Iván Ljubetic Vargas, historiador
Centro de Extensión e Investigación
Luis Emilio Recabarren, CEILER
“Yo
pido que se propague
Por toda la población
Que el león es un
sanguinario
En toda la generación, si”
(Violeta Parra: “
El 3 de febrero de 1921 tropas del Ejército y policías perpetraron la masacre de San Gregorio.
En enero de 1921, apenas transcurridos cuarenta días de
asumir
1921 se inició en medio de
graves amenazadas de paralización de numerosas salitreras. La primera oficina en apagar sus fuegos fue la de San
Gregorio, perteneciente a la empresa británica Casa Gibbs y ubicada en la zona
de Antofagasta. Sus obreros fueron lanzados a la cesantía.
Por no existir ley que
protegiera a los trabajadores en caso de cesantía, éstos quedaban en total indefensión. A fines de enero, los operarios de San
Gregorio confeccionaron un petitorio en que demandaban el pago de un desahucio
y la cancelación de los pasajes hasta el lugar desde donde habían venido. Lo presentaron al administrador inglés,
míster Daniel Johnson, el que se manifestó de acuerdo con esas demandas y envió
el pliego de peticiones a Antofagasta, desde donde sería remitido a Inglaterra. Explicó que él esperaba una respuesta de un momento a
otro. Los pampinos resolvieron no
abandonar
El administrador, el inglés Daniel Jones, que tenía buenas
relaciones con los operarios, les dijo que la compañía (
Sin embargo, el 1
de febrero de 1921, cuando los obreros comenzaron a subir al tren, se empezó a pagar cinco pesos a los solteros y
diez a los casados, en vez de los 15 días de salario acordado.
Ante este hecho, los trabajadores no se embarcaron en el
tren. Se mantuvieron en la oficina Aseguraron
que no la abandonarían hasta que
no se cumpliera con lo prometido.
Míster Jones les
manifestó entonces que él no podía hacer
nada sin recibir órdenes de Antofagasta
PROVOCACIÓN CONTRA
LOS PAMPINOS
Las autoridades regionales, siguiendo instrucciones del
Gobierno, decidieron apresurar la salida de San Gregorio de los
trabajadores. Con este fin, enviaron- el
miércoles 2 de febrero- veinte soldados del Regimiento Esmeralda de
Antofagasta, el “famoso” Séptimo de
Línea, al mando del teniente Argandoña y un destacamento de 8 carabineros,
Al conocerse la noticia de la acción que pretendían
realizar las fuerzas del Gobierno, marcharon hacia San Gregorio operarios de
otras oficinas cercanas. Fue así, como a
mediodía del jueves 3, habían concentrados allí 1.300 pampinos, dispuestos a
impedir el desalojo.
DIRIGENTES DE
Tratando de evitar algún hecho de violencia, los
dirigentes de
Pero, a unos veinte metros de
LOS OBREROS SE
DEFIENDEN
Entonces Argandoña sacó su pistola. Se escuchó un balazo. Eran las 17,30 horas del jueves 3 de febrero
de 1921. De inmediato, los militares y
carabineros comenzaron a disparar contra los pampinos allí reunidos. Cayeron muertos y heridos. Ello no intimidó a los atacados. Por el contrario, avanzaron contra las
fuerzas represivas, armados de herramientas, dinamita y algunas pistolas. Se produjo un encuentro que duró
alrededor de dos horas. Llegaron
refuerzos de tropas. Los obreros, fueron
derrotados. Los soldados remataban a los
heridos, incluso a los que se encontraban en el hospital.
BRUTAL REPRESIÓN
Al día siguiente llegaron más soldados desde Antofagasta. Irrumpieron
en la enfermería de la oficina salitrera, donde hirieron y asesinaron a los
trabajadores que estaban allí. Después se dedicaron a dar caza a los obreros, matándolos en distintos
lugares de la oficina San Gregorio. Los caídos fueron el doble que en el
día anterior. En total los ultimados en esos dos trágicos días alcanzaron a
unas cien bajas. Muchos otros operarios fueron hechos prisioneros y cruelmente
torturados por oficiales del Ejército.
También cayeron el teniente
Argandoña y, desgraciadamente, míster Daniel Johnson, el administrador
británico, que se había entendido con los operarios de
SOLIDARIDAD DE CLASE
Algunos heridos pudieron
salvarse. Fueron aquellos que sus compañeros, en un viaje pleno de esfuerzo y
heroísmo, lograron llevar hasta Antofagasta.
Allí los ocultaron en un altillo existente en el local obrero de calle
Covadonga Nueva, donde fueron atendidos por médicos, que llegaron secretamente.
Los comunistas colaboraron en el auxilio de las víctimas, tanto de los heridos como de los prisioneros. Repudiaron la cruel masacre realizada por el “León de Tarapacá”.
El dirigente obrero Salvador Ocampo, en su trabajo “En tiempos de Recabarren”- relata que el fundador del movimiento obrero “no era partidario de la violencia a ese extremo, de ninguna manera. Y cuando él supo que había sucedido esta masacre lo sintió mucho, lo lamentó bastante. Pero al conversar con nosotros, los jóvenes especialmente, él dijo que todavía podría haber habido un entendimiento con la administración. Pero si en realidad Argandoña sacó la pistola y disparó impunemente contra los trabajadores, los trabajadores no tenían más que responder como podían, con lo que podían”.
ALESSANDRI RESPONSABLE
Ricardo Donoso, en el tomo Segundo de su obra “Alessandri agitador y demoledor”, afirma que el Presidente Arturo Alessandri “dejó que los militares hicieran la subida a la pampa por su cuenta, sin el control de una autoridad civil y que el Ejército fue a San Gregorio no a cumplir la función pública de restablecer y resguardar el orden, sino a ejercer una innoble venganza, doblemente ciega, porque ni sabía el verdadero motivo de la muerte de Argandoña, ni se curó de comprobar la relación mentirosas del teniente Gainza”.
LOS OBREROS TENÍAN
En 1921, cien mil trabajadores de la pampa fueron lanzados
a la cesantía, sin pagarles desahucio ni ninguna otra compensación, por Lock
Out patronal. Cuánta razón
tuvieron los obreros de San Gregorio al exigir garantías para los despedidos
por el cierre de las faenas salitreras.
De esta forma, las ilusiones
que se habían forjado miles y miles de proletarios con Arturo Alessandri
Palma desaparecieron como pompas de
jabón ya en el primer año de su gestión.
En vez del
prometido “cielito lindo”, se encontraron con más cesantía y masacres.
Los comunistas estuvieron en lo justo, cuando en 1920 no
se dejaron embriagar con la demagogia del “León de Tarapacá” y levantaron la
candidatura de Luis Emilio Recabarren a