Luis Emilio Recabarren
El Círculo Virtual de
Estudios Histórico-Políticos rinde homenaje al 95º Aniversario de un hecho que
estremeció al mundo, a la Revolución
Socialista de 1917 llevada a cabo
por los comunistas rusos, encabezados por Lenin.
Carlota Espina
Editora
RECABARREN Y LA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE
DE 1917
Iván Ljubetic Vargas
Este 7 de noviembre se cumplen 95 años del hecho más importante del
siglo XX: la Revolución Socialista de
Octubre.
Según el calendario Juliano,
entonces vigente en Rusia, tuvo lugar el 25 de octubre de 1917, pero de acuerdo
al calendario gregoriano, actualmente en uso,
se llevó a cabo el 7 de noviembre de 1917.
Fueron diez días que conmovieron
al mundo. Las olas levantadas por esa revolución llegaron a Chile. El historiador Hernán
Ramírez Necochea escribió:
“La Revolución y los dramáticos sucesos que siguieron a la conquista
del poder por el proletariado ruso despertaron la atención de la clase obrera,
la conmovieron profundamente; en la prensa popular y en las reuniones políticas
y sindicales, se expresaba fervorosa admiración por el pueblo soviético y se
daban muestras de incontenible entusiasmo por el advenimiento del primer Estado
que dirigía la clase trabajadora”.
Por su parte, el dirigente sindical Juan Vargas Puebla, afirmó:
“El nacimiento del primer estado dirigido por el proletariado, fue
saludado por las organizaciones clasistas chilenas y no pocos políticos e
intelectuales. Los estudiantes universitarios lo saludaron en diversos
artículos publicados en su periódico Claridad.
Juan Pradenas Muñoz y Recabarren publicaron artículos plenos de
entusiasmo y adhesión. La clase obrera comprendió que se abría un nuevo período
de intensas luchas y que por tanto había que adecuar sus organizaciones
sindicales a la nueva situación histórica”.
RECABARREN ESCRIBE DESDE BUENOS
AIRES
Al producirse la Revolución de Octubre, Recabarren se encontraba en
Buenos Aires. Apenas conoció los acontecimientos que sacudían Rusia, escribió el 23 de diciembre de 1917:
“Doy sin vacilar mi voto de adhesión a los maximalistas rusos, que
inician el camino de la paz y de la abolición del régimen burgués, capitalista
y bárbaro. Quien no apoye a esta causa sostendrá el régimen capitalista con
todos sus horrores”.
En otros artículos publicados en la prensa argentina y
reproducidos por el periódico
“Adelante”, de Talcahuano, en febrero de 1918,
Recabarren señaló:
“ Para cimentar su verdadera y auténtica revolución, el pueblo ruso no
ha necesitado hacer funcionar ninguna clase de patíbulos. Brazo firme y
enérgico, sí; cerebro sereno y voluntad para impedir que los burgueses y sus
instrumentos vuelvan a restablecer la explotación y la opresión del pueblo”.
“El sueño, la utopía de esos locos llamados socialistas pasa a ser hoy
no sólo una realidad, sino la fuente de todo progreso y felicidad humana. Esto
era lo más temido por la clase capitalista de Rusia y de todos las países”.
“¡Rusia maximalista es la antorcha del mundo! Salud a esa Rusia.
Rusia revolucionaria, librando al mundo de la guerra, es el más
poderoso baluarte de la democracia; de la democracia del pueblo honrado y
trabajador”.
ACTIVIDADES SOLIDARIAS EN CHILE
Recabarren regresó a Chile en abril de 1918.
Salvador Ocampo evoca la actividad solidaria desarrollada por el
maestro en Antofagasta:
“Yo recuerdo perfectamente que Recabarren salió a la calle con nosotros
en 1918 a celebrar los triunfos de los bolcheviques y a proclamar que ese era
el camino que tenía que seguir el proletariado...
“Hicimos mitines en diferentes lugares de la ciudad. Uno de esos
lugares estaba cerca de mi casa. Era la plazuela Vicuña Mackenna, en la avenida
Argentina con la calle Bolívar. Y en ese triángulo, digamos –14 de febrero era
la otra calle-, Recabarren salía con los
compañeros. Yo participaba también en esos actos a proclamar la necesidad de
apoyar la Revolución bolchevique...
