Iván Ljubetic Vargas,
historiador del
Centro de Extensión e
Investigación
Luis Emilio Recabarren, CEILER
El 14 de septiembre de 1991 ocurrió un episodio como sacado de los tiempos de la dictadura fascista. Ese día yo estaba a cargo del ICAL y sufrimos la agresión policial a nuestra sede que entonces estaba ubicada en Pasaje Concha y Toro N. 23.
Gobernaba Patricio Aylwin, el ministro del Interior era Enrique Krauss. Éste último no sólo ordenó el allanamiento del Instituto, sino que con fecha 21 de septiembre hizo unas declaraciones injuriosas contra el ICAL, las que respondí con la nota que sigue:
“A propósito de declaraciones del señor Ministro
del Interior:
LOS HECHOS
OCURRIDOS EN EL ICAL
Yo no como pescado (esto a propósito de que el
ministro aludió ese dicho de ”para mentir y comer pescado…”). Y los
acontecimientos del sábado 14 de septiembre de 1991 en el Instituto Alejandro
Lipschutz no los conocí por informes de terceros, sino que los viví
personalmente.
La prensa del 21 de septiembre da a conocer que el
señor Ministro del Interior, refiriéndose al ICAL, “hizo hincapié en que no se
puede otorgarse fuero a una institución que partió como centro académico y
ahora sirve de lugar de actividades políticas donde no pueden actuar
representantes del orden”.
Al respecto debemos puntualizar lo siguiente:
1.- Las ‘actividades políticas’ a que se refiere el
señor Krauss es una conferencia de prensa del Movimiento Patriótico Manuel
Rodríguez, legal y no clandestina, que se realizó entre las 11 y 11,30 horas.
2.- Antes, durante
y a lo menos hasta una hora después de ella, la puerta del Instituto
estuvo abierta, pudiendo penetrar y actuar allí los representantes del orden
¿Por qué no lo hicieron si estaban desde temprano en el sector?
3.- La puerta se cerró cerca de las 12,45 horas,
ante una impresionante avalancha de civiles armados, espectáculo nada
compatible con un régimen democrático.
4.- Junto con cerrarse la puerta llamé a
5.- Abrí la puerta, la que ya estaba bastante
destrozada. Entró un grupo de civiles y uniformados armados, que me
atropellaron.
6.- Salí a la calle. Allí fui testigo de una discusión
a gritos entre civiles con brazaletes verdes, rojos, sin brazaletes y
carabineros de uniforme. Un civil, que después supe era el Prefecto de Investigaciones señor
Mora, se impuso gritando: ‘Aquí tengo la mayor antigüedad y me corresponde el
mando...’ Ello cuando ya había entrado al local el torrente armado. Recién ahí
se aclaró quien mandaba el ‘procedimiento’.
7.- Mientras pedía conversar con algún responsable,
me detuvieron. Después de revisar si tenía armas me empujaron dentro de un
vehículo. Protesté a viva voz. Un funcionario de Investigaciones después de
averiguar quién era, me dejó libre.
8.- Entré al Instituto. Carreras de civiles y
uniformados, detenciones, quebraduras de vidrios, patadas contra las puertas.
Luego, el escándalo sobre un ‘maletín
negro que había que desactivar, que todos debíamos abandonar el edificio’. Me
negué a hacerlo. No mostraron nunca el famoso maletín.
9.- El Prefecto señor Mora, conversó conmigo,
primero solo, luego en presencia de Carlos Toro, profesor de Economía del
Instituto. Entre las explicaciones que entregó sobre el ‘procedimiento’ en el
ICAL sostuvo que se había sabido que ahí estaba un extremista responsable de un
secuestro de una importante figura política, cuyo nombre no podía dar; también
de disparos hechos desde el Instituto a un vehículo policial... No mencionó
para nada la conferencia de prensa ni los prófugos.
El señor Ministro puede comprobar fácilmente esto:
durante largo rato estuvo filmando esta conversación un efectivo del GOPE.
Supongo que tendrá acceso a esos filmes.
10.- De los cuatro miembros del personal del ICAL que estábamos en el Instituto
esa mañana, el único no llevado detenido a
¿También respalda el señor Ministro del Interior
esta ‘gestión policial’? ¿Quién responde en Chile por estos atropellos a los
derechos humanos en un régimen que ha sido calificado como de plenamente
democrático?
¿Es mucho pedir del señor Ministro una explicación
de esto?
Sería muy saludable para nuestra democracia que se
aclararan estas espinitas.
El ICAL no pretende fuero extraordinario alguno,
sino que exige pleno respeto a los derechos humanos de sus componentes.
Suponemos que el señor Ministro tiene todos los
medios para informarse de las actividades académicas que realizamos en la
actualidad.
Y a propósitos de adagios populares y recetas
culinarias a las cuales hay personas tan aficionadas en este tiempo, no estaría
de más ver si no se pasa a veces ‘gato por liebre’.
Iván
Ljubetic Vargas Secretario General e
Historiador del Instituto de Ciencias
Alejandro
Lipschutz.
RUT. 2.915.331-0
Santiago de
Chile, 22 de septiembre de
No hubo respuesta del entonces Ministro del
Interior, el demócrata cristiano, don Enrique Krauss.
Debo agregar, que en la tarde llegaron dirigentes
del Partido Comunista al ICAL. Dimos una conferencia de prensa en que se
denunció el provocador asalto. Quedó la puerta de calle destrozada, otra
interior con los vidrios quebrados. En otra puerta, como símbolo de ese
‘procedimiento’ la huella de una patada dada por un miembro del GOPE.
(Después supimos que el violento ataque tuvo por causa
un “dato” de que en la sede del ICAL
estaba oculto un personaje que había sido secuestrado por el FPMR Autónomo. El
“dato” y el biológico anticomunismo del ala derecha del PDC fueron la razón de la violación de los derechos
humanos en el ICAL)