Hace 124 años nació el Poeta Juvencio Valle. Presentamos a nuestros lectores y lectoras del Boletín Rojo, un escrito del historiador Iván Ljubetic Vargas.
Boletín Rojo
Iván Ljubetic Vargas, historiador del
Centro de Extensión e Investigación
Luis Emilio Recabarren, CEILER
Trabajé en el liceo de Nueva
Imperial entre 1955 y 1965. Ejercí como profesor de Historia y Geografía y fui
Inspector General. Recuerdo que en
agosto de 1960, en una reunión del Consejo de Profesores, un maestro recordó
que ese año se celebrada el 60 aniversario del poeta nacido “aquí cerquita” en
Villa Almagro. Hubo comentarios, opiniones y se acordó que, como liceo, le
rindiéramos un homenaje a Juvencio Valle. Le escribimos invitándolo. Respondió
positivamente.
Fue así como llegó a Nueva
Imperial, junto con su esposa, María Gálvez. Era octubre de 1960. Hubo un acto
con la asistencia de profesores, alumnos del Liceo, colegas de la Escuela
Industrial y vecinos invitados.
Luego un almuerzo de camaradería. Me
correspondió, en mi calidad de rector subrogante, pues el titular debió viajar
a Santiago, pronunciar unas palabras. Al finalizar de hablar, la señora María Gálvez,
en un acto de fina gentileza me solicitó el discurso que había leído.
Así conocí a Juvencio Valle, poeta
de hermosos versos, sencillo, amable y fiel al terruño que lo vio nacer a la
vida y a la poesía.
SUS PRIMEROS AÑOS
Gilberto Concha Riffo nació el 6
de noviembre de 1900 en Villa Almagro, como decía él, “un villorrio pequeñito a
orillas del río Cautín, a una legua de Nueva Imperial más cerca de la costa que
de la cordillera. Aquí el Cautín es turbulento. Es un pueblecito rodeado de
campos pertenecientes a mapuches y hay muchos indios. Alcancé a ver a los
hombres viejos vistiendo el chiripá, que ya no usan, y a las mujeres, más
aferradas a su vieja vestimenta, con el chamal, que todavía lucen”. Su padre
era Juan Segundo Concha; su madre, Rosalía Riffo.
Sus estudios primarios los inició
en Nueva Imperial.
EN TEMUCO CONOCE A NERUDA
A
los 11 años ingresó al Liceo de Temuco, donde conoció a Pablo Neruda,
quien lo bautizaría más tarde como Juvencio Silencio. Así lo recuerda Juvencio:
"En Temuco conocí a Pablo Neruda, en la tercera preparatoria del Liceo. Fuimos
compañeros de banco. Yo llegué atrasado al curso y me sentía desamparado. No
tenía amistades. Pablo hizo amistad conmigo. Fue por una broma. Tenía su
cuaderno y, por casualidad, hizo en la hoja en blanco una raya con el lápiz. Creyó
que era un pelo y quiso sacarlo. Una vez que comprobó que sólo era una raya, me
dijo: -Saca este pelito..., y lanzó la carcajada. Entramos en confraternidad, y
así con todos los demás."
MOLINERO
En 1915 por motivos de salud se
retiró del liceo. Estudió hasta el quinto año de humanidades. Se fue a trabajar
a un molino que su padre, que era agricultor, había adquirido para aumentar los
ingresos y que lo trabajaba a maquila (cuando yo llegué a trabajar a Nueva
Imperial y escuché la palabra maquila pensé que querían decir máquina.
A los 18 años viajó a
Santiago. En 1920 regresó al sur y
retomó las labores en el molino. Comenzó a escribir sus primeros poemas. En su
primer libro, “La flauta del hombre pan“ el poeta entregó una poesía
descriptiva, con claros afanes de retratar la pureza del mundo paradisíaco y
mitológico de los bosques del sur de Chile, lo que sería una constante en sus
obras posteriores.
¿POR QUÉ ELIGIO LLAMARSE JUVENCIO VALLE?
El poeta de Villa Almagro lo explicaba así:
"Gilberto Concha Riffo me
parecía un nombre muy civil. Quise algo más fresco. En un viejo calendario que
encontré en el molino vi que el 1 de junio era San Juvencio, aunque más tarde
no lo he encontrado, aparece Juvenal o Julián. Hace años volvió a salir y
llegaron a saludarme en masa los poetas del Grupo Fuego, que ese día estaban de
almuerzo y miraron el calendario. El Valle vino por sí solo: el campo verde”.
