Se cumplieron
54 años del inicio, un día 3 de Noviembre de 1970, del Gobierno de la Unidad Popular.
Presentamos a nuestros lectores y lectoras del Boletín Rojo, un escrito del
historiador Iván Ljubetic Vargas.
Boletín Rojo
Iván Ljubetic Vargas, historiador del
Centro de Extensión e Investigación
Luis
Emilio Recabarren, CEILER
El martes 3 de noviembre, temprano, comenzó a circular el diario "El Siglo". Tituló su editorial "Este día". Y en él afirmaba:
"Vivimos un día preñado de
futuro. Un día inaugural.
El día en que, por decisión soberana del pueblo chileno, Chile inicia una nueva etapa de su historia.
Es el día del primer paso hacia el
socialismo, hacia un horizonte luminoso y aún lejano que, sin embargo, algún
día tocaremos con nuestras manos, un horizonte hacia el cual caminaremos
cantando y trabajando, haciendo que la tierra, y el mar, y el hombre den sus
mejores frutos.
Por eso este es un día de fiesta. De una fiesta que se ha instalado alegremente en el corazón de la inmensa mayoría de los chilenos... "
Más adelante, advierte:
"Sí, este es un día de
fiesta. Y también lo es de vigilancia, porque algunos habrá, recalcitrantes y
torvos, que harán lo posible por terminar con el gobierno del pueblo.”
EN EL SALÓN DE HONOR DEL CONGRESO NACIONAL
Eran las diez de la mañana del
martes 3 de noviembre de 1970. Aún faltaba una hora para el inicio de la
ceremonia de transmisión del mando. Comenzaron a llegar al Salón de Honor del
Congreso Nacional las diversas delegaciones de países extranjeros. Se ubicaron
en el costado derecho de la Presidencia. En ese mismo lado, se colocaron las
autoridades civiles, eclesiásticas y militares.
El costado izquierdo fue ocupado
por diputados y senadores, los que concurrieron casi en su totalidad.
En las tribunas, estaban los
representantes de los medios de comunicación de masas de Chile y de muchos
otros países. Uno de los palcos
reservado para los familiares del presidente Allende. Las galerías,
colmadas de público. Mientras tanto, en las calles céntricas de Santiago, se
agolpaba enorme cantidad de gente.
A las 11 de la mañana, hizo su
ingreso al Salón de Honor el presidente del Senado, Tomás Pablo. Lo acompañaban
el presidente de la Cámara de Diputados, los secretarios y edecanes de ambas
salas. Todos ellos ocuparon las Presidencia.
Minutos más tarde hizo su entrada
el presidente Frei; vestía frac. Lo acompañaban el edecán de la Presidencia,
diputados y senadores de la Comisión de Reja y Pórtico. Frei se ubicó al lado
de Tomás Pablo. Este pronunció la tradicional frase “se abre la sesión en
nombre de Dios”. Se inició así la ceremonia, que duró 20 minutos.
Se leyó el acta de la sesión del
Congreso Pleno del 24 de octubre recién pasado. Fue aprobada. Luego, Tomás
Pablo solicitó al secretario del Senado, Pelagio Figueroa, que fuera a buscar
al Presidente Electo.
Después de unos minutos, ingresó
al Salón de Honor Salvador Allende. Lo recibieron nutridos aplausos.
Inmediatamente detrás de él, entraron sus ministros: José Tohá, Interior;
Clodomiro Almeyda, Relaciones Exteriores; Américo Zorrilla, Hacienda; Pedro
Vuskovic, Economía; Mario Astorga, Educación; Oscar Jiménez, Salud; Alejandro
Ríos Valdivia, Defensa; Pascual Barraza, Obras Públicas; Jacques Chonchol,
Agricultura; Humberto Martones, Tierras y Colonización; José Oyarce, Trabajo;
Lisandro Cruz Ponce, Justicia; Orlando Cantuarias, Minería y Carlos Cortés,
Vivienda.
