Hoy se cumplen
82 años, de la batalla de Stalingrado, donde fueron derrotadas las tropas hitlerianas.
Batalla decisiva que cambió el curso de la
Segunda Guerra Mundial. Recordamos estos hechos a través de un escrito del
Historiador Iván Ljubetic Vargas.
2 de Febrero de 1943: victoria
soviética en
STALINGRADO
LA BATALLA QUE DECIDIÓ EL CURSO DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
Iván Ljubetic Vargas, historiador del
Centro de Extensión
e Investigación
Luis Emilio Recabarren, CEILER
El General nazi Friedrich Paulus avanzó hacia la ciudad de Stalingrado con 250.000 hombres, 500 tanques, 7000 morteros y ametralladoras, y 25.000 caballos.
Durante el transcurso de las
siguientes semanas, sus tropas mataron o
capturaron a 50.000 rusos. El 18 de agosto, Paulus, se encontraba ya a tan solo
SE INICIA LA BATALLA DE STALINGRADO
El 23 de agosto de 1942 se inició la batalla de Stalingrado. Paulus decidió ahorrar combustible y optó por avanzar solo con su XIV Cuerpo Panzer. El Ejército Rojo atacó y se produjo la detención del avance nazi junto a las afueras de Stalingrado.
El resto de las fuerzas nazis retomaron el avance. Paulus tenía rodeada la ciudad. Su flanco norte fue atacado. Paulus decidió retrasar el ataque sobre Stalingrado hasta el 7 de septiembre de 1942. Mientras esperaba, la Luftwaffe alemana bombardeó la ciudad sin piedad, acabando con la vida de miles de civiles.
Una vez iniciada la ofensiva
terrestre, los alemanes pudieron comprobar que los soviéticos estaban
dispuestos a sacrificarse en la ciudad cuyo nombre honraba a Stalin. Cuanto más
se adentraban los alemanes en la ciudad, mayores dificultades experimentaban al
tener que enfrentarse a luchas callejeras interminables que se saldaban con
elevados números de bajas.
LUCHA CASA POR CASA
Los tanques alemanes eran menos eficaces en un área urbana fortificada como la de Stalingrado, ya que aquí era más bien cuestión de luchar casa por casa con rifles, pistolas, ametralladoras y granadas de mano. Los nazis tuvieron graves problemas con las posiciones de artillería y los nidos de ametralladora, hábilmente camuflados por el Ejército Rojo a lo largo de toda la ciudad.
Además, los soviéticos hicieron un
gran uso de sus francotiradores, agazapados en los ruinosos edificios que ahora
conformaban el paisaje de la otrora gloriosa ciudad de Stalingrado. El 26 de
septiembre, el 6.º Ejército fue capaz de izar la bandera con la esvástica en
los edificios gubernamentales de la Plaza Roja de Stalingrado, pero ello no
significó, ni mucho menos, que los combates callejeros habían terminado.
HITLER: TOMAR STALINGRADO A CUALQUIER PRECIO
Llegados a este punto, un furibundo Hitler le ordenó a Paulus conquistar Stalingrado al precio que fuera. Ahora bien, Paulus, que había perdido a 40.000 soldados desde su entrada en Stalingrado, estaba quedándose sin combatientes y el 4 de octubre le hizo llegar a Adolf Hitler una petición desesperada de refuerzos.
Al cabo de unos días, recibió cinco batallones de ingenieros y una división panzer. Con una estrategia de guerra de desgaste en mente, Stalin respondió a estos refuerzos ordenando la entrada de tres ejércitos más en la ciudad. Las bajas soviéticas fueron mucho más elevadas que las de los alemanes.
Las fuertes lluvias de octubre
convirtieron las carreteras en lodazales
y los convoyes de suministros del 6.º Ejército nazi comenzaron a verse atrapados en el barro. Y
la situación iba de mal en peor: el 19 de octubre la lluvia se convertía ya en
nieve. Paulus siguió, pese a todo, avanzando, y a comienzos de noviembre de
1942 ya controlaba el 90 % de la ciudad de Stalingrado.
NUEVA POTENTE OFENSIVA NAZI
Sin embargo, sus hombres se enfrentaban ahora a problemas de munición y comida. A pesar de estos problemas, Paulus decidió ordenar de nuevo otra potente ofensiva el 10 de noviembre. El Ejército Alemán sufrió graves pérdidas durante los dos días siguientes y entonces el Ejército Rojo inició un contraataque.
Paulus se vio obligado a
retroceder hacia el sur, pero tras llegar al aeródromo de Gumrak, Adolf Hitler
le ordenó detenerse y oponer resistencia, pese al gran riesgo de ser rodeados
en una bolsa por el enemigo. Hitler le aseguró que Hermann Goering había
prometido que la Luftwaffe le facilitaría vía área los suministros necesarios.
Los oficiales de Paulus plantearon
sus serias dudas sobre si una operación aérea de dicha envergadura podría
llevarse a cabo con un clima invernal como el que estaban soportando. Hubo un
acuerdo sobre la necesidad de una retirada antes de que el Ejército Rojo
lograse consolidar sus posiciones. El propio General Hans Hube le dijo a Paulus
que una retirada era su única posibilidad de salvación. Paulus respondió
diciendo que no le quedaba más remedio que acatar las órdenes del Führer.
APOYO AÉREO NAZI
Durante el mes de diciembre de
1942, la Lufwaffe lanzó una media de 70 toneladas de suministros al día. Pero
lo cierto es que era una cantidad a todas luces insuficiente: la Wehrmacht necesitaba
un mínimo de 300 toneladas de suministros diarios. Los soldados vieron sus
raciones reducidas a un tercio de lo normal y comenzaron a matar y a comerse a
sus propios caballos. A 7 de diciembre de 1942, el 6.º Ejército vivía con una
ración de pan por cada 5 hombres.
FRACASA OPERACIÓN DE RESCATE ALEMÁN
Adolf Hitler, ante la posibilidad de que el 6.º Ejército se
rindiera, ordenó al Mariscal de Campo Erich von Manstein y al 4.º Ejército
Panzer el inicio de una operación de rescate. Los refuerzos logaron llegar a
En Stalingrado, perdieron la vida
28.000 soldados nazis en solo un mes. Con
apenas comida, Paulus dio la difícil orden de no alimentar a los 12.000
soldados heridos que no podían combatir. Erich von Manstein le dio entonces a
Paulus la orden de realizar una retirada masiva de tropas. Paulus rechazó la
orden y argumentó que sus hombres estaban demasiado débiles para realizar un
movimiento como el que se les exigía.
RENDICIÓN DE TROPAS INVASORAS
El 30 de enero de 1943, Adolf
Hitler ascendió a Paulus a Mariscal de Campo y le envió un mensaje recordándole
que nunca se había apresado a un Mariscal de Campo alemán. De esta manera,
Adolf Hitler le sugería a Paulus de manera clara el suicidio, pero Paulus
decidió hacer caso omiso y al día siguiente se rindió al Ejército Rojo. Las
últimas fuerzas alemanas en territorio ruso se rindieron el 2 de febrero de
1943.
La Batalla de Stalingrado había
terminado. Más de 91.000 nazis habían sido capturados y otros 150.000 habían
muerto durante el sitio de la ciudad.