viernes, 22 de abril de 2022

EN TORNO AL PRIMERO DE MAYO

 

 

                                               Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                               Centro de Extensión e Investigación

                                               Luis Emilio Recabarren, CEILER

  

Héctor Barría, diputado demócrata cristiano, ha tenido la brillante idea de presentar un proyecto de ley que declara  feriado el próximo lunes 2 de mayo. Ello debido a que en este año el 1 de mayo es domingo y que por esta razón, se pierde un “día de descanso”. 

Ni más ni menos. Para este demócrata cristiano el 1 de Mayo, el Día Internacional de los Trabajadores, es un día de descanso.

Nos preguntamos, conoce este ilustre parlamentario la historia y el significado del Día Internacional de los Trabajadores? 

En el acto del 1º de Mayo de 1971, estando en la tribuna el Cardenal Silva Henríquez, dirigentes de la CUT, entre ellos Víctor Díaz López, ante miles y  miles de manifestantes,  Salvador Allende dijo:

”Éste no es un día de fiesta; éste es un día de recuerdo, de rememoración. Un día para mirar hacia atrás, más allá y dentro de la frontera de la patria y rendir un homenaje a todos aquellos que, en distintas latitudes, cayeron luchando por hacer más digna la vida del hombre y conquistar la auténtica libertad”.

                      

 


 

¿Sabe algo de los orígenes del Día Internacional de los Trabajadores don Héctor?


POR LAS 8 HORAS 

El 1º de Mayo de 1886 se iniciaron 5 mil huelgas en Estados Unidos, en las que participaron más de 340 mil trabajadores. Hubo grandes manifestaciones en todo el país.

¿Qué exigían los obreros estadounidenses? Los tres ocho: Ocho horas de trabajo, Ocho horas de reposo y Ocho horas de educación.    Sí,  de educación.

En Chicago, importante centro industrial, la inmensa mayoría de los trabajadores adhirieron al paro.


DOS MASACRES 

La industria de maquinarias agrícolas  Cyrus Mac Cormik, despidió a todos sus operarios y contrató rompehuelgas.

El 3 de mayo de 1886, miles de  huelguistas se instalaron  frente a las puertas de esa industria para repudiar a los rompehuelgas. De pronto, irrumpió la policía disparando a quemarropa. Seis obreros cayeron asesinados; otros 50 quedaron heridos. 

El 4 de mayo tuvo lugar un mitin de protesta contra la masacre en la Plaza Haymaket de Chicago. Llegó la policía dispersando violentamente a los manifestantes. Una bomba estalló en medio de los agentes. Murieron ocho.  La fuerza represiva abrió fuego, asesinando a 50 trabajadores.

Fue declarado el Estado de Sitio. La policía detuvo a  8   dirigentes   y periodistas obreros. Se les responsabilizó del lanzamiento de la bomba.

Comenzó  un proceso, en que los acusados se transformaron en acusadores del injusto régimen capitalista.

 

CONDENADOS A MUERTE 

El fiscal de la causa no logró presentar ninguna prueba concreta contra los dirigentes obreros. Pero, ello no fue impedimento para que el 30 de agosto de 1886, el Jurado del Tribunal de Chicago condenara  a los ocho a morir en la horca.

En todo el mundo se levantó una ola de indignación. Y de diversos países  surgió la exigencia de respetar el derecho a la vida de los dirigentes obreros.

  

SOLIDARIDAD INTERNACIONAL 

La  solidaridad internacional salvó de la muerte a tres de ellos: a Michael Schwab y a Samuel Fielden, le conmutaron la pena capital por cadena perpetua; a Oscar Neebe, por 15 años de cárcel. 

Se fijó como día para ajusticiar  a  los otros cinco  el 11 de noviembre de 1887. Pero, en la víspera, en la noche del 10 de noviembre, el joven Louis Lingg se suicidó haciendo estallar un cartucho de dinamita en su boca.

 

EN EL PATÍBULO 

El 11 de noviembre de 1887 fueron llevados al patíbulo: Augusto Spies,  George Engel,  Alberto Parson  y Adolfo Fischer.  Enfrentaron la muerte serena y valientemente. Cada uno de ellos pronunció breves palabras antes de ser colgados.  Por ejemplo,  Augusto Spies dijo: “Salud tiempo, en que nuestro silencio será más poderoso que nuestras voces hoy sofocadas por la muerte”.

