REFLEXIONES DE UN MILITANTE COMUNISTA DE BASE EN TORNO A LA DERROTA DE DICIEMBRE DE
2017 (XII)
Iván Ljubetic Vargas, historiador
No hacerse el
harakiri,
pero tampoco hacerse el leso
CAPÍTULO XII: EN
LA DEFENSA DEL LENINISMO
En una de las primeras
informaciones en torno al esperado IX
Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Chile, realizado los días
viernes 12 y sábado 13 de enero de 2018, el compañero Presidente del Partido,
diputado Guillermo Teillier señaló: “realizaremos una conferencia nacional a
mediados de año con 300, 400 dirigentes, donde vamos a tomar medidas muy
concretas como cuáles serán las propuestas programáticas que vamos a priorizar,
cómo vamos a organizar el partido, miraremos las medidas del gobierno de Piñera
y cómo avanzamos en la unidad de las fuerzas políticas y sociales”.
En verdad nos llamó la
atención y nos preocupó un tanto la frase “cómo vamos a organizar el partido”
entre las “medidas muy concretas” que se
tomarán en esa Conferencia Nacional, porque nos pareció una medida positiva
pero, a la vez, muy ambigua. ¿Qué significa eso de “cómo vamos a organizar el
partido”?
Por ello esperábamos con
sumo interés el Informe y las Resoluciones del IX Pleno para aclararnos el
significado de esa frase.
Con enorme satisfacción
leímos tanto el Informe como las Resoluciones del IX Pleno. Son dos serios y
valiosos documentos, que deben servir de base para una profunda discusión en
todos los órganos del Partido. Pero, al leerlos no encontramos la respuesta a
nuestra inquietud sobre la frase del compañero Teillier. Aún más observamos una
total ausencia sobre el estado y funcionamiento orgánico del Partido. ¿Es que
no preocupa a los miembros del Comité Central la situación orgánica del
Partido? ¿Cómo anda su militancia en una célula?
En el Informe sólo
encontramos en torno a nuestra preocupación lo siguiente: “El Partido puede y
debe jugar un importante papel en el periodo y proceso que se abre, a condición
de readecuar sus cuadros y estructuras,
en función de los conflictos y contradicciones sociales más relevantes de esta
etapa. Ir más allá de esquemas
internistas, entender los problemas orgánicos, como esencialmente políticos.
Su resolución es la conformación de
estructuras acordes con los aspectos centrales de nuestra línea política,
estos es, en función de nuestras definiciones del carácter del período y de su
más posible superación”.
En las Resoluciones se dice
al respecto: “El pleno del Comité Central ha resuelto convocar a una
Conferencia Nacional del Partido Comunista de Chile para el primer semestre del
2018, con objeto de reafirmar nuestra oposición activa al gobierno de Sebastián
Piñera, de defensa de las reformas hechas,
de crear condiciones para la recuperación del gobierno y profundización
de la democracia en nuestro país, actualizando nuestro programa y nuestras propuestas al país.
También nos proponemos readecuar el partido como
herramienta de las transformaciones sociales, tanto en el funcionamiento de las
estructuras de dirección como en la educación y formación de cuadros del
partido”.
Nuevas frases que no
explican su real significado: “Readecuar sus cuadros y estructuras”, “readecuar
el partido como herramienta de las transformaciones sociales”, “Ir más allá de
esquemas internistas, entender los problemas orgánicos, como esencialmente
políticos”.
En el seno de un partido,
como en todo objeto o fenómeno, existe –como lo constata el materialismo dialéctico- la lucha de contrarios, la lucha de
tendencias.
Lenin, colocó como epígrafe
de su obra “¿Qué hacer?”, la frase de una carta de Lassalle a Carlos Marx, de
fecha 24 de junio de 1852, que decía: “…La lucha interna da al partido fuerzas
y vitalidad; la prueba más grande de la
debilidad de un partido es la amorfía y la ausencia de fronteras bien
delimitadas; el partido se fortalece depurándose…” (Lenin: “¿Qué hacer?” en
Obras Escogidas en tres tomos Tomo I, página 115).
Como hemos denunciado en
varias oportunidades, en los últimos años, han surgido en el seno del Comité
Central del Partido Comunista de Chile tendencias socialdemócratas,
antileninistas; intentos por “flexibilizar”
a Lenin.
