REFLEXIONES DE UN MILITANTE COMUNISTA DE BASE EN TORNO A
LA DERROTA DE DICIEMBRE DE 2017 (VI)
Iván Ljubetic Vargas, historiador
No hacerse el
harakiri,
pero tampoco hacerse el leso.
CAPÍTULO VI: LA CANDIDATURA DE LA
FUERZA DE LA
MAYORÍA
Alejandro Guillier Álvarez
postuló en calidad de candidato independiente a la Presidencia de la República,
contando con el apoyo de los partidos Radical, Socialista, PPD y Comunista.
Mostró un enorme valor al ponerse a la cabeza de una coalición que estaba
dividida y con serios problemas. Jugó con gran responsabilidad su rol de
candidato de la centro-izquierda. Recorrió el país. Tomó contacto con la gente,
recogiendo problemas y anhelos para ir forjando su programa.
Formó un Comando
constituido por independientes y militantes de los cuatro partidos que estaban
con él, pero aminoró el papel de éstos.
En la primera vuelta de las
elecciones presidenciales del 19 de noviembre de 2017 obtuvo el 22,70% de los
votos válidamente emitidos, menos de lo esperado. Sin embargo, logró pasar al
balotaje.
Tanto en las campañas de
primera y segunda vuelta tuvieron lugar
grandes concentraciones en la capital. En la segunda, viajó a Chile el ex
Presidente y actual senador uruguayo José “Pepe” Mujica.
Una de las debilidades de
la candidatura de la Fuerza de la Mayoría fue no captar las necesidades más
urgentes de la población (por ejemplo, precariedad del trabajo, bajos
salarios, miserables pensiones, la
seguridad) y tomarlas con claridad y decisión.
Igualmente negativa fue la
participación del candidato en la última confrontación televisiva. Se le vio inseguro en temas de importancia como el CAE, las AFP.
Muy bien aprovechadas por
el candidato de la derecha y los medios de comunicación fueron las absurdas
contradicciones entre las declaraciones de Guillier y miembros de su Comando,
así como la torpe posición del Ministro de Hacienda y militante del PPD,
Nicolás Eyzaguirre, con respecto al financiamiento del CAE. Todos estos hechos
pasaron, sin duda, la cuenta el domingo 17 de diciembre de 2017.
Desde el interior de la
Fuerza de la Mayoría surgieron personas que no contribuyeron al éxito de la
campaña presidencial. Uno de ellas, fue el ex presidente Ricardo Lagos. Una vez
que el PS decidió apoyar la candidatura de Guillier, se vio obligado a
renunciar a su postulación. Hizo mutis por el foro. Y como un viejo dios griego
comenzó, desde el Olimpo, a lanzar su apoyo a candidatos al Parlamento. En lo
referente a las candidaturas presidenciales en la primera vuelta, su posición
fue tan equívoca que, tanto Goic como Guillier, aseguraban contar con su
respaldo. Se dejaba querer don Ricardo.
Sólo en la campaña para el
balotaje hizo una tardía y desabrida declaración respaldando la candidatura de
la Fuerza de la Mayoría. En ningún momento se acercó al Comando ni conversó con
Guillier. Posteriormente intentó justificar esta actitud sosteniendo que nunca
lo habían invitado.
Con quien conversó
inmediatamente después del balotaje, fue con Piñera, poniéndose al servicio del
programa del vencedor.
Tanto Michelle Bachelet
como Alejandro Guillier tuvieron una correcta conducta frente al triunfo del
candidato de la derecha.
Guillier informó que:
“Llamé (a Piñera) para felicitarlo por su impecable y macizo triunfo”.
Que fue macizo el triunfo
de Piñera, lo fue. Pero jamás “Impecable”. Todos fuimos testigos de algunas
razones de su triunfo: la compra de conciencias a gran escala, la campaña del
terror en base al anticomunismo, las mentiras mil veces repetidas, el
apropiarse de las banderas de la izquierda.
Por otra parte, me llamó la
atención y preocuparon las instrucciones de la Presidenta Bachelet para que
algunos ministros realizaran reuniones de trabajo con Piñera.