“Nosotros, los jóvenes, creamos
una tribuna portátil y a veces salíamos con Recabarren a la calle. Yo andaba
con la tribuna al hombro: era chiquillo, muchacho todavía. Y entonces, en
cualquier lugar donde nos permitían las autoridades, plantábamos la tribuna y
Recabarren empezaba a hablar”.
En la Convención, realizada en Concepción en diciembre de 1919, de la cual surgió la Federación Obrera de
Chile, la combativa FOCH, se aprobó una
declaración propuesta por Recabarren, en
que los trabajadores chilenos manifestaban “sus más ardientes votos por la
emancipación integral del proletariado internacional y que, conforme a los
derechos que tienen los pueblos a elegir sus gobiernos, cese la guerra que los
estados capitalistas mantienen contra el proletariado ruso”.
El 16 de septiembre de 1920,
Recabarren escribió en “El Socialista”, de Antofagasta:
“He explicado en conferencias lo que es la Revolución Rusa y el
maximalismo, desde Lautaro hasta Pisagua, explicando la obra bellamente
creadora de la más alta civilización que se verifica en Rusia con el concurso
de toda una nación con la excepción de unos pocos cientos de reaccionarios...
“Y he dicho que la Revolución Rusa ha probado que el socialismo no era
una bella utopía ni estaba a siglos de distancia su realización”.
VISITANDO RUSIA SOVIÉTICA
Cinco años después del triunfo de la Revolución en Rusia, Recabarren
viajó a ese país.
El 9 de octubre de 1922, inició su
viaje a Europa. Iba a participar en calidad de delegado de la
Federación Obrera de Chile, FOCH, en el
Segundo Congreso de la Internacional
Sindical Roja, y a representar al
Partido Comunista de Chile en el Cuarto Congreso de la Internacional Comunista.
Ambos eventos a efectuarse en Moscú.
Recabarren, en nota escrita en
alta mar, de fecha 26 de octubre, explica: “Voy viajando en el vapor Baden,
de firma y construcción alemana, que
hace la línea Hamburgo – Buenos Aires. Por cierto que dado al alto precio de
los pasajes voy en tercera clase y muy contento de conocer esta situación, me
volveré en las mismas condiciones”. Añade: “Campesinos, obreros y obreras y
pequeños comerciantes son los que viajan en tercera clase”.
El viaje por mar duró 26 días.
Recabarren escribió dos cartas desde Berlín, el 8 y el 9 de noviembre,
narrando sus actividades en la capital alemana.
En la segunda, relata: “Ayer me he encontrado con una cantidad de
delegados franceses que van a Rusia. Iremos juntos a Moscú y partiremos el
domingo 12 temprano desde un puerto alemán hasta Petrogrado y desde allí a
Moscú en ferrocarril”.
Recabarren fue uno de los 408 delegados, que representaron a 58 organizaciones
comunistas de distintos países al Cuarto Congreso de la Internacional
Comunista. Este se prolongó hasta el 5 de diciembre de 1922.
En el Segundo Congreso de la Internacional Sindical Roja, Recabarren
estuvo en la Presidencia de este evento, junto a grandes personalidades como
Clara Zetkin, Edgard Wood, Francisco Pintos...
DE REGRESO EN LA PATRIA
Entre diciembre de 1922 y enero de 1923, se llevó a cabo en Chile una
campaña con el fin de reunir fondos para
costear el pasaje de regreso de Recabarren desde Europa.
Llegó a Santiago, el 19 de febrero de 1923. Existía
gran expectación por el mensaje que traía.
La prensa reaccionaria había especulado que venía desilusionado.
Miles de personas desfilaban por
las calles, cantando himnos revolucionarios y enarbolando banderas rojas.
Coreaban su nombre.
La muchedumbre desbordaba la Plaza de Armas. Cuando se calmó la tempestad de gritos y cantos, Recabarren se
dirigió a la multitud:
“... En Rusia no existe la burguesía gobernante, en Rusia no existe el
capitalismo explotador; en Rusia las fábricas, los campos, la producción
está en poder de los trabajadores...”
Aplausos y exclamaciones de
aprobación rubricaron sus palabras. La gente lo llevó en hombros hasta su casa.
Ese mismo mes comenzó a entregar las experiencias recogidas en su viaje
a Rusia. La primera conferencia la dictó en el teatro Esmeralda de la capital.
“LA RUSIA OBRERA Y CAMPESINA”
En marzo de 1923 se publicó en Santiago “La Rusia Obrera y Campesina.
Algo de lo visto en su viaje por Luis Emilio Recabarren”. Un folleto de 94
páginas.
