miércoles, 7 de noviembre de 2012

RECABARREN Y LA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE DE 1917




 
Luis Emilio Recabarren






El Círculo Virtual de Estudios Histórico-Políticos rinde homenaje al 95º Aniversario de un hecho que estremeció al mundo, a la Revolución  Socialista  de 1917 llevada a cabo por los comunistas rusos, encabezados por Lenin.   

Carlota Espina
Editora





RECABARREN Y LA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE DE 1917



                                                                
Iván Ljubetic Vargas


Este  7 de noviembre se  cumplen 95 años del hecho más importante del siglo XX: la Revolución  Socialista de Octubre.

Según el  calendario Juliano, entonces vigente en Rusia, tuvo lugar el 25 de octubre de 1917, pero de acuerdo al calendario gregoriano, actualmente en uso,  se llevó a cabo el 7 de noviembre de 1917.

Fueron diez días que conmovieron  al mundo. Las olas levantadas por esa revolución  llegaron a Chile. El historiador Hernán Ramírez Necochea escribió:

“La Revolución y los dramáticos sucesos que siguieron a la conquista del poder por el proletariado ruso despertaron la atención de la clase obrera, la conmovieron profundamente; en la prensa popular y en las reuniones políticas y sindicales, se expresaba fervorosa admiración por el pueblo soviético y se daban muestras de incontenible entusiasmo por el advenimiento del primer Estado que dirigía la clase  trabajadora”.

Por su parte, el dirigente sindical Juan Vargas Puebla, afirmó:

“El nacimiento del primer estado dirigido por el proletariado, fue saludado por las organizaciones clasistas chilenas y no pocos políticos e intelectuales. Los estudiantes universitarios lo saludaron en diversos artículos publicados en su periódico Claridad.

Juan Pradenas Muñoz y Recabarren publicaron artículos plenos de entusiasmo y adhesión. La clase obrera comprendió que se abría un nuevo período de intensas luchas y que por tanto había que adecuar sus organizaciones sindicales a la nueva situación histórica”.

RECABARREN ESCRIBE DESDE BUENOS AIRES

Al producirse la Revolución de Octubre, Recabarren se encontraba en Buenos Aires. Apenas conoció los acontecimientos que sacudían  Rusia, escribió el 23 de diciembre de 1917:

“Doy sin vacilar mi voto de adhesión a los maximalistas rusos, que inician el camino de la paz y de la abolición del régimen burgués, capitalista y bárbaro. Quien no apoye a esta causa sostendrá el régimen capitalista con todos sus horrores”.

En otros artículos publicados en la prensa argentina y reproducidos  por el periódico “Adelante”, de Talcahuano, en febrero de 1918,  Recabarren  señaló:

“ Para cimentar su verdadera y auténtica revolución, el pueblo ruso no ha necesitado hacer funcionar ninguna clase de patíbulos. Brazo firme y enérgico, sí; cerebro sereno y voluntad para impedir que los burgueses y sus instrumentos vuelvan a restablecer la explotación y la opresión del pueblo”.

“El sueño, la utopía de esos locos llamados socialistas pasa a ser hoy no sólo una realidad, sino la fuente de todo progreso y felicidad humana. Esto era lo más temido por la clase capitalista de Rusia y de todos las países”.

“¡Rusia maximalista es la antorcha del mundo!  Salud a esa Rusia.
Rusia revolucionaria, librando al mundo de la guerra, es el más poderoso baluarte de la democracia; de la democracia del pueblo honrado y trabajador”.

ACTIVIDADES SOLIDARIAS EN CHILE

Recabarren regresó a Chile en abril de 1918.

Salvador Ocampo evoca la actividad solidaria desarrollada por el maestro en Antofagasta:

“Yo recuerdo perfectamente que Recabarren salió a la calle con nosotros en 1918 a celebrar los triunfos de los bolcheviques y a proclamar que ese era el camino que tenía que seguir el proletariado...

“Hicimos mitines en diferentes lugares de la ciudad. Uno de esos lugares estaba cerca de mi casa. Era la plazuela Vicuña Mackenna, en la avenida Argentina con la calle Bolívar. Y en ese triángulo, digamos –14 de febrero era la otra calle-, Recabarren  salía con los compañeros. Yo participaba también en esos actos a proclamar la necesidad de apoyar la Revolución bolchevique...

