El Círculo Virtual de Estudios Histórico-Políticos rinde
homenaje a uno de los más grandes pensadores de todos los tiempos, a
Carlos Marx, con motivo de cumplirse hoy 5 de mayo 195 años de su
nacimiento.
Carlota Espina
Editora
5 de mayo 1818 – 5 de mayo 2013:
EN EL 195º NATALICIO DE CARLOS MARX
Iván Ljubetic Vargas
Carlos Marx nació en la ciudad
alemana de Tréveris, el 5 de mayo de 1818. Su padre era un abogado judío
convertido al protestantismo. Su familia era acomodada y culta, Aunque no revolucionaria.
Después de cursar sus estudios secundarios en Tréveris, siguió Derecho en las
Universidades de Bonn y de Berlín, pero dedicándose especialmente a la Historia y a la Filosofía. Al finalizar sus
estudios universitarios en 1841, era un idealista hegeliano. En Berlín se
incorporó al Círculo de los “hegelianos de izquierda”, que intentaban sacar de
la filosofía de Hegel conclusiones ateas
y revolucionarias. Luego Marx se trasladó
a Bonn en 1842 con la intención de ganar una cátedra, lo que no consiguió.
LA GACETA DEL RIN
Los burgueses radicales renanos (de la región del Rin), que tenían ciertos puntos de contactos con los hegelianos de izquierda, fundaron en Colonia un periódico de oposición, la “Gaceta del Rin”, cuyo primer número salió el 1 de enero de 1842. Uno de sus principales colaboradores fue Carlos Marx, que en octubre de 1842 fue nombrado redactor jefe del periódico, trasladándose de Bonn a Colonia. Bajo su dirección la tendencia democrática y revolucionaria de la “Gaceta del Rin” fue acentuándose.
El gobierno reaccionario ordenó el
cierre del periódico. Entonces, Marx se dedicó a estudiar economía política.
SU FIEL COMPAÑERA
El 21 de mayo de 1843 se casó con Jenny von Westphalen, amiga
suya desde la infancia. Ella pertenecía
a una reaccionaria familia de la nobleza prusiana. Su hermano mayor fue
ministro de la Gobernación de Prusia durante una de las épocas más
reaccionarias, de 1850 a 1858.
En 1843, Marx se trasladó a París,
con la idea de editar allí una revista
de tipo revolucionario. Logró publicar un primer cuaderno de “Anales Franco-Alemanes”. Fue el único que
vio la luz.
Jenny fue una importante
colaboradora de Marx. Era la primera en leer sus trabajos, escritos en una
letra indescifrable, excepto para su esposa. Por eso, Jenny fue la encargada de
“traducir” sus textos, pasarlos en limpio y enviarlos a la imprenta. Así, se
convirtió en una de las primeras personas en comprender sus ideas. Dedicando su
vida a luchar junto a la clase obrera y
participando incluso en las discusiones con el filósofo Ludwig Feuerbach y los
anarquistas Proudhon y Bakunin.
Con razón, Eleanor, su hija menor,
dirá posteriormente: “se casó mi padre con su amiga y camarada.”
En París conoció en septiembre de
1844 a Federico Engels. A partir de ese momento
fue su gran amigo y compañero. Ambos participaron en las actividades de
los grupos revolucionarios de la capital francesa.
EL DURO EXILIO
La familia vivía de préstamos en
Francia. Y la situación se agravó cuando Marx fue expulsado de París por revolucionario
peligroso, en enero de 1945. Se
establecieron en Bruselas, Bélgica. Jenny siempre se preocupó de sacar las
deudas, empeñando lo poco que tenían; pedía préstamos o adelantos de herencias
a sus familiares. Soportaba las adversidades, las penurias. Ella no sólo había
elegido a Marx como su marido, sino también eligió libre y concientemente, la
lucha por la revolución proletaria.
EL MANIFIESTO DEL PARTIDO COMUNISTA
En 1847, Marx y Engels se
afiliaron a la Liga de los Comunistas, una sociedad secreta. Tomaron parte destacada en el II Congreso de
esta organización, celebrado en Londres
en noviembre de 1847. Fue en ese evento
cuando se les encargó escribieran el programa de la liga
Marx, Engels y Jenny se
sumergieron en la tarea. Ella trascribía, redactaba, opinaba. El resultado
fue el famoso “Manifiesto del Partido
Comunista”, cuya primera edición apareció en Londres, en alemán, el 24 de
febrero de 1848. Este es considerado el acta de nacimiento de la doctrina marxista.
“Esta obra –escribió Lenin- expone
con una claridad y una brillantez
geniales, la nueva concepción del mundo, el materialismo consecuente
aplicado también al campo de la vida social, la dialéctica como la más completa
y profunda doctrina del desarrollo, la teoría de la lucha de clases y el papel
revolucionario histórico mundial del proletariado como creador de una sociedad
nueva, de la sociedad comunista”.
