El Círculo Virtual de Estudios Histórico-.Políticos entrega la exposición
realizada, el miércoles 16 de enero de 2013, en la Escuela de Verano del Centro
de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER, por el
historiador Iván Ljubetic Vargas, con el título de "Recabarren y la
Solidaridad Internacional"
Carlota Espina
Editora
ESCUELA DE VERANO CEILER
2013
RECABARREN
Y LA SOLIDARIDAD INTERNACIONAL
Luis Emilio Recabarren Serrano nace en Valparaíso, en el Cerro Playa Ancha, el 6 de julio de
1876. Estudia cuatro años en una escuela primaria de ese puerto. Su familia se
traslada a Santiago. En la capital, a la edad de 14 años, comienza a trabajar
como obrero en una imprenta. Pronto aprende el oficio de tipógrafo
A pesar de ser duramente explotado, con largas jornadas, bajos salarios,
agotadoras labores, tiene la fuerza y la responsabilidad de leer, de estudiar. Es
un autodidacta que, capacitándose por su cuenta, se transforma en uno de los
grandes intelectuales que ha tenido
nuestro país.
Pero, más importante que eso, ¡pone
sus conocimientos al servicio de sus hermanos de clase, de los trabajadores!
En 1894 se incorpora al Partido Demócrata, iniciándose en la lucha social. Tiene por entonces, 18 años de edad.
Recabarren comprende que los trabajadores
sólo pueden jugar su rol histórico, si unen a la combatividad, una firme
conciencia de clase. Por eso se dedica a educarlos. Para ello utiliza todos los
medios a su alcance.
Contratado por los obreros de Tocopilla, viaja al norte, en septiembre 1903. En esa ciudad
funda, dirige, escribe, imprime y edita el periódico “El Trabajo”. Pronto se
convierte en dirigente de la Mancomunal de Obreros de Tocopilla.
En su edición del 21 de febrero de 1904, “El Trabajo” publica un voto
aprobado por la Mancomunal de Obreros de Tocopilla, de la cual es dirigente
Recabarren, solidarizando con los revolucionarios rusos que se han alzado
contra la opresión del Zar. En una de sus
partes, el voto dice:
“La Revolución de Rusia es resultado
ineludible del despotismo autoritario y burgués, que en todas partes del mundo
pesa como una montaña de granito sobre los hombros del pueblo trabajador”
Es ésta, la primera manifestación de Solidaridad Internacional de la que se
tiene noticia en Chile. Surge desde el
seno mismo de la clase obrera y, precisamente, donde actúa Recabarren.
Esa, la Primera Revolución Rusa se desarrolla entre 1903 y 1905 y es derrotada
por la represión zarista.
Recabarren es un consecuente internacionalista. En Argentina, donde vive
exiliado de 1906 a 1908, y a donde viaja más tarde en 1916, participa
activamente en el movimiento sindical y fue uno de los fundadores del Partido
Comunista argentino.
El historiador soviético Valerián Goncharov, en su libro “El Camarada
Vittorio”, evoca la fundación del
Partido Socialista Internacional, como se denomina inicialmente el Partido
Comunista argentino y escribe: “En una fotografía con los toques amarillados
que le dio el tiempo, aparece un salón repleto de gente. Entre los presentes se
pueden distinguir a Vittorio Codovilla, Luis Emilio Recabarren, Miguel
Contreras, Juan Ferlini. Eran los primeros días de enero de 1918”.
Recabarren ejerce también importante influencia en el movimiento obrero
boliviano, especialmente a través del periódico “El Despertar de los Trabajadores”, que fundara
en Iquique en enero de 1912, como también a través de la organización sindical.
Por ejemplo, en Bolivia existió una sección de la FOCH chilena.
El historiador de nacionalidad boliviana, Guillermo Lora, en su “Historia
del movimiento obrero boliviano 1900-1923”, escribe.
