jueves, 18 de febrero de 2021

GUANTÁNAMO

 


                                               Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                               Centro de Extensión e Investigación

                                               Luis Emilio Recabarren, CEILER

 

Flota estadounidense en la Bahía de Guantánamo, 1927. El portaaviones USS Langley (CV-1) se puede apreciar en la zona superior izquierda de la foto. 

Estados Unidos se posesionó del territorio de  la  Estación Naval en la Bahía de Guantánamo ya  en 1898, al ocupar militarmente la isla tras derrotar a España en la Guerra hispano-estadounidense.

Al concluir la guerra hispano-cubanoamericana los Estados Unidos (1895 – 1898) se hicieron con el control de Cuba, transformándola en una neo colonia o protectorado, y aplicaron sus criterios sobre la reorganización de la administración pública cubana. Lo que provocó un grado de impotencia en la sociedad política cubana.

La administración norteamericana desde 1899 a 1902 se concentró en la reorganización de la administración pública y en la creación de las bases jurídicas necesarias para un funcionamiento más fluido del sistema de dependencia neocolonial que estaba en vía de establecerse.


 

Ante este panorama Máximo Gómez publicaba su “ Proclama de Narciso” en la que afirmaba que “Cuba no era ni libre, ni independiente”.

Mediante los Acuerdos de París del 10 de diciembre de 1898, se concuerda la futura independencia de Cuba, que se concretó en 1902.

El 16 de febrero de 1903, mediante un “convenio”, (una imposición del gobierno de los Estados Unidos al sumiso presidente Tomás Estrada Palma), Cuba arrendó  a ese país tierras “para estaciones carboneras y navales”. Ese fue el origen de la base naval  estadounidense en Guantánamo, territorio usurpado a Cuba, hasta ahora, durante 118 años. 

El leonino Tratado  Cubano-estadounidense de 1903  establecía:

Artículo I. La  República de Cuba arrienda por el presente a los Estados Unidos por el tiempo que las necesitare para el objeto de establecer en ellas estaciones carboneras o navales, las extensiones de tierra y agua situadas en la isla de Cuba que a continuación se describen: (...) 

Artículo III: Si bien los Estados Unidos reconocen por su parte la continuación de la soberanía definitiva de La República de Cuba sobre las extensiones de tierra y agua arriba descritas, la república de Cuba consiente, por su parte, en que, durante el período en que los Estados Unidos ocupen dichas áreas a tenor de las estipulaciones de este convenio, los Estados Unidos ejerzan jurisdicción y señoríos completos sobre dichas áreas (...)

Actualmente ha sido convertido  en una prisión donde la tortura y la muerte han sido un método brutal contra  prisioneros de varios países, acusados de terroristas, sin ni siquiera ser juzgados. 

El imperialismo pretendió propiedades igual que Guantánamo en otros puntos de la Isla como en Nipe, Cienfuegos y Bahía Honda. Pero  la actitud viril de cubanos dignos opuestos a ese robo impidió un mal mayor. Al inicio, Guantánamo y Bahía Honda fueron los territorios incluidos, quedando luego excluido  el último y permaneciendo Guantánamo en calidad de arriendo, no de venta ni concesión. 

Desde el mismo triunfo de la Revolución de enero de 1959, Cuba, en ejercicio de su soberanía, ha reclamado al gobierno de los Estados Unidos la devolución de ese pedazo de territorio, ilegalmente ocupado.

Los gobiernos imperialistas, desde esa fecha, no sólo se han negado a la devolución, sino que durante muchos años convirtieron esa instalación militar en un medio para combatir a la Revolución. Sólo entre 1962 y 1994, desde esa posesión yanqui, fueron ejecutadas 13.498 provocaciones contra Cuba, entre éstas las que costaron la vida a los soldados cubanos Ramón López Peña y Luis Ramírez López. 

La cuota que ha pagado los Estados Unidos por el “arriendo” de ese territorio ascendió a unos 2.000 dólares al año. A partir de 1959 Cuba no ha hecho efectivo ninguno de esos cheques y los conserva para exponerlos algún día en un museo que recogerá la vergonzosa apropiación ilícita de una porción del territorio de la Isla, cuando ésta regrese a su verdadero dueño: el pueblo cubano. 

Los cubanos continúan enarbolando la demanda sobre la devolución de la Base Naval de Guantánamo. Su mantenimiento por la fuerza es una prueba más de la falta de seriedad del gobierno de los Estados Unidos, de su prepotencia, su naturaleza agresiva y su desprecio hacia las normas internacionales relacionadas con la soberanía de las naciones.