En su 92º
natalicio:
Iván Ljubetic Vargas, historiador del
Centro de Extensión e Investigación
Luis Emilio Recabarren, CEILER
CONMEMORANDO SU
NATALICIO
El 12 de junio de 1978 participamos en Frankfurt am Main,
República Federal Alemana, en un acto que se efectuó frente a la casa en
que había nacido Ana Frank, cincuenta
años atrás. Era la segunda hija del matrimonio de Otto Frank y Edith Frank-Holländer. La primogénita se
llamaba Margot y era
tres años mayor que Ana.
Fue ese un evento de gran contenido antifascista. Junto
a las banderas de muchas organizaciones
progresistas alemanas, hubo chilenas.
Los oradores entregaron antecedentes sobre esa familia judía...
Cuando en 1933 asumió el poder Adolfo Hitler en Alemania, Otto Frank decidió no esperar más y partió con los suyos a Holanda. Instaló un negocio en la calle Prinsengracht Nº 263, una típica casa del antiguo Ámsterdam. El edificio había sido construido en 1613, pero había tenido muchas transformaciones. Como es frecuente encontrar en esa ciudad, el edificio tenía dos casas juntas: una frontal y otra interior, hacia el patio trasero.
En mayo de 1940 el ejército hitleriano invadió Holanda.
Otto Frank comenzó entonces a preparar
en secreto un refugio en
EL TRASLADO
El 6 de julio de 1942 ingresó la familia Frank en
Relata Ana en su Diario:”Jueves, 9 de julio de 1942. Querida Kitty: Nos pusimos en camino bajo una lluvia persistente. Papá y mamá, cada uno con un bolso de compras atiborrado con toda clase de provisiones, y yo con mi cartera llena a rebosar... Por el camino, mis padres me fueron revelando poco a poco la historia de nuestro escondite... Desde hacía unos meses habían mandado trasladar allí parte de nuestros muebles, y asimismo ropa para el servicio y vestidos... El escondite se hallaba en el edificio donde estaban las oficinas de mi padre. Esto es algo difícil de comprender si previamente no se está al corriente de las circunstancias; por esto voy a explicarlo. El personal que trabajaba con mi padre no era muy numeroso; los señores Kraler y Koophuis, Miep, y por último, Elli Vossen, una mecanógrafa de veintitrés años. Todos ellos estaban al corriente de nuestra llegada. El padre de Elli, el señor Vossen, y los dos hombres que lo secundaban en el almacén no habían sido puestos al corriente de nuestro secreto.”
(Ana había recibido, entre los regalos para su 13º cumpleaños, el viernes 12 de junio de 1942, un diario. Lo comenzó a escribir dos días después).l
En su diario explicaba: ”La falta de confianza es talvez
mi mayor defecto. De cualquier modo este es un hecho y es bastante doloroso
tener que reconocerlo. Por eso he decidido escribir este Diario; con el fin de inventarme una imagen
de una amiga que tanto deseo. Quiero que este Diario se convierta en mi amiga.
Y esta amiga se llamará Kitty”. (Esto lo anotaba Ana cuando aún no tenía la menor idea de que
debía trasladarse al refugio secreto).
EN
En 1985 viajamos con el compañero Raúl Pinochet, a una reunión en Ámsterdam y no perdimos la oportunidad de visitar la casa donde la familia Frank, junto a la familia Van Daan y el señor Dussel (que llegaron poco después) vivieron ocultos durante 25 largos meses.
Entramos al edificio ubicado en Prinsengracht Nº 263,
junto a uno de los tantos canales de Ámsterdam, convertido actualmente en un museo contra la guerra y el
fascismo. Lo recorrimos con emoción. La casa delantera está separada de la casa
interior por una puerta disimulada detrás de un estante giratorio de libros,
cuya parte superior está camuflada mediante un mapa.
MAGISTRAL DESCRIPCIÓN DE ANA
Al cruzarla, comprobamos la genialidad con que Ana Frank
describió
“Frente a esta puerta hay una escalera muy empinada; a la
izquierda, un corredor lleva a la estancia que desde ahora va a ser el hogar de
los Frank, y al mismo tiempo el dormitorio del señor y la señora Frank. Al lado
de ésta, otra habitación más reducida se ha transformado en el cuarto de
estudio y dormitorio de las señoritas Frank. A la derecha de la escalera hay
una habitación sin ventana alguna, con una pila de lavarse, y un pequeño
reducto con un lavabo. Una puerta da acceso a la habitación que voy a compartir
con Margot.
“Al abrir la puerta del rellano del segundo piso, uno se
encuentra sorprendido de encontrar tanto espacio y tanta luz en el anexo de una
casa tan vieja. Las casas que bordean los canales de Ámsterdam son las
más antiguas de la villa. La pieza ha de servir de dormitorio del matrimonio Van Daan y, además de
cocina, sala de estar, comedor y estudio o taller. Es muy espaciosa y hasta
ahora había servido de laboratorio. Hay un horno de gas y un fregadero.
