Querido viejo, querida vieja, hermosa juventud...Los de adentro y los de afuera...
Se me enturbia la lengua, no puede expresar el vendaval de sentimientos que revoletea en mi intelecto.
Quieren salir, arrancar cantando, “en patota” como decía Gladys.
Y son tantas patotas juntas, que le imploro al “dios de los coloraos” que se organicen...Si no lo hacen me mataran de contento y no quiero morir ante de abrir las grandes alamedas.
Aunque sea contento.
Quiero, necesito vivirte.
Te contare un secreto entre nos, pá que no sea caguien...
Estoy orgulloso de ser tuyo, de mirarte por todos lados, escuchar tu voz en tanta, tanta, miles de gente; de sentir la esperanza incrustada en el rostro, en el hacer de muchachas, muchachos hermosos.
Te lo digo, quiero vivirte, necesito contarlo, gritar tu vida, tu ropa, tu hambre, tu tristeza, tu grandeza, tus cantos, tus romanzas.
Voy a decirlo ahora, no quiero decirlo mudo.
Te conocí en la mirada de un hombre que caminaba llevando un azadón, su rostro era un cerro de mi norte, grietas grises, verdes, rojas, amarillas de tusilago, de aromos...Sus manos eran un rastrillo de sangre...
Me miro, lo mire...su mirada se estaba sembrando en mi honda, en mi pistola de palo...
un grito rompió las miradas en reunión...:
! ¡Don Santa, venga para acá...!
Ese grito extraño, insolente, de clase, descolló para siempre esa mirada con techo y paredes de damasco.
Ese mirar ha escrito toda mi vida, me mandata a gritar, a cantar, me ha tenido la vida en reunión, en las calles y en las aulas, denunciando y amando en mi guitarra.
Mi intelecto te pertenece.
Agradezco, todo yo, agradezco inmenso a todos aquellos que te visten, que te cuidan, que mantienen intacto, dialectico, transformador mi primer mirar...
Cuídate mucho, esos 109 años de tu vida encierran la dignidad, la identidad de la clase trabajadora, de esos que hacen las cosas.
Eres tú, créeme, solamente tú, puedes edificar un país sin miseria, sin injusticias.
Y lo último...
Es bonito verte tan joven, tan ansioso, es bonito verte hermoso, es bonito sentirte tan mío.
Felicidades.
Alejandro Fischer Alquinta
Estocolmo 2021-06-03