Fuente: pcchile.cl
A 50 AÑOS DEL GOLPE FASCISTA:
MANIFIESTO AL PUEBLO
DE CHILE Y A LOS PUEBLOS DEL MUNDO.
“Ante estos hechos,
sólo me cabe decirles a los trabajadores: ¡Yo no voy a renunciar! Colocado en
un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo. Y les digo que
tengo la certeza de que la semilla que entregáramos a la conciencia digna de miles
y miles de chilenos, no podrá ser segada definitivamente.
Tienen la fuerza,
podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el
crimen, ni con la fuerza. La
historia es nuestra, y la hacen los pueblos”.
“Trabajadores de mi patria: quiero agradecerles la lealtad que siempre
tuvieron, la confianza que depositaron en un hombre que sólo fue intérprete de
grandes anhelos de justicia, que empeñó su palabra en que respetaría
“Me dirijo, sobre todo, a la modesta mujer de nuestra tierra, a la
campesina que creyó en nosotros, a la obrera que trabajó más, a la madre que
supo de nuestra preocupación por los niños”.
“Trabajadores de mi Patria: Tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros
hombres este momentos gris y amargo, donde la traición pretende imponerse. Sigan
ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo abrirán las
grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad
mejor”.
“¡Viva Chile!, ¡Viva
el Pueblo!, ¡Vivan los trabajadores!”
Salvador Allende Gossens, palacio de
A cincuenta años del Golpe de
Estado que estremeció la conciencia democrática del mundo entero, de los
pueblos del mundo, la voz y el mensaje del Presidente del gobierno de
A pesar de todos los intentos
por sepultar su legado histórico, político, social, ético y cultural, su
ejemplo e impronta universal se deja sentir en todos los rincones del planeta.
El proyecto popular chileno
fue un camino inédito en la historia del mundo que hoy recorren, sin copia, ni calco, muchos pueblos en nuestro continente en América, en
África y en Asia por la emancipación y justicia social, por la soberanía
nacional y la democracia.
Una senda que, tempranamente, décadas antes de conquistar
el gobierno de
Se trata de un proyecto
inconcluso, que sólo pudieron detener en la historia de Chile, temporalmente
con un Golpe de Estado; la imposición del terror y el terrorismo sistemático,
la aplicación planificada de la desaparición de seres humanos, los asesinatos y
ejecuciones, la tortura, las represiones masivas y selectivas, las hambrunas
que por años y años afectaron a millones y millones de chilenas y chilenos, así
como el exterminio de todas las instituciones y espacios sociales y políticos que por décadas
caracterizaron el estado democrático del país.
El proyecto popular
empujado por la izquierda chilena no fue un hecho episódico.
Se remonta, esencialmente, a la década de 1920 como un
proceso de acumulación de fuerzas, de luchas, de creciente protagonismo de la
clase trabajadora, del Pueblo.
Se construye y se refleja en
formas políticas y orgánicas que se expresaron en sindicatos y asociaciones
obreras de dimensión nacional; en centros sociales y solidarios; en partidos
políticos; en clubes y asociaciones deportivas; en movimientos artísticos y
culturales trasgresores e identitarios; en centros estudiantiles y
universitarios; en organizaciones y asociaciones de mujeres que peleaban por el
derecho a voto y levantaban ya, proyectos emancipatorios en diversos
aspectos,en organizaciones barriales y territoriales, en una intensa acción de
solidaridad con los Pueblos del mundo entero, incorporando esas causas a la
vida nacional como propias o en la
construcción de medios de comunicación sostenidos desde el mismo Pueblo.
Así se fue construyendo el programa nacional para Chile; en
una creativa, cotidiana, diversa y rica expresión social, política, ética,
artística y cultural, que se plasmó como una identidad nacional en el arte, en las ciencias, en la educación, en
la prensa y comunicaciones, en el conocimiento y en la múltiples subjetividades
que surgían de movimientos feministas, juveniles, campesinos y en Pueblos Originarios,
especialmente Mapuche.
Ya en las luchas y revueltas
sociales y políticas que derivan en la nueva constitución de 1925 y en el
gobierno de Pedro Aguirre Cerda, del cual fue Ministro de Salud Pública el
joven médico Salvador Allende de 33 años, esta irrupción se caracterizó por el
creciente protagonismo del Pueblo y de la clase trabajadora como sujetos
principales de esta intensa épica.
