jueves, 2 de febrero de 2023

STALINGRADO

 


Un día como hoy, 2 de febrero, hace 80 años, el ejército rojo derrotó a las tropas hitlerianas en Stalingrado, batalla que fue decisiva en el desarrollo  de la Segunda Guerra Mundial. 

Un abrazo internacionalista, 

Iván Ljubetic Vargas.-



2 de Febrero de 1943:  victoria soviética en


             STALINGRADO

 

LA BATALLA QUE DECIDIÓ EL CURSO DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

 

                                                        Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                                        Centro de Extensión e Investigación

                                                        Luis Emilio Recabarren, CEILER

 

 

 


 

El General nazi Friedrich Paulus avanzó hacia la ciudad de Stalingrado con 250.000 hombres, 500 tanques, 7000 morteros y ametralladoras, y 25.000 caballos.

Durante el transcurso de las siguientes  semanas, sus tropas mataron o capturaron a 50.000 rusos. El 18 de agosto, Paulus,  se encontraba ya a tan solo 55 kilómetros  de la simbólica ciudad de Stalingrado. La  defensa encabezaba el general Semión Timoshenko.

 

SE INICIA LA BATALLA DE STALINGRADO

El 23 de agosto de 1942 se inició la batalla de Stalingrado. Paulus decidió ahorrar combustible y optó por avanzar solo con su XIV Cuerpo Panzer. El Ejército Rojo atacó y se produjo la detención del  avance nazi junto a las afueras de Stalingrado.

El resto de las fuerzas nazis  retomaron el avance. Paulus tenía rodeada la ciudad. Su flanco norte fue atacado. Paulus decidió retrasar el ataque sobre Stalingrado hasta el 7 de septiembre de 1942. Mientras esperaba, la Luftwaffe alemana bombardeó la ciudad sin piedad, acabando con la vida de miles de civiles.

Una vez iniciada la ofensiva terrestre, los alemanes pudieron comprobar que los soviéticos estaban dispuestos a sacrificarse en la ciudad cuyo nombre honraba a Stalin. Cuanto más se adentraban los alemanes en la ciudad, mayores dificultades experimentaban al tener que enfrentarse a luchas callejeras interminables que se saldaban con elevados números de bajas.

 


Francotiradores soviéticos en Stalingrado.

 

LUCHA CASA POR CASA

Los tanques alemanes eran menos eficaces en un área urbana fortificada como la de Stalingrado, ya que aquí era más bien cuestión de luchar casa por casa con rifles, pistolas, ametralladoras y granadas de mano. Los nazis tuvieron graves problemas con las posiciones de artillería y los nidos de ametralladora, hábilmente camuflados por el Ejército Rojo a lo largo de toda la ciudad.

Además, los soviéticos hicieron un gran uso de sus francotiradores, agazapados en los ruinosos edificios que ahora conformaban el paisaje de la otrora gloriosa ciudad de Stalingrado. El 26 de septiembre, el 6.º Ejército fue capaz de izar la bandera con la esvástica en los edificios gubernamentales de la Plaza Roja de Stalingrado, pero ello no significó, ni mucho menos, que los combates callejeros habían terminado.

 

HITLER: TOMAR STALINGRADO A CUALQUIER PRECIO

Llegados a este punto, un furibundo Hitler le ordenó a Paulus conquistar Stalingrado al precio que fuera. Ahora bien, Paulus, que había perdido a 40.000 soldados desde su entrada en Stalingrado, estaba quedándose sin combatientes y el 4 de octubre le hizo  llegar a Adolf Hitler una petición desesperada de refuerzos.

Al cabo de unos días, recibió cinco batallones de ingenieros y una división panzer. Con una estrategia de guerra de desgaste en mente, Stalin respondió a estos refuerzos ordenando la entrada de tres ejércitos más en la ciudad. Las bajas soviéticas fueron mucho más elevadas que las de los alemanes.

