(7 Noviembre de 1917)
Iván Ljubetic Vargas, historiador del
Centro
de Extensión e Investigación
Luis
Emilio Recabarren, CEILER
El
22 de enero de 1905, llamado el “Domingo
Sangriento”, se realizó una marcha pacífica de protesta en San Petersburgo,
entonces capital de Rusia. Su objetivo
era entregar al zar una petición de mejoras laborales. La formaban familias
campesinas y obreras, a su cabeza iba un cura. Frente al Palacio de Invierno
fue masacrada por tropas zaristas.
Como
respuesta a esta matanza hubo huelgas masivas en San Petersburgo. Hacia fines
de enero estaban en paro más de 40 mil obreros. Hubo huelgas también en los centros
industriales de Polonia, Finlandia, en la costa del Báltico, en el Cáucaso y
los Urales. En todas partes cayeron víctimas de la represión zarista.
En
marzo las universidades fueron obligadas a cerrar. Muchos estudiantes se
unieron a los trabajadores.
En
San Petersburgo, como una iniciativa de las masas, surgieron los soviets de diputados obreros. Estaban controlados por los mencheviques.
En
octubre pararon 200 fábricas en esa
ciudad. También en Moscú. No corría ningún ferrocarril en el país. Hubo
alzamiento de la marinería en Sebastopol, Vladivostok y Kronstadt. En junio se
produjo la insurrección en el acorazada Potemkin.
Un
comité bolchevique de Moscú convocó a una huelga general a partir del 5 de
diciembre.
El
7 hubo cruenta batalla entre los obreros en huelga y las tropas enviadas por el
zar. La resistencia de los revolucionarios fue vencida el 18 de diciembre de
1905. Quedaron más de mil muertos.
LA REVOLUCIÓN DE FEBRERO DE 1917
Había
descontento contra el zar Nicolás II que
involucró a Rusia en
Pero
El
27 de febrero se creó el Gobierno Provisional, presidido por el príncipe Lvov y Kerensky, como
ministro de Guerra y Justicia. Lo integraban liberales burgueses y “socialistas”
moderados. El 3 de marzo, Nicolás II se
vio obligado a abdicar por no tener apoyo del Ejército.
Reapareció el Soviet de San Petersburgo, que había surgido en 1905. Estaba controlado por los mencheviques y eseristas.
LENIN: PASAR A
Lenin
se encontraba exiliado en Suiza. Al conocer los sucesos producidos en febrero
planteó, que
Con
fecha 20 de marzo escribió sobre este tema. Fue la primera de la serie de sus
famosas “Cartas desde lejos”.
Lenin
comprendió la necesidad de regresar a Rusia urgentemente. No era tarea fácil.
Ninguno de los aliados de Rusia, (debemos recordar que se estaba en plena
guerra del 14, en que Rusia luchaba junto a Inglaterra y Francia contra
Alemania, Austria- Hungría e Italia) permitirían que el revolucionario
regresara a Rusia. Temían que su presencia podía debilitar la potencialidad de
este país.
Entonces,
la única posibilidad era viajar a través de Alemania. Un dirigente del Partido
Socialista suizo, Platten, apoyó la iniciativa de Lenin y presentó a
Los
viajeros eran 32: 20 hombres, 10 mujeres y 2 niños. Al llegar a la estación para embarcarse, les
esperaba un grupo de mencheviques y social-revolucionarios, que les gritaban:
“¡Traidores!...
¡vendidos!... ¡espías alemanes!”.
El viaje por Alemania se realizó sin problemas. Después de tres días a bordo del tren salieron de territorio alemán. En barquito llegaron a Suecia; en ferrocarril, a Estocolmo. En la frontera rusa los esperaban 50 personas.
DE NUEVO EN
El
3 de abril llegaron a San Petersburgo.
Fue
llevado en hombros. Lo subieron al techo de un auto, donde pronunció su primer
discurso después del retorno. Recibió enormes muestras de adhesión.
En
una de las recepciones, cuando eran las 2 de la madrugada, pronunció un discurso-programa
de dos horas de duración.
Entre
otras ideas planteó: La revolución socialista mundial está a punto de estallar;
la guerra imperialista no podía dejar de transformarse en guerra civil;
El
soviet de San Petersburgo, dirigido por oportunistas no puede ser más que un
arma en manos de la burguesía. Hay transformarlo de pequeñoburgués en
proletario, pero por el momento la fuerza bolchevique es insuficiente para
lograrlo.
Aprendamos
a estar en minoría, aclaremos, expliquemos, convenzamos...
Hay
que sacudir de los pies, sin tardanza, el polvo de la socialdemocracia y
adoptar el nombre de comunistas.