Por ejemplo, en una
entrevista publicada en “El Siglo” en su edición de la semana del 8 al 13 de
abril de 1995, Oscar Azócar, entonces Encargado de Nacional de Organización,
señaló: “En el Pleno vimos que era fundamental desarrollar métodos de trabajo
más flexibles para incorporar a otros compañeros. Lo fundamental para medir al
militante, es que trabaje con las orientaciones del Partido, que contribuya en
forma concreta para ponerlas en práctica. Lo más importante es la actividad que
cada militante desarrolla, y la célula
tiene que ser capaz de llegar hasta estos compañeros”. Y -¡atención!- agregaba más adelante: “Buscar otras formas, además de la célula,
para incorporarse a la actividad”.
Era clara en ese momento, a
lo menos en la mayoría del Comité Central, una posición idéntica a la de
Martov, que tanto combatió Lenin. Es conocida la polémica entre Lenin y Martov
en los marcos del II Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia de
1903.
La práctica mostró que hubo
“flexibilización” de los métodos leninistas de organización y funcionamiento
partidario, pero que no ha habido crecimiento de nuestras filas de nuestro
Partido. Su estado orgánico es cada vez
peor.
Cuando se preparaba el XXV
Congreso Nacional del Partido volvieron a campear por su fuero las tendencias
antileninistas.
Por ejemplo, en la Hoja Informativa
Nº 630, correspondiente a Octubre de 2015, de la Comisión Nacional de
Organización, se plantean conceptos sobre la organización del Partido que no
son leninistas.
Por ejemplo: al referirse
al trabajo orgánico del Partido se dice que “hay que cambiar todo lo que se necesite, para dar paso a formas orgánicas que, efectivamente,
den prioridad a estos ámbitos de la lucha política e ideológica”. No indica los
límites que tiene “todo lo que se necesite”.
Pero no sólo en la Comisión
de Organización se daban intentos
por “flexibilizar” a Lenin. Esta
tendencia también existía en el Comité Central. Prueba de ello, la tenemos en
la Convocatoria al XXV Congreso, convocatoria aprobada, desde luego, por el
Comité Central.
En dicho documento de
señala textualmente en el apartado “El necesario crecimiento del Partido”:
“Esta tarea, debemos
ubicarla en el contexto político y en la perspectiva de los desafíos que nos
hemos planteado. Se trata de un crecimiento cuantitativo, ojalá en el menor
tiempo posible, en el espesor del seno de las masas, tal como realmente son, reduciendo
al máximo las “exigencias” para su adhesión, militancia y compromiso partidario.
“No tenemos otra opción.
Las formas orgánicas para incorporar a este contingente deben ser las adecuadas a sus niveles de conciencia. No
hay otra “exigencia” ante quienes dan el paso de incorporarse a esta bella
tarea, pero que también es compleja y difícil” (Página 15)
“El Partido debe reordenar
sus formas de trabajo político para dar prioridad a estos aspectos de la
realización de su política.
“Esto necesariamente se
debe reflejar en el trabajo orgánico del Partido, en todos sus niveles. Hay
que cambiar todo lo que se necesite, para dar paso a nuevas formas orgánicas que,
efectivamente, den prioridad a estos ámbitos de la lucha política e
ideológica”. (Página 16) Todos los
subrayados son nuestros.
Es necesario que de una vez por todas el CC defina con
claridad su posición ante la organización y funcionamiento del Partido. ¿Está
por aplicar las normas leninistas, o
considera que hay que “superarlas” con “nuevas formas orgánicas”? ¿Somos un
Partido leninista o nos acercamos a Martov?
Es necesario plantear esto
sin eufemismos, para que cada militante en todas las células lo estudie y saque
las conclusiones. Por nuestra parte, levantamos en alto las banderas del
leninismo.
Lenin en su obra “La
socialdemocracia y las elecciones a la
Duma”, escribió:
“Todos los asuntos del
Partido deben ser manejados –directamente por medio de representantes- por todos los miembros del Partido en un
plano de igualdad de derechos, sin excepción”. (Lenin: Obras Completas, tomo
14, p. 253, citado por
Otto Kussiner y otros en “Comunismo Científico. Diccionario”, Editorial
Progreso. Moscú, 1981, p. 122)
Una vez más, como lo hizo
Luis Emilio Recabarren en 1924, se debe recurrir a la militancia comunista.