sábado, 14 de julio de 2018

PABLO NERUDA, MILITANTE COMUNISTA






                                                                  Iván Ljubetic Vargas, historiador del
                                                                  Centro de Extensión e Investigación
                                                                  Luis Emilio Recabarren,  CEILER

                            


Hijo de un obrero ferroviario, nació en Parral el 12 de Julio de 1904. Se llamaba, por entonces, Neftalí Reyes Basualto y vivió su niñez y parte de su juventud en Temuco. En 1920, a los 16 años de edad, adoptó el seudónimo de Pablo Neruda, que más tarde será su nombre oficial. Estudió en el liceo de hombres de Temuco, donde presidió el Ateneo Literario. Además, fue  Prosecretario de la Asociación de Estudiante de Cautín. En 1921 viajó a Santiago, a estudiar en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile.

CONOCE A DELIA DEL CARRIL
En 1927, fue designado Cónsul  Chileno en Rangoon (Birmania). En 1928, en Colombo (Ceylán); en 1930, en Betavia (Java); en 1931, en Singapur.
En 1932, regresó a Chile. En 1933, apareció su libro “El Hondero Entusiasta”.
En 1934, fue nombrado Cónsul en Barcelona; en 1935, en Madrid. Allí conoció a Delia del Carril, revolucionaria   argentina, nacida en Buenos Aires, el 27 de septiembre de 1884. En 1918 se instaló en París. Tuvo  conversaciones con Rafael Alberti, que resultaron decisivas en su vida. Ingresó al Partido Comunista francés. Alberti la invitó a España a vivir la experiencia de la República del Frente Popular. Aceptó. La situación la maravilló y se quedó. Se integró a la Alianza de Intelectuales. Delia tenía 50 años.
Aristócrata de origen, se había transformado en una militante revolucionaria, versada en todos los temas. Era vital, inteligente y muy atractiva.

SE DEFINE COMUNISTA
Pablo, el poeta y joven cónsul chileno, por entonces tenía 30 años. Simpatizaron desde el primer momento. Delia fue maestra y orientadora de un Neruda, de enorme sensibilidad ante los problemas sociales, pero  -por entonces-  bastante inexperto. Al magisterio político de Rafael Alberti se sumó el de Delia del Carril.
A partir de 1936 Delia y Pablo comenzaron a vivir juntos. Delia fue la mujer que más influencia ejerció sobre Neruda, sobre todo en su formación política. En sus Memorias: “Confieso que he vivido”, Neruda escribió: “Aunque  el  carné militante lo recibí mucho más tarde en Chile, cuando ingresé oficialmente al Partido, creo haberme definido ante mí mismo como un comunista durante la guerra de España. Muchas cosas contribuyeron a mi profunda convicción”. Sin duda, una de  ellas  fue conocer a Delia.

CON LA REPÚBLICA EN EL CORAZÓN
El 18 de Julio de 1936, Franco inició el asalto contra la República, comenzando la guerra civil.  Neruda no ocultó sus simpatías por las fuerzas democráticas. Fue destituido de su cargo consular por el gobierno de Arturo Alessandri.
Delia huyó a Barcelona. Pablo Neruda, de acuerdo con la opinión de sus amigos españoles, se quedó en Francia, para desde allí trabajar por la solidaridad con la lucha de los republicanos. Pero no olvidó a Delia.
El poeta  trabajó en la preparación del II Congreso Internacional de Escritores, que se realizó en julio de 1937 en Madrid y Valencia. Delia escuchó el llamado de Pablo y llegó a París, donde vivieron en un hotelucho.

FUNDA EN CHILE LA ALIANZA DE INTELECTUALES
Uno de los acuerdos del II Congreso Internacional fue constituir la Alianza de Intelectuales en todos los países. Pablo Neruda quedó  responsable de esta misión en Chile.
El 28 de agosto de 1937  Pablo con Delia,  junto al poeta argentino Raúl González Tuñón y su esposa Amparo Mom, se embarcaron en un buque de carga francés rumbo a Chile. El 10 de octubre llegaron a Valparaíso.
El 7 de noviembre de 1937, fecha deliberadamente escogida por ser el vigésimo aniversario de la Revolución de Octubre, Pablo Neruda constituyó en el Salón de Honor de  la Universidad,  la Alianza de Intelectuales de Chile.
El 13 de noviembre, publicó “España en el Corazón.
A fines de marzo de 1939 Delia y Pablo viajaron a Buenos Aires  y Montevideo, con el fin de contribuir a ayudar a los refugiados españoles.

