lunes, 25 de septiembre de 2023

Tesauro.

 



Comentario radial y escrito.

 


 

 


 

Hay palabras que suenan hermosas.

 

Me gustan las que se asoman enredando sus melodías en conceptos que expresan pan y vino. 

Las palabras que amo son como melgas no silentes, exigiendo siempre en rebeldía, cambios estructurales, adaptaciones. 

Pero no todo lo que suena a entenderse, se hilvana a tu cantar, a tu parecer, a tu alegría, a tu historia. 

Un prelado español con jinetas misericordiosas, Luis Arguello, manifestaba que “no hay que juzgar con la mentalidad de hoy, los abusos sexuales acontecidos hace 40 años atrás”. 

Y nosotros, dale con ponerle rostro a 50 años malditos, 50 años que han mantenido 35 años encuadernando escondrijos para enmudecer gritos de dolor y olvido. 

La palabra de un prelado me desautoriza la historia de 531 años vividos. 

Para ponerle fin a tanta muerte entre chilenos y mapuches, 15 años más tarde, despuesito de la primera junta de gobierno, la que invita hoy a bailar cueca con huaso y dama de pasarela, las autoridades criollas y de origen, llegaron a un acuerdo. 

Tratados les llamaban. El último Tratado fue en 1825 y le llamaron: De Tapihue.

 

Les aguaito 3 acuerditos. 

“17. Siendo ya una sola familia nuestros comerciantes serán tratados fraternalmente cuando se internen en sus terrenos, cuidando escrupulosamente no se les saltee y robe, y cuando se roben unos a otros, descubiertos los ladrones pagarán el duplo de lo robado, si “tubieren” con qué, y si no se castigarán con arreglo a las leyes. 

18. Los Gobernadores o Caciques desde la ratificación de estos tratados no permitirán que ningún chileno exista en los terrenos de su dominio por convenir así al mejor establecimiento de la paz y unión, seguridad general y particular de estos nuevos hermanos. 

19. Haciendo memoria de los robos escandalosos que antiguamente se hacían de una y otra parte, queda desde luego establecido, que el chileno que pase a robar a la tierra; y sea aprendido, será castigado por el Cacique bajo cuyo poder cayere; así como lo será con arreglo a las leyes del país el natural que se pillase en robos de este lado del Biobío.” 

Algunos dicen que el tiempo lo cura todo, no lo siento así; el tiempo solamente acomoda al fondo lo que incomoda, la ignorancia mansa la deja a manos, esa que mira pa arriba y obedece. 

Mas tarde, esas contaminaciones se sacuden serviles y tendrán la capacidad de flotar, como el excremento, o quizás, siempre han flotado. 

Tengo que reafirmar nuevamente que el Plebiscito Nacional de octubre de 1988 fue necesario hacerlo para impedir el desarrollo cada vez más agudo de una situación revolucionaria; radiografía política de las contradicciones de clase, alimentada por Manuel y por la política de Rebelión Popular del Partido Comunista de Chile. 

Este torrente que podría dar por el traste los anhelos fácticos de los aguaitadores, además, la crisis económica y social del país que dejaba sin piel al puma y en la caja, ya no daba para más. 

Que nos dijo y dice, ese plebiscito del 88.

 

Que el fascismo y la ignorancia chata, el riquerio, obtuvo el 43,1 % del poder votante. 

Es decir, un poco menos de la mitad del electorado chileno, el que voto por el SI, justifico la degollación de tres profesionales comunistas. 

Es una cuestión muy re triste. 

El arco iris, que ha tenido para si, 35 años para mostrar, enseñar, formar, educar a ese 43% de votantes que él fascismo es un infierno peor que la guerra. 

La Concertación ha tenido y tiene con otros apelativos, menos luz que lo oscuro. 

Como que aquí no ha pasado nada. 

Lo demuestra, nos enrostra, con mi creencia incrustada, el inmenso poder del neoliberalismo al ser rechazado el proyecto constitucional.

 

No lo puedo explicar. O quizás si. 

Los que saben argumentan que el fascismo militar y civil hizo retroceder integralmente al país unos 40 años. 

Por eso es esencial que los textos de estudios cuenten lo sucedido. La democracia se practica de acuerdo con la verdad, con el saber. 

No puedo explicarme la inmoralidad en la ignorancia de clase.

No se puede vivir como un pájaro raro.

 

Medio siglo “pegándole a la perra”. 

Es un insulto al sentido común, a la democracia, permitiendo hoy, que herederos de la infamia, sean bitácora en el pensar, en adecuar la vida de pais, zurciendo o parchando la redacción y contenidos “patrióticos” en este fraude de clase y constitucional en curso. 

Y para estar en concordancia con el suicidio de los derechos, escuchaba realidades, exigencias y augurios de los dirigentes mundiales en la 78 asamblea de la Organización de las Naciones Unidas. 

