Comentario radial y escrito
Viajo por un trayecto que oigo poco y escucho menos, es una actitud de autodefensa.
Doy un paso y me quedo quietito.
Esperando como en antaño al vigilante, al vendepatria o al verdugo… Sin embargo, la esperanza que tengo es tectónica.
La vida se me asoma y susurra, que la verdad, la moral, la
ética, la dignidad humana, se defienden como gato de espalda. Los Estados
Unidos y los jardineros de
Los globos misteriosos del Pokémon, no pueden refutar, como ayer, los gritos de Bagdad, Damasco, Trípoli, Beirut, Belgrado.
Y esa verdad que siento, que él “dios de los coloraos” me acaricia, hace mucha falta, es el incentivo, la motivación para seguir haciendo escuelas en las trincheras.
Pero que está complicado, lo está.
Sin ponerle, al 80% de la población mundial, se nos resbala la uña por el acantilado. El vértigo te llama.
Y de ese 80%, el 60 % ya no tiene uña…
Como nos agarramos, no tengo idea.
Por tres razones fundamentales soy humanista, soy comunista.
Tienen que ser impar, el sano juicio, el sentido común, así lo recomienda.
No es una cuestión de uno o de dos. Está en juego la vida.
Primera razón:
Conozco el hambre, la ignorancia y la avaricia; soy conocido de la incertidumbre y de la desnudez; consecuencias de la pobreza mísera y de la abundancia descontrolada.
Segunda razón:
Sé, del porqué de esas epidemias. Sé, que a pesar de las dificultades que ha traído y tiene el pirgüín, en su desarrollo y evolución, del daño material y moral del capital incorporado, se puede, hoy por hoy, emparejar un tantito la vida.
Me lo dice
Me cierra, un ojo de río en Ecuador; Mendoza me abraza.
Me lo dicen las transformaciones en México.
Tercera razón:
A cada uno, según su necesidad, a cada uno, según su capacidad y oficio.
Por eso mi rosario…: “Estudia, es lo único, que nadie te va a robar, no te pueden matar.”
Esa cuestión de la necesidad y el oficio necesita de la transformación y relación social del trabajo con los medios de producción.
Es el hombre el que le da al trabajo su capacidad de transformación, no es el mercado, tampoco el capital, no las pilastras, menos los emprendedores de Kast y de las derechas momias.
Encuentro necesario decir estas cosas, el accionar de la avaricia, de las ansias de poder, de la necesidad enferma de controlarlo todo, obliga a tasar la ley de tu vida.
¿Fuiste un canalla, lo sigues siendo?
¿Qué significa tener patria?
Preparar soldados para matar a obreros.
¿Qué nos está pasando?
Seguimos vivos porque al Manitú del Pentágono o del jardín europeo, están dudando de las defensas, no saben de cigarras.
Jugarán al cachipún con Vladimir Putin.
Que buscan en “la niña de los ojos rasgados”.
China está fuera de todo alcance.
Ella, la de azul, con un solo parpadeo, deja al planeta entero andando en bicicleta.
No he tenido tiempo de informarme sobre los contenidos de los planes de estudios actuales en mi paisito.
Digo esto porque todavía se me asoma Don Rodrigo Díaz de Vivar; si no fuera por Sofía Loren, no habría quedado nada.
El “Canto General” de Pablo Neruda, el asesinado por la dictadura fascista, sería un viajar de enseñanza, “las Venas abiertas de América latina” de Eduardo Galeano… O un mirar, de Óscar Castro, de Violeta.
¿Me quedan algunos dedos con uñas.?
Con esta mala suerte de Malinche, el terremoto en Siria y Turquía sangro algunas heridas jamás cicatrizadas.
Palestina.
La tierra entre Europa y Asia.
De niño que vengo escuchando su muerte.
La primera y segunda guerra mundial ha sido la guadaña para el pueblo palestino.
El Imperio de ayer y de hoy, transformo al Sionismo al igual que al fascismo en perros de presa para cuidar sus privilegios.
Sin tener el olivero arte ni parte.
Lo mismo sucede en nombre de seres celestiales con los genocidios.
Imagínense, no podemos ser “otonianos” por culpa de una quemazón.
Y esos países de Oriente, ataúdes de grandes civilizaciones, incluso de nuestra propia historia, de nuestros conocimientos, se vienen matando antes de la misma muerte.
No entiendo mucho del porqué, teníamos que leer, estudiar, saber tanto de las guerras antiguas, de sus reyes y nobleria.
Que los romanos, que los unos, los mongoles, los chinos, los persas; que los otomanos, que los francos, los zajones y normandos, los fenicios, los árabes, Lawrence de Arabia, Napoleón, Inés de Suárez.
Ando cachuo, pero no creo que un liceano de la ciudad de Cartagena, España, sepa por sus estudios, quien era Galvarino, que cantaba Rolando Alarcón, que sepa lo que es un peumo, que sepa de Ciriaco Contreras, de Catalina de los Ríos.
Hay una analogía entre El Cid Campeador y José Miguel
Neira; los dos eran mercenarios.
Oriente, Eurasia, Asia…
Creo que fue en diciembre de 1988; en
El viejo Oyarzo, el viejo Beltrán y yo, el cabro; nos dábamos vuelta por los corredores del edificio, nos topábamos con gigantes rubios, de ojos azules, que andaban en las mismas, nos miraban, los mirábamos.
Al menos nosotros, cuidábamos a Yasir Arafat, presidente del Estado de Palestina.
Quizás algún día, se cuenten a cada rato, por todos los medios de difusión, lo que se jugaba y sus consecuencias de esos días del 1988/89/2003/2004, consecuencias que tienen hoy, mucha más relevancia y mucha más indignación y muerte.
Yo no sé cómo decirlo, me falta palabra… Unos dirían que “ironías tiene la vida”, yo digo “chemimare”.
Por esos tiempos Suecia y Noruega andaban en otras, no eran como hoy.
Las ideas de Olof Palme no pudieron ser asesinadas.
Será siempre un gigante, era un político enamorado de la política, del hacer política al servicio del pueblo, fue el primer mandatario de “afuera” en visitar y saludar el triunfo de la revolución cubana, su actitud y postura concreta con los crímenes de la dictadura en Chile, nos hace ver tusilagos por todos lados.
Esa forma de mirar por la ventana, la tenía, también, un viceministro noruego, Jan Egeland.
Dolía el medio oriente y la muerte acechando en cada esquina.
El Líbano, Irán, Irak, Siria, Afganistán, Israel,
Palestina, Egipto,
La olla y el petróleo era muy re grande.
La cosa fue que se acordó en la “cocina”, con cocineros
ultrasecretos, un acuerdo de convivencia entre Israel y
Palestina reconocería a Israel como Estado y este devolvería y permitiría el regreso de Palestinos a sus tierras, un vivir por ambas partes más digno.
Mientras se firmaba el acuerdo de paz, trabajado por Suecia y Noruega, las bombas y muertes en Beirut y Gaza se multiplicaban.
El comercio de las armas y las fronteras de mala vecindad, eran negocio redondo
Pero era un comienzo, un grano de arena en el Sahara.
Arena que se fue a la chuña con la guerra de los Balcanes,
con la invasión de
Como dice Quelentaro:
! Eso es pa andarse riendo mierda!
Pido disculpa.
Mi intención es, que, nos pasemos los eslabones y forjemos una cadena de sentido común, de solidaridad, de entendimientos.
Nuestro planeta posee lo suficiente para que sea trabajado por todos y para todos. Como dice Daniel, “Y SERÀ HERMOSO”.
Alejandro Fischer Alquinta
Estocolmo 20230219