SUS PRIMERAS PUBLICACIONES
"En Imperial, una pequeña
imprenta editaba el periódico 'El Ideal', que aparecía dos veces por semana,
con muchos avisos de notaría y judiciales. Su dueño era don Apolinario
Riquelme, y allí aparecieron mis primeros artículos, poemas, comentarios de
libros. En ese tiempo me ganaba todos los concursos de canto a la reina de la
primavera de Imperial y también en Temuco. Don Apolinario me dijo: -Yo le
publico un libro..., y así nació La flauta del hombre pan. Fue comentado por
Roberto Meza Fuentes en 'El Mercurio' y también en la revista 'Letras'. No me
pegaron palos, pues yo tenía ya autocrítica. Sin embargo, ese libro no
aparecerá en las Obras Completas. Tratado del bosque lo considero mi primer
libro." (Citado por Raúl Mercado en “Conversación con Juvencio Valle”. Araucaria
de Chile N.º 13, 1981)
“EL TRATADO DEL BOSQUE”
En 1932, Juvencio Valle, estando en ese molino, en
Bolonto, en pleno campo, escribió el “Tratado del bosque”. Ello en un crudo
invierno, con temporales terribles. Una vez que lo terminó, pidió a un hermano
que lo llevara a Nascimento para la impresión.
Fue el único libro que pagó por su publicación.
Esta obra de Juvencio Valle provocó diversas
reacciones: un comentario de Alone y una crítica de Alfonso Reyes que dieron
pie a una carta de Neruda a El Mercurio en su defensa, muestra no sólo de una
solidaridad como poeta, sino también de la amistad que los unió. Esa carta,
escrita por Neruda en 1932, terminaba diciendo:
"Juvencio Valle no es
vanguardista, ni es, por suerte, runrunista. Es, sin embargo, por derecho de
señorío lírico, por tensión y aumento de vida verbal; por condiciones
esenciales y secretas, visibles sin embargo en su estructura; por lo
arbitrario, lo profundo y lo dulce y lo perfumado de su poesía es, digo, el
poeta más fascinador y atrayente de la poesía actual de Chile."
"Tratado del bosque es
concisión, desnudez, poder, voluntad y libre arbitrio poéticos, realizados con
seguridad y vitalidad resistentes. Es un juego purísimo en mitad de la selva.
Una guitarra de cuerdas claras.
"Soledad, sueños, amores,
hojas, el agua silvestre sonando como un metal, corriendo todo el sur vive en
los versos del nuevo poeta con magnificencia y dignidad de corazón. Todo se ha
convertido en él en substrato vivo, en humus abandonado, de donde surge, para
bienestar de mi alma, su delicioso canto." (Citado por Raúl Mercado, obra
ya mencionada)
INCENDIO, VIAJES Y PRISIÓN
Juvencio Valle logró reunir una
buena biblioteca, pero la perdió en un incendio de su hogar y el molino. Fue
también en 1933. Entonces partió de nuevo a Santiago, radicándose en esta ciudad,
lo que marcó una nueva etapa en su vida y su obra; aquí comenzó una gran
actividad bohemia con otros artistas de su generación.
En 1938 viajó a España, como
corresponsal de guerra y envió sus impresiones a la revista Ercilla. Después
que franco llegó al poder, fue detenido por los fascistas por estar al lado de los republicanos. Pasó tres meses y
medio en la cárcel.
EN LA PATRIA
De regreso a Chile, publicó en
1941 su tercer libro “Nimbo de piedra”, con el cual ganó el concurso organizado por la
Municipalidad en homenaje al Cuarto Centenario de la fundación de Santiago. En
1951 apareció “El hijo del guardabosque”.
En 1942 contrajo matrimonio con su
“compañera” (como él lo expresó), María
Gálvez.
Realizó viajes y publicaciones en
el extranjero, principalmente en Rumania. El 1960 lanzó “Del monte en la ladera”, quizás el más
importante de sus libros.
