Hace
96 años:
Iván Ljubetic Vargas, historiador del
Centro de Extensión e Investigación
Luis
Emilio Recabarren, CEILER
El
27 de octubre de 1922, los fascistas italianos, obedeciendo una orden de Benito
Mussolini, iniciaron la marcha sobre Roma.
ANTECENDENTES
A
comienzos de los años veinte del siglo XX en Italia existían tres fuerzas
políticas. La más importante era el Partido Popular Italiano, de ideología
católica moderada, fundada en 1919 