SU MEJOR POEMA: EL WINNIPEG
A mediados de abril, Delia del Carril acompañó a Neruda a Francia, que viajaba en una misión de extrema urgencia con el título de Cónsul Especial para la Inmigración Española, con sede en París. Lo había  designado el Presidente de la República del Frente Popular, Pedro Aguirre Cerda. A fines de ese mes llegaron a la capital francesa.
 Gracias al abnegado trabajo del poeta, partió el Winnipeg con dos mil republicanos españoles, que desembarcaron en Valparaíso el 4 de septiembre de 1939.
Neruda y Delia del Carril viajaron a Chile a comienzos de diciembre de ese año. Llegaron el 2 de enero de 1940.

PABLO Y DELIA SE CASAN  EN MÉXICO
En julio de 1940 se embarcaron rumbo  a México. Neruda había sido nombrado  Cónsul general en el país azteca. El 21 de agosto estaban en Ciudad de México Desarrollaron variadas actividades.
El 2 de julio de 1943 se casaron en  la patria de Pancho Villa. El 1 de septiembre,  partieron hacia Chile, en un viaje que tuvo varias estaciones. La más importante,  la visita a Macchu Picchu,  realizada el 15 de octubre de 1943. Fue allí dónde Neruda se inspiró para escribir uno de sus más bellos poemas.

SENADOR
El 4 de noviembre  de 1943 llegaron a Santiago.
Pablo Neruda postuló como candidato a senador en la lista del PC, sin ser militante de esa colectividad.  Fue elegido el 4 de marzo de 1945. Poco después se le otorgó el Premio Nacional de Literatura.
Su primer discurso pronunciado ante el senado, el 30 de mayo, fue denuncia de las arbitrariedades y de condena del anticomunismo. En parte de su intervención señala:
“Existió, hasta pocos días, un hombre demencial que, bajo el estandarte del anticomunismo, masacró y destruyó, mancilló y profanó, invadió y asesinó seres, ciudades, campos y aldeas, pueblos y culturas. Este hombre reunió fuerzas formidables que adiestró para hacer de ellas el más inmenso torrente de odio y de violencia que haya visto la historia del hombre. Hoy, junto a las ruinas de su nación, entre millones de muertos que arrastró a la tumba, yace como una piltrafa, quemada, retorcida y anónima, bajo los escombros de su propia ciudadela, que en lo más alto sustenta ahora una bandera gloriosa, que sobre un fondo escarlata lleva una estrella, una hoz y un martillo. Y esta bandera, con los otros  emblemas victoriosos, significa la paz y la reconstrucción de la ofendida dignidad humana”.

INGRESA OFICIALMENTE AL PC
Neruda ingresó oficialmente al Partido Comunista de Chile en un acto realizado en el  teatro Caupolicán de Santiago, el 8 de julio de 1945.
Fue el Encargado de Propaganda de la candidatura presidencial del radical González Videla, quien triunfó en las elecciones del 4 de septiembre de 1946 y asumió la Presidencia el 3 de noviembre de 1946 y el 21 de octubre de 1947 comenzó la represión contra los comunistas.
Pablo Neruda – entonces senador de la República – jugó en esos tiempos de persecución el rol de vocero, la voz irreductible, de los comunistas.

DENUNCIA AL TRAIDOR
El 27 de noviembre de 1947 apareció en “El Nacional”, de Caracas, “Carta íntima para millones de personas”
En esa carta, Neruda denunciaba la traición del Presidente Gabriel González Videla.
El traidor inició un juicio político contra el poeta. Este respondió pronunciando,  el 6 de enero de 1948 un valiente  discurso en el Senado, publicado con el título “Yo acuso”.
El 3 de febrero de 1948, la Corte Suprema acordó el desafuero del senador Neruda. El 4, los tribunales ordenaron su detención.  El poeta pasó a la clandestinidad. con la tarea de dar término a su “Canto General”.  Escribió oculto en distintas casas solidarias.
Lo acompañó Delia, su fiel compañera. Pasaron a ser el tío Pedro y la tía Sara. Debieron cambiar continuamente de morada. Estuvieron en 11 casas distintas. En una ocasión fueron sacados a las tres de la madrugada para trasladarlos a una parcela de Santa Ana de Chena. Fue allí donde terminó el poeta su “Canto General’, en el cual estuvo trabajando todos los días de clandestinidad. Y Delia, La Hormiga, llevando a cabo las correcciones de los originales con tinta verde.