“Nosotros, los jóvenes,  creamos una tribuna portátil y a veces salíamos con Recabarren a la calle. Yo andaba con la tribuna al hombro: era chiquillo, muchacho todavía. Y entonces, en cualquier lugar donde nos permitían las autoridades, plantábamos la tribuna y Recabarren empezaba a hablar”.

En la Convención, realizada en Concepción en diciembre de 1919,  de la cual surgió la Federación Obrera de Chile, la combativa FOCH,  se aprobó una declaración  propuesta por Recabarren, en que los  trabajadores chilenos  manifestaban “sus más ardientes votos por la emancipación integral del proletariado internacional y que, conforme a los derechos que tienen los pueblos a elegir sus gobiernos, cese la guerra que los estados capitalistas mantienen contra el proletariado ruso”.

El 16 de septiembre de 1920,  Recabarren escribió en “El Socialista”, de Antofagasta:

“He explicado en conferencias lo que es la Revolución Rusa y el maximalismo, desde Lautaro hasta Pisagua, explicando la obra bellamente creadora de la más alta civilización que se verifica en Rusia con el concurso de toda una nación con la excepción de unos pocos cientos de reaccionarios...
“Y he dicho que la Revolución Rusa ha probado que el socialismo no era una bella utopía ni estaba a siglos de distancia su realización”.

VISITANDO   RUSIA SOVIÉTICA

Cinco años después del triunfo de la Revolución en Rusia, Recabarren viajó a ese país.

El 9 de octubre de 1922, inició su  viaje a Europa.  Iba a  participar en calidad de delegado de la Federación Obrera de Chile, FOCH, en  el Segundo Congreso de la Internacional  Sindical Roja, y a  representar al Partido Comunista de Chile en el Cuarto Congreso de la Internacional Comunista. Ambos eventos a efectuarse en Moscú.

Recabarren, en  nota escrita en alta mar, de fecha 26 de octubre, explica: “Voy viajando en el vapor Baden, de  firma y construcción alemana, que hace la línea Hamburgo – Buenos Aires. Por cierto que dado al alto precio de los pasajes voy en tercera clase y muy contento de conocer esta situación, me volveré en las mismas condiciones”. Añade: “Campesinos, obreros y obreras y pequeños comerciantes son los que viajan en tercera clase”.

El viaje por mar duró 26 días.  Recabarren escribió dos cartas desde Berlín, el 8 y el 9 de noviembre, narrando sus actividades en la capital alemana.

En la segunda, relata: “Ayer me he encontrado con una cantidad de delegados franceses que van a Rusia. Iremos juntos a Moscú y partiremos el domingo 12 temprano desde un puerto alemán hasta Petrogrado y desde allí a Moscú en ferrocarril”.

Recabarren fue uno de los 408 delegados,  que representaron a 58 organizaciones comunistas de distintos países al Cuarto Congreso de la Internacional Comunista. Este se prolongó hasta el 5 de diciembre de 1922.

En el Segundo Congreso de la Internacional Sindical Roja, Recabarren estuvo en la Presidencia de este evento, junto a grandes personalidades como Clara Zetkin, Edgard Wood, Francisco Pintos...

DE REGRESO EN LA PATRIA

Entre diciembre de 1922 y enero de 1923, se llevó a cabo en Chile una campaña  con el fin de reunir fondos para costear el pasaje de regreso de Recabarren desde Europa.

Llegó  a  Santiago, el 19 de febrero de 1923. Existía gran expectación por el mensaje que traía.

La prensa reaccionaria había especulado que venía desilusionado.

Miles de personas desfilaban  por las calles, cantando himnos revolucionarios y enarbolando banderas rojas. Coreaban su nombre.

La muchedumbre desbordaba la Plaza de Armas. Cuando se calmó la  tempestad de gritos y cantos, Recabarren se dirigió a la multitud:

“... En Rusia no existe la burguesía gobernante, en Rusia no existe el capitalismo explotador; en Rusia las fábricas, los campos, la producción está  en poder de los trabajadores...”

Aplausos y  exclamaciones de aprobación rubricaron sus palabras. La gente lo llevó en hombros hasta su casa.

Ese mismo mes comenzó a entregar las experiencias recogidas en su viaje a Rusia. La primera conferencia la dictó en el teatro Esmeralda de la capital.

“LA RUSIA OBRERA Y CAMPESINA”

En marzo de 1923 se publicó en Santiago “La Rusia Obrera y Campesina. Algo de lo visto en su viaje por Luis Emilio Recabarren”. Un folleto de 94 páginas.

