jueves, 21 de abril de 2022

MIREYA BALTRA


                                  

 

                                                            Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                                            Centro de Extensión e Investigación

                                                            Luis Emilio Recabarren. CEILER

 

 

                  


 

Eran las 15 horas de hoy domingo 17 de abril de 2022 cuando recibí una llamada telefónica de la compañera Carlota Espina. Era para darme una triste noticia: había dejado de latir el corazón de una gran militante comunista, la querida camarada Mireya Baltra Moreno.

Conocí a Mireya en Nueva Imperial,  localidad en cuyo liceo era profesor de historia y ella formaba parte de la delegación que acompañaba al entonces candidato a la Presidencia de la República, Salvador Allende. Fue en una tarde de invierno de 1964 en el acto realizado en el teatro de ese pequeño pueblo sureño. Hubo bastante público, especialmente jóvenes. La recuerdo pronunciando un discurso lleno de fuerza y optimismo. También hablaron en ese acto Orlando Millas y el candidato.

Después, he estado con ella en reuniones en el exilio, en Congresos del Partido y en una serie de actividades, varias de ellas en Ñuñoa.

 


 “Onces con Mireya” Comunal Ñuñoa PC,  19 de agosto 2007

 

UNA MUJER EXTRAORDINARIA

Deseo mostrar algo de la existencia de esta comunista ejemplar, que cumple 90 años de gloriosa historia.

Nació en Santiago el viernes 26 de febrero de 1932.  Hija de José Baltra Baltra y María Moreno Cabezas, humildes suplementeros de diarios y revistas en pleno centro de la capital. Su padre fue miembro del Partido Radical. Su infancia transcurrió entre el conventillo que habitaba y los montones de diarios.

Realizó sus estudios en el Liceo Manuel de Salas y en el Liceo N° 5 de Niñas. Desde pequeña atendió junto a sus padres el 0 que tenían en la esquina de las calles Ahumada con Agustinas. Debido a los problemas económicos familiares, se estableció en 1957 por cuenta propia en la venta de periódicos, con su quiosco ubicado en las calles Matías Cousiño con Moneda que, según ella, fue su “propio mirador de observaciones sociales”.

Trabajó como reportera  de la revista "Vea" entre 1948 y 1950, y en "El Siglo" entre 1960 y 1964. “La mujer como fuerza política” fue el título de su primer artículo en este diario. También escribió en “El Espectador” y “La Última Hora”.

 

DIRIGENTE DE SUPLEMENTEROS

Como vendedora de diarios, ingresó al Sindicato de Suplementeros. Fue elegida encargada del Departamento Femenino del sindicato, luego promovida a la Federación Nacional de Suplementeros.

En el Tercer Congreso de la Central Única de Trabajadores de Chile, CUT, efectuado en Santiago, entre el 1 y 5 de agosto de 1962, bajo la consigna “Chile necesita cambios de fondo”, Mireya Baltra fue elegida miembro de su Consejo Directivo Nacional.

 

REGIDORA, DIPUTADA Y MINISTRA DE ALLENDE

En 1963 fue electa regidora por Santiago de Chile, ejerciendo hasta 1967, siendo reelecta ese año. En 1969 resultó elegida   Diputada por el primer distrito de Santiago, para el período 1969 -1973.

 

                    

Mireya Baltra junto a Salvador Allende.

 

En 1972 renunció a su cargo de Diputada, al ser designada por el Presidente Salvador Allende,  Ministra del Trabajo y Previsión Social.

En las elecciones de marzo de 1973 fue reelecta Diputada esta vez por el cuarto distrito, cargo que ejerció hasta el  11 de septiembre de 1973.

 

PERSEGUIDA POR LOS FASCISTAS

Desde los primeros días del Golpe militar de 1973 la dictadura emitió bandos en los cuales Mireya Baltra, junto a otros destacados miembros del Gobierno de la Unidad Popular, llamándolos a presentarse en el Ministerio de Defensa bajo amenaza de “atenerse a las consecuencias”  de no hacerlo.