Explicaba su autor: “Sobre lo que vi y constaté durante los 43 días que
estuve en Moscú, he escrito algunos artículos, cinco de los cuales se
publicaron en ‘La Nación’ de Santiago. Esos artículos y las conferencias que he
dado, después de mi llegada, de regreso de Rusia, coleccionadas y con agregados
que completan las informaciones, son el material que hoy ofrezco en este
modesto folletito, con la intención de llevar a los lectores una información
real de lo que hasta la fecha lleva construido el proletariado que en Rusia
tiene hoy en su poder la suma del poder político y económico; después de haber
destruido todo el mecanismo de la
sociedad capitalista explotadora”.
“Se me podrá observar –agrega- que 43
días no son suficientes para reconocer e informarse de todo lo necesario en un
país que ha cambiado tan fundamentalmente su régimen social, político y
económico. Pero yo responderé a eso que yo no fui a Rusia a buscar detalles,
que para este objetivo no los necesito, fui solamente a constatar lo más
fundamental, con lo cual se construirá el porvenir. Fui a ver si la clase
trabajadora tenía en sus manos efectivamente el poder político, con el cual garantice la conservación en sus
manos del poder económico.
Fui a ver si la clase trabajadora tenía en sus manos la dirección del
poder económico, con el cual irá construyendo su bienestar...
No fui en busca de menudencias y detalles. Para recoger lo fundamental
me alcanzó el tiempo.
Y pude ver con alegría, que los trabajadores de Rusia, tenían
efectivamente en sus manos toda la fuerza del poder político y económico.”
EL PRIMER HISTORIADOR CHILENO...
En una “Historia de Chile”, publicada en 1967 por el Instituto de
Historia de la Academia de Ciencia de la
URSS, se dice: “Luis Emilio Recabarren puede ser considerado el primer
historiador chileno de la Revolución Socialista de Octubre”.
Y es verdad. Pero también se preocupó de las lecciones que podían sacar
de esos hechos los trabajadores chilenos.
Escribió: “El proletariado de Chile, recogerá de la lectura de este
folleto, muchas enseñanzas para sus actividades futuras, que le permitan
avanzar con éxito hacia el derrumbe del estado capitalista, que es la causa del
estado de tiranía y de explotación que nos vemos obligados a soportar”.
Agregando: “Creo no engañarme si
aseguro que al proletariado de Chile sólo le falta disciplinar un poco su
organización política y económica para encontrarse en capacidad de realizar la
Revolución Social que expropiará todo el sistema de explotación capitalista y
que termine definitivamente con el caos capitalista incapaz de producir el
bienestar social que reclama la población de Chile”
“VUELVO MÁS CONVENCIDO QUE
ANTES...”
Escribió el maestro: “Es de esperar que después de la lectura reposada de este corto folleto,
cada proletario sepa tomar el sitio que le corresponde para encaminar sus
actividades hacia la realización del programa de combate del comunismo que
destruya este sistema capitalista que ya ha probado de sobra su total
incapacidad para dar al país ningún
bienestar”.
“He vuelto de Rusia más convencido que antes de que urge apresurar la
Revolución Social que ponga en manos del pueblo todos los poderes para la
construcción de la sociedad comunista.
“Continuar con la inactividad o la espera de ilusorias promesas que se
renuevan sin cesar,... es prologar el estado de explotación capitalista, que
permite a unos pocos hacerse millonarios en poco tiempo, mientras la mayoría de
la población permanece en la más vil miseria”.
Termina su escrito señalando: “Dar al pueblo los medios para terminar con su malestar es,
entre otros, el objetivo de este folleto”.
Esta obra es un contundente desmentido a la falsa
afirmación de que Recabarren se habría suicidado porque regresó desilusionado
de su viaje a Rusia.
UNA EXPERIENCIA PERSONAL
En 1959 viajé a la Unión Soviética formando parte de una
delegación de jóvenes, que habíamos
participado en el VII Festival de la Juventud y de los Estudiantes, efectuado
en Viena.
Tuvimos un apretado programa. Muchas visitas. Una de ellas fue a una
fábrica textil de Moscú. En esa oportunidad me correspondió hablar en nombre de
la delegación. Después, en su discurso, la Presidenta del Sindicato se refirió
a los comienzos de la URSS. Habló de la
solidaridad internacional recibida en esos primeros años. Recordó la ayuda
recibida de un lejano país llamado Chile. La información me sorprendió porque
no tenía idea de ello.