LAS TESIS DE ABRIL
Entre
el 4 y 5 de abril de 1917, escribió Lenin sus Tesis de Abril. En resumen
plantea en ellas.
1.-
Ningún apoyo a la guerra, por ser imperialista y por el carácter capitalista
del Gobierno Provisional encabezado por el príncipe Lvov. Organizar la propaganda más amplia de este
punto de vista en el ejército de operaciones. Confraternización en el frente.
2.- Pasar de la primera etapa de la
revolución, que ha dado el poder a la burguesía, por carecer el proletariado
del grado necesario de conciencia y organización, a su segunda etapa,
que debe poner el poder en manos del proletariado y de las capas pobres del
campesinado.
3.- Ningún apoyo al Gobierno Provisional.
4.- Reconocer que en la mayor parte de los
Soviets de diputados obreros, nuestro Partido está en minoría. Explicar a las
masas que los Soviets de diputados obreros son la única forma posible de
gobierno revolucionario.
5.- Tareas del Partido:
a) celebración
inmediata de un Congreso.
b) Modificar
su programa,
c) Cambiar
nombre del partido por Partido Comunista.
En esas Tesis plantea el desarrollo
pacífico de la revolución.
Después de sus intervenciones, se inició
una despiadada campaña contra Lenin . Se
organizaron manifestaciones en su contra en
El
16 de abril soldados de un regimiento exigen la detención de Lenin. El
17, nuevos desfiles y gritos: “¡Abajo Lenin!”.
Bajo estas condiciones, debió Lenin luchar
por reganar al Partido. Pravda estaba en manos Kamenev y desde allí se atacaban
las posiciones del líder. Lenin, recuperó la dirección de Pravda, que le
correspondía por derecho.
LENIN: “ESE
PARTIDO EXISTE”
En mayo, se produjo una crisis en el
Gobierno Provisional. El príncipe Lvov, presidente del Consejo de Ministros quiso renunciar. El
Soviet, controlado por los mencheviques se negó a tomar el poder. Se formó entonces un gobierno de coalición,
con el ingreso de 6 ministros socialistas.
El 3 de junio de 1917 se inició el Primer Congreso de los Soviets de toda
Rusia. Concurrieron 822 delegados. De
éstos, 533 eran mencheviques y socialistas-revolucionarios (ambos con
posiciones pequeñoburguesas). Los
bolcheviques eran 105; los trotskistas, menos de 20.
El tema central fue la actitud a adoptar
frente al gobierno de coalición. El 4 de junio, el nuevo ministro socialista
Zeretelli, hizo una apasionada apología de éste. Afirmó que “Actualmente no hay
en Rusia un partido político capaz de decir: ‘entregadnos el poder; idos y
dejadnos que ocupemos vuestro lugar’. Ese partido no existe”.
Lenin, perdido entre los delegados, lo
interrumpió y dijo: “Ese partido existe”. Luego en su intervención ahondó sobre
ello, entregando un resumen del programa del Partido bolchevique.
LENIN
EN FINLANDIA
Kerenski, ministro de guerra, afirmó haber
recibido un informe del cuartel general, que anunciaba la existencia de
“pruebas irrefutables” sobre el trabajo conjunto de Lenin con el Alto Mando
alemán. El 5 de julio se publicó un documento con el título de “Lenin agente
del cuartel general alemán”. Corrió también el rumor que el dirigente
bolchevique era un agente provocador. El 6 de julio el Gobierno Provisional
ordenó su arresto.
Estaba todo preparado para ir a la cacería
de Lenin. Fue entonces cuando el Partido tomó la medida de que se refugiara en
Finlandia.
A partir del 9 de julio, la asamblea del
Soviet de San Petersburgo decidió que el Gobierno Provisional, compuesto
enteramente por ministros “socialistas”, era el gobierno de salvación de la
revolución y le confirió poderes ilimitados.
LAS JORNADAS DE JULIO
Las jornadas de julio se iniciaron con una
crisis ministerial. Dimitió Lvov el 20 de julio y Kerensky fue designado Primer
Ministro. Hubo masivas manifestaciones antigubernamentales
espontánea, llevadas a cabo en San Petersburgo. Se intensificó la represión
contra los bolcheviques. Estos debieron pagar un alto precio después del
aplastamiento de esas jornadas, que ellos no habían encabezado. Pasaron a la
clandestinidad, sus imprentas fueron destruidas y quemadas, los periódicos
clausurados.
Un joven militante bolchevique fue
asesinado en la calle por repartir folletos de su partido.
La derrota obrera de julio llevó a un
cambio brusco en la correlación de fuerzas, esta vez a favor a la reacción.
El aplastamiento del movimiento
revolucionario de julio fue una línea divisoria entre
Julio y agosto de 1917 fueron meses de
reacción dentro de un período revolucionario.