La dirección del Partido Comunista de Chile decidió que se asilara en la embajada de Holanda junto con Gladys Marín diputada y secretaria general de las Juventudes Comunistas de Chile, Julieta Campusano, Senadora y Orlando Millas, Ministro de Hacienda del Gobierno de Allende; Permanecieron asilados en esa sede diplomática durante nueve meses.

 

EN EL EXILIO

En 1974 partió al exilio, llegando primero a Holanda y posteriormente se trasladó a Checoslovaquia. En Praga el cargo de Secretaria General del Comité Sindical Internacional de Solidaridad con Chile. Después de nueve años viajó a Cuba, asumiendo el cargo de secretaria ejecutiva del Frente Continental de Mujeres contra la Intervención, junto a Vilma Espín de Castro, presidenta de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC).

 

RETORNO CLANDESTINO A LA PATRIA

El 20 de marzo de 1987, junto con Julieta Campusano entró clandestinamente a Chile atravesando la cordillera de los Andes a caballo, por el paso Tronador,  a la altura de Osorno, acompañadas por arrieros y dirigentes del Partido Comunista Argentino. Anteriormente había intentado entrar al país junto a otros exiliados; dos intentos en avión los cuales fueron devueltos a Argentina y el último por el túnel las Cuevas que cruza desde Argentina a Chile, donde veintiún exiliados chilenos fueron detenidos, golpeados y devueltos a Argentina por agentes de la CNI y Carabineros de Chile.

 

 

Mireya Baltra junto con Julieta Campusano

 

La travesía por la cordillera duró diez días. Cruzaron la frontera, llegaron a Puerto Montt y de ahí se dirigieron a Santiago, a donde llegaron el domingo 22 de marzo de 1987.

Permanecieron clandestinamente hasta el  martes 12 de mayo,  día en que se presentaron, en medio de la expectación de los periodistas, ante la Corte de Apelaciones acompañadas de los abogados Enrique Krauss y Jaime Castillo Velasco,  quienes presentaron en favor de ellas un  hábeas corpus (recurso de amparo) reclamando su derecho de vivir en la patria. Se trasladaron a los domicilios de sus familiares. Pasadas las 21 horas fueron sacadas de sus hogares y  trasladadas en una patrullera de Investigaciones hasta el cuartel central de  la policía civil. Horas después, llevadas al aeropuerto de Cerrillos y embarcadas rumbo a sus lugares de relegación.

 

RELEGACIÓN Y CÁRCEL

Mireya a Puerto Aysén en el extremo sur; Julieta, a Sierra Gorda en la Segunda Región. Después trasladada a Camiña, pueblo ubicado a unos 100 kilómetros al Noreste de Pisagua y a 2.200 metros sobre el nivel del mar.

Cumplida su relegación, Mireya Baltra volvió a Santiago se incorporó a la lucha contra la dictadura militar. Fue detenida luego de una conferencia de prensa clandestina, junto a José Sanfuentes, Américo Zorrilla y Guillermo Scherping.

En su detención fue aplicada la Ley de Seguridad Interior del Estado y asociación ilícita por un magistrado de la corte de Apelaciones sentenciándola a prisión, pena que debió cumplir en la Cárcel de Mujeres ubicada en la calle Santo Domingo en Santiago.

 

LUCHADORA INCANSABLE

En la década de 1990, fue candidata del Partido Comunista en las elecciones de diputados de 1993 y de senadores de 1997. En ambas fue derrotada.

Incansable, Mireya Baltra         siguió tomando parte en diversas actividades políticas y sociales hasta que su salud le permitió. 

El jueves 24 de octubre de 2014, medio siglo después  de haberla conocido, ambos Fuimos expositores en el Panel “Recabarren y el Movimiento Obrero, a 43 años del inicio del Gobierno Popular” organizado por el Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren CEILER, en el salón del ICHIL, en avenida Brasil 153, Santiago Centro.

 

   


                        


”Onces con Mireya”. Comunal Ñuñoa PC, 19 de agosto 2007