Iván
Ljubetic Vargas, historiador del
Centro
de Extensión e Investigación
Luis
Emilio Recabarren, CEILER
Fidel Castro y Ernest Hemingway
Aunque Hemingway no participó de forma directa en
la Revolución Cubana, simpatizaba con ella y con muchos de sus líderes. Modesta,
discretamente, a través de su Finca
Vigía, prestaba su colaboración a los
revolucionarios cubanos. Por eso, que el gobierno de los Estados Unidos lo
forzó a abandonar el país.
En enero de 1959
Hemingway realizó declaraciones a la prensa estadounidense a favor de la
Revolución (estaba en EE UU en ese momento), en las que expresó su esperanza
con lo que sucedía en la Isla y apoyó el ajusticiamiento a los esbirros de la
tiranía de Batista.
En ese mismo año, estando en Europa, declaró públicamente su satisfacción
por el triunfo de la Revolución Cubana. En marzo regresó a Estados Unidos. Un
gesto señaló su amor profundo a la revolución: besó la bandera cubana.
Hubo otras declaraciones que dio sobre el proceso
revolucionario cubano. El 4 de febrero de 1960, lo visitó Anastás Mikoyán, primer ministro de la Unión Soviética. En esa
oportunidad Hemingway afirmó al periódico Pravda —esto lo reprodujo luego la
revista Time—, que la Revolución Cubana era indestructible y fabulosa.
Viajó a Cuba conversó con el Comandante en
Jefe Fidel Castro. Compartieron y fueron
ampliamente fotografiados. Poco después llegaron a su casa y le dijeron que si
permanecía en Cuba sería considerado un traidor.
Hemingway nunca tuvo problemas con el gobierno
cubano. Estando en Estados Unidos se comunicó con algunos amigos suyos para
indagar acerca de su posible regreso a la isla
y estos le afirmaron que podía hacerlo cuando quisiera. En uno de sus
libros se encontró un brazalete del movimiento 26 de julio y bonos del Partido
Socialista Popular (comunista), de Guanabacoa, al que contribuía con dinero.
Leonardo Depestre en su libro “Cien Famosos en La
Habana”, relata que en el aeropuerto internacional José Martí fue recibido por un amplio grupo de amigos y
vecinos del pueblito de San Francisco de Paula,
quienes le obsequiaron una bandera cubana. Luego añade el autor que en
esa ocasión Hemingway declaró a un reportero:”Me siento muy feliz de estar
nuevamente aquí, porque me considero un cubano más. No he creído ninguna de las
informaciones que se publican contra Cuba en el exterior. Simpatizo con el
gobierno cubano y con todas las dificultades.
Hemingway expresó su confianza en el proceso
revolucionario, en carta al general Charles T. Lanham, fechada en Ketchum, el 12 de enero de 1960:
"Decir que tú no eres un yanqui imperialista
pero sí un chico del Viejo San Francisco de Paula, la villa donde has vivido 20
años durante los últimos tiempos, no es una renuncia a tu ciudadanía. Soy un
buen americano y he estado batallando por mi país todo lo posible, sin pago y
sin ambición. Pero creo completamente en la necesidad histórica de la
Revolución cubana…"
Hemingway
y el general Charles Lanham ( Alemania, 1945)