Sucedió el 10 de junio de 1942
Iván Ljubetic Vargas, historiador del
Centro de Extensión e Investigación
Luis Emilio Recabarren, CEILER
Fue uno de los episodios de
¿QUIÉN ERA REINHARD HEYDRICH?
Nació en
Halle del Saale, en Sajonia-Anhalt, en 1904.
Se enroló
desde 1920 hasta 1922 en una organización editorial antisemita. En
1920 se incorporó en los Freikorps y
participó en reyertas callejeras contra grupos "bolcheviques".
Fue brazo derecho de Himmler. En 1933 lo
destinaron como Jefe de la policía de Baviera. En 1936 se le nombró Jefe de
Durante la invasión de Polonia en 1941, Heydrich, bajo la autorización de Himmler, organizó unos grupos especiales de las SS (policía nazi, conocida como “máquina de matar”), que se encargaron del “reagrupamiento” de los judíos polacos en ghetos y de los asesinatos en masa para sembrar el terror.
Estos grupos volvieron a
actuar durante los meses posteriores a la invasión de
UNO DE LOS ORGANIZADORES DEL HOLOCAUSTO
El 20 de enero de 1942,
Heydrich presidió la conferencia de Wannsee, que él había convocado y organizado. Su objetivo era planificar la «Solución
final» para los judíos de Europa (el Holocausto). A partir de dicha conferencia el genocidio
del pueblo judío se aceleró tanto en los campos de concentración, como en todos
los territorios ocupados por Alemania, cuyos judíos fueron conducidos a los
campos de exterminio situados en el Gobierno General ( Polonia ocupada por los
nazis).
“PROTECTOR DE BOHEMIA Y MORAVIA”
Hitler nombró a Heydrich Protector del Reich de Bohemia y Moravia,
Implantó
En Bohemia y Moravia se convirtió en una especie de César
al ubicar la sede del gobierno del Protectorado, en el Castillo de Praga. Comenzó
una política de puño de hierro: prisiones, campos de concentración y pelotones
de ejecución. Los checos que se
resistían a la «germanización» eran invariablemente enviados a campos de
concentración, mientras que los que
colaboraban obtenían mejoras salariales y reducción de la jornada de trabajo. Se ganó el apodo de «carnicero de
Praga».
EL ATENTADO
El 27 de mayo de 1942, Heydrich sufrió un atentado con
bomba, por dos guerrilleros checos, en una calle del barrio de Liben en Praga,
mientras se dirigía en un auto descapotable Mercedes Benz al Castillo de Praga, sin escolta. Logró
salir del coche y disparar contra los atacantes, Jan Kubiš y Jozef Gabčíken,
quienes lograron huir.
Estos habían sido lanzados en
paracaídas sobre un descampado en las afueras de Praga, desde un avión
suministrado por el Ejecutivo británico de Operaciones Especiales. Heydrich
sufrió daños por esquirlas incrustadas en su espalda y no pudo perseguir a sus
agresores. Se apoyó
en una reja y se desangraba. Fue auxiliado por una mujer checa y llevado al
hospital Bulovka de Praga. Allí,
Heydrich insistió en ser atendido sólo por médicos alemanes.
Esta tozudez le acarreó su propio fin. El tratamiento
tardío con sulfamidas aplicado por el doctor Karl Gebhart, cirujano jefe del
Waffen-SS, no impidió el desarrollo de una fulminante septicemia.
Murió Heydrich 8 días después,
el 4 de junio de 1942.
Por su parte los dos
combatientes antifascistas se refugiaron en la iglesia ortodoxa de los santos
Cirilo y Metodio en Praga. Fueron delatados. El 18 de junio las SS asaltaron el
templo. Tras prolongado combate, cuando se les acababan sus municiones, Gabčík y Kubiš, se suicidaron.
En honor a Heydrich, el
exterminio definitivo de los judíos polacos fue bautizado como la
"Operación Reinhard".
Su muerte enfureció a Hitler, quien ordenó al
nuevo gobernador de Bohemia, Kurt Daluege, que hiciera lo necesario para
encontrar a los asesinos. Como resultado de ello, los alemanes iniciaron una
brutal campaña de represión en contra de la población civil checa.
El 10 de junio de 1942, fuerzas de seguridad alemanas rodearon el poblado de Lídice, cerrando todas las salidas. Este pueblo fue escogido por ser uno de los más activos en contra de la ocupación nazi y que entregó a la resistencia gran cantidad de guerrilleros.
Los nazis irrumpieron en el pueblo. Toda la población
fue sacada de sus casas. Separaron a los 192 hombres mayores de 15 años y
los llevaron a un granero. Al día siguiente los fusilaron.
Otros 19 hombres y 7 mujeres
que trabajaban en una mina cercana fueron llevados a Praga y también
ejecutados. A las mujeres las enviaron
al campo de exterminio de Ravensbrück, donde un cuarto de ellas murió en las
cámaras de gas o por el trabajo forzado.
Los niños, fueron conducidos al gueto de la calle
Gneisenau en Łódź (actual Polonia). Allí los
separaron, en base a criterios raciales. Quienes
podrían ser objetos de "arianización", los enviados a Alemania. Los
82 restantes fueron asesinados en Chelmo.
El poblado fue destruido y
totalmente arrasado.
De los 340 habitantes de
Lídice fueron asesinados 192 hombres, 60 mujeres y 88 niños.
Lo mismo le sucedió a otro pequeño poblado llamado Ležáky,
dos semanas después. Los hombres asesinados, las mujeres enviadas a
los campos de concentración y los niños "arianizados" o enviados a
las cámaras de gas. El resultado final de la represión por la muerte de
Heydrich fue de 1.300 personas, entre guerrilleros, altos dirigentes checos y
víctimas circunstanciales, como los habitantes de Lídice.
COMO EL AVE FÉNIX
Pese haber sido completamente destruida, Lídice fue
reconstruida en 1949. Se levanta ahora en un área contigua a la original, donde
existe un gran parque.
En cambio, la villa de Ležáky no fue reconstruida, y sólo existe ahí un monumento en memoria de las víctimas.
LÍDICE VIVE
PARA SIEMPRE
Con posterioridad a la masacre, muchos pueblos de varios
países tomaron su nombre para ellos. Así, el pueblo de San Jerónimo Aculco en
el Distrito Federal (México) cambió su nombre por San Jerónimo Lídice; se creó
el barrio y hospital Lídice en 1943 en Caracas, Venezuela, mientras que en
Panamá se creó Lídice de Capira, al igual que varios pueblos en Brasil. Así el
nombre del pueblo es recordado pese a las intenciones de Hitler. El nombre
empezó a ser utilizado por mujeres de varios países.
Los nazis pretendieron borrar de la faz del plantea a
Lídice, sin embargo sigue vivo en la memoria de la inmensa humanidad
democrática.
Y el crimen allí perpetrado, no ha sido ni podrá ser
borrado de la memoria de los pueblos.
Lídice sigue como un ejemplo de hasta donde el fascismo
puede embrutecer a un ser humano.