CRUZANDO LA CORDILLERA
El 5 de febrero, en la primera página del diario “El Imparcial”, con letras excepcionalmente grandes se anuncia: “Se busca a Neruda en todo el país”.
El 24 de febrero de 1949 Neruda abandonó Chile cruzando la cordillera por la    región austral. Y en los momentos en que la policía del traidor aseguraba  tenerlo rodeado y pronto a ser detenido, apareció en París, el 25 de abril de 1949, en el Primer Congreso Mundial de los Partidarios de la Paz.
En la edición clandestina del ‘Canto General’, editada en Chile, ese mismo año, aparecen dos fotos que dieron ser pegadas en cada ejemplar. Una es del poeta. En la otra, va Neruda caminando  abrazado con  Delia y  está tomada de espaldas.
Delia llegó a reunirse con él en el destierro, en Europa.
Neruda fue designado por el Consejo Mundial de la Paz  para que lo representara en el Congreso Latinoamericano por la Paz, a celebrarse en septiembre de 1949. El domingo  28 de agosto, llegó a Ciudad de México con Delia del Carril, Paul Eluard  y Roger Garaudy.
Fue por entonces,  cuando  el poeta  inició una relación secreta con Matilde Urrutia.

RECIBE PREMIO INTERNACIONAL DE LA PAZ
En 1950 se publicaron en México  dos ediciones del Canto General con ilustraciones de David Alfaro Siqueiros y Diego Rivera.
Del 16 al 22 de noviembre  asistió  en Varsovia al Segundo Congreso de Partidarios de la Paz.
El 22 de noviembre de 1950 recibió el Premio Internacional de la Paz, otorgado por su poema ‘Que despierte el leñador’.
Ediciones del Canto General  aparecieron en Estados Unidos, China, Checoslovaquia, Polonia, Unión Soviética, Suecia, Rumania, India, Palestina y Siria.
En 1951 realizó gira por Italia. Ofreció recitales en Florencia, Turín, Génova, Roma y Milán.
Del 5 al 19 de agosto participó en el Tercer Festival Mundial  de la Juventud que tuvo lugar en Berlín.
En 1952 vivió en Italia. Estando en Capri, el 16 de febrero comenzó a escribir ‘Las Uvas y el Viento’. Publicó en forma anónima ‘Los Versos del Capitán’.

UNA VEZ MÁS RETORNA A CHILE
Delia y Pablo vivieron juntos gran parte de los cuatro años de exilio del poeta. Neruda retornó a la patria el 12 de agosto de 1952. Entró a su casa de Michoacán (la habían bautizado así  en recuerdo a los hermosos momentos vividos en México), junto con Delia, quien le había precedido varios meses. Allí inició sus ‘Odas Elementales’.
En 1952 realizó un viaje a la Unión Soviética, Regresó el 22 de enero de 1953. Se dedicó a organizar el Congreso Continental  de la Cultura, que se realizó en Santiago en abril de 1953.
El 20 de diciembre recibió el Premio Stalin por la Paz. Por entonces comenzó a construir la Chascona.
En 1954 Neruda dio cinco conferencias sobre la poesía en la Universidad de Chile. Publicó ‘Odas Elementales’.
El 12 de julio se realizaron grandes actos con motivo de los 50  años del poeta.
Neruda y Delia viajaron juntos a Brasil para participar en el Primer Congreso de la Cultura realizado en la ciudad de Goiania. Con ellos fueron Baltazar Castro, Joaquín Gutiérrez y Margot Loyola.

LA SEPARACIÓN
La separación definitiva se produjo un día de febrero de 1955 en la casa de Michoacán. Se intentó evitarla, pero Delia no cedió y  ese mismo día  se fue.
En 1955 se  terminó  de construir la Chascona. Ese año viajó por Europa y América, ofreciendo recitales.
En enero de 1956 se publicaron sus ‘Nuevas Odas Elementales’. En enero regresó a Chile.
En 1957 Editorial Losada  editó sus ‘Obras Completas’ e inició sus ‘Cien Sonetos de Amor’.
En diciembre publicó el ‘Tercer  Libros de las Odas’.
El 18 de agosto  de 1958 Losada publicó ‘Estravagario’.
En 1959 realizó una gira de cinco meses por Venezuela. El 5 de noviembre apareció su libro ‘Navegaciones y Regresos’; el 5 de diciembre, ‘Cien Sonetos de Amor’.
En 1960 finalizó su ‘Canción de Gesta’. Permaneció en París  varios meses. Viajó a Italia y de allí a Cuba. Regresó a Chile en febrero de 1961.
El 26 de julio apareció un nuevo libro: ‘Las Piedras de Chile’.

