Iván Ljubetic Vargas,
historiador del
Centro de Extensión e
Investigación
Luis Emilio Recabarren, CEILER
El 20 de marzo de 1987,
junto  con  Mireya Baltra, ingresaron clandestinamente a
Chile por el paso cordillerano de Tronador, a la altura de Osorno. Desde
Argentina habían emprendido una travesía que duró 10 días. Una parte en
camioneta, a caballo, en carreta y a pie. Cruzaron la frontera. Llegaron a
Puerto Montt y de allí a Santiago, a donde 
arribaron  el domingo 22 de marzo
de 1987.
Pensaban presentarse ante 
Permanecieron clandestinamente
hasta el  martes 12 de mayo,  día en que se presentaron, en medio de la
expectación de los periodistas, ante 
Empujadas por gendarmes y
policías Julieta y Mireya debieron abandonar el recinto judicial. Un auto las
llevó hasta 
Pasadas las 21 horas fueron
sacadas de sus hogares y  trasladadas en
una patrullera de Investigaciones hasta el cuartel central de  la policía civil. Horas después, llevadas al
aeropuerto de Cerrillos y embarcadas rumbo a sus lugares de relegación. Mireya
a Puerto Aysén en el extremo sur; Julieta, a Sierra Gorda en 
Fue en ese poblado de dos mil
habitantes, donde Julieta Campusano cumplió el 31 de mayo de 1987, sus 69 años.