PREMIO NACIONAL DE LITERATURA
El 14 de septiembre de 1966 se le
otorgó el Premio Nacional de Literatura. Sobre este tema, Juvencio Valle
relataba:
"Fue algo extraño. Yo nunca fui amigo del periodista Tito Mundt, pero él, en la revista que editaba, comenzó a hacerme mucha propaganda, con grandes fotografías en que colocaba: 'Próximo Premio Nacional'. La campaña decía que la llevaba por amor propio y que él no se equivocaba. El jurado, en que participaron Sánchez Latorre, Alfonso Calderón, Mario Perrero, Yolando Pino, le dio la razón en 1966. El día del premio, mi amigo Francisco Santana fue el encargado de avisarme y me vine a casa. Las mujeres de la Biblioteca hicieron cola para darme el abrazo y, al otro día, también las chiquillas del Ministerio de Educación. A mi casa llegaron Pablo, Contreras Labarca, Corvalán, Nicanor Parra y muchos otros amigos. Recuerdo que hasta bailé cueca."
MÁS VIAJES
Realizó nuevos viajes, entre ellos
a la URSS, invitado por la Unión de Escritores Soviéticos. También visitó los
países socialistas de Europa y Cuba.
EN EL GOBIERNO DE SALVADOR ALLENDE
Durante el Gobierno Popular, entre
1971 y 1973, Juvencio Valle fue Director de Bibliotecas, Archivos y Museos
(DIBAM).
En 1971 publicó el libro “Estación
al atardecer”. Uno de los poemas que contiene lleva por título “De los buenos
oficios”. En él canta así:
“La poesía es libre como el rayo,
incorruptible como el oro,
hace llorar a veces como una cebolla abierta
o es difícil de mascar como el pan
duro...
No traten de domesticarla con elementos de tortura,
coronándola de espinas
o haciéndola sudar sangre:
la poesía es como el diamante,
no la pulverizan con palabras
gruesas...”
BAJO LA DICTADURA FASCISTA
El 25 de septiembre de 1973,
Juvencio Valle estuvo entre los valientes que participaron en los funerales de
su amigo y compañero Pablo Neruda, la primera manifestación antifascista
después del golpe.
En 1978 fue uno de los fundadores
de la Comisión Chilena de Derechos Humanos, junto a Jaime Castillo Velasco,
Joaquín Luco Valenzuela, Mila Oyarzún, entre otros.
Con motivo del plebiscito
convocado por Pinochet en septiembre de 1980, Juvencio Valle, en una
declaración pública, por escrito, señaló: “¿Por qué concesión graciosa del
Altísimo los militares son todos inteligentes? No lo son los médicos, los
abogados, los profesores, los ingenieros, los científicos, los filósofos, etc. Los
militares siempre sobrepasan los límites del nivel común y en todo se
desempeñan con extremado conocimiento. Si se trata de gobernar, son
providenciales: sabios, prudentes, honestos, justos, comprensivos, leales,
patriotas, humanos, y hasta cristianos. Ante este milagro grande me pregunto:
¿no será el golpeteo del espadín en el muslo, el contacto vivo del acero con el
cuerpo, la razón, física o síquica, que provoca esta transfiguración? Desde
tiempos de antaño la espada tiene brillo, filo y peso”.
FUERON LA CARA DEL PARTIDO
Orlando Millas escribió: “En esos
años ocurrieron cosas inauditas, por ejemplo, que, cuando corría la sangre a
torrentes y se mataba sin tregua a nuestros compañeros, algunas figuras de gran
relieve cívico, concretamente Juvencio Valle, Roberto Parada, María Maluenda y
Francisco Coloane, asumieron a la luz pública la representación de nuestro
partido, se convirtieron en sus voceros y suscribieron declaraciones de la
dirección clandestina, insuflando así valor a los que afirmándose en un trabajo
subterráneo, reconstruían un pujante movimiento sindical y el conjunto de la
resistencia” (Millas, Orlando: “Memorias 1957 – 1991. Una Disgresión”. IV Volumen, página156).
EL POETA VOLVIÓ A IMPERIAL
Juvencio Valle murió el 12 de
febrero de 1999, en su casa de Santiago.
El 25 de abril de 2014, sus
cenizas fueron llevadas a Villa Almagro. El poeta volvía a sus tierras de Nueva
Imperial.
OBRAS DE JUVENCIO VALLE
La flauta del hombre pan. 1929.
El tratado del bosque. 1932.
El libro primero de Margarita. 1937
Nimbo de piedra. 1941.
El hijo del guardabosque. 1951.
Del monte en la ladera.1960.
Nuestra tierra se mueve, poesía, 1960.
El grito en el cielo, poesía, 1965.
Estación al atardecer, poesía, 1971.