Algunos decires invitaban a la guerra, a extorsionar, a matar; otros, con la sabiduría del humanismo hablaban de acabar con la guerra, con la injusticia social. 

Algunos decires predecían si, continuamos viviendo como lo hacemos, de aquí a 30/40 años seremos todos chicharrones, si es que queda en nuestros huesos, algo de grasa para asar. 

Y yo queriendo hablar de palabras con sentido, bonitas. 

Miel, alga, azahar, morena, peumo, acequia, lluvia, arena, mar, lirio, fuego, rueda, canto, cerro, cemento, guinda, trigo, mujer, agua, nieve, vino, libro, arado, pala, sajar aceitunas, maíz, escalera, cal, manzana. Papa y cebolla. 

Si me voy por ahí, es hablar de ti y de mí; las he vivido todas, han sido mías, las he besado, las he extrañado; pero, la palabra que persigo y vivo le llaman democracia. 

Según yo, vivir en democracia, es un vivir en la que todos van mojados, bien mojados, todos se secan contentos, unos más que otros, somos diferentes, no todos son como hacha pa la pelota, pero todos quedamos satisfechos. 

Vivimos en una República, los que saben, dicen que una Republica Presidencialista, la que tenemos, el presidente es elegido en forma directa por el pueblo. Es más democrática, pá la platea, el poder emana del pueblo. 

Suena bonito, pero yo siento que: 

Si alguien no se moja, y el otro chorrea, no hay democracia. 

Si alguien esta mojado hasta el cogote y no sabe ni nadar, no es suerte ni trabajo, es corrupción. 

Si hay alguien que queda bien mojado, pega un chiflido y viene una chorrera de mojados y no mojados a secarlo, la cuestión es hedionda. Ni olor a democracia. 

Que significa para mí, pais soberano, que me dice vivir en un Estado de derecho, de libre expresión. 

Eso de la libre expresión me trae a Salomè bailándole a Herodes. Me trae a un energúmeno leyendo en el parlamento una carta que incitaba a entender y respetar los derechos humanos de los que están en Punta Peuco. 


Soberanía: Todo lo que exista en el pais, desde el Guanaco hasta el Litio es tuyo, mío y de todas ellas. Pero hay que organizarse, construir un pais no es invadir, bombardear, matar, contaminar, no es arrinconar, menos subyugar, no es apropiarse de lo ajeno. 

Hay que crear, hacer un control infinito de lo que eres, de lo que quieres, de lo que tienes, de lo que se necesita, de lo que necesitas, formarse, entender, cuidarse. 

Tu propiedad, tu país, tiene los elementos, la materia prima que los andenes y caminos de los países del mundo entero necesitan para construir sus estructuras integrales, para seguir existiendo dependen de tus pertenencias.

 

De esas cositas que hay en tu flaco país. 

La soberanía no significa solamente que el poder emana del pueblo, pá ná, significa también que tu responsabilidad social determine tu conciencia de clase. 

El estudio, el conocimiento, tú intelecto de clase, la entrega integral de tus conocimientos a tu país viste la democracia. 

El miércoles 20 de septiembre, a través de redes sociales vi una parte de la Parada Militar en Chile. 

En relación con la búsqueda de los aún desparecidos, escuche a un General de Ejército decir, que las fuerzas armadas han cooperado con la justicia y que han entregado toda la información que poseían. 

¿Quién sabrá de los 1000 que faltan?

 Más tarde, vi, a viriles soldados cantando “Los viejos estandartes” y al presidente de la república, tatareando en tribuna la melodía. 

Se nublaron mis ojos, mis manos tiritaban como “sanguche de potitos” 

Un dolor lacerante en mi cadera me tiró al suelo. Los volantines que jugaban en pantalla me miraban sorprendidos, un valiente soldado desde la pantalla me miro. Yo vomite. 

Cantaban los “Viejos Estandartes”. 

Sus hacedores, gente de derecha, fueron condecorados por el fascismo brutal y la marcha de los “4 cuartos” fue destinada a ser el himno oficial del Ejército de Chile. 

Y los medios de difusión ensalzan la cancioncita. 

“Balas desgarraron sus sedas/ Y sus estrellas muestran/Y sus estrellas muestran/Honrosas cicatrices de guerra/Y aunque pasan heridos/Van marchando marciales/Van sonriendo viriles/Y retornan invictos” 

Y para terminar de adornar la torta, mi curioso presidente saludando al presidente de Ucrania. 

Y yo que quería hacer una ronda con Gabriela. 

Se me asomo el desfile del Ejercito de los Estados Unidos de México. 

En sus escuadras marchaban rusos, nicaragüenses y cubanos.


Alejandro Fischer Alquinta. 

Estocolmo 20230924