Un domingo 26 de julio de 1953, hace 65 años:
Iván Ljubetic Vargas, historiador del
Centro de Extensión e
Investigación
Luis Emilio Recabarren, CEILER
Cuartel Moncada hacia 1953
El cuartel
Moncada está ubicado en la ciudad
Santiago de Cuba, capital de la provincia de Oriente. En 1953 estaba allí acantonado el Regimiento Nº 1 de la
“Antonio Maceo”. Era la segunda fortaleza militar del país, ocupada por unos
mil hombres.
LA SITUACIÓN DE CUBA HACIA 1953
Existía una grave crisis de las instituciones
políticas. Enormes problemas sociales. El 10 de marzo de 1952 se había producido un ilegal golpe de estado,
que condujo a la dictadura de Fulgencio
Batista.
La brutal represión policial aplastaba a la
oposición y hacía imposible cualquier salida pacífica a la crisis política.
La situación del país era precaria en temas tan
vitales como la salud, la educación y el trabajo. Las clases pobres no tenían
acceso a los medios de vida indispensables y sufrían todo tipo de maltratos y
vejaciones. Un triste panorama empañaba la vida del cubano común.
CÓMO ERA LA ORGANIZACIÓN ENCABEZADA POR FIDEL
El movimiento estaba estructurado en forma de
células. Se observaban estrictamente las normas de seguridad que exigía su
carácter clandestino. Tenía dos comités de dirección: uno militar, al mando de
Fidel, y otro civil, dirigido por Abel Santamaría.
Fidel Castro Abel Santamaría ( ambos hacia 1953)
Además, era una organización selectiva. Por
instrucciones de Fidel, sus miembros se reclutaron entre las clases y sectores
humildes de la población: obreros, campesinos, empleados, profesionales modestos.
Eran hombres y mujeres preferentemente jóvenes, ajenos a toda ambición, no
infectados por el anticomunismo ni por las lacras y vicios de la política
tradicional. A principios de 1953, el movimiento contaba aproximadamente con 1
200 miembrosLas armas, los uniformes y los recursos necesarios para la lucha se
obtuvieron fundamentalmente gracias a la abnegación, generosidad y sacrificio
personal de los propios combatientes. Hubo casos conmovedores. Un joven vendió su empleo y aportó $300.000
para la causa; otro liquidó los aparatos de su estudio fotográfico, con los que
se ganaba la vida; om tercero empeñó su sueldo de varios meses y fue preciso
prohibirle que se deshiciera también de los muebles de su casa, Éste vendió su
laboratorio de productos farmacéuticos; aquel entregó sus ahorros de más de
cinco años.
¿POR QUÉ SE ELIGIÓ EL CUARTEL MONCADA?
Ante la situación existente en Cuba los jóvenes
revolucionarios planificaron tomar el Cuartel Moncada con el objetivo de
iniciar la lucha armada contra la dictadura de Fulgencio Batista(1952-1958).
¿Por qué escogieron el Moncada?
1. Porque era la segunda fortaleza militar del
país, ocupada por unos mil hombres.
2. Porque su lejanía de La Habana dificultaba el
envío de ayuda al Ejército Oriental.
3. Porque Santiago de Cuba se hallaba situada en la
costa sur, junto al mar, y rodeada de montañas.
4. Porque en Oriente se habían iniciado las tres
guerras independentistas en el siglo pasado que se habían librado en Cuba, allí
se produjeron insurrecciones populares en varios momentos del período
republicano —incluso durante la revolución de 1933—, sus montañas eran
conocidas por la resistencia armada de los campesinos frente a los
latifundistas, y su pueblo se caracterizó siempre por un espíritu de rebeldía,
debido a lo cual ese territorio era llamado “el Oriente indómito”
El Oriente cubano.
UN DOMINGO DE CARNAVAL
El plan se elaboró en absoluto secreto. Además de
Fidel, solamente lo conocían dos compañeros de la dirección del movimiento y su
responsable en Santiago de Cuba. Los demás sabían que se iba a realizar un
evento decisivo pero ignoraban de qué se trataba,
Para asegurar la acción se alquiló una pequeña
finca de recreo, la granjita «Siboney», situada en las afueras de Santiago de
Cuba, con el supuesto fin de dedicarla a la cría de pollos. En ella se situaron
las armas, los uniformes y los automóviles que se utilizarían en el ataque, y
allí se concentrarían los combatientes en el momento oportuno.