El Orfeón de Carabineros
interpretó la Canción Nacional, coreada por todos los presentes.
Tomás Pablo tomó el juramento de
rigor al nuevo Mandatario: “¿Juráis o prometéis desempeñar fielmente el cargo
de presidente de la República, conservar la integridad e independencia de la
nación y guardar la Constitución y las leyes?”.
Allende respondió: “Sí,
prometo”. Frei se sacó la banda y las
insignias del mando supremo. Tomás Pablo se las pasó a Allende, quien se colocó
la banda presidencial. Entusiastas aplausos. Frei y Allende se abrazaron. El
expresidente y sus exministros abandonaron el Salón de Honor, en medio de una
ovación. Tomás Pablo anunció que el Excelentísimo Presidente de la República
procederá a constituir su Gabinete.
En esta parte de la ceremonia hizo
de Ministro de Fe el Subsecretario del Interior, Daniel Vergara, quien procedió
a nombrar los ministros designados por Allende, dando lectura a los decretos
presidenciales respectivos. El presidente de Chile procedió a tomar juramento a
sus ministros. Cada uno de estos firmó los documentos. Nuevos y prolongados
aplausos.
El presidente del Senado dio por
terminada la ceremonia. El eco de los aplausos y del grito “Viva Chile,
mierda”, quedaron resonando en el Salón de Honor, mientras el nuevo presidente
abandonaba el lugar en medio de una ovación, que se prolongará en las calles
que recorrerá.
Después, tuvo lugar en la Catedral
Metropolitana un Tedeum Ecuménico, oficiado por sacerdotes católicos, pastores
evangélicos y rabinos judíos.
Por la tarde, dos recepciones en
La Moneda. Una oficial, otra popular.
El miércoles 4 de noviembre, se
realizó una Parada militar en el Parque Cousiño, en honor al nuevo Mandatario. Por
la noche, una gran fiesta popular en la Alameda Bernardo O’Higgins, donde se
levantaron doce proscenios, en que actuaron mil artistas.
Así llegó el pueblo a La Moneda. Y
al conquistar la Unidad Popular el Ejecutivo, se abrió una nueva etapa en la
Historia de Chile. También en la vida del Partido Comunista, en la cual
dirigentes y militantes aportarán decisivamente a hacer realidad el tan soñado
y necesario objetivo a favor del pueblo.
Un documento de la ITT, página 82, escrito por Robert Berrellez a Hal Hendrix con fecha 6 de noviembre de 1970, se comentaba amargamente:
“Salvador Allende asumió el pasado 3 de noviembre como presidente de Chile (hasta 1976) sin incidentes. En cada aparición pública durante las festividades de dos días de la transmisión del mando fue una imagen vívida y resollante de moderación política, un perfecto vehículo que Moscú explotará ahora cuidadosamente para darle a su tipo de comunismo un toque de respetabilidad burguesa que esperan lo hará paladeable –incluso deseable– en otros países latinoamericanos.”
Fue a la fuerza del ejemplo del
proceso revolucionario chileno a lo que más temió el imperialismo norteamericano
y todas las fuerzas reaccionarias del mundo.
LA REVOLUCIÓN ENCABEZADA POR SALVADOR ALLENDE
El Gobierno Popular presidido
por Salvador Allende Gossens ha sido la hasta hoy más grande conquista
del movimiento obrero y del pueblo
chileno. Fue una revolución inconclusa, pero revolución, al fin y al cabo. Constituyó
el intento de caminar hacia el socialismo por una vía no armada. Su ejemplo fue
seguido con enorme interés por los pueblos de la tierra. Ello explica la
inmensa solidaridad internacional que ella despertó.