“Otra pequeña habitación, que es en realidad un pasadizo,
va a constituir el dominio de Peter Van Daan. En esta parte trasera de la casa,
hay también un desván y una buhardilla. Tengo, pues, el honor de introducirte
en nuestro suntuoso anexo...”
DETALLES QUE ESTREMECEN
Al recorrer
Recordamos lo que ella relata el sábado 11 de julio: “Ni
papá, mi mamá, ni Margot pueden
acostumbrarse al carillón de
En ese mismo día escribe la
joven de 13 años: “Tenemos mucho miedo de que los vecinos nos oigan o nos
vean... Me siento oprimida por el hecho de no poder salir nunca, y siento
muchísimo miedo de que seamos descubiertos y fusilados”.
SE PALPA EL TERROR
Estando allí, en
Ana cuenta en su Diario, con
fecha martes 11 de abril de 1944:
“Las diez y media, las once,
ni un ruido. Mi padre y el señor Van Daan, que estaban de vigilancia, volvían a
vernos por turnos. A las once y cuarto
oímos que alguien se movía en la planta baja.
En nuestra habitación, únicamente nuestra respiración era perceptible, pues todos estábamos como petrificados. Oímos pasos en el primer piso, en la cocina, y por fin en la escalera que conducía a la puerta disimulada. Nuestra respiración estaba cortada, ocho corazones latían hasta romperse oyendo aquellos pasos y unas sacudidas en la puerta del armario. Aquel momento es indescriptible.
Yo me veía ya en las garras de
Los refugiados en
Ana se refiere a ello en su Diario el viernes 25 de
septiembre: “Debo reconocer que nuestros protectores han demostrado tener
muchísimo ingenio. Sería realmente imposible que alguien sospechase a dónde van
a parar las provisiones que se compran para nosotros. Los holandeses son
grandes personas, en realidad”.
“QUIERO SEGUIR VIVIENDO AÚN DESPUÉS DE MI MUERTE”
El martes 4 de abril de 1944 anotó Ana en su Diario: “Quiero seguir viviendo aún después de mi muerte... Cuando escribo me olvido de todo, mis penas desaparecen y renace mi ánimo. Pero la cuestión capital es saber si llegaré a escribir algo perdurable, si llegaré a ser periodista o escritora. Con esta esperanza vivo, pues al escribir puedo dejar testimonio de mis pensamientos, mis ideales y mis fantasías”.
Y el martes 11 de
abril de 1944 escribió: “Soy consciente de ser mujer, una mujer con una
moral acendrada y mucho valor. Si Dios me deja vivir, iré mucho más lejos que
mi madre, no seré una mujer insignificante. Tendré mi
pueblo en el mundo y trabajaré para mis semejantes. Tengo plena conciencia de
que el valor y la alegría son dos factores vitales”.
LOS NAZIS DESTRUYERON SUS SUEÑOS
La joven judía, que por
entonces tenía 15 años, no pudo cumplir sus sueños. El viernes 4 de agosto de
1944 la existencia del refugio fue delatada. Irrumpió la policía nazi. Fueron
detenidos los 8 habitantes de
Los diez detenidos fueron
llevados al cuartel de policía, de allí a la ciudad de Westerbork. El 2 de
septiembre condujeron a los 8 habitantes de
ANA MURIÓ CERCA DE HANOVER
A fines de octubre de 1944
Ana, Margot y la señora Van Daan fueron enviados al campo de Bergen-Belsen,
cerca de la ciudad alemana de Hanover. Las
tres murieron allí. Las hermanas Frank de tifus en marzo de
El único de los refugiados en
Al regresar a Ámsterdam, Otto
Frank recibió de las solidarias Miep y Elli
los manuscritos de Ana, que
habían encontrado y guardado.
Finalizada
EN BERGEN-BELSEN
Cuando en abril de 1945, los
ingleses liberaron el campo de Bergen-Belsen, luego de evacuar a los
sobrevivientes, lo quemaron totalmente, para evitar la propagación del tifus.
Actualmente existe en ese lugar un cementerio.
En 1986, un grupo de exiliados chilenos fuimos invitados a una
serie de actos organizados por el Partido Comunista Alemán (DKP) en Hanover. Uno de ellos consistió visitar
Bergen-Belsen.
A la entrada vimos un pequeño muro donde se lee:
“Bergen-Belsen. 1940 bis
Un monumento en homenaje a los soviéticos fallecidos. Ahí efectuamos una solemne ceremonia, en que tuve el honor de intervenir, en nombre de los chilenos antifascistas.
También rendimos homenaje ante un memorial de piedra negra, coronada por
Esa tarde de junio de 1986 flamearon banderas chilenas, junto a muchas otras, en Bergen-Belsen en homenaje a las víctimas de la bestialidad fascista.
Se cumplió el anhelo expresado por Ana Frank el 4 de abril de 1944: “Quiero seguir viviendo aún después de mi muerte”.
Ella y millones de víctimas
del fascismo siguen vivas en la memoria
y los corazones de quienes anhelamos forjar un mundo en que impere
En recuerdo de los millones de
víctimas de la bestia parda levantamos las
banderas de la democracia y de la solidaridad internacional.