Explicaba su autor: “Sobre lo que vi y constaté durante los 43 días que estuve en Moscú, he escrito algunos artículos, cinco de los cuales se publicaron en ‘La Nación’ de Santiago. Esos artículos y las conferencias que he dado, después de mi llegada, de regreso de Rusia, coleccionadas y con agregados que completan las informaciones, son el material que hoy ofrezco en este modesto folletito, con la intención de llevar a los lectores una información real de lo que hasta la fecha lleva construido el proletariado que en Rusia tiene hoy en su poder la suma del poder político y económico; después de haber destruido  todo el mecanismo de la sociedad capitalista explotadora”.

“Se me podrá observar –agrega- que 43 días no son suficientes para reconocer e informarse de todo lo necesario en un país que ha cambiado tan fundamentalmente su régimen social, político y económico. Pero yo responderé a eso que yo no fui a Rusia a buscar detalles, que para este objetivo no los necesito, fui solamente a constatar lo más fundamental, con lo cual se construirá el porvenir. Fui a ver si la clase trabajadora tenía en sus manos efectivamente el poder político,  con el cual garantice la conservación en sus manos del poder económico.

Fui a ver si la clase trabajadora tenía en sus manos la dirección del poder económico, con el cual irá construyendo su bienestar...

No fui en busca de menudencias y detalles. Para recoger lo fundamental me alcanzó el tiempo.

Y pude ver con alegría, que los trabajadores de Rusia, tenían efectivamente en sus manos toda la fuerza del poder político y económico.”

EL PRIMER HISTORIADOR CHILENO...

En una “Historia de Chile”, publicada en 1967 por el Instituto de Historia de la Academia de Ciencia de  la URSS, se dice: “Luis Emilio Recabarren puede ser considerado el primer historiador chileno de la Revolución Socialista de Octubre”.
Y es verdad. Pero también se preocupó de las lecciones que podían sacar de esos hechos los trabajadores chilenos.

Escribió: “El proletariado de Chile, recogerá de la lectura de este folleto, muchas enseñanzas para sus actividades futuras, que le permitan avanzar con éxito hacia el derrumbe del estado capitalista, que es la causa del estado de tiranía y de explotación que nos vemos obligados a soportar”.

Agregando:  “Creo no engañarme si aseguro que al proletariado de Chile sólo le falta disciplinar un poco su organización política y económica para encontrarse en capacidad de realizar la Revolución Social que expropiará todo el sistema de explotación capitalista y que termine definitivamente con el caos capitalista incapaz de producir el bienestar social que reclama la población de Chile”

“VUELVO MÁS CONVENCIDO QUE ANTES...”

Escribió el maestro: “Es de esperar que después  de la lectura reposada de este corto folleto, cada proletario sepa tomar el sitio que le corresponde para encaminar sus actividades hacia la realización del programa de combate del comunismo que destruya este sistema capitalista que ya ha probado de sobra su total incapacidad para dar al país  ningún bienestar”.

“He vuelto de Rusia más convencido que antes de que urge apresurar la Revolución Social que ponga en manos del pueblo todos los poderes para la construcción de la sociedad comunista.

“Continuar con la inactividad o la espera de ilusorias promesas que se renuevan sin cesar,... es prologar el estado de explotación capitalista, que permite a unos pocos hacerse millonarios en poco tiempo, mientras la mayoría de la población permanece en la más vil miseria”.

Termina su escrito señalando: “Dar al pueblo  los medios para terminar con su malestar es, entre otros, el objetivo de este folleto”.
Esta obra  es  un contundente desmentido a la falsa afirmación de que Recabarren se habría suicidado porque regresó desilusionado de su viaje a Rusia.

UNA EXPERIENCIA PERSONAL

En 1959 viajé a la Unión Soviética formando parte de una delegación  de jóvenes, que habíamos participado en el VII Festival de la Juventud y de los Estudiantes, efectuado en Viena.

Tuvimos un apretado programa. Muchas visitas. Una de ellas fue a una fábrica textil de Moscú. En esa oportunidad me correspondió hablar en nombre de la delegación. Después, en su discurso, la Presidenta del Sindicato se refirió a los comienzos de la URSS.  Habló de la solidaridad  internacional recibida  en esos primeros años. Recordó la ayuda recibida de un lejano país llamado Chile. La información me sorprendió porque no tenía idea de ello.

