El Círculo Virtual de Estudios Histórico-Politícos rinde homenaje a seis
héroes de la lucha contra la dictadura de Pinochet.
Cinco de ellos fueron detenidos en Calle Conferencia. Los seis formaban
parte de la primera dirección clandestina del Partido
Comunista de Chile que combatió desafiando el terrorismo de Estado de la
tiranía.
Carlota Espina
Editora
CALLE CONFERENCIA
Iván Ljubetic Vargas
La primera dirección clandestina del PC
Inmediatamente producido el golpe
comienza a funcionar la primera dirección clandestina comunista. La encabeza
Víctor Díaz López, que ha ocupado hasta el 11 de septiembre el cargo de
Subsecretario General del PC; como una especie de Subsecretario general asume
Mario Zamorano; Américo Zorrilla, como Organización; Uldarico Donaire (“Rafael
Cortés”), como Encargado de Control y Cuadros; Víctor Cantero, finanzas; Jorge
Muñoz, trabajo con profesionales e intelectuales; Inés Cornejo, Femenina; José
Weibel, Encargado de las Juventudes Comunistas.
Funciona durante dos años y medio.
Durante este lapso tiene modificaciones.
Américo Zorrilla, debe abandonar el
país, por razones de seguridad; se incorporan por algún tiempo Víctor
Galleguillos y Pedro Henríquez. También lo hace Juan Carlos Arriagada, cuando
asume como Encargado de las Juventudes Comunistas.
EL PC EN LA MIRA DE LA DICTADURA
Hacia 1975 las acciones públicas y
clandestinas antifascistas adquieren notorio incremento. Ello preocupa a la
dictadura. Sus órganos secretos detectan que en ellos hay una influencia muy
grande del PC. Entonces deciden lanzar una violenta ofensiva terrorista contra
los comunistas. Se crea un organismo especialmente dedicado a destruir físicamente sus dirigentes y militantes más
destacados. Es el Comando Conjunto. 1976 es un año en que el Partido Comunista
recibe todo el peso de la represión fascista.
Según el Informe Rettig, el Comando Conjunto es “una agrupación de
inteligencia que operó aproximadamente entre fines de 1975 y el término de del
año 1976, y cuyo objetivo principal fue la represión al Partido Comunista.
Durante este período se ha comprobado que fue responsable de la desaparición
forzada de cerca de 30 personas... El Comando Conjunto no tuvo una
formalización institucional. Funcionó simplemente de hecho. Estaba formado
principalmente por agentes pertenecientes a la Dirección de Inteligencia de la
Fuerza Aérea (DIFA) y contó más tarde con una participación importante de
efectivos de la Dirección de Inteligencia de Carabineros (DICAR). Contó
también en menor medida con la participación de agentes del
Servicio de Inteligencia Naval (SIN) y
con algunos efectivos de la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE).
Además colaboraron con ese Comando miembros de la Policía de Investigaciones de
Chile y civiles provenientes de grupos
nacionalistas o de extrema derecha”[1]
Según afirman Ascanio Caballo, Manuel Salazar, Oscar Sepúlveda en su obra “La Historia Oculta del Régimen Militar” El
Comando Conjunto “lo dirigía un comandante
de la Fuerza Aérea: Edgar Ceballos Torres.. Su jefe operativo era un
civil incorporado a la FACH, Roberto Fuentes Morrinson (El Wally)”.
En una nota se agregan: “El juez
Cerda comprobó en 1985 que un grupo de 47 personas se habían asociado
ilícitamente para operar contra miembros del Partido Comunista”
Signos que presagian la tragedia
En 1975 son detenidos Miguel Estay Reyno, René Basoa. Un año antes, el 5
de agosto de 1974, ha caído en manos de
la tiranía Carol Flores. Los tres militantes del Partido relacionados con
tareas de inteligencia y el trabajo de autodefensa. Son ferozmente torturados.
No resisten. Terminan por convertirse en agentes de los servicios de
inteligencia vinculados a la Fuerza Aérea. Ello les permite dar duros golpes a
la dirección clandestina de las Juventudes Comunistas y a las estructuras
regionales del Partido en 1975.