La lucha por los derechos
sociales básicos de pervivencia, cívicos, (que todavía en esa época histórica
no eran reconocidos por las Naciones Unidas), las sustantivas reformas al
Estado, producto de batallas ideológicas, democráticas, de masas, la centralidad
por terminar con la pobreza, que se asume como un deber ético de humanidad, el
camino por conquistar, efectivamente, la soberanía nacional, la promulgación de
leyes que se empujaban desde el Pueblo, dieron a la izquierda chilena una
legitimidad que se expresó en el proyecto programático y popular que culmina,
tras décadas de luchas, en el PROGRAMA
DE
Esencialmente, este proceso histórico se trató de una fragua del Pueblo y de las masas.
La oligarquía y el imperialismo norteamericano nunca
pudieron detener este camino, que se dio en los marcos del estado de derecho y
de la constitución vigente, como lo señalara Salvador Allende muchas veces,
pero en especial en su histórica alocución en
Por décadas, lo intentaron muchas veces, pero ni con
masacres, ni con represiones masivas, ni con intervenciones militares, nunca
pudieron detener este proceso, cuyo
punto más culminante fue el Gobierno de
Mientras aviones de
guerra bombardeaban el palacio presidencial de Chile y tanques y cañones
motorizados destruían y mataban; Salvador Allende, en
En la década de los
90, esta frase la enuncia el representante del Gobierno de Francia en la
ceremonia solemne de traslado del cuerpo del Presidente Salvador Allende desde
el cementerio Santa Inés hacia el actual memorial que lleva su nombre.
Este proceso emancipador, plenamente democrático, también
comenzaba a influir al interior de las Fuerzas Armadas que durante su historia
fueron capturadas por la oligarquía y sometidas, en muchos aspectos, por los
poderes militares del imperialismo norteamericano.
La doctrina democrática y constitucionalista, que exponía
y defendía el Comandante en Jefe del Ejército, René Schneider, era compartida
por otros generales y también por altos jefes militares de
El Comandante en jefe del
Ejército, Carlos Prats, asesinado en Buenos Aires junto a su esposa por orden
de Pinochet; el General de
Por eso es un hecho que muestra la criminalidad y los
métodos de la derecha y el imperialismo norteamericano, el asesinato del
Comandante en Jefe del Ejército, René Schneider, por un comando integrado por
agentes de
Este tipo de acciones se incrementaron hasta el mismo día
del golpe de estado y en los meses posteriores.
Las alianzas que empujaban estas correlaciones de fuerzas
del proyecto popular desde la izquierda tuvieron una oportunidad histórica
cuando sectores políticamente significativos al interior de
Al interior de
Y en la izquierda que constituyó
Este hecho se produce en momentos en que el líder y
candidato presidencial de
El programa del Gobierno de
La defensa del proyecto popular, de su gobierno, de su
programa, eran una necesidad democrática absoluta. Amplios
sectores de la clase obrera que integraban
En las últimas elecciones
formales y nacionales a meses del golpe
En marzo de 1973,
El Partido Comunista, en esas mismas elecciones parlamentarias,
obtuvo el 16%, cifra histórica sólo alcanzada en elecciones antes de la
imposición de la “ley maldita”.
Las elecciones parlamentarias de marzo de 1973 se
realizaron en momentos en que ya el golpismo, la oligarquía y el imperialismo
impulsaba el boicot a la economía través de formas de bloqueo y chantaje en el
parlamento, paros de camioneros y atentados de diverso tipo en todo el país.
En esas mismas elecciones, también aumentó su votación la
derecha golpista, que en alianza electoral con
El gobierno del Presidente Allende le dio voz y rostro a
quienes históricamente no la tuvieron; a las y los trabajadores que hacen que
Chile se mueva, a los más humildes, a los niños y niñas, a la mujer, al
campesino y campesina, a las y los pobladores y estudiantes. La dictadura sólo
acalló temporalmente esas voces.