 

EL TESTIMONIO DE JOSÉ MARTÍ 

El patriota y poeta cubano José Martí fue testigo presencial de lo acontecido ese 11 de noviembre de 1886 en Chicago. En un reportaje enviado al periódico “La Nación”, de Buenos Aires, escribió: 

“... Salen de sus celdas. Se dan las manos, sonríen. Les leen la sentencia, les sujetan las manos por la espalda con esposas, les ciñen los brazos al cuerpo con una faja de cuero y les ponen una mortaja blanca como la túnica de los catecúmenos cristianos. Abajo está la concurrencia, sentada en hilera de sillas delante del cadalso como en un teatro... Firmeza en el rostro de Fischer, plegaria en el de Spies, orgullo en el de Parsons, Engel hace un chiste a propósito de su capucha... Les bajan las capuchas, luego una señal, un ruido, la trampa cede, los cuatro cuerpos caen y se balancean en una danza espantable...”

 

EL DÍA INTERNACIONAL DE LOS TRABAJADORES 

En julio de 1889, en el Congreso constitutivo de la Segunda Internacional, celebrado en París, acordó conmemorar cada 1º de Mayo el   Día Internacional  de los Trabajadores, en homenaje a los mártires de Chicago. 

En 1893 se comprobó en Estados Unidos que los cargos en contra de los ocho dirigentes habían sido falsos. Esto lo confesó, en su lecho de muerte, el propio  fiscal que llevó la causa. Se decretó la libertad de los tres dirigentes encarcelados y los otros cinco fueron “reivindicados” públicamente.

 

EL  PRIMER  1º DE MAYO EN CHILE 

En Chile se conmemoró por primera vez el Día   Internacional de los Trabajadores en 1892, con un acto realizado en la Plaza de la Justicia de Valparaíso, organizado por el Partido Demócrata. En esa ocasión, el dirigente de ese partido, Agustín J. Leiva hizo un breve alcance sobre el significado de esta fecha e invitó a la clase obrera a unirse a fin de que “el rico ceda lo que por derecho y razón nos pertenece”

 

LUIS EMILIO RECABARREN Y EL 1º DE MAYO 

Con fecha 9 de abril de 1905, Recabarren escribió en “El Trabajo”, de Tocopilla: “¡El Primero de Mayo! Fecha que  no es para nosotros un día de fiesta, sino un día de protesta, un día de conjugación para reiterar nuestros propósitos de marchar a la conquista de la redención del trabajo...”


DURANTE 40 AÑOS NO FUE UN DÍA FERIADO 

En Chile, durante 40 años, hasta 1931, el 1 de mayo no era feriado. Los obreros  que participaban en los actos del Día Internacional de los Trabajadores debían paralizar sus labores.

Por eso, Recabarren –que fue un permanente impulsor de los actos del 1º de Mayo- escribió en “El Pueblo Obrero”, de Iquique, con fecha 4 de abril de 1907: 

 “... Todos los elementos que ya comprenden la gran significación del 1º de Mayo, deben, con tiempo, inducir a los trabajadores a no trabajar en ese día. Es el domingo obrero. Las fábricas deben paralizarse, las maquinarias deben estar muertas, silenciosas; los campos desiertos; en los talleres no debe moverse una herramienta; en la calle no debe haber tráfico de vehículos, los tranvías, los carretones, los carruajes, los ferrocarriles, todo debe descansar ese día.

Es un solo día en el año. Un solo día, el que queremos sea nuestro, propio, exclusivo de los obreros del mundo”.

 

JORNADA DE 40 HORAS 

El diputado Héctor Barría y todos los que están tan preocupado de no perder un día de “descanso”, ¿apoyarán el proyecto que reduce la jornada laboral a 40 horas,  moción que a la Cámara   ingresó el 8 de marzo de 2017, presentada por las diputadas y diputados comunistas Karol Cariola, Camila Vallejo, Hugo Gutiérrez, Daniel Núñez y Guillermo Teillier, junto a los exparlamentarios Sergio Aguiló y Lautaro Carmona?