Iván
Ljubetic Vargas, historiador del
Centro
de Extensión e Investigación
Luis
Emilio Recabarren, CEILER
“TRANSEÚNTE
En la tarde del 9 de junio de 1944
en este rincón de tierra, para siempre sagrado pero que antaño no era más que
un basurero fueron enterrados de manera ignominiosa 99 hombres salvajemente
ahorcados por lo SS de la división Das Reich que iban a las órdenes del general
Lamerding.
Junto a ellos están depositadas
unas cenizas de los 101 deportados, compañeros suyos, quienes nunca volvieron
de los campos de exterminio.
¡RINDELES HOMENAJE !
¡ NO LO OLVIDES NUNCA !”
(Placa de bronce que se encuentra
en la ciudad de Tulle, Francia)
***************
El 9 de junio de 1944 la localidad
de Tulle, aldea de 18.000 habitantes, ubicada en el centro de Francia, fue
escenario de otro bárbaro crimen de los fascistas alemanes.
ANTECEDENTES
Después del desembarco de Normandía, la 2ª División Panzer SS
recibió la orden de posicionarse en la región entre Tulle y Limoges para
eliminar a los guerrilleros, los Maquis, que habían intensificado su lucha
contra las fuerzas de ocupación alemanas. Fue el deseo personal de Hitler que
la división derrotara a los Maquis.
Por esas órdenes, la división
debía atacar inmediatamente a los
"terroristas" en cualquier oportunidad y que si algunos civiles
murieran, sería lamentable, pero sería responsabilidad de los
"terroristas".
Entre principios de mayo y 9 de
junio, la división, sobre todo el regimiento Der Führer, llevó a cabo una
búsqueda generalizada de los partisanos. Durante estas operaciones, sesenta
guerrilleros murieron y veinte fueron
deportados a campos de trabajo. Se estima que un centenar de civiles murieron
en una variedad de circunstancias, mientras que cientos de casas fueron
quemadas.
LOS GUERRILLEROS ACTÚAN
Operaciones de la resistencia en
Tulle fueron planeadas por el comandante de los Maquis de Corrèze Jacques Chapou, conocido como Kléber, a
mediados de abril o principios de mayo, 1944. Tenían varios objetivos:
desarmar, y si es posible, destruir las defensas alemanas y liberar Tulle.
Tulle era defendida por una
guarnición de setecientos hombres del tercer batallón del Regimiento 95º de la Wehrmacht, reforzado setecientos hombres
del Grupo de Reserva Móvil y de la Milicia Francesa.
Los Maquis contaban con 400
combatientes. La ofensiva patriota comenzó el 7 de junio de
Fueron atacados los edificios destinados a albergar la
guarnición alemana; la oficina de correos y el ayuntamiento. En este último,
los Maquis establecieron sus puestos de
mando. A las 8 en punto, la estación ferroviaria fue tomada. ferrocarril.
En la noche entre el 7 y 8 de
junio, los combatientes Maquis, se retiraron a las colinas de los alrededores de la ciudad y las fuerzas
alemanas se reagruparon en tres lugares. La lucha se reanudó a las seis y media
de la mañana. Los patriotas
atacaron una escuela de niñas, el
principal bastión de las tropas nazis.
Alrededor de las 5 de la tarde los alemanes trataron de salir. Uno ellos
agitando un paño blanco, otros llevando granadas en sus manos. Los Maquis abrieron fuego con armas
automáticas; algunos soldados alemanes
fueron abatidos.
Cesó la lucha. La Resistencia
se limitó a mantener círculos alrededor
de la fábrica de armas y la escuela Souilhac, que planeaban atacar al día
siguiente.
Las pérdidas alemanas fueron
estimadas en 37 muertos, 25 heridos y 35 desaparecidos.
El 8 de junio, a las 9 de la
noche, aparecieron sorpresivamente, desde tres direcciones diferentes, los
tanques de la 2ª División Panzer
SS.
Los Maquis se desplegaron hacia
las colinas. Teniendo armas antitanques, no la quisieron utilizar para evitar
causar daños a la población civil. Los alemanes recuperaron Tulle.
LA CRUEL VENGANZA FASCISTA
El 9 de junio, en la madrugada los
nazis comenzaron las detenciones en masa, deteniendo a todos los hombres entre
las edades de dieciséis y sesenta, liberando solo a todo a los “elementos esenciales que se
comprobara su lealtad."
En grupos pequeños, los SS
recorrían las casas y las calles, entraban
en alojamientos, detenían a los
hombres.
Los alemanes publicaron la
siguiente proclama:
“¡Ciudadanos de Tulle!
Cuarenta soldados alemanes fueron
atrozmente asesinados por las bandas comunistas. La apacible población sufrió
el terror. Las autoridades militares no desean más que el orden y la
tranquilidad. La población leal también lo desea. El horror y la cobardía con las
que mataron a los soldados alemanes demuestran que los elementos del comunismo
destructor están obrando. Es de lamentar que haya también agentes de la policía
o gendarmes franceses que, dejando su puesto, no hayan seguido las órdenes
dadas y hayan hecho causa común junto a los comunistas. Para los maquis y los
que les apoyan, sólo existe un castigo, el suplicio de la horca. No conocen el
combate abierto, no tienen sentido del honor. 40 soldados alemanes fueron
asesinados por los maquis. 120 maquis o sus cómplices serán ahorcados. Se
arrojarán sus cuerpos al río. En el futuro, por cada soldado alemán herido,
tres maquis serán ahorcados; por cada soldado alemán asesinado, diez maquis o
un número equivalente de sus cómplices serán ahorcados también. Exijo la colaboración
leal de la población civil para combatir eficazmente al enemigo común, las
bandas comunistas.
Tulle, el 9 de Junio de 1944
El General al mando de las Tropas
alemanes”.
En la aldea de Tulle, con sólo
18.000 habitantes, el 9 de junio de 1944, fueron cruelmente asesinados, sin
juicio previo alguno, 99 civiles. Los ahorcaron en la Plaza Pública.
Otros 321 civiles fueron enviados
a campos de concentración en Alemania, donde murieron 101 de ellos.
Así actúan los fascistas
hitlerianos. De sus fracasos militares se vengaban asesinando a civiles.
DESPUÉS DE LA LIBERACIÓN
Tulle fue liberada el 17 de agosto
de 1944. Los familiares quisieron recuperar los cuerpos de los ahorcados. Con
el acuerdo de las autoridades sanitarias, se realizó la operación en el mes de
octubre de 1944.
Como se requería prudencia por tal
procedimiento, confiaron la tarea a un equipo de voluntarios dirigido por el
padre Jean Espinasse, capellán del instituto Edmond Perrier, quien, durante el
drama del 9 de junio de 1944, fue rehén entre los rehenes. Ayudó y se valió de su ministerio para librar
21 de ellos de una muerte anunciada. Dio a los familiares mensajes de adiós y
efectos personales que los últimos condenados le entregaron antes de morir.
Tras la apertura de los dos
osarios, 99 cuerpos descompuestos fueron exhumados e identificados. Los
colocaron en ataúdes que fueron alineados en una capilla ardiente erguida en
la proximidad.
El Santuario de Cueille sigue
guardando aquellos recuerdos que el río Corrèze, que fluye más abajo, no pudo
llevarse. Los nazis habían pensado arrojar allí los cadáveres de los ahorcados,
antes de elegir el basurero municipal.
El Santuario simboliza el homenaje a los mártires de la
ciudad de Tulle. Se realizaron
importantes obras de restauración en el 2004, con motivo del 60 aniversario.