Salvador Allende, el 11 de septiembre de 1973 iba a
anunciar la convocatoria a un plebiscito desde
En el pasado y en el
presente, la historia muestra que todo proceso de transformaciones
estructurales y profundas, invariablemente, requiere ser defendido con la
conciencia y el protagonismo popular en forma organizada y protagónica; con las
alianzas más amplias que expresen
En ese contexto, la defensa democrática de un proyecto nacional y popular,
en todos sus aspectos, es una necesidad.
Tras el golpe, el Pueblo de
Chile, desde la barbarie a la que fue sometido en todos los aspectos, se fue
organizando; articulando; resistiendo. Años de dramatismo; heroísmo y
sacrificios colectivos; anonimato que no logra disminuir la epopeya de un Pueblo
que, una vez más, se decidió a luchar en contra de la salvaje tiranía.
Y la resistencia fue creciendo
en barrios, en territorios, en centros estudiantiles, en industrias, las
agrupaciones de familiares de detenidas y detenidos desaparecidos, de ejecutados
y ejecutadas, los movimientos de defensa de los derechos humanos y la vida, los
comedores populares, las ollas comunes, el trabajo mancomunado en muchas
parroquias e iglesias, mostraron una vez más la necesidad de avanzar en la
unidad del Pueblo, en toda su diversidad.
La resistencia obrera, a pesar
de ser el sector social más sometido al exterminio, se fue re- articulando, y
ya a fines de la década de los 70,} del siglo pasado, comenzaron las primeras
huelgas en demandas por la pervivencia y el derecho al trabajo.
El derecho a la vida, a vivir, fue la consigna que surgió en todo el país,
como un clamor popular creciente.
El Partido Comunista impulsó
esa unidad política y social, desde la clandestinidad, desde la persecución a
que era sometido día a día, y ante el terrorismo de estado imperante, decidió
empujar
Fue este camino del Pueblo de Chile y no otro el que abrió paso a la
transición y a las transformaciones, tal como había ocurrido en otros momentos
de la historia del país.
Y como lo ha sido también, el
estallido y la protesta obrero y popular multitudinaria que puso en cuestión la
vigencia de un sistema que, a comienzos de los noventa de este siglo, se
intentó imponer como el “fin de la historia”; el camino único; el pacto
transicional que excluyó a las grandes mayorías y ha dejado fuertes grietas
sociales y económicas que padecen millones
de familias de Chile hasta hoy.
En este duro camino, el Pueblo de Chile ha recibido
siempre una generosa y concreta solidaridad de los Pueblos del mundo. A 50 años
del Golpe, reconocemos desde lo más profundo esta solidaridad, la agradecemos
con emoción y nos compromete para seguir
adelante.
El desafío más importante del futuro inmediato en Chile,
es mantener la vigencia de la necesidad de transformaciones estructurales en
beneficio del Pueblo. Lograr que ese camino incluso se acreciente, con la
fuerza de
Con el protagonismo de las mayorías nacionales, impedir
que las fuerzas reaccionarias bloqueen y hagan fracasar el gobierno del
Presidente Gabriel Boric, porque su objetivo es la restauración conservadora y
tratar de imponer un ciclo tremendamente regresivo hacia el futuro. Hoy
lo vemos en acciones negacionistas; fascistas; provocadoras y violentas; en
llamados a las Fuerzas Armadas; en acciones y declaraciones que tienen la inmoralidad de desconocer y negar
la existencia de hechos tan repulsivos e inhumanos como fueron la tortura, la
violación y el asesinato de mujeres.
Nuestra tarea de primera
línea, hoy, es responder a las necesidades sociales y económicas más urgentes
de pervivencia de las mayorías nacionales. En salud, educación, vivienda, salarios, seguridad;
pensiones y el trabajo digno. Seguir adelante con las reformas y lograr la
nacionalización del litio, que a escala histórica, puede tener una importancia
tan relevante como la nacionalización del cobre. Mantener la batalla por una
nueva constitución política y derrotar la ofensiva derechista que, en todos los
aspectos, pretende imponer una regresión conservadora y reaccionaria en contra
del Pueblo.
Insertar a Chile plenamente en el proceso dinámico que hoy
camina hacia el multilateralismo con fuerza, desafiando la hegemonía del
imperialismo norteamericano y sus socios de
En ese camino para derrotar la ofensiva de la derecha, nos
sigue acompañando la senda del Movimiento Popular; de
Allende Vive
Mil veces venceremos
Partido Comunista de
Chile