viernes, 19 de febrero de 2021

A 475 AÑOS DE LA MUERTE DE LUTERO, “EL DOCTOR MENTIRAS”

 


 

                                               Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                               Centro de Extensión e Investigación

                                               Luis Emilio Recabarren, CEILER

 

                                  

 


 

El 18 de febrero de 1546 falleció Martín Lutero, a la edad de 53 años. Había nacido el 10 de noviembre de 1489  en la ciudad de Eisleben. Fue ordenado sacerdote  agustino en 1507.  Desde 1508, ejerció como  profesor de teología en la Universidad de Wittenberg. También,  predicador y confesor en la iglesia de Santa María y en la iglesia del Palacio de Wittenberg.

 

EL NEGOCIO DE LAS INDULGENCIAS

La  Iglesia Católica vendía indulgencias. Era el perdón de los  pecados por pago de cierta suma. Por ejemplo, por robos de bienes eclesiásticos y perjuro se podía llegar a pagar 9 ducados; el perdón de un asesinato se  obtenía por 8 ducados. Incluso se vendían indulgencias para los pecados de personas fallecidas con el fin de acortar su estada en el purgatorio e incluso para pecados futuros aún no cometidos.

 El 50% de lo recaudado se destinaba a la construcción de la basílica de San Pedro en Roma. En resto se dividía entre el arzobispo Alberto de Brandeburgo y otras personas. Este arzobispo estaba endeudado con la familia Fugger, capitalistas alemanes, que le había financiado su llegada a la sede del obispado de Maguncia.

Destacado rol en el tráfico de indulgencias lo jugó el monje dominico Johann Tetzel. Este comenzaba la venta de indulgencia voceando el lema: “Tan pronto la moneda en el cofre resuena, el alma brinca al cielo sin pena”.


LUTERO CONTRA EL NEGOCIO

Se desató el escándalo. Entonces,  Lutero  predicó tres sermones contra las indulgencias en los años 1516 y 1517.

En 1520 publicó el escrito “De la libertad del cristiano”, donde señaló que “un cristiano está sujeto sobre todo al Señor y a nadie más que él”

Biblia en mano, a partir  de 1522 atacó los privilegios de los nobles y del clero, pretendidamente   otorgados por voluntad divina.

Esas prédicas revolucionarias iban a encontrar un inesperado eco...

Cuando el 31 de octubre de 1517, Lutero atacó por primera vez el dogma y las instituciones de la Iglesia Católica, su oposición no tenía un carácter bien definido. En un momento inicial debía reunir a todos los elementos de la oposición, era necesario demostrar la energía revolucionaria más decidida y era imprescindible representar a la totalidad de las herejías frente a la ortodoxia católica.

 

LUCHA DE CLASES

Pero no se trataba sólo de cuestiones religiosas. En el fondo estaban los problemas de las clases oprimidas por el sistema feudal.  Y el clero era el representante ideológico de  ese régimen. Por tanto, todo ataque contra el feudalismo debía .dirigirse primeramente contra la Iglesia. Todas las doctrinas revolucionarias, sociales y políticas debían comenzar  por ser herejías teológicas. Lo primero era despojar al feudalismo de su aureola.

La oposición revolucionaria contra el  régimen feudal se dio a través de toda la Edad Media. Tomó la forma de  misticismo, herejía abierta o insurrección armada.

Lutero representó con sus ataques contra la Iglesia  romana a todos los sectores oprimidos; se convirtió en un símbolo de la lucha contra la opresión feudal y clerical. Ante sus prédicas, el pueblo alemán se puso en movimiento. En primera fila los más desposeídos: los campesinos y los plebeyos. Entonces el audaz  reformador  se asustó y  reculó. Apartó de sí a los elementos populares del movimiento para unirse al séquito burgués, aristocrático y monárquico.

 

TOMÁS MÜNZER

Tomás Münzer nació en  Stolberg, en  la montaña del  Harz, hacia 1488.

