domingo, 28 de noviembre de 2021

ASESINATO DE LAS HERMANAS MIRABAL

 


 

TRES MARIPOSAS QUE DESAFIARON LA DICTADURA DE RAFAEL TRUJILLO,  EL “TIGRE DEL CARIBE”

 

A 61 AÑOS DEL ASESINATO DE LAS HERMANAS MIRABAL

 

 

                                      Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                     Centro de Extensión e Investigación

                                     Luis Emilio Recabarren,  CEILER

 

 

 


 

Era el viernes 25 de noviembre de 1960, tres de las cuatro hermanas Mirabal -Patria Mercedes, María Argentina Minerva y Antonia María Teresa- habían salido temprano desde Ojo de Agua, en la provincia de Salcedo, para viajar en jeep a Puerto Plata. Su objetivo era visitar en la cárcel de esa ciudad, ubicada en la costa norte de la República Dominicana, a dos combatientes contra la dictadura de Trujillo: Manuel Tavarez, esposo de Minerva, y  Leandro Guzmán, marido de María Teresa.

 

 Leandro Guzmán

Ese viernes 25 de noviembre, poco después de las cuatro de la tarde, las Mirabal y Rufino de la Cruz regresaban de Puerto Plata de ver a sus esposos en la cárcel San Felipe de Puerto Plata. En la curva Marapicada, a menos de dos kilómetros de esa ciudad, había un vehículo detenido, con aparentes pasajeros afuera, mientras otra persona simulaba que revisaba el motor.

 

LA CRUEL MATANZA 

Rufino de la Cruz se detuvo cuando vio que el auto estaba casi en medio de la vía. Al llegar paralelo al auto,  el jeep fue asaltado por esbirros del Servicio de Inteligencia Militar de Trujillo. Las mujeres lanzadas hacia afuera violentamente e introducidas al vehículo de los asesinos.

Patria logró salir huyendo en dirección a un camión del Seguro Social que venía por allí, pero fue alcanzada y arrastrada por los cabellos e introducida al carro junto a sus hermanas, pero antes alcanzó a gritarles a los del camión: “Díganle a la familia Mirabal, de Salcedo, que los  de Trujillo van a matarnos”. 

El carro marchó con las tres hermanas adentro y Rufino fue mantenido en el jeep acompañado de dos agentes.

Antes de llegar a la Cumbre de Puerto Plata se desviaron hacia la derecha, por un camino sin pavimento, entre un cañaveral, y se detuvieron a más de cien metros de la carretera. 

Un grupo de esbirros encabezados por el teniente Alicinio Peña Rivera tuvo a su cargo la ejecución de las Mirabal. Fueron asesinadas a palos y puñaladas. Antes, habían ahorcado al héroe dominicano Rufino de la Cruz. 

Posteriormente, introdujeron los cuatro cuerpos en los vehículos y se marcharon hasta el lugar donde lanzarían el jeep con ellos dentro. Se detuvieron un momento al ver que una de las víctimas estaba viva y se quejaba. Era Minerva, la remataron.

Con los cuatro cuerpos dentro, los asesinos, queriendo  hacer  aparecer su crimen, como un  “accidente” (método repetidamente empleado por la dictadura) colocaron a los cuatro mártires en el jeep y lo lanzaron a un precipicio, en  cuya cercanía habían  perpetrado  la horrorosa masacre.

 

 Las hermanas Mirabal en el jeep en que viajaban el día que las asesinaron..


Al día siguiente un diario tituló: “Tres mujeres y un chofer perecen en vuelco”. Muy pocos creyeron esa información. La noticia del múltiple asesinato corrió como pólvora, provocando la indignación amplios sectores de la sociedad dominicana.

 

¿QUIÉNES ERAN LAS HERMANAS MIRABAL? 

Eran cuatro y todas habían nacido en Ojo de Agua. La madre se llamaba Mercedes Reyes  Camilo; el padre, Enrique Mirabal, comerciante y hacendado.