UN MILLÓN DE “VEINTE POEMAS DE AMOR...”
Se publicó el millonésimo ejemplar de ‘Veinte Poemas de Amor y una Canción Desesperada’.
El 30 de marzo de 1962 fue nombrado miembro académico de la Facultad de Filosofía y Educación de la Universidad de Chile. En abril viajó a la Unión Soviética y otros países de Europa.
Para su cumpleaños, el 12 de julio de 1964, apareció su ‘Memorial de Isla Negra’; el 9 de septiembre, su traducción de ‘Romeo y Julieta’. Obra que fue estrenada el 10 de octubre por el Instituto de Teatro de la Universidad de Chile.
En 1965 Neruda emprendió nuevo viaje a Europa. Con Miguel Ángel Asturias escribió ‘Comiendo en Hungría’.
En 1966 visitó Estados Unidos, México y Perú realizando recitales. Ese año escribió ‘Fulgor y Muerte de Joaquín Murieta’.
En abril de 1967 otro viaje a Europa. El 14 de octubre se estrenó  ‘Fulgor y Muerte de Joaquín Murieta’.
En 1968 Losada  sacó la tercera edición de sus ‘Obras Completas’.
En 1969 apareció su libro ‘Fin del Mundo y Aún’.

CANDIDATO A LA PRESIDENCIA DE CHILE
El 30 de septiembre de 1969 el Partido Comunista lo proclamó candidato a la Presidencia de la República. Renunció para dar paso a un candidato único. Este fue Salvador Allende,  proclamado por Luis Corvalán en un acto organizado por el Partido Comunista el 22 de enero de 1970. Pablo Neruda participó activamente en la campaña presidencial. Aparecieron ‘La Espada Encendida’ y ‘Las piedras del Cielo’
El 4 de septiembre de 1970 triunfó Allende en las urnas. El 3 de noviembre  asumió la Presidencia de la República. Designó a Pablo Neruda, Embajador en Francia.

PREMIO NOBEL DE LITERATURA
Estando en París, el 21 de octubre de 1971 Neruda recibió la noticia de haberle sido otorgado el Premio Nobel de Literatura.  Lo recibió  en Estocolmo el 1º de diciembre de 1971.




En esa ceremonia, Pablo Neruda en su discurso, dijo:
“Yo escogí el difícil camino de una responsabilidad compartida y, antes de reiterar la adoración hacia el individuo como sol central del sistema, preferí entregar con humildad mi servicio a un considerable ejército que a trechos puede equivocarse, pero que camina sin descanso y avanza cada día enfrentándose tanto a los anacrónicos recalcitrantes como a los infatuados impacientes. Porque creo que mis deberes de poeta no sólo me indicaban la fraternidad con la rosa y la simetría, con el exaltado amor y con la nostalgia infinita, sino también con las ásperas tareas humanas que incorporé a mi poesía”.

RETORNA A LA PATRIA
El 21 de noviembre de 1972 Pablo Neruda regresó a Chile, luego de renunciar a su cargo de Embajador en París.
El 5 de diciembre de 1972 se le rindió un multitudinario homenaje en el Estadio Nacional.   Concurrieron delegaciones de todas las provincias, formadas por los 50 trabajadores más destacados en cada una de ellas.
En nombre del Gobierno le saludó el Vicepresidente de la República,   general Carlos Prats. Dijo: “Bienvenido sea el poeta que regresa y que hoy recibe el homenaje conmovido de la Patria”


              
En sus Memorias “Testimonio de un soldado”, el general Carlos Prats González, en ese momento Vicepresidente de la República, se refiere  a ese acto:
“El martes 5 de diciembre, tengo el honor de rendir homenaje, en el  Estadio Nacional, al insigne poeta chileno Pablo Neruda, con motivo de haber sido mundialmente reconocida su alcurnia literaria, con el otorgamiento del Premio Nobel. Había redactado cuidadosamente el discurso que pronuncié aquel día, y el culto Senador Volodia Teitelboim, me había aportado generosamente su concurso personal para perfeccionar mi descripción de la personalidad poética íntima del laureado Embajador chileno en Francia”.