Resumiendo, las históricas obras llevadas a cabo durante los mil días del gobierno de la Unidad Popular fueron:
a) Cambios revolucionarios en la economía
del país:
- Nacionalización de la gran minería del
cobre, hierro y salitre;
- Nacionalización de otras empresas como
la Compañía Chilena de Teléfonos, la Fundición NIBSA e industrias alimenticias;
- Estatización de empresas en manos de la
burguesía criolla, como la minería del carbón; 16 de los 18 bancos privados, lo
que permitió controlar el 90% del crédito; además de alrededor de 90 otras
empresas;
- Realización de una profunda Reforma
Agraria, que puso fin al improductivo latifundio, expropiando 4 mil haciendas,
con una superficie total 8,9 millones de hectáreas y entregando la tierra al
que la trabaja;
- Se constituyó una poderosa área social
de la economía, propiedad de todos los chilenos. A las 27 empresas del Estado
existentes en 1970, el Gobierno Popular agregó otras 160. Llegando esta área a
controlar el 32% de la producción nacional;
- El Estado tuvo en sus manos el 90% del
comercio de exportación y el 60% del de importación.
b) Se produjeron importantes avances en la
economía:
- Con el aprovechamiento pleno de la
capacidad instalada de la industria, la producción fabril aumentó en más de un
20%;
- Según un estudio del Banco Mundial, publicado
en 1974, la productividad de la
Industria chilena fue en 1971 un
6,5 superior a la de 1970;
- El producto Geográfico Bruto, que
creció un 1,6% en el período 1959-1970, se elevó a un 5,3% en 1971-1972, lo
representa un auge sin precedente en la historia de Chile.
c) Esto
se tradujo en mejoramiento de la calidad de vida del pueblo:
- La cesantía disminuyó del 6,3% al 3%,
el nivel más bajo desde 1901;
- Fuerte redistribución del ingreso
nacional. La participación de los trabajadores se elevó del 55% en 1970, al 65%
en 1972;
- La capacidad adquisitiva del salario
mínimo fue de 27,3 kilos de pan al día;
- Se entregó diariamente, en forma
gratuita, medio litro de leche a todos los niños hasta 15 años, a las mujeres
embarazadas y a las que amamantaban;
- Se entregó previsión social a 725 mil
chilenos, especialmente de los sectores medios;
- Se crearon consultorios de salud
periféricos en las ciudades y en el campo, por cada 40 mil habitantes;
- La construcción de viviendas populares
aumentó en un 18%;
- Se realizaron los veraneos populares;
- En dos años se publicaron 12 millones
de ejemplares de obras de la literatura nacional y mundial, que se vendían a
muy bajo precio;
- Se democratizó la educación, que era
gratuita, con entrega de textos y cuadernos desayunos y almuerzos a los alumnos
de educación básica. Se instituyeron becas para hijos de obreros, campesinos,
mapuches y soldados
- Se promovió el cine nacional.
- Existió la democracia más avanzada de
la historia de Chile;
- Se respetaron irrestrictamente los
derechos humanos.
d) La política internacional del Gobierno
Popular fue soberana y digna. Chile tuvo relaciones diplomáticas con todos los
países de la tierra.
e) Ha sido el único gobierno chileno
que contó con ministros obreros.
LUIS CORVALÁN: EL SIGNIFICADO DEL GOBIERNO POPULAR
“La Revolución Chilena fue un
acontecimiento de importancia internacional. Fue la primera experiencia
prolongada de desarrollo pacífico de la revolución en la situación actual. En
su gestación participaron distintas corrientes democráticas: marxistas,
racionalistas y cristianas. Esta particularidad amplió su audiencia en el campo
internacional.
En nuestro país, en la práctica,
quedó demostrada la posibilidad de que la clase obrera y el pueblo llegaran al
Poder –mejor dicho, a una parte del Poder- por una vía no armada y de hacer
realidad una serie de transformaciones revolucionarias por dicha vía”. (El
Pleno de agosto de 1977 del Comité Central del Partido Comunista de Chile. Ediciones Colo-Colo, 1978, página
11)