Patria Mercedes había nacido el 27 de febrero de 1924, poco antes que los marines estadounidenses   abandonaran el país;   Bélgica Adela, el 2 de marzo de 1925; María Argentina Minerva, el 13 de marzo de 1926, y Antonia María Teresa, el 15 de octubre de 1935.

 

 


 

Las cuatro eran hermosas, pero sobresalía entre ellas Minerva, que además de ser extraordinariamente bella, poseía una inteligencia prodigiosa, enorme sensibilidad social y gran interés por estudiar.

En junio de 1949, Minerva y sus padres fueron invitados por las autoridades de la provincia, a una fiesta ofrecida en Santiago, en el Palacio de  la Gobernación, en honor de Rafael Leonidas Trujillo, que desde 1930 ejercía una de las más crueles dictaduras de América Latina. El tirano se sintió desde el primer momento  atraído por la belleza de la joven de 23 años.

 

ES PELIGROSO DE DECIR NO A UN DICTADOR 

A mediados de agosto de 1949, la familia Mirabal recibió de parte del Gobierno una nueva invitación. Esta vez se trataba de la inauguración del Hotel Montaña, en Jarabacoa.  En ella, tanto el tirano como su hijo Ramfis, bailaron con Minerva. Las demostraciones de galantería  de parte de Rafael Leonidas molestaron a la joven,  quien   se negó a seguir bailando.


El dictador Rafael L. Trujillo   


 

El 12 de octubre de 1949,  otra invitación  para la familia Mirabal. Ahora,  para una fiesta en la Villa Borinquen, lugar de descanso del tirano. La primera reacción de la madre fue oponerse a que asistiera Minerva, pero luego de analizarse las implicancias políticas que ello tendría,  decidieron que lo mejor era concurrir.

 

MINERVA ENCARA AL TIRANO

Durante el desarrollo del  baile, Trujillo intentó seducir a Minerva. Ella, no sólo lo rechazó, sino que en su cara le dijo  que “dejara tranquilo a ese joven tan inteligente y preparado llamado Pericles Franco”. Este era un conocido dirigente comunista, fundador del Partido Socialista Popular y muy amigo de Minerva.  Las palabras de la  joven molestaron profundamente al tirano.

Al enterarse los familiares de lo ocurrido entre Minerva y Trujillo, optaron por retirarse de la fiesta, sin avisar previamente.


Patria con su padre Enrique Mirabal


Pocos días después, el padre, Enrique Mirabal, fue detenido y enviado a la cárcel. Lo mismo ocurrió a Minerva y a varias de sus amigas. Las interrogaron sobre las relaciones de Minerva con el Partido Socialista Popular y, especialmente, con el dirigente comunista   Pericles Franco.

Estuvieron varias semanas en prisión. Una vez liberados, se ejerció un severo espionaje sobre la familia Mirabal. El padre falleció el 14 de diciembre de 1953.

En noviembre de 1955, Minerva  contrajo matrimonio  con Manuel Aurelio Tavarez Justo, un combatiente clandestino antitrujillista.

 

EL EJEMPLO DE CUBA 

El 1º de enero de 1959 triunfó la Revolución Cubana. Este histórico acontecimiento influyó en los sectores más consecuentes de los países de América Latina. Ello ocurrió también en la República Dominicana. 

En una reunión familiar, realizada en enero de 1959,  en la residencia de Guido D’Alessandro sobrino de Manuel Tavarez, Minerva planteó la posibilidad de organizar un movimiento para derrocar la tiranía. La idea fue tomada con entusiasmo por todos los presentes y se inició el reclutamiento de adherentes. Minerva, con el nombre de Mariposa, entró de lleno al trabajo clandestino.

El 14 de junio de 1959,  desembarcó una expedición armada procedente de Cuba. Fue aplastada, pero el heroísmo de quienes cayeron en ese  intento  influyó poderosamente en la juventud dominicana.