SIGUE COMBATIENDO
Estaba en Isla Negra cuando se produjo el golpe fascista de 1973. Su casa fue allanada. Es trasladado a Santiago.
El 23 de septiembre de 1973 falleció (¿asesinado?) en la Clínica Santa María. El 25, sus funerales son la primera manifestación pública antifascista.
El periodista    Sergio Villegas escribe en “Funeral Vigilado” (Berlín, 1984):

“Bello: Atravesamos la Avenida Perú. Al enfilar Santos Dumont, los que habían llegado en auto comenzaron a bajar para seguir a pie.
Nunca vi mayor expresión de duelo en una multitud. En esas fisonomías se unían la desolación causada por la muerte de Pablo y la vigilia tensa que imponían por el terror los militares facciosos.
‘¡Viva Pablo Neruda!’
‘¡Viva el Partido Comunista!’

Cada cierto trecho, desde el centro del desfile alguien leía en voz alta. Llevaba un libro de Neruda abierto en las manos.
‘Chacales que el chacal rechazaría
 piedras que el cardo seco mordería escupiendo
 víboras que las víboras odiarían!

‘Compañero Pablo Neruda...
‘¡Presente!’
Este grito se repetía tres veces. Nadie se ocultaba. Nadie tenía miedo. Muchos respondían ‘presente’ con el rostro mojado por el llanto.



               

Luis Alberto: Era ‘España en el corazón’. El presidente del Sindicato Quimantú sacó el libro y empezó a leer con voz fuerte. Poco después aparecieron otros recitadores. Había mucha gente que se sabía esos versos de memoria...
Los periodistas extranjeros, que andaban por todas partes, se acercaban a preguntar y nosotros les contestábamos apenas, temiendo que se tratara de policías...
Aída: Cuando entramos al cementerio, íbamos ya cantando abiertamente y en realidad sollozando La Internacional. Había mucha gente esperando. Se empezaron a vocear nombres de nuevo. El de Pablo. Se me acercó Irma de Almeyda y me dijo: ‘No hemos nombrado a Allende’ Íbamos atravesando la cúpula de la entrada en ese momento. Y hacia arriba, hacia la cúpula, grité con todas las fuerzas que me quedaban: ‘¡Salvador Allende!’... Y vino el coro entonces: ‘¡Presente!’ Había un abogado del sur por ahí cerca y escuché que decía: ‘Estos comunistas no van a aprender nunca’. Vi a Alone muy afectado, y a Fernando Castillo, el rector de la universidad Católica, que sollozaba. Empezó a oírse la voz de Chela Álvarez muy fuerte...
Loyola: Yo había quedado rezagado y cuando me reincorporé al cortejo, en Avenida La Paz, confieso que quedé helado de pavor, pues ya en un tono crecientemente alto la gente iba cantando La Internacional, puño en alto, todos sin distinción: Gente que jamás pensó ser comunista, simplemente escritores o amigos de Pablo, sintieron tal vez que no había mejor modo de expresar lo que llevaban adentro que alzar el puño y cantar ese himno.

        


Los soldados rodeaban la plaza que queda frente al cementerio. Estaban a la vista. Yo creí que era cosa de segundos la descarga de metralleta cuando alguien de gran vozarrón empezó a gritar: ‘¡Compañero Pablo Neruda’ y todos contestamos ‘¡Presente!’ Se repitió el grito dos o tres veces y las respuestas crecían en fuerza, pero de pronto el grito fue: ‘¡Compañero Víctor Jara!’ y a todos se nos quebró la voz porque era la primera vez que se nombraba a Víctor en público denunciando su asesinato. ‘¡Presente!’ contestamos todos lo mejor que pudimos.
Pero entonces se produjo un silencio y enseguida, como tomando aliento, la voz gritó con  todas sus fuerzas: ‘¡Compañero Salvador Allende!’, pronunciando el ‘Allende’ en forma muy marcada.
Y allí la respuesta fue una especie de aullido ronco, quebrado, distorsionado por la emoción y por el terror y por las ganas de gritar de modo que se oyera en todo el mundo: ‘¡Presente!’ Yo creo que ahí se nos pasó el miedo a todos, porque ahí no había ya nada que hacer. Más valía morir con el puño en alto y cantando La Internacional, y así cantando a voz en cuello, todos llorando, entramos al Cementerio General. Tal vez la presencia de muchos periodistas extranjeros nos salvó”.