Se escogió para la acción, el 26 de julio por ser
domingo de carnaval, fiesta a la que tradicionalmente asistían personas de
diferentes puntos de la isla, por lo cual la presencia de jóvenes de otras
provincias no causaría extrañeza.
PREPARANDO LA ACCIÓN
Un grupo de jóvenes, liderados por Fidel Castro, se
colocaron a la vanguardia de la lucha por la verdadera independencia de Cuba. En
el año del centenario del héroe nacional José Martí, el 26 de julio de 1953
ellos protagonizaron el asalto a los Cuarteles Moncada y Carlos Manuel de
Céspedes, en Santiago de Cuba y Bayamo respectivamente.
En la madrugada de ese día, 135 combatientes, vestidos
con uniformes del Ejército y dirigidos por Fidel, precisaban el plan de ataque.
Se organizaron en tres grupos, el primero de los cuales, con Fidel al frente,
atacaría la fortaleza. Los otros dos grupos, mandados respectivamente por Abel
Santamaría —segundo jefe del movimiento— y Raúl Castro, tratarían de tomar dos
importantes edificios contiguos al cuartel: el Hospital Civil, donde se
atendería a los heridos, y el Palacio de Justicia, donde radicaba la Audiencia,
desde cuya azotea apoyarían la acción principal.
Santiago
de Cuba
EL MANIFIESTO DEL MONCADA
Cuando todos estuvieron listos, se le dio lectura
al «Manifiesto del Moncada», redactado por el joven poeta Raúl Gómez García
bajo la orientación de Fidel. Gómez García leyó sus versos «Ya estamos en
combate» y Fidel les dirigió esta brevísima exhortación:
"Compañeros: Podrán vencer dentro de unas
horas o ser vencidos; pero de todas maneras, ¡óiganlo bien, compañeros!, de
todas maneras el movimiento triunfará. Si vencemos mañana, se hará más pronto
lo que aspiró Martí. Si ocurriera lo contrario, el gesto servirá de ejemplo al
pueblo de Cuba, a tomar la bandera y seguir adelante. El pueblo nos respaldará
en Oriente y en toda la isla. ¡Jóvenes del Centenario del Apóstol! Como en el
68 y en el 95, aquí en Oriente damos el primer grito de ¡Libertado o muerte! Ya
conocen ustedes los objetivos del plan.
Sin duda alguna es peligroso y todo el que salga
conmigo de aquí esta noche debe hacerlo por su absoluta voluntad. Aún están a
tiempo para decidirse. De todos modos, algunos tendrán que quedarse por falta
de armas.
Los asaltantes se hallaban en total desventaja
frente a un enemigo superior en armas y en hombres, atrincherado dentro de
aquella fortaleza. Otro elemento adverso, también accidental, fue que los
atacantes no pudieron contar con varios automóviles donde iban las mejores Los
que estén determinados a ir, den un paso al frente. La consigna es no matar
sino por última necesidad. De los 135 revolucionarios, 131 dieron el paso al
frente. Los cuatro arrepentidos recibieron la orden de regresar a sus puntos de
origen, y poco después de las 4:00 de la madrugada, todos comenzaron a salir en
los autos hacia Santiago.
A LA ACCIÓN
Los grupos dirigidos por Abel y Raúl cumplieron su
objetivo: la toma del Hospital Civil y la Audiencia. El grupo principal,
dirigido por Fidel, llegó según lo previsto hasta una de las postas, la No. 3,
la desarmó y traspuso la garita, pero una patrulla de recorrido que llegó
inesperadamente, y un sargento que apareció de improviso por una calle lateral,
provocaron un tiroteo prematuro que alertó a la tropa y permitió que se
movilizara rápidamente el campamento. La sorpresa, factor decisivo del éxito,
no se había logrado. La lucha se entabló fuera del cuartel y se prolongó en un combate
de posiciones.
Comprendiendo que continuar la lucha en esas
condiciones era un suicidio colectivo, Fidel ordenó la retirada. Al mismo
tiempo que esto ocurría en Santiago, 28 revolucionarios asaltaban al cuartel de
Bayamo, operación que también fracasó. Fidel Castro fue detenido después de la
acción del Moncada.
DESPUÉS DEL FRUSTRADO ASALTO
Inmediatamente después de estos hechos, la
dictadura reaccionó con una brutal represión. Batista decretó el estado de
sitio en Santiago de Cuba y la suspensión de las garantías constitucionales en
todo el territorio nacional; clausuró el periódico «Noticias de Hoy», órgano
del partido socialista popular, y aplicó la censura a la prensa y la radio de
todo el país. Creaba así las condiciones para lanzar a los cuerpos represivos
con violencia y sin riesgo de publicidad contra la rebeldía popular.