Pero ello no fue algo absoluto. Entre el 20
y el 30 de julio un número importante de fábricas comenzó a aprobar
resoluciones contra la política contrarrevolucionaria del Gobierno Provisional.
Los bolcheviques reanudaron su labor
pública de agitación, denunciando la labor de Kerensky y compañía.
EL VI CONGRESO DE LOS BOLCHEVIQUES
Entre el 26 de julio y el 3 de agosto de
1917, tuvo lugar en San Petersburgo el VI Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata
ruso (bolchevique), que adoptó una histórica resolución:
“Impulsar la conquista del poder por el
proletariado en alianza con los campesinos pobres mediante la acción armada”.
Aunque ausente, triunfó Lenin con su proposición que planteaba desde junio.
Pero ese Congreso eligió un Comité Central
en que la mayoría de sus miembros no eran partidarios de la insurrección armada
o la consideraban una tarea a cumplir a largo plazo.
Sólo Lenin –que estaba en Finlandia- y
otros seis dirigentes del Comité Central estaban por la preparación de la
insurrección en las próximas semanas. Seis eran contrarios a ella. Trotski con cuatro de sus adeptos la veían muy lejana
aún. El resto vacilaba.
O sea, se aprobó la justa tesis leninista,
pero en la nueva dirección la mayoría estaba contra la aplicación inmediata de
la insurrección armada.
LA CONTRARREVOLUCIÓN DEL GENERAL
KORNILOV
A partir de mediados de agosto de 1917, la
situación en Rusia era desesperada. El hambre amenazaba a la capital.;
escaseaban todos los recursos; el transporte se hundía en el caos.
El 21 de agosto, los alemanes ocuparon
Riga. Las tropas contrarrevolucionarias se agrupaban en torno al general
Kornilov, recientemente designado comandante en jefe del ejército del Gobierno
de Keresky.
Los
contrarrevolucionarios eligieron el
domingo 27 de agosto para atacar San Petersburgo. Se cumplían ese día
seis meses de la revolución de febrero y Kornilov y sus secuaces esperaban que
todos estuvieran celebrando...
Los bolcheviques que estaban contra el Gobierno
de Kerensky, comprendieron que en ese momento el enemigo principal era la
contrarrevolución abierta. Decidieron defender la capital rusa.
Se formó el “Comité para la lucha contra la
contrarrevolución”, constituido por tres mencheviques, tres social-revolucionarios
(eseristas: SR) y tres bolcheviques, delegados de sindicatos, y del Soviet de
San Petersburgo. En tres días surgieron más de 240 comités de este tipo en todo
el país, generalmente formados por los soviets locales.
LOS BOLCHEVIQUES JUGARON EL ROL DECISIVO
Las barriadas obreras de la capital jugaron
el papel principal, superando a la dirección del Soviet, en manos de
conciliadores. En todas partes los bolcheviques aparecían en un papel
dirigente.
Las fábricas pararon. Los obreros
reforzaban la seguridad de ellas y formaban destacamentos armados. Las
“guardias rojas” se multiplicaron. En algunas fábricas los trabajadores
aceleraban la producción de armamentos para entregarlos a las milicias obreras.
Tras un breve entrenamiento entregado por los bolcheviques, los guardias rojos
eran enviados a los puntos estratégicos de la ciudad. Fueron distribuidas
decenas de miles de armas. Pero faltaron. Los obreros que no conseguían una,
formaban brigadas para cavar trincheras, levantar barricadas.
Los soldados de la guarnición de San
Petersburgo, bastión de la revolución, también se pronunciaron contra el golpe
de Kornilov. Tres mil marinos armados llegaron a la ciudad.
La conspiración fue desbaratada gracias a
la respuesta de las masas obreras. Los ferroviarios obstaculizaron el
movimiento de trenes; los trabajadores de correos interceptaban las
comunicaciones de los golpistas...
La contrarrevolución fue derrotada.
Prácticamente no hubo enfrentamientos. La conspiración de Kornilov largamente
preparada por la burguesía, los terratenientes y el imperialismo, fracasó
frente a la respuesta de las masas revolucionarias.
DESDE
FINLANDIA
En unos días todos los avances logrados por
la reacción contra las masas en los últimos meses, se había evaporado.
Los bolcheviques ganaron prestigio y
avanzaron en la preparación de los trabajadores para la insurrección.
El 30 de agosto las tropas de Kornilov
estaban en proceso de total descomposición.
También a fines de ese mes, los
bolcheviques ganaron los soviets de San Petersburgo y Moscú. Se sucedían las
huelgas y las manifestaciones callejeras. Miles de soldados, que abandonaban
las trincheras, se sumaban a los obreros de las fábricas y a los campesinos
llegados a las ciudades. Marinos y soldados desfilaban con armas.
