jueves, 3 de junio de 2021

HACE 590 AÑOS JUANA DE ARCO FUE QUEMADA EN LA HOGUERA

 

 

 

                                               Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                               Centro de Extensión e Investigación

                                               Luis Emilio Recabarren, CEILER

 

 

 


 

El 30 de mayo de 1431, con unos 19 años de edad, Juana de Arco, la doncella de Orleans murió quemada por la Iglesia Católica en una hoguera de la plaza de Ruán, en Normandía, Francia. 

¿QUIEN ERA JUANA DE ARCO?


Juana de Arco, también conocida como la Doncella de Orleans, nació en Domrémy  en  enero de 1416, en  el seno de una familia campesina francesa acomodada.

Su breve existencia transcurrió  en una Francia marcada por la Guerra de los Cien años, que enfrentaba al país galo y a Inglaterra por el trono francés. Este intermitente conflicto bélico, se había  iniciado en 1337 y durante los  116  años que duró, se llevaron a cabo diferentes campañas militares.

 

JUANA A LOS 13 AÑOS DIJO ESCUCHAR VOCES

La guerra estaba en pleno desarrollo. Las batallas se hicieron cada vez más encarnizadas. Se enfrentaban el heredero al trono, Carlos VII,  con  Enrique VI de Inglaterra. Fue entonces cuando la doncella de Orleans, que tenía 13 años, comenzó a decir que ella  veía alucinaciones que,  según ella, eran divinas. Aseguraba haber visto a visto a San Miguel, Santa Catalina y Santa Margarita. Años más tarde dijo que  Dios  le encomendó  una misión: ayudar a Francia a recuperar el trono. La Iglesia católica y la inmensidad de fieles, reconoció como verdaderas estas apariciones.

 

EN LA GUERRA DE LOS CIEN AÑOS

Cumpliendo la tarea que, según ella, le había encomendado Dios, hacia 1428, Juana partió hacia Vaucouleurs, lugar  donde  estaban acampadas las tropas  de Carlos VII. La joven guerrera pidió alistarse en sus filas. La rechazaron. Pero no cejó en su empeño.

Pocos meses después, los ingleses pasaron a la ofensiva y llevaron a  cabo el asedio de Orleans. El ejército  francés se trasladó a la localidad de Chinon. Hasta allí acudió la joven Juana.  Reiteró incansable  su petición  a Carlos VII que le permitiera dirigir parte de sus tropas.

Con insistencia volvió a pedir a Carlos VII que le permitiera dirigir a parte de sus tropas. En forma increíble, Carlos VII aceptó que una muchacha  desconocida encabezara  parte de su ejército. Muy desesperada debía ser la situación de las huestes francesas.

 

LA VICTORIA DE ORLEANS

Fue así como en  1429, Juana de Arco, dirigió un ejército de más de cinco mil hombres y venció a los ingleses, rompiendo el cerco  que estrangulaba  Orleans. Después de esa victoria,  Carlos VII fue coronado de manera simbólica como rey de Francia en Reims.

 



Gracias al triunfo en Orleans, de las tropas  comandada por Juana de Arco, Francia comenzó a aventajar a Inglaterra. Poco a poco fue recuperando territorios hasta que, finalmente, reconquistó Francia. Pero eso no lo vería la joven doncella.

La Guerra de los Cien terminó en 1453 con la victoria de Francia. Por entonces habían pasado 22 años que la joven guerrera victoriosa había sido asesinada en una hoguera.

 

EL “PAGO DE FRANCIA”

Con la victoria de Orleans y la coronación del rey Carlos VII, la joven Juana de Arco, consideró cumplida  su misión. Dejó de oír las voces y quiso regresar a su casa. Sin embargo, antes de partir, participó en dos  combates más: en París y en Compiègne .

En esta última batalla, el 24 de mayo de 1430, fue capturada por el duque de Borgoña.  A pesar de haber conducido al triunfo a las huestes francesas y  de haber  contribuido  a la coronación del rey Carlos VII, la Doncella de Orleans  fue traicionada por los suyos.  Por su propio rey y por los militares. Temían  a Juana de Arco  por el poder que había alcanzado. Por eso  la  capturaron  y la vendieron  a los ingleses para que fuera procesada.

 

ANTE LA  INQUISICIÓN

Juana de Arco fue trasladada a Ruán. Cayó en las garras de la Inquisición, el terrible  tribunal eclesiástico. El proceso duró unos tres meses. Durante todo ese tiempo, los inquisidores se aseguraron que la heroína francesa no tuviera posibilidad de defensa. Ésta declaró que las voces que oía procedían de los santos y de Dios. El tribunal la acusó de brujería y afirmó que las voces a las que hacía referencia eran del diablo. Recordemos que solo seis años antes la Iglesia había reconocido como verdaderas esas apariciones. Ahora,  para la Inquisición, eran obra del demonio.

En un momento del proceso,   agobiada por las amenazas de los miembros del tribunal  de la Iglesia Católica,  Juana de Arco se retractó de sus declaraciones. Entonces,  le conmutaron  la pena de muerte por la cadena perpetua.

Pero, tiempo después volvió a reafirmar  que las voces que oía tenían origen divino, por lo que la condenaron a muerte.   



                      

El 30 de mayo de 1431, con unos 19 años, Juana de Arco murió quemada en la hoguera de la plaza de Ruán.

 

CAMBIA, TODO CAMBIA…

Pasó el tiempo. Y la Iglesia Católica, dando vuelta las páginas de la  historia,  beatificó a la joven combatiente  en 1909, habiendo pasado  478 años de su asesinato en la hoguera. Más aún, la canonizó en 1920,  489 años luego de su martirio.  De  bruja, de vocera del  demonio,  la Doncella de Orleans, se  convirtió  en Santa, en la patrona de Francia y en símbolo de la unidad nacional.  

¡Nada permanece igual, todo está en un permanente proceso de cambio!