LA NUEVA GACETA DEL RIN
Al estallar la revolución de
febrero de 1848, Marx fue expulsado de Bruselas. Se trasladó nuevamente a París,
desde donde, después de la revolución de marzo, pasó a Alemania, quedándose en
Colonia. Desde el 1 de junio de 1848 al 19 de mayo de 1849, apareció en esta
ciudad la “Nueva Gaceta del Rin”, que
tenía a Marx como director jefe. Los planteamientos de Marx fueron confirmados
por los acontecimientos revolucionarios de 1848 y 1849.
El 16 de mayo de 1849 fue
expulsado de Alemania. Vivió un breve período en París, de donde fue expulsado
después de la manifestación del 13 de junio de 1849. Se dirigió a Londres,
donde pasó el resto de su vida.
Las condiciones de vida de la
familia de Carlos Marx en el exilio fueron muy penosas. A no ser por la
constante ayuda económica de Federico Engels, la familia habría sucumbido bajo
el peso de la miseria. Tres de sus hijos murieron en la infancia, en Londres, cuando
atravesaban extraordinarias dificultades económicas. Sólo sobrevivieron a esos
tiempos difíciles sus hijas Jennychen, Laura y Leonor.
MARX AMABA A SU FIEL COMPAÑERA
Marx amó profundamente a Jenny. En
una carta que le escribió el 21 de junio de 1856 le decía: “Querida mía: De
nuevo te escribo porque me encuentro solo y porque me apena siempre tener que
charlar contigo sin que lo sepas ni me oigas, puedes contestarme... Te veo,
siento, toda delante de mí, como de carne y hueso...
“La separación temporal es útil y
que la comunicación constante origina la apariencia de monotonía que lima las
diferencias entre las cosas. Hasta las torres de cerca no parecen tan altas,
mientras que las menuncias de la vida diaria, al tropezar con ellas, crecen
desmesuradamente. Lo mismo sucede con las pasiones: los hábitos
consuetudinarios que, como resultado de
la proximidad se apoderan del hombre por entero y toman forma de pasión, dejan
de existir tan pronto desaparece del campo visual su objeto directo. Las
pasiones profundas, que como resultado de la cercanía de su objetivo se
convierten en hábitos consuetudinarios, crecen y recuperan su vigor bajo el
mágico influjo de la ausencia.
“Así es mi amor. Al punto que nos
separa el espacio, me convenzo de que el tiempo le sirve a mi amor tan solo
para lo que el sol y la lluvia sirven a la planta: para que crezca. Mi amor por
ti, cuando te encuentras lejos de mí, se presenta tal y como es en realidad:
como un gigante; en él se concentra toda mi energía espiritual y todo el vigor
de mis sentimientos.
“Adiós, querida mía, te mando a ti
y a nuestras hijas miles y miles de besos. Tu Carlos”
TEÓRICO Y PRÁCTICO
Karl Marx se sobrepuso a las
persecuciones y a la agobiante situación económica y escribió numerosas obras, entre ellas El Capital. Pero también actuó en la práctica
como un revolucionario.
En la biografía escrita por su
hija Eleonora Marx titulada “Mi Padre” escribe:
“El movimiento obrero llegaba a
tener tal importancia que Marx pensó en realizar el proyecto que tanto le
interesaba: organizar una Internacional Obrera a base de los países más
adelantados de Europa y América. En abril de 1864, los trabajadores de
distintos países se reunieron para manifestar sus simpatías por Polonia. En
aquel acto se acordó fundar la Internacional, llevándose a efecto en Saint
Martin’s Hall (Londres) el 28 de septiembre de 1864, bajo la presidencia del profesor
Beesly. Se eligió un Comité o Consejo provisional y Marx redactó un llamamiento
inaugural y unos Estatutos que no eran aún definitivos. En tal llamamiento
pinta Marx la miseria de la clase obrera, miseria que se manifiesta incluso en
épocas de prosperidad comercial, y pide la unión de esfuerzos a los obreros de
todos los países. Como diez años antes en el
‘Manifiesto Comunista’, el llamamiento contenía esta frase de Marx:
‘¡Proletarios de todos los países, uníos!’. Puntualizar la actividad de Marx en
la Internacional, equivaldría a escribir la historia de ésta. Fue mi padre
Secretario de las secciones proletarias de Alemania y Rusia en la Internacional
y animador de los Congresos sucesivos. Los manifiestos, con excepción de uno o
dos, desde el llamamiento inaugural a ‘La Guerra Civil en Francia’, fueron
redactados por Marx.”