“En 1914 se funda en La Paz el primer Partido Socialista y a partir de 1919
surgen a lo largo del país los llamados Partidos Obreros Socialistas, como
respuesta a la poderosa influencia del marxista chileno Emilio Recabarren”.
Subraya que: “Uno de los lideres que ejerció mayor influencia en la
estructuración de la vanguardia obrera boliviana fue Luís Emilio Recabarren”.
Agrega que “El tipógrafo Luís Emilio Recabarren (1876-1924), interesante y
apasionada figura del socialismo chileno, fue el fundador y columna vertebral del semanario “El
Despertar de los Trabajadores” de Iquique,
vocero tanto del Partido Socialista como de la Federación Obrera de
Chile. Este periódico, que circulaba profusamente entre los dirigentes obreros
de Bolivia, alcanzó a educar a nuestros líderes sindicales.
“Toda una generación de dirigentes obreros bolivianos ha sido educada en la
escuela de lucha y doctrina del sindicalismo chileno”
“Bajo la directa influencia de la Federación Obrera Chilena (las líneas
férreas juegan en nuestra historia social el papel de verdaderos canales
revolucionarios), Manuel Araya organizó en 1920
la llamada Federación Obrera (Sección boliviana), con asiento en Viacha y que comprendía a los
trabajadores del ferrocarril Arica-La Paz (Sección boliviana)”.
Hasta aquí el testimonio del historiador boliviano.
En su Conferencia “Ricos y pobres a través de un siglo de vida
republicana”, dictada en Rengo el 3 de septiembre de 1910, Luis Emilio Recabarren, ajeno a todo chovinismo, define
la llamada guerra del Pacífico por la
historia oficial, como “una guerra de conquista, en que la clase gobernante de Chile se anexó
a la región salitrera”.
El 7 de noviembre de 1917, al producirse la Revolución de Octubre,
Recabarren se encuentra en Buenos Aires.
(Aquí permítanme hacer un paréntesis. Cuando era muchacho, y de esto hace
ya una punta de años, uno de los misterios que me desveló un buen tiempo fue:
¿Por qué a la Revolución Socialista del 7 de noviembre se le llama Revolución
de Octubre? Como yo era -y soy- corto de genio, no me atrevía a preguntar cuál
era la solución a mi enigma. Después supe que todo se trataba de calendarios.
De acuerdo al calendario Gregoriano que
se usaba en Occidente y que se
utilizamos actualmente, la fecha es 7 de noviembre; pero según el calendario
Juliano, vigente en Rusia al momento de la Revolución, corresponde al 25 de
octubre de 1917. Eso era todo)
Bueno, decíamos que, al producirse la Revolución de Octubre del 7 de
noviembre de 1917, Recabarren está en Buenos Aires.
Apenas conoce los acontecimientos
que sacuden Rusia, escribe el 23 de diciembre de 1917, lo que
es reproducido por el periódico “Adelante” de Talcahuano con fecha 5 de febrero
de 1918, lo siguiente:
“Doy sin vacilar mi voto de adhesión a los maximalistas rusos, que inician
el camino de la paz y de la abolición del régimen burgués, capitalista y bárbaro.
Quien no apoye a esta causa sostendrá el régimen capitalista con todos sus
horrores”.
Maximalistas se les llamaba entonces a los bolcheviques o comunistas rusos,
encabezados por Lenin.
En esa misma edición del periódico
“Adelante”, leemos otras afirmaciones de Recabarren:
“Para cimentar su verdadera y auténtica revolución, el pueblo ruso no ha
necesitado hacer funcionar ninguna clase de patíbulos. Brazo firme y enérgico,
sí; cerebro sereno y voluntad para impedir que los burgueses y sus instrumentos
vuelvan a restablecer la explotación y la opresión del pueblo”.
“El sueño, la utopía de esos locos llamados socialistas pasa a ser hoy no
sólo una realidad, sino la fuente de todo progreso y felicidad humana. Esto era
lo más temido por la clase capitalista de Rusia y de todos las países”.
“¡Rusia maximalista es la antorcha del mundo! Salud a esa Rusia.