Aún pensaba en esto, cuando  se acercó a saludarme la presidenta del sindicato, acompañada de un intérprete. Agradeció mis palabras y me invitó a bailar. Le respondí que lo sentía pero que no bailaba. Entonces el intérprete dijo que ella había dicho que si yo  bailaba tan bien como hablaba... Y sin más explicaciones, la maciza y ágil camarada me sacó a la pista y me hizo dar vueltas y vueltas en un vals que me pareció eterno.

De regreso a Chile, lo que me siguió dando vueltas en mi cabeza no fueron las columnas y lámparas del salón sindical como me ocurrió en esa noche moscovita, sino lo que la Presidenta del Sindicato había dicho en su discurso.

Investigué. Y encontré los antecedentes. En 1923, el Partido Comunista de Chile organizó una gran campaña de solidaridad con el pueblo soviético. Constituyó Comités de solidaridad en diferentes puntos del país, que reunieron varias decenas de pesos. Esos dineros fueron enviados al Comité Central Obrero de Ayuda al Proletariado Ruso con sede en Berlín.

Es indudable, que fue determinante en esa acción solidaria de los comunistas chilenos  la labor de difusión y de convencimiento realizada incansablemente por Luis Emilio Recabarren  en torno  a la Revolución de Octubre, ese histórico acontecimiento,  que  conmovió al mundo hace 92 años.

LA  CÁMARA DE DIPUTADOS RINDE HOMENAJE A LENIN

Vladimir Lenin, el gran artífice teórico y práctico de la Revolución bolchevique de 1917, falleció el 21 de enero de 1924.

El diputado Luis Emilio Recabarren, quien sentía  gran admiración por Lenin, propuso en la sesión del 5 de febrero de 1924, que la Cámara enviará un mensaje de condolencia al gobierno soviético. Su primer intento resultó fallido. La mayoría derechista se abocó a un homenaje al ex presidente de Estados Unidos, Woodrow Wilson.

Al día siguiente Recabarren volvió a la carga. Preguntó a sus honorables colegas si el rechazo a su proposición se debía a que en Rusia gobernaban  los comunistas, los trabajadores, sin considerar que Lenin era una de las principales figuras de la historia contemporánea.

Recordó que hasta la prensa burguesa le reconocía sus grandes méritos.

Citó el periódico ‘La Nación’, del 23 de enero que decía: “El cable ha comunicado  que Nicolai Lenin murió a las 6,30  horas del martes 21 en su residencia particular ubicada en Moscú. Acaso no hay en el momento una figura más interesante en el panorama mundial, que la de este hombre extraordinario. La figura de Lenin es, con todo, de un relieve único”.

Recabarren entregó antecedentes de la obra de Lenin y sus camaradas en Rusia. Luego prosiguió, en medio de interrupciones, réplicas y contrarréplicas:

“La personalidad de Lenin se levanta a mucha más altura que la del ex Presidente de Estados Unidos.

El ex presidente Wilson dirigió a su gran nación para embarcarla en la pasada guerra, para aumentar el fuego, para destruir la humanidad, para arrastrarla a la horrible matanza de la juventud del mundo en que estaba empeñada la clase capitalista.

Mientras esto hacía Wilson, Lenin, este hombre oscuro y calumniado, esta figura salida de la nada, este hombre que no tembló siquiera ante la inminencia del patíbulo, trató de retirar a Rusia de la guerra, y luchó hasta que lo consiguió.

Todo el mundo sabe –prosiguió Recabarren-  que Lenin antes de que el pueblo ruso declarara la revolución perseguía ya la terminación de la guerra.

¿Qué acción más grande, qué acción más noble puede existir en la historia?
¡Ese es Lenin, que quiso la terminación de la guerra!”

“Termino pidiendo –finalizó sus palabras Recabarren- que pongamos un poco más alto nuestros corazones, no olvidando la frase latina que dice ‘sursum corda’, ¡en alto los corazones!”

La votación fue una  sorpresa: 26 votos a favor, 5 en contra y  7 abstenciones.
Fue así como la Cámara de Diputados de Chile, aprobó el envío de un telegrama de pésame al gobierno soviético, que en los hechos era un homenaje a Lenin.

Este episodio es una nueva demostración de la gran admiración que tuvo Recabarren por la Revolución Rusa de 1917 y  de cómo repercutieron en Chile esos diez días que conmovieron al mundo.