A los 15 años, siendo alumno de la escuela de Halle, fundó una liga clandestina contra el arzobispo de Magdeburgo y la Iglesia romana en general. Su erudición teológica le valió pronto el título de doctor y el puesto de capellán en un convento de monjas.

En 1522,  llegó a ser predicador en Altstedt.  Allí comenzó a reformar el culto. Antes que Lutero, suprimió totalmente el uso del latín. Predicaba la violencia, la lucha armada contra los curas romanos.

Ante las vacilaciones de Lutero, se separó de la Reforma burguesa y se hizo agitador político. Su doctrina  procedía directamente de su pensamiento religioso revolucionario. Se adelantaba a la situación social y política de su época. Su filosofía religiosa se acercaba al ateísmo y su programa político tenía afinidad con el comunismo.

Münzer planteó sus posiciones en un folleto revolucionario. Entonces Lutero lo declaró “instrumento de Satán”. Llamó a los príncipes a perseguirlo y que lo expulsaran de sus territorios. Münzer le respondió  motejándolo de  “el Doctor Mentiras”.

 

LAS   “GUERRAS RELIGIOSAS” DEL SIGLO XVI 

Las llamadas guerras religiosas del siglo XVI  tenían como causas  sobre todo los intereses materiales y de clase. Fueron, en verdad,  luchas de clases.

Las circunstancias de la época hicieron que estas luchas  se presentaran bajo el signo religioso y que los intereses, necesidades y reivindicaciones de las diferentes clases, se escondieran bajo el manto religioso.

Desde 1518 a 1523 se produjeron numerosas insurrecciones locales de los campesinos en la Selva Negra y en la Alta Suabia. El 2 de abril de 1525 una gran sublevación en Stühlingen marcó el inicio de la guerra de los campesinos alemanes.

Se sublevaron  300 mil campesinos y plebeyos. Frente a esta revolución, se olvidaron los viejos rencores. Burgueses y príncipes, nobles y curas, Lutero y el Papa, se unieron en ‘santa alianza’ contra ‘las bandas asesinas de campesinos ladrones’.

 

LUTERO EN EL BANDO DE LOS RICOS

Y ahí estaba Lutero, de nuevo con la Biblia en la mano,  pero esta vez contra los campesinos pobres, gritando: “Hay que despedazarlos, degollarlos y apuñalarlos, en secreto y en público. ¡Y los que puedan que los maten como perros rabiosos! Por esto, queridos señores, oídme y matad, degolladlos sin piedad... Nada de falsa piedad con los campesinos... Deberíamos rezar para que obedezcan; y si no, nada de conmiseración... Dejad  que les hablen los arcabuces, si no será mil veces peor!”

El heroísmo de los sublevados se estrelló contra los ejércitos de la coalición, mejor armados y con mayores conocimientos militares. Se combatió  encarnizadamente. En septiembre de 1525 cesaron todas las batallas y las acciones punitivas de los vencedores.  Murieron 130 mil campesinos.


LAS CONSECUENCIAS DE LA GUERRA  CAMPESINA

La guerra de los campesinos  fue el más grandioso intento revolucionario del pueblo alemán y  terminó derrotado. Después se redobló la opresión por parte de la nobleza, los  príncipes  y  curas contra los vencidos.

El clero sufrió también duras consecuencias. Sus conventos y fundaciones fueron quemados, sus tesoros robados. El odio popular les había alcanzado en todo su vigor

La nobleza  había sido derrotada por los campesinos en todas partes y forzada a capitular; sólo la salvó la intervención de los poderosos ejércitos de los príncipes.

Tampoco las ciudades sacaron  gran provecho de la guerra campesina.

Los príncipes fueron los únicos beneficiados con la revolución de 1525.

Después de ese año, el protestantismo perdió toda traza de espíritu revolucionario y afianzó, también apoyado por Lutero, las instituciones dominantes de la sociedad señorial con la doctrina de la sumisión a la autoridad.

El 25 de junio de 1530 , la Confesión de Augsburgo, estableció los Estatutos de la Iglesia luterana, burguesa y reformada.