La olas de detenciones iniciadas en 1974 con la detención de Jorge
Montes, aumenta en 1975 con la colaboración de los delatores y termina por
aplastar a dos direcciones del Partido
en 1976.
Según afirma Rolando Álvarez, “La represión del Comité Regional Sur
constituye una de las páginas más violentas del historial represivo de la
dictadura de Pinochet”.[2]
Muchos dirigentes comunistas son detenidos y bárbaramente torturados. El
saldo es terrible: muchos mueren, otros se alejan del Partido por miedo o por
remordimientos. Hay quienes resisten y vuelven a la lucha clandestina. Entre
ellos están Luis Ramos y Armando Mena.
Calle Conferencia 1587
Al producirse el golpe fascista del
11 de septiembre de 1973, Mario Zamorano es secretario nacional de organización del Partido, como
muchos otros heroicos comunistas pasa a la clandestinidad. Forma parte del
Comité Central clandestino encabezado por el camarada Víctor Díaz.
El dirigente comunista Víctor
Cantero, relata: “La reunión que se iba a realizar en la casa de calle Conferencia 1587, en
Santiago, tenía por objetivo estudiar el tema sindical. Por eso además de la
Dirección clandestina –Mario Zamorano, Jorge Muñoz y Uldarico Donaire concurría también Jaime
Donato del equipo sindical. Habíamos tomado como norma de seguridad, que a toda
reunión de la Dirección, dos de sus miembros no participaban. En esta ocasión
nos correspondió a Víctor Díaz y a mí no asistir”[3].
La DINA, que ha estado vigilando la
casa de calle Conferencia Nº 1587, monta en ella una “ratonera”. El 4 de mayo
de 1976, luego de una larga y tensa espera, cerca de las 19,30 horas, llega a
ese domicilio Mario Zamorano. Tal como lo había hecho en otras ocasiones tira
de un cordel que abre la puerta de entrada.
Entonces los agentes se abalanzan sobre él. Se produce un fuerte forcejeo.
Zamorano se resiste ante sus captores. Al no poder dominarle, uno de los
esbirros de la tiranía le dispara un balazo. Testigos presenciales relatan que,
luego de escuchar el sonido de la descarga, ven que Zamorano sangra
abundantemente de una pierna. Los agentes lo vendan y encierran en una pieza
posterior. Mario Zamorano cae en las garras de la DINA un día antes de cumplir
los 45 años de edad.
Cerca de las 20 horas, llega Jorge
Muñoz Poutays, quien luego de ingresar a la casa es capturado..
A las 22,30 horas los miembros de la
DINA sacan a los dos detenidos desde la casa de calle Conferencia Nº 1587. A
Mario Zamorano lo llevan arrastrando envuelto en un cubrecama. Lo ingresan en
la Posta Central esa misma noche, con sus reales iniciales M. J. Z. D. y con el diagnóstico de “diabetes”. Permanece
en ese lugar cinco días para ser después trasladado al Hospital Militar.
Posteriormente es llevado al recinto de la DINA en Villa Grimaldi, al igual que
los otros detenidos en la calle Conferencia (Jorge Muñoz Poutays, Jaime
Patricio Donato Avendaño, Uldarico Donaire Cortez y Elisa del Carmen Escobar
Cepeda)
Poco, después, el compañero Víctor
Díaz es detenido, el 12 de mayo, en una casa de Bello Horizonte 979, en Las
Condes.
Todos ellos pasan a ser detenidos
desaparecidos.
¡Honor y gloria a estos héroes de
nuestra época!
[1] “Informe de la Comisión de Verdad y Reconciliación”. “La Nación”,
martes 5 de marzo de 1991, página 102
[2] Rolando Álvarez, obra citada,
página 126
[3] Víctor Cantero: Conversación
con el autor. Santiago, 10 de junio de 2001. Reproducido en “Fernando Ortiz :
Lecciones de clase” del autor (inédito)