Rusia revolucionaria, librando al mundo de la guerra, es el más poderoso
baluarte de la democracia; de la democracia del pueblo honrado y trabajador”.
Hasta aquí lo escrito por Recabarren en 1917.
Salvador Ocampo nos habla de la actividad solidaria desarrollada por el
maestro en Antofagasta:
“Yo recuerdo perfectamente que Recabarren salió a la calle con nosotros en
1918 a celebrar los triunfos de los bolcheviques y a proclamar que ese era el
camino que tenía que seguir el proletariado...
“Hicimos mítines en diferentes lugares de la ciudad. Uno de esos lugares
estaba cerca de mi casa. Era la plazuela Vicuña Mackenna, en la avenida
Argentina con la calle Bolívar. Y en ese triángulo, digamos –14 de febrero era
la otra calle-, Recabarren salía con los
compañeros. Yo participaba también en esos actos a proclamar la necesidad de
apoyar la Revolución bolchevique...
“Nosotros, los jóvenes, creamos una
tribuna portátil y a veces salíamos con Recabarren a la calle. Yo andaba con la
tribuna al hombro: era chiquillo, muchacho todavía. Y entonces, en cualquier
lugar donde nos permitían las autoridades, plantábamos la tribuna y Recabarren
empezaba a hablar”.
En la Convención, realizada en Concepción en diciembre de 1919, donde
Recabarren es el principal conductor y de la cual surge la Federación Obrera de
Chile, la combativa FOCH, se aprueba una
declaración en que los delegados, que representaban a 100 mil
trabajadores, manifiestan “sus más
ardientes votos por la emancipación integral del proletariado internacional y
que, conforme a los derechos que tienen los pueblos a elegir sus gobiernos,
cese la guerra que los estados capitalistas mantienen contra el proletariado
ruso”.
El 16 de septiembre de 1920,
Recabarren escribe en “El Socialista”, de Antofagasta:
“He explicado en conferencias lo que es la Revolución Rusa y el
maximalismo, desde Lautaro hasta Pisagua, explicando la obra bellamente
creadora de la más alta civilización que se verifica en Rusia con el concurso
de toda una nación con la excepción de unos pocos cientos de reaccionarios...
“Y he dicho que la Revolución Rusa ha probado que el socialismo no era una
bella utopía ni estaba a siglos de distancia su realización”.
Cinco años después del triunfo de la Revolución en Rusia, Recabarren viaja
a ese país.
El 9 de octubre de 1922, inicia su
viaje a Europa. Va a participar en calidad de delegado de la
Federación Obrera de Chile, FOCH, en el
Segundo Congreso de la Internacional
Sindical Roja, y a representar al
Partido Comunista de Chile en el Cuarto Congreso de la Internacional Comunista.
Ambos eventos a efectuarse en Moscú.
En marzo de 1923 se publicó en Santiago “La Rusia Obrera y Campesina. Algo
de lo visto en su viaje por Luis Emilio Recabarren”. Un folleto de 94 páginas.
Explica su autor: “Sobre lo que vi y constaté durante los 43 días que estuve
en Moscú, he escrito algunos artículos, cinco de los cuales se publicaron en
‘La Nación’ de Santiago. Esos artículos y las conferencias que he dado, después
de mi llegada, de regreso de Rusia, coleccionadas y con agregados que completan
las informaciones, son el material que hoy ofrezco en este modesto folletito,
con la intención de llevar a los lectores una información real de lo que hasta
la fecha lleva construido el proletariado que en Rusia tiene hoy en su poder la
suma del poder político y económico; después de haber destruido todo el mecanismo de la sociedad capitalista
explotadora”.
“Se me podrá observar –agrega- que 43 días no son suficientes para
reconocer e informarse de todo lo necesario en un país que ha cambiado tan
fundamentalmente su régimen social, político y económico. Pero yo responderé a
eso que yo no fui a Rusia a buscar detalles, que para este objetivo no los
necesito, fui solamente a constatar lo más fundamental, con lo cual se
construirá el porvenir.