En relación con los asaltantes del Moncada, Batista
ordenó que se asesinara a diez revolucionarios por cada soldado muerto en
combate. Excepto unos pocos combatientes que pudieron escapar ayudados por el
pueblo, casi todos los demás fueron capturados y gran parte de ellos asesinados
en los días sucesivos. Sólo seis asaltantes de los dos cuarteles habían
perecido en la lucha; pero las fuerzas represivas del régimen asesinaron a 55,
y a dos personas ajenas a los acontecimientos.
Fidel y el
resto de sobrevivientes prisioneros
Además, a diferencia del trato humano dado por los
revolucionarios a los militares que cayeron en su poder, los asaltantes
prisioneros fueron torturados antes de ser ultimados, y después se les presentó
como caídos en combate. Más tarde, ante el tribunal que lo juzgaba, Fidel
Castro denunciará el crimen:
“No se mató durante un minuto, una hora o un día
entero, sino que en una semana completa, los golpes, las torturas, los
lanzamientos de azotea y los disparos no cesaron un instante como instrumento
de exterminio manejados por artesanos perfectos del crimen. El cuartel Moncada
se convirtió en un taller de tortura y muerte, y unos hombres indignos
convirtieron el uniforme militar en delantales de carniceros". Los
crímenes cometidos en esos días por el régimen los denunció Fidel Castro en su
alegato de autodefensa La historia me absolverá. Allí Fidel pasó de acusado a
acusador y denunció todos los males que hacían sufrir al pueblo cubano”.
Fidel
interrogado
IMPORTANCIA HISTÓRICA DEL ASALTO
El asalto al cuartel Moncada terminó en una derrota
militar; sin embargo, tuvo una trascendencia extraordinaria para el pueblo
cubano y para el movimiento de liberación nacional que se iniciaba.
En 1961, el entonces comandante Raúl Castro Ruz y
Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), al referirse a la
importancia histórica de este acontecimiento manifestó:
“...En primer lugar inició un período de la lucha
armada que no terminó hasta la derrota de la tiranía. En segundo lugar, creó
una nueva dirección y una nueva organización que repudiaba el quietismo y el
reformismo, que eran combatientes y decididos y que en el propio juicio
levantaban un programa con más importantes desmanes de la transformación
socioeconómica y política exigida por la situación de Cuba... Como expresó
Fidel: El Moncada nos enseñó a convertir los reveses en victorias”.
“LA HISTORIA ME ABSOLVERÁ”
“Termino
mi defensa, no lo haré como hacen siempre todos los letrados, pidiendo la
libertad del defendido; no puedo pedirla cuando mis compañeros están sufriendo
ya en Isla de Pinos ignominiosa prisión. Enviadme junto a ellos a compartir su
suerte, es inconcebible que los hombres honrados estén muertos o presos en una
república donde está de presidente un criminal y un ladrón.
A los
señores magistrados, mi sincera gratitud por haberme permitido expresarme
libremente, sin mezquinas coacciones; no os guardo rencor, reconozco que en
ciertos aspectos habéis sido humanos y sé que el presidente de este tribunal,
hombre de limpia vida, no puede disimular su repugnancia por el estado de cosas
reinantes que lo obliga a dictar un fallo injusto. Queda todavía a la Audiencia
un problema más grave; ahí están las causas iniciadas por los setenta
asesinatos, es decir, la mayor masacre que hemos conocido; los culpables siguen
libres con un arma en la mano que es amenaza perenne para la vida de los
ciudadanos; si no cae sobre ellos todo el peso de la ley, por cobardía o porque
se lo impidan, y no renuncien en pleno todos los magistrados, me apiado de
vuestras honras y compadezco la mancha sin precedentes que caerá sobre el poder
judicial.
En cuanto
a mí, sé que la cárcel será dura como no la ha sido nunca para nadie, preñada
de amenazas, de ruin y cobarde ensañamiento, pero no la temo, como no temo la
furia del tirano miserable que arrancó la vida a setenta hermanos míos. Condenadme,
no importa. La historia me absolverá”
Revolucionarios cubanos, encabezados por Fidel
Castro,
abandonan la prisión, 15 de mayo de 1955.
EL CUARTEL MONCADA EN LA ACTUALIDAD
Después del triunfo de la revolución, el Moncada
fue convertido en una ciudad escolar que tomó el nombre de "Ciudad Escolar
26 de julio" y un espacio de ella se dedicó a un museo sobre los hechos
relacionados con el asalto.