 

NACE EL “14 DE JUNIO” 

El 10 de enero de 1960, en la hacienda de Conrado Bogaert, en ciudad de Mao, se constituyó la Agrupación clandestina “14 de junio”, llamada así  en homenaje al día en que se produjo el desembarco de la derrotada expedición  contra Trujillo.

 

                

Manuel Tavarez (Manolo)

A ese histórico evento concurrieron sólo dos mujeres. Una de ellas fue Minerva, a quien se le  propuso para presidir el movimiento. Desistió y señaló que debía hacerlo su compañero Manuel Tavarez (Manolo), lo que fue acordado por unanimidad.  El objetivo del “14 de junio” era derrocar la dictadura de Trujillo.

 

LA REPRESIÓN 

Un delator informó a la policía de todos los detalles de esa asamblea clandestina. La represión de la tiranía cayó sobre la naciente organización. Fueron detenidos Manuel Tavarez, Minerva, su hermana María Teresa... Hacia fines de junio habían sido  encarcelados más de cien miembros del “14 de junio”. Fueron salvajemente torturados. No pocos perdieron la vida en medio de los tormentos.

Estos hechos levantaron fuerte oposición en el país. Presionado por ello, Trujillo se vio obligado a decretar, el 17 de febrero de 1960, la libertad de las mujeres encarceladas. 

Pero el 18 de mayo, Minerva y su hermana María Teresa fueron detenidas nuevamente. Se les siguió un monstruoso proceso, siendo condenadas a cinco años de prisión.

En agosto de 1960, la VI Reunión de Consulta de los Cancilleres Americanos, convocada por la Organización de Estados Americanos (OEA),  celebrada en San José de Costa Rica, condenó a Trujillo con sanciones económicas por encontrarlo culpable del atentado contra Rómulo Betancourt, Presidente de Venezuela, y designó,  una comisión internacional que debía visitar la República Dominicana. 

Esto obligó al tirano a liberar a las hermanas Mirabal y otras mujeres presas políticas.

Pero no fue obstáculo para que el dictador ordenara el “accidente” en la curva Marapicada, a la salida de Puerto Plata.

 

EL FIN DEL “TIGRE DEL CARIBE” 

Rafael Leonidas Trujillo, apodado el “tigre del Caribe” por su crueldad,  uno de los más fanáticos anticomunistas de América Latina, fue un leal servidor del Imperio. Pero sus crímenes lo convirtieron en un problema para  Estados Unidos. Se decidió eliminarlo, entregando  esa misión a la CIA. Se pensó hacer coincidir su muerte con un triunfo en Bahía Cochinos y la caída de Fidel Castro. 

Pero la aventura en Bahía Cochinos, llevada a cabo por 1.500 cubanos contrarrevolucionarios  -armados, transportados y dirigidos por Estados Unidos-  a partir del 17 de abril de 1961, fue un fracaso.  Sólo en dos días fueron derrotados. Murieron cerca de cien expedicionarios; el resto fue tomado prisionero.

Esto obligó a la CIA postergar  la eliminación de Trujillo. Los militares dominicanos que tomaban parte en la conspiración, debieron aplazar sus planes. La CIA les dio luz verde hacia fines de mayo de 1961.  El 30 de ese mes, el tirano fue emboscado en la carretera rumbo a San Cristóbal y asesinado.

Habían transcurrido seis meses del crimen contra las hermanas Mirabal.

 

EN  MEMORIA DE LAS HEROINAS 

En base a una proposición de la República Dominicana, que contó con  el apoyo de otros sesenta gobiernos, la  83 Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó,  con fecha 17 de diciembre de 1999, la  Resolución 54- 134, por medio de la cual,  se instituyó el 25 de Noviembre como “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia  contra la  Mujer”.

Con ello se rindió tributo a las tres  hermanas Mirabal,  conmemorando  cada año  el  brutal asesinato de esas heroínas dominicanas, perpetrado por los agentes de Trujillo el 25 de noviembre de 1960.