Fui a ver si la clase trabajadora tenía en sus manos efectivamente el poder
político, con el cual garantice la
conservación en sus manos del poder económico.
Fui a ver si la clase trabajadora tenía en sus manos la dirección del poder
económico, con el cual irá construyendo su bienestar...
No fui en busca de menudencias y detalles. Para recoger lo fundamental me
alcanzó el tiempo.
Y pude ver con alegría, que los trabajadores de Rusia, tenían efectivamente
en sus manos toda la fuerza del poder político y económico.”
Escribe el maestro: “Es de esperar que después de la lectura reposada de este corto folleto,
cada proletario sepa tomar el sitio que le corresponde para encaminar sus
actividades hacia la realización del programa de combate del comunismo que
destruya este sistema capitalista que ya ha probado de sobra su total
incapacidad para dar al país ningún
bienestar”.
“He vuelto de Rusia más convencido que antes de que urge apresurar la
Revolución Social que ponga en manos del pueblo todos los poderes para la
construcción de la sociedad comunista.
“Continuar con la inactividad o la espera de ilusorias promesas que se
renuevan sin cesar,... es prologar el estado de explotación capitalista, que
permite a unos pocos hacerse millonarios en poco tiempo, mientras la mayoría de
la población permanece en la más vil miseria”.
Termina su escrito señalando: “Dar al pueblo los medios para terminar con su malestar es,
entre otros, el objetivo de este folleto”.
Esta obra es un contundente desmentido a la falsa
afirmación de que Recabarren se habría suicidado porque regresa desilusionado
de su viaje a Rusia.
En una “Historia de Chile”, publicada en 1967 por el Instituto de Historia
de la Academia de Ciencia de la URSS, se
dice: “Luis Emilio Recabarren puede ser considerado el primer historiador chileno
de la Revolución Socialista de Octubre”.
Permítanme contar una experiencia personal
En 1959 tuve la oportunidad de viajar a la Unión Soviética formando parte
de una delegación de jóvenes, que
habíamos participado en el VII Festival de la Juventud y de los Estudiantes,
efectuado en Viena.
Realizamos un apretado programa. Muchas visitas. Una de ellas es a una
fábrica textil de Moscú.
En esa oportunidad me corresponde hacer un saludo en nombre de la
delegación.
Después, habla la Presidenta del Sindicato de esa empresa estatal, se
refiere a los comienzos de la URSS. Habla
de la solidaridad internacional
recibida en esos primeros años. Recuerda
la ayuda recibida de un lejano país llamado Chile. La información me sorprende
porque no tenía idea de eso.
Aún pensaba en ello, cuando se
acerca a saludarme la presidenta del sindicato, acompañada de un intérprete. Agradece
mis palabras y me invita a bailar. Le respondo, avergonzado, que lo siento
mucho, pero que no sé bailar. Entonces el intérprete dice que ella ha dicho
algo así como que si yo bailo tan bien
como hablo... Y sin más explicaciones, la maciza y ágil camarada me saca a la
pista y me hace dar vueltas y más vueltas en un vals que me parece eterno.
De regreso a Chile, lo que me sigue dando vueltas en mi cabeza no son las
columnas y lámparas del salón sindical como me ocurrió en esa noche moscovita,
sino lo que la Presidenta del Sindicato había dicho en su discurso.
Investigo. Y encuentro los antecedentes. En 1923, el Partido Comunista de
Chile organiza una gran campaña de solidaridad con el pueblo soviético. Constituye
Comités de solidaridad en diferentes puntos del país, que reúnen varias decenas
de pesos. Esos dineros son enviados al Comité Central Obrero de Ayuda al
Proletariado Ruso con sede en Berlín.
Indudablemente, es determinante en
esa acción solidaria de los comunistas chilenos, la labor de difusión y de convencimiento
realizada incansablemente por Luis Emilio Recabarren en torno
a la Revolución de Octubre, ese histórico acontecimiento, que
conmovió al mundo hace 95 años.
