lunes, 17 de febrero de 2025

Un mundo raro.

 


Comentario radial y escrito

 


 



Adagio.

En la pieza 11, los viejos estaban llamando a los espíritus.

Querían saber que nos deparaba el destino.

Como que no supieran que la pala, el lápiz y la brújula, estaban en ristre en nuestro intelecto.

Ya van como 50 años de aquello.

La noche, era clara por arriba, por abajo, sombras sinuosas lo envolvían todo.

Tirados en el suelo sobre ramajes de olivos, las estrellas nos encogían, nos ahogaba; un olor a grillos nos hacía hablar, sin decir nada, de pura incertidumbre.

¡Ay, que somos poco!

Dijo uno en la intemperie.

Éramos un grupo de 8, desatando aceitunas en las profundidades de una finca.

Cincuenta años van de aquello.

Han ocurrido tantas cosas que me asombra que aun pueda cerrar los ojos y traer, con olor y todo, tantas vivencias de sobrevivientes

Ser comunista, y, chileno más encima, es complicado.

Sin ser altanero, puedo decir que somos unos de los pocos organismos políticos creados por el pueblo, por su conciencia de clase, que luchamos, trabajamos, para llegar al socialismo por una vía no armada.

Y, que es el socialismo, se come.

Claro que se come, sin embargo, lo fundamental es que las cuentas, cuadren.

Si naciste en el territorio, al primer grito, ya tienes por derecho, las necesidades fundamentales a tu alcance y cuidado.

Es decir, vivienda, escuela, trabajo y salud; lo que suceda después, depende de tu relación social, de tu responsabilidad, con el medio de producción existente y del desarrollo integral de la sociedad.

El edificar socialismo amarrado al conocimiento, a la reflexión, al pensamiento crítico y dialectico, es tan violenta como la armada.

Y esa violencia no la pone el pueblo.  Ella viene para quedarse, brota de un humanismo de agua, fuego y tierra.

Los que se rebelan conscientes e iracundos contra la pobreza y el hambre, teniendo mar, tierra y árbol, han existido siempre.

Es un gen extraño, pero viene del tiempo del arrastre. Si no fuera así, el ser humano no hubiera existido nunca. Anda a saber tú, que futuro habrían tenido las matemáticas, la química y la biología.

Necesito creer que, los que vivían con Lucy, su marido, los que han llegado durante más de 3 millones de años atrás, la vida diaria, los que andan en bicicleta, era, es de un continuo “corto e mecha”.

Al igual que hoy, la cuestión era sobrevivir.

La rebeldía era un desparramo enorme, tan desparramada y políticamente ignorante, que le era fácil a los vivarachos domesticar y dirigir esa rebeldía para la entretención de los pudientes.

¡Salve Cesar, los que van a morir, te saludan!

Que tragedia más re grande; es como el decir de millones de soldados que van a la guerra, de millones de civiles, mujeres y niños, cilantro y naranja:

¡Salve Pilastra privada, los que van a morir te saludan!

La historia ha necesitado siempre de un Espartaco.

Siempre, siempre existirá una fuerza social que se enfrente a la pobreza, a la injusticia social.

El meollo de la cuestión es la orgánica y el número de esa fuerza social.

Este decir me hace volver al encuentro de los espíritus de la pieza 11.

Ellos y miles y miles más, desparramados por el mundo entero, éramos y somos, los políticamente vencidos por el riquerio nacional e internacional, que, utilizando su engendro, el fascismo, nos han hecho retroceder históricamente, socialmente, más de 50 años.

Se me asoma la calma, al recordar que a Benito Mussolini lo lincho el pueblo enardecido.

Digo que fuimos derrotados políticamente, porque nos faltó entendimiento de lo que se estaba construyendo, de sus objetivos inmediatos, de la vigilancia revolucionaria, que no es precisamente utilizar armas de fuego para levantar dignidad de vivir, más bien es saber que las tienes, es como un tijeral que protege la dignidad de vivir.

Lo primordial en la táctica y estrategia, es la conciencia de clase de los trabajadores.

Y para eso no se necesita ser comunista, solamente tener sentido común.

Vayan ustedes a la ventana y miren el mundo.

Como visten, desde la Casa Blanca, soberanía mentida con la compra y corrupción de los poderes del Estado, el poder judicial es un ejemplo de borrón y cuenta nueva. Ay, mi Palestina. Lo de ucraniana, es una vergüenza criminal y genocida. Y lo hacen sin asco.

Los miles y miles, millones de muertos, millones desplazados, valen un escupitajo.

Me duele el alma ver Gaza, sentir su gente, saber su dolor, su esperanza, su incertidumbre, su dignidad, su verdad, su mañana mandatada por los poderes facticos.

Y pretenden los gringos, los patrones de las armas usadas en el genocidio adueñarse de los rastrojos ensangrentados.

Es una locura.

El mundo entero, casi 3 años de angustia de guerra.

La manipulación mediática al servicio del riquerio, ha sido enorme, tengo botellas de agua debajo de la cama.

Mi paisito lindo y flaco espera lo mismo que todos los pueblos del mundo, satisfacer las necesidades fundamentales.

La vivienda, por ejemplo, hay miles de campamentos con los sueños de la Victoria, y, el Litio, el mar, se escapa; es una vergüenza.

Y en las calles del centro de las ciudades se levantan lonas escondiendo la infamia.

Y nuestro pueblo ancestral es proscrito, escondido, violado, arrinconado, desaparecido como Julia Chuñil, por el cobarde colonialismo antiguo, siempre renovado.

Ser Comunista es complicado. Te miran como bicho raro.

Esta semana de febrero, nuevamente se preguntan el porqué de tanta violencia cobarde, de tanto terrorismo.

Se hacen esta pregunta y los planes de estudios se esconden.

Suecia, mi paisito de agua, reconoce que los planes de estudios en sus escuelas de formación fundamental están mal construidos. Treinta años modelando conciencia con tijerales y clavos carcomidos por las polillas.

Que podríamos decir nosotros. Que dice la memoria histórica, que dicen los desaparecidos.

En Madrid, España, se junta la ultraderecha española, celebrando los 50 años de la acogida en el infierno de Francisco Franco.

En Alemania, Múnich, un oriundo de Afganistán, lanzo un auto a toda velocidad llevándose por delante, una marcha de trabajadores.

Vivimos tiempos muy complejos, y, al mismo tiempo, de saber que hemos aprendido de tanto bien y de tanta maldición.

Es un ramal para continuar por la derecha o por la izquierda.

Hoy, en este anden con ramal, tenemos que escoger pá donde tiramos.

 

Alejandro Fischer Alquinta

Estocolmo en nieve 20250215.