MUERE JENNY Y
POCO DESPUÉS MARX
El 2 de diciembre de 1881 murió
víctima de un cáncer su heroica y abnegada esposa, Jenny von Westphalen. Fue un
golpe terrible para Marx. Éste que desde
su juventud fue aficionado a escribir poesías, al fallecer su compañera le dedicó el “Soneto Final a Jenny”:
Una
cosa, pequeña, debo aún decirte:
gozoso
acabo esta canción de adiós
las
últimas ondas de plata van a buscar
el
aliento de Jenny para encontrar su alma.
Saltando
alegres por rocas y torres,
corriendo
a través de torrentes y lluvias,
mientras
las horas con el pulso vital
buscan
consagrar en ti su plenitud.
Envuelto
en el amplio manto de mi ardor
elevado
y brillante el corazón de orgullo,
triunfalmente
libre de fuerzas y presiones.
Recorro
con firmeza el espacioso terreno,
el
dolor se deshace ante tu cara luminosa
y del árbol de la vida brotan los
sueños.
A poco más de un año de morir su
compañera, el 14 de marzo de 1883, Marx,
el principal creador de la doctrina marxista, se dormía para siempre en su
sillón. Estaba por cumplir los 65 años de edad.
LO DESPIDE SU CAMARADA FEDERICO ENGELS
Los funerales
de Carlos Marx se efectuaron en el Cementerio de Highgate, Londres, el
17 de marzo de 1883. Ante su tumba, su amigo y camarada, Federico Engels,
pronunció un histórico discurso, en donde dijo:
“El 14 de marzo, a las tres menos cuarto de la
tarde, dejó de pensar el más grande pensador de nuestros días. Apenas lo
dejamos dos minutos solo, y cuando volvimos, lo encontramos dormido suavemente
en su sillón, pero para siempre.
Es de todo punto imposible
calcular lo que el proletariado militante de Europa u de América y la ciencia
histórica han perdido con este hombre.
Muy pronto se dejará sentir el vacío que ha abierto la muerte de esta figura
gigantesca.
Así como Darwin descubrió la ley
del desarrollo de la naturaleza orgánica, Marx descubrió la ley del desarrollo
de la historia humana; el hecho, tan sencillo, pero oculto hasta él bajo la
maleza ideológica, de que el hombre necesita, en primer lugar, comer, beber,
tener un techo y vestirse antes de poder hacer política, ciencia, arte,
religión, etc.; que, por tanto la producción de los medios de vida inmediatos,
materiales, y por consiguiente, la correspondiente fase económica de desarrollo
de un pueblo o de una época es la base a partir de la cual se han desarrollado
las instituciones políticas, las concepciones jurídicas, las ideas artísticas e
incluso las ideas religiosas de los hombres y con arreglo a la cual deben, por
tanto, explicarse, y no al revés, como hasta entonces se venían haciendo.
Pero no es esto sólo. Marx
descubrió también la ley específica que mueve el actual modo de producción
capitalista y la sociedad burguesa creada por él. El descubrimiento de la
plusvalía iluminó de pronto estos problemas, mientras que todas las
investigaciones anteriores, tanto las de los economistas burgueses como las de
los críticos socialistas, habían vagado en las tinieblas...”
FUE ANTE TODO UN REVOLUCIONARIO
“Marx era ante todo un
revolucionario. Cooperar, de este o del otro modo, al derrocamiento de la
sociedad capitalista y de las instituciones políticas creadas por ella,
contribuir a la emancipación del proletariado moderno, a quien él había
infundido por primera vez la conciencia de su propia situación y de sus necesidades,
la conciencia de las condiciones de su emancipación: tal era la verdadera
misión de su vida. La lucha era su elemento. Y luchó con una pasión, una
tenacidad y un éxito como pocos”.
ODIADO
Y AMADO
“Marx era el hombre más odiado y
más calumniado de su tiempo. Los gobiernos, lo mismo los absolutistas que los
republicanos, le expulsaban. Los
burgueses, lo mismo los conservadores que los ultrademócratas, competían a
lanzar difamaciones contra él. Marx
apartaba todo esto a un lado como si fueran telas de araña, no hacía caso de
ello; sólo contestaba cuando la necesidad imperiosa lo exigía. Y ha muerto
venerado, querido, llorado por millones de obreros de la causa revolucionaria,
como él, diseminados por toda Europa y América, desde las minas de Siberia hasta
California.
Y puedo atreverme a decir que si
pudo tener muchos adversarios, apenas tuvo un solo enemigo personal. Su nombre
vivirá a través de los siglos, y con él su obra”.
Así finalizó sus palabras,
Federico Engels, su amigo y compañero, el 17 de marzo de 1883, en el Cementerio Highgate, en Londres.