Vladimir Lenin, el gran artífice, teórico y práctico, de la Revolución
bolchevique de 1917, fallece el 21 de enero de 1924.
Luis Emilio Recabarren, que ha sido elegido diputado en marzo de 1921
y que siente gran admiración por Lenin, a quien conoce en
una reunión en Bruselas, Bélgica, en
1909, propone en la sesión del 5 de febrero de 1924, que la Cámara envíe un
mensaje de condolencia al gobierno soviético. Su primer intento resulta
frustrado. La mayoría derechista se aboca a un homenaje al ex presidente de
Estados Unidos, Woodrow Wilson.
Al día siguiente Recabarren vuelve a la carga. Pregunta a sus honorables
colegas si el rechazo a su proposición se debe a que en Rusia gobernaban los
comunistas, los trabajadores, sin considerar que Lenin es una de las
principales figuras de la historia contemporánea.
Recuerda que hasta la prensa burguesa le reconoce sus grandes méritos.
Cita al periódico ‘La Nación’, del 23 de enero que dice: “El cable ha
comunicado que Nicolai Lenin murió a las
seis treinta horas del martes 21 en su residencia particular ubicada en Moscú. Acaso
no hay en el momento una figura más interesante en el panorama mundial, que la
de este hombre extraordinario. La figura de Lenin es, con todo, de un relieve
único”.
Recabarren entrega antecedentes de la obra de Lenin y sus camaradas en
Rusia. Luego prosigue, en medio de
interrupciones, réplicas y contrarréplicas:
“La personalidad de Lenin se levanta a mucha más altura que la del ex
Presidente de Estados Unidos. El ex presidente Wilson dirigió a su gran nación
para embarcarla en la pasada guerra, para aumentar el fuego, para destruir la
humanidad, para arrastrarla a la horrible matanza de la juventud del mundo en
que estaba empeñada la clase capitalista.
Mientras esto hacía Wilson, Lenin, este hombre oscuro y calumniado, esta
figura salida de la nada, este hombre que no tembló siquiera ante la inminencia
del patíbulo, trató de retirar a Rusia de la guerra, y luchó hasta que lo
consiguió.
Todo el mundo sabe –prosigue Recabarren-
que Lenin antes de que el pueblo ruso declarara la revolución perseguía
ya la terminación de la guerra.
¿Qué acción más grande, qué acción más noble puede existir en la historia?
¡Ese es Lenin, que quiso la terminación de la guerra!”
Finaliza sus palabras diciendo: “Termino pidiendo que pongamos un poco más alto nuestros
corazones, no olvidando la frase latina que dice ‘sursum corda’, ¡en alto los
corazones!”
La votación es una enorme sorpresa: 26 votos a favor, 5 en contra y 7 abstenciones.
Es así como la Cámara de Diputados de Chile, aprueba el envío de un
telegrama de pésame al gobierno soviético, que en los hechos era un homenaje a
Lenin.
Este episodio es una nueva demostración de la gran admiración que tuvo
Recabarren por la Revolución Rusa de 1917 y
de cómo repercutieron en Chile esos diez días que conmovieron al mundo.
Así es Recabarren: un consecuente internacionalista, pero al mismo tiempo
un verdadero patriota. No olvidemos que es el primero en plantear la necesidad
de nacionalizar nuestras riquezas naturales. Lo hace en un artículo publicado
en el periódico “El Socialista”, de
Antofagasta el 11 de agosto de 1920.
Es el más grande educador de masas de la Historia de Chile.
Fundador del Partido Comunista
y activista del sindicalismo
revolucionario; Padre del Movimiento Obrero chileno; impulsor de la prensa
obrera y de la cultura popular.
¡Su obra y pensamiento tienen hoy plena vigencia!.
¡Hoy, como lo hizo Recabarren ayer, levantamos con decisión y firmeza las
hermosas banderas de la solidaridad internacional!