viernes, 15 de enero de 2021

EL EJÉRCITO LIBERTADOR DE LOS ANDES


  

                                              Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                               Centro de Extensión e Investigación

                                               Luis Emilio Recabarren, CEILER

 

         


 

El 14 de enero de 1817, salió desde Mendoza la primera división del Ejército Libertador de los Andes.  Éste había sido  organizado y era dirigido por el general argentino José de San Martín. Lo formaban tropas de las Provincias Unidas del Río de la Plata y soldados  chilenos exiliados en Mendoza.

 

DERROTA Y EXILIO DE PATRIOTAS EN CHILE 

Los días 1º y 2 de octubre de 1814 tuvo lugar la batalla de Rancagua. Durante dos días, atrincherados en la Plaza de esa ciudad, resistieron los patriotas, al mando de O’Higgins, los ataques de las fuerzas realistas muy superiores en número. Cuando al segundo día, la defensa de la plaza se hizo imposible, O’Higgins ordenó a los sobrevivientes montar a caballo y se lanzaron en un audaz asalto por sobre las trincheras enemigas.  De los 600 soldados que iniciaron esa intrépida carga, sólo 300 pasaron las defensas realistas.  Estos soldados, más otras unidades que Bernardo O’Higgins encontró en el camino, eran los chilenos que llegaron a Mendoza,  para preparar  en tierra solidarias  la revancha.

EL EJÉRCITO LIBERTADOR DE LOS ANDES

El General San Martín organizó este ejército  para luchar contra los realistas con tres objetivos concretos: afianzar la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata, contribuir a la emancipación de Chile y derrotar al  Virreinato del Perú, último bastión de dominación  española en América del Sur.

El ejército se componía de  3 generales, 28 jefes, 207 oficiales, 15 empleados civiles, 3778 soldados de tropa (formado por una mayoría de soldados  negros y mulatos, más de la mitad esclavos  libertos,  y por soldados chilenos; 1200 milicianos  montados (para conducción de víveres y artillería), 120 barreteros de minas (para facilitar el tránsito por los pasos), 25  baquianos, 47 miembros de sanidad (para conformar el hospital de campaña), 16 piezas de artillería (10 cañones de 6 pulgadas, 2 obuses de 4 y 1/2 pulgadas y 4 piezas de montaña de 4 pulgadas), 1600 caballos extras (para caballería y artillería) y 9281 mulas (7.359 de silla y 1.922 de carga).

 

EL PASO DE LOS ANDES

La proeza del cruce de los Andes, que duró cerca de un mes, fue el momento más memorable del Ejército de los Andes.

Éste se dividió principalmente en dos gruesas columnas, la primera comandada por el propio San Martín, atravesó la cordillera de los Andes por el paso de los Patos. La segunda, comandada por el brigadier  argentino  Juan Gregorio Las Heras, marchó por el paso de Uspallata,  conduciendo todo el parque y la artillería, cuyo transporte era imposible por el más escabroso paso de Los Patos. La gran dificultad del cruce de la cordillera de los Andes generó que sólo 4,300 del total de mulas y 510 del total de caballos lograran cruzar al otro lado de las montañas.

 

LOS TRAIDORES

La oligarquía  criolla fue aliada del rey español y luchó contra los intereses de Chile. Traicionaron a la patria. Los mismos  grandes terratenientes criollos, que habían convocado el Cabildo del 18 de septiembre de 1810, firmaron el 9 de febrero de 1817, un Acta de Sumisión al rey Fernando VII, en la cual abjuraban de todo movimiento libertario y repudiaban a los patriotas.

En este vergonzante documento,  servilmente manifestaban “su íntima y decidida adhesión que tenemos a la sagrada causa de nuestro legítimo monarca el señor Fernando VII…”  Renegaban de los patriotas y pedían…”Castigar, como es justo, la osadía y el orgullo de los insurgentes de la otra banda”.

No vacilaban estos traidores a los enemigos de la patria “…sus vidas, y sin reserva de cosa alguna estaban prontos y  resueltos a defender los sagrados derechos del rey, a cuya obediencia vivimos gustosamente sujetos”.

Al pie de tan ignominioso documento figuraban apellidos como Larraín, Aldunate, García Huidobro.

 

       


           

Pero les falló el olfato a los traidores. Aún no se secaba la tinta de esa acta infamante, cuando el Ejército Libertador, al mando de los generales José de San Marín y  Bernardo O’Higgins, luego de realizar la proeza de cruzar la cordillera de los Andes, pisaba suelo chileno. Tres días después, el 12 de febrero de 1817, derrotaba a las tropas del rey en la batalla de Chacabuco.

EL INTERNACIONALISMO DE LOS PADRES DE LA PATRIA GRANDE ES NUESTRA HERENCIA

La decidida  y consecuente actitud internacionalista de José de San Martín, que cumplió a cabalidad el plan trazado; la de Bernardo O’Higgins y su activa participación en la preparación, organización y financiamiento de la Expedición Libertadora del Perú; la de Simón Bolívar, que en un tiempo de 11 años liberó los territorios de lo que hoy son Colombia, Venezuela, Bolivia, Ecuador y Panamá;   la de Antonio José de Sucre, son la bandera que toman hoy en sus manos los revolucionarios de la Patria Grande. Es el internacionalismo; es la solidaridad internacional; es la unidad combatiente de los que luchan por conquistar la Paz, la democracia, el socialismo.