
Luis
Emilio Recabarren, CEILER
Julián
Grimau García nació el 18 de febrero de 1911 en
la calle
Al
estallar la guerra civil, ingresó en el Partido Comunista de España (PCE). Pasó
la guerra en
Al ser
derrotada
En 1954, durante el Congreso del PCE celebrado en Praga,
fue elegido miembro de su comité central. A partir de 1959 al ser detenido Simón Sánchez Montero, quedó en la dirección
del Partido "en el interior", es decir, dentro de España. Durante
varios años debió vivir en la clandestinidad. Compartió esa dirección con Jorge Semprún y Francisco
Romero Marín.
Por su actividad fue
una de las personas más buscadas por
El 7 de noviembre de 1962, mientras viajaba en un autobús
con solo dos pasajeros más, que eran agentes de la policía política franquista,
fue detenido.
Obviamente, había sido delatado. Fue conducido a
Grimau no fue acusado por su militancia clandestina (lo
que le habría valido una condena a prisión) sino por su actividad durante la
guerra civil. Fue la última persona procesada y condenada en España como
consecuencia de la guerra. La razón de ello es que, probablemente, el régimen
quiso dar una lección a la oposición en un momento en el que existía una ola de
alta conflictividad social y política.
Grimau fue acusado por su trabajo como policía durante la
guerra civil. Esa actividad, como todas las ejercidas por miembros de la
administración republicana durante la guerra, era calificada de delito de
rebelión militar. Aunque el delito se consiguiese probar, técnicamente había
prescrito tras los 25 años transcurridos. El tribunal debía probar entonces que
se trataba de un delito continuado. En concreto, a Grimau se le imputaban
torturas y asesinatos en una checa (centro de detención político) de Barcelona. Imputación, que no fue
demostrada en el juicio.
Tras su detención, fue condenado en un juicio sumarísimo,
el jueves 18 de abril de 1963.
El caso de Julián Grimau levantó una ola de solidaridad
mundial. La prensa internacional volcó su atención sobre el caso Grimau y hubo
manifestaciones multitudinarias en varias capitales europeas y
latinoamericanas. Más de 800.000 telegramas llegaron a Madrid. pidiendo la
paralización de lo que consideraban un juicio-farsa. Aún hoy, numerosas
ciudades de todo el mundo honran al madrileño con calles y edificios oficiales
que llevan su nombre.
Julián Grimau, entre tanto, pasaba en el cuartel militar
del barrio de Campamento sus horas de capilla, es decir, las previas a la
ejecución de la pena, en compañía de su abogado, de acuerdo con las ordenanzas
militares.
Hacia las 5 de la madrugada del 20 de abril de 1963, fue
trasladado en una furgoneta al campo de tiro del cuartel, donde debía
ejecutarse el fusilamiento.
Correspondía a
Impactada por la muerte de Grimau, nuestra Violeta Parra
dedicó los versos de su canción “¿Qué dirá el Santo Padre?”
“¿QUÉ DIRÁ EL SANTO
PADRE?”
¿Qué dirá el Santo Padre,
que vive en Roma,
que le están degollando,
y a su paloma?
El que oficia la muerte como un verdugo,
tranquilo está tomando, su desayuno.
Lindo segar el trigo por lo sembrao,
regado con tu sangre, Júlian Grimao.