Lenin seguía desde lejos los
acontecimientos en un estado febril. El Comité Central no lo autorizaba
retornar a Rusia por razones de seguridad.
Escribía cartas y documentos que enviaba al
Comité Central, que ni siquiera eran discutidos. Cuando eran conocidos en las reuniones,
no había pronunciamiento alguno.
Lenin insistía: “Los bolcheviques deben
tomarse el poder”. “La demora se convierte absolutamente en un crimen”... “Hay
que ir a la insurrección inmediatamente”.
No tenía respuesta alguna.
También planteó la necesidad de retornar a
San Petersburgo. El Comité Central se lo prohibió.
DOBLEMENTE CLANDESTINO
Lenin desobedeció la arbitraria orden del
Comité Central. Arriesgando ser detenido por la policía de Kerenski, ayudado
por Rahia, un fiel amigo, y otro bolchevique, cruzó clandestinamente la
frontera, ingresando a Rusia. Nadezda Krupskaia, su compañera, le buscó un refugio seguro, desde donde escribió varios
documentos. En uno de ellos planteó: “La revolución está perdida si el gobierno
de Kerensky no es derribado en el futuro próximo”.
Por fin se reunió con el Comité Central el
10 de octubre. Logró que se aprobara una nueva resolución sobre la insurrección
armada, pero sin especificar fecha ni detalles.
Comprendió que debía recurrir a las bases del Partido. Con ese fin
participó en una Conferencia del Comité Central con representantes de las
organizaciones bolcheviques de San Petersburgo. Asistieron 24 dirigentes, de
los cuales sólo 9 eran del Comité Central.
El 21 de octubre se reunió con los
dirigentes de San Petersburgo. Allí
planteó: “la insurrección debe llevarse a cabo el 25; el 24 sería prematuro y
el 26 muy tarde”.
LA
GENIALIDAD DE UN LÍDER
En el Instituto Smolny se vivían horas
agitadas. Ahí estaba el centro revolucionario. Lenin planteó al Comité Central
la necesidad de estar allí presente.
Se lo prohibieron. Al caer la noche del 24
de octubre, Lenin decidió trasladarse clandestinamente al Smolny y tomar en sus
manos la dirección de la insurrección.
Disfrazado y acompañado del camarada Rahia, luego de caminar varias horas, llegó
poco antes de la medianoche al Smolny. No se dirigió a la sala donde sesionaba
el Comité Central. Envió a Rahia a buscar a Stalin.
Ambos se reunieron en una sala vacía y
pusieron en marcha a las fuerzas insurreccionales que tenía listas el Comité
Militar Revolucionario, pero que no se
atrevía a lanzar todavía a la toma del poder.
Lenin convocó a los jefes militares de
fábricas y regimientos. Decenas de motociclistas se lanzaron hacia los
suburbios...
A partir de la una de la madrugada del 25 de octubre, destacamentos de soldados salieron de los cuarteles; grupos de obreros armados abandonaron las fábricas. Iban a apoderarse de los puentes, las estaciones ferroviarias, los edificios públicos...
“
Pasada las 14 horas s del 25 de octubre de
1917, se inició la sesión extraordinaria del Soviet de San Petersburgo.
Presidía León Trotski, que anunció a Lenin. Cuando la tempestuosa ovación se
calmó, éste dijo: “Camaradas: la revolución obrera y campesina, de cuya
necesidad han hablado los bolcheviques, se ha realizado...”
A las 22,45 de ese mismo día 25 de octubre,
se inició el II Congreso de los Soviets de toda Rusia. Hubo acaloradas
discusiones. Se eligió un nuevo comité ejecutivo para reemplazar al elegido en
el
Primer Congreso, efectuado en junio, en que
tenían mayoría los social-revolucionarios y los mencheviques. Ahora ganaron los
bolcheviques. Obtuvieron 14 de los 25 miembros
del consejo.
Eran las 3 de la madrugada del 26 de octubre, cuando el presidente del Congreso anunció que el Palacio de Invierno acababa de ser tomado por los revolucionarios.
RECABARREN
Y
Al producirse
“Doy
sin vacilar mi voto de adhesión a los maximalistas rusos, que inician el camino
de la paz y de la abolición del régimen burgués, capitalista y bárbaro. Quien
no apoye a esta causa sostendrá el régimen capitalista con todos sus horrores”.
CONCLUSIÓN
NOTA: En este trabajo hemos utilizado (con excepción del
párrafo anterior y del título) las fechas según el Calendario Juliano en uso en
Rusia en esos años, que estaba atrasado en 13 días respecto del Calendario
Gregoriano, actualmente en vigencia. Por
eso se señala como fecha de