domingo, 2 de julio de 2023

A 24 AÑOS DE LA PARTIDA FÍSICA DE UNA IMPRESCINDIBLE


 

Fue el 1 de julio de 1999:

 


 

                                      Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                      Centro de Extensión e Investigación

                                      Luis Emilio Recabarren, CEILER

 

  

                               

 


 

A mediados de junio de 1999 una periodista de “La Tercera” entrevistó a Sola Sierra.  En esa ocasión la Presidenta de la AFDD habló de lo que le gustaría estar haciendo en diez años más: “Me veo contando lo que pasó en mi país.  Es que yo nunca descansaré. ¡No descansaré hasta que me muera! ¿Sabes? Me veo en la Casa de la Memoria que se levantará en calle Cumming, cerca del Parque de los Reyes. Lucho todos los días para que este país cambie y se enfrente, por doloroso que sea, a la verdad, a la tragedia que vivió...”

Le preguntó la periodista: -¿Cómo le gustaría que la recordaran los chilenos?

-“Simplemente como una mujer que hizo lo que tenía que hacer”

-¿Le teme a la muerte?

-“La gente se muere y se convierte en polvo. Lo que  queda es lo que esas personas  fueron”.

 

Cuando hizo esas declaraciones su salud estaba muy desmejorada. Consultó facultativos y se hizo muchos exámenes. El diagnóstico fue: o se operaba o quedaba inválida. La intervención, calificada como de rutina, se fijó para el 1º de julio de 1999. 

¿Por qué esa operación de rutina? 

Porque  diez meses antes, el jueves 14 de mayo de 1998,  Sola estaba en cama. Era mediodía y almorzaba. Sintió náuseas. Se levantó para ir al baño. Caminó unos pasos y cayó desplomada, sin conocimiento. Su hermana Adriana sintió el golpe y corrió a verla. Intentó reanimarla. Lo logró después de algunos segundos. Llamó a la Unidad Coronaria. La llevaron a la Posta de Maipú. La cosa era seria, pues estaba comprometida la columna. La trasladaron a la Posta Central. El diagnóstico señaló que debía operarse. Fue enviada a la casa. La operación, tan temida por todos, tuvo lugar en  la Posta Central el  jueves 6 de junio y fue exitosa. 

Aún convaleciente, Sola Sierra participó en el XXI Congreso Nacional del Partido Comunista, realizado entre el 15 y 18 de octubre de 1998 en Santiago.

 

     


               

El sábado 17, en pleno desarrollo de  ese evento, se conoció  la inesperada y gran  noticia: ¡Pinochet estaba detenido en Londres!

La noticia de la detención del tirano dio nuevas fuerzas a la convaleciente Sola Sierra.

Fue la principal oradora de un gran mitin realizado en el Parque O’Higgins, la “Fiesta de la Justicia”, al que concurrieron unas 30 mil personas.

De inmediato quiso viajar a Londres. Su médico le recomendó que no lo hiciera, pero al verla tan decidida, le dio tres recomendaciones: que fuera acompañada, que usara todo el tiempo el cuello cervical ortopédico y que no cargara maleta ni siquiera cartera.

Voló el 1º de noviembre de 1998. Apenas llegó a la capital inglesa, participó en variadas actividades: pronunció discursos, bailó la “Cueca Sola”, asistió a una audiencia en la Cámara de los Comunes, donde entregó su testimonio.

 

 


 

Sola viajó a España el 14 de noviembre, donde recibió el Premio Alfonso Comín. Volvió a Londres el 21 de ese mes, participando en más acciones, hasta que regresó a Chile el  30 noviembre.  Estaba agotada, las manos adormecidas, con dolores en la columna. Debía darse algún reposo. Llegó a Santiago el 1º de diciembre, el día de su cumpleaños. Fue recibida en el aeropuerto con flores y cantos: “Cumpleaños feliz...” 

El sábado 5 de diciembre de 1998 Sola Sierra viajó a París, invitada por la UNESCO para participar en la Cumbre  de Defensores de los Derechos Humanos, a celebrarse entre el 8 y 11 de ese mes. Este evento tenía por objeto conmemorar los 50 años de la Declaración de los Derechos Humanos. Al cierre de la jornada, Sola fue invitada al escenario a cantar el “Venceremos”, mientras todos los asistentes la escuchaban de pie. 

Regresó a Santiago el martes 22 de diciembre. Tuvo muchas actividades. Una de ellas, fue una frustrante y estéril entrevista con el Presidente Eduardo  Frei Ruiz-Tagle. 

El martes 19 de enero de 1999, Sola Sierra emprendió su tercer y más prolongado viaje a Europa. En Londres participó en diferentes acciones. Fue invitada a París a un acto de solidaridad en la Universidad de La Sorbonne. En la capital gala tuvo muchas otras actividades.

Retornó a Chile el domingo 7 de diciembre de1999.

 

Bajo la convocatoria “Justicia nada más, pero nada menos” se desarrolló en Santiago, entre el 23 de mayo y el 3 de junio de 1999, la XIX Semana Internacional del Detenido Desaparecido. Culminó con un multitudinario acto en el Estadio Nacional. Más de 50 mil personas, la mayoría jóvenes, concurrieron al llamado de la AFDD.

Hubo un desfile de artistas y grupos musicales. La única oradora fue Sola. Habló acompañada en el escenario por un elevado número de  personalidades del mundo cultural, político y artístico. Dijo en parte de su discurso: 

“El arresto de Pinochet  es nuestro logro y el de todos aquellos que –en Chile y en cualquier parte del mundo- han contribuido a esta gesta titánica de impedir la impunidad y abrir los caminos de la justicia. Pero hoy el peligro más grave lo representan quienes intentan, en medio de las  sombras del secreto y del silencio, imponer en nuestro país pactos espurios que sellen la impunidad... Queremos decir con claridad una vez más,  que en Chile  sólo habrá verdadera democracia cuando haya verdad y justicia...”

Fue el último acto en que participó

 

El martes  29 de junio de 1999, Viviana Díaz, la visitó en su casa. Conversaron largamente. Una de las preocupaciones de Sola era que se consumara la maniobra por lograr la impunidad de Pinochet. Quedaron de seguir estudiando los pasos a dar. Sola estaba optimista. Se despidieron hasta el jueves o viernes...

Pero ese  jueves 1º de julio de 1999, su corazón –lo más grande que tenía Sola- no resistió. Dejó de latir cuando faltaban 25 minutos para las 3 de la tarde.

 

La sorpresiva  noticia golpeó a muchos, en Chile y en el mundo.

Sus funerales, efectuados el sábado 3, fueron masivos, donde participaron no sólo sus compañeros del Partido Comunistas, los familiares de la AFDD, sino que gente de todos los sectores. Pues,  Sola  se había ganado el cariño y el respeto de millones de personas.

Era un ejemplo de honestidad, de valor, de entrega a los altos ideales del ser humano.

 

Como escribió el poeta alemán Bertolt Brecht: 

“Hay hombres que luchan un día

 y son buenos.

 Hay otros que luchan un año

y son mejores.

Hay quienes luchan muchos años

y son muy buenos.

Pero hay quienes luchan toda la vida,

Esos son los imprescindibles”

 

                                  

 


Sola Ángela Sierra Henríquez es uno de ellos.  Merece ser llamada una imprescindible.