Las fuertes lluvias de octubre convirtieron  las carreteras en lodazales y los convoyes de suministros del 6.º Ejército nazi  comenzaron a verse atrapados en el barro. Y la situación iba de mal en peor: el 19 de octubre la lluvia se convertía ya en nieve. Paulus siguió, pese a todo, avanzando, y a comienzos de noviembre de 1942 ya controlaba el 90 % de la ciudad de Stalingrado.

 

NUEVA POTENTE OFENSIVA NAZI

Sin embargo, sus hombres se enfrentaban ahora a problemas de munición y comida. A pesar de estos problemas, Paulus decidió ordenar de nuevo otra potente ofensiva el 10 de noviembre. El Ejército Alemán sufrió graves pérdidas durante los dos días siguientes y entonces el Ejército Rojo inició un contraataque.

Paulus se vio obligado a retroceder hacia el sur, pero tras llegar al aeródromo de Gumrak, Adolf Hitler le ordenó detenerse y oponer resistencia, pese al gran riesgo de ser rodeados en una bolsa por el enemigo. Hitler le aseguró que Hermann Goering había prometido que la Luftwaffe le facilitaría vía área los suministros necesarios.

Los oficiales de Paulus plantearon sus serias dudas sobre si una operación aérea de dicha envergadura podría llevarse a cabo con un clima invernal como el que estaban soportando. Hubo un acuerdo sobre la necesidad de una retirada antes de que el Ejército Rojo lograse consolidar sus posiciones. El propio General Hans Hube le dijo a Paulus que una retirada era su única posibilidad de salvación. Paulus respondió diciendo que no le quedaba más remedio que acatar las órdenes del Führer.

 


Soldado alemán en una trinchera durante la Batalla de Stalingrado.

 

APOYO AÉREO NAZI

Durante el mes de diciembre de 1942, la Lufwaffe lanzó una media de 70 toneladas de suministros al día. Pero lo cierto es que era una cantidad a todas luces insuficiente: la Wehrmacht necesitaba un mínimo de 300 toneladas de suministros diarios. Los soldados vieron sus raciones reducidas a un tercio de lo normal y comenzaron a matar y a comerse a sus propios caballos. A 7 de diciembre de 1942, el 6.º Ejército vivía con una ración de pan por cada 5 hombres.

 

FRACASA OPERACIÓN DE RESCATE ALEMÁN

Adolf Hitler,  ante la posibilidad de que el 6.º Ejército se rindiera, ordenó al Mariscal de Campo Erich von Manstein y al 4.º Ejército Panzer el inicio de una operación de rescate. Los refuerzos logaron  llegar a 50 km de Stalingrado. Su avance fue   frenado por el  Ejército Rojo. El 27 de diciembre de 1942, Manstein decidió retirase ya que estaba en peligro de verse rodeado por tropas soviéticas.

 

En Stalingrado, perdieron la vida 28.000 soldados  nazis en solo un mes. Con apenas comida, Paulus dio la difícil orden de no alimentar a los 12.000 soldados heridos que no podían combatir. Erich von Manstein le dio entonces a Paulus la orden de realizar una retirada masiva de tropas. Paulus rechazó la orden y argumentó que sus hombres estaban demasiado débiles para realizar un movimiento como el que se les exigía.

 

RENDICIÓN DE TROPAS INVASORAS

El 30 de enero de 1943, Adolf Hitler ascendió a Paulus a Mariscal de Campo y le envió un mensaje recordándole que nunca se había apresado a un Mariscal de Campo alemán. De esta manera, Adolf Hitler le sugería a Paulus de manera clara el suicidio, pero Paulus decidió hacer caso omiso y al día siguiente se rindió al Ejército Rojo. Las últimas fuerzas alemanas en territorio ruso se rindieron el 2 de febrero de 1943.

La Batalla de Stalingrado había terminado. Más de 91.000 nazis habían sido capturados y otros 150.000 habían muerto durante el sitio de la ciudad.



Así quedó el centro de Stalingrado