Aún pensaba en esto, cuando se
acercó a saludarme la presidenta del sindicato, acompañada de un intérprete.
Agradeció mis palabras y me invitó a bailar. Le respondí que lo sentía pero que
no bailaba. Entonces el intérprete dijo que ella había dicho que si yo bailaba tan bien como hablaba... Y sin más
explicaciones, la maciza y ágil camarada me sacó a la pista y me hizo dar
vueltas y vueltas en un vals que me pareció eterno.
De regreso a Chile, lo que me siguió dando vueltas en mi cabeza no
fueron las columnas y lámparas del salón sindical como me ocurrió en esa noche
moscovita, sino lo que la Presidenta del Sindicato había dicho en su discurso.
Investigué. Y encontré los antecedentes. En 1923, el Partido Comunista de Chile organizó una gran campaña de solidaridad con el pueblo soviético. Constituyó Comités de solidaridad en diferentes puntos del país, que reunieron varias decenas de pesos. Esos dineros fueron enviados al Comité Central Obrero de Ayuda al Proletariado Ruso con sede en Berlín.
Es indudable, que fue determinante en esa acción solidaria de los
comunistas chilenos la labor de difusión
y de convencimiento realizada incansablemente por Luis Emilio Recabarren en torno
a la Revolución de Octubre, ese histórico acontecimiento, que
conmovió al mundo hace 92 años.
LA CÁMARA DE DIPUTADOS RINDE HOMENAJE A LENIN
Vladimir Lenin, el gran artífice teórico y práctico de la Revolución
bolchevique de 1917, falleció el 21 de enero de 1924.
El diputado Luis Emilio Recabarren, quien sentía gran admiración por Lenin, propuso en la
sesión del 5 de febrero de 1924, que la Cámara enviará un mensaje de condolencia
al gobierno soviético. Su primer intento resultó fallido. La mayoría derechista
se abocó a un homenaje al ex presidente de Estados Unidos, Woodrow Wilson.
Al día siguiente Recabarren volvió a la carga. Preguntó a sus
honorables colegas si el rechazo a su proposición se debía a que en Rusia
gobernaban los comunistas, los
trabajadores, sin considerar que Lenin era una de las principales figuras de la
historia contemporánea.
Recordó que hasta la prensa burguesa le reconocía sus grandes méritos.
Citó el periódico ‘La Nación’, del 23 de enero que decía: “El cable ha
comunicado que Nicolai Lenin murió a las
6,30 horas del martes 21 en su
residencia particular ubicada en Moscú. Acaso no hay en el momento una figura
más interesante en el panorama mundial, que la de este hombre extraordinario.
La figura de Lenin es, con todo, de un relieve único”.
Recabarren entregó antecedentes de la obra de Lenin y sus camaradas en
Rusia. Luego prosiguió, en medio de interrupciones, réplicas y contrarréplicas:
“La personalidad de Lenin se levanta a mucha más altura que la del ex
Presidente de Estados Unidos.
El ex presidente Wilson dirigió a su gran nación para embarcarla en la
pasada guerra, para aumentar el fuego, para destruir la humanidad, para
arrastrarla a la horrible matanza de la juventud del mundo en que estaba
empeñada la clase capitalista.
Mientras esto hacía Wilson, Lenin, este hombre oscuro y calumniado,
esta figura salida de la nada, este hombre que no tembló siquiera ante la
inminencia del patíbulo, trató de retirar a Rusia de la guerra, y luchó hasta
que lo consiguió.
Todo el mundo sabe –prosiguió Recabarren- que Lenin antes de que el pueblo ruso
declarara la revolución perseguía ya la terminación de la guerra.
¿Qué acción más grande, qué acción más noble puede existir en la
historia?
¡Ese es Lenin, que quiso la terminación de la guerra!”
“Termino pidiendo –finalizó sus palabras Recabarren- que pongamos un
poco más alto nuestros corazones, no olvidando la frase latina que dice ‘sursum
corda’, ¡en alto los corazones!”
La votación fue una sorpresa: 26
votos a favor, 5 en contra y 7
abstenciones.
Fue así como la Cámara de Diputados de Chile, aprobó el envío de un
telegrama de pésame al gobierno soviético, que en los hechos era un homenaje a
Lenin.
Este episodio es una nueva demostración de la gran admiración que tuvo
Recabarren por la Revolución Rusa de 1917 y
de cómo repercutieron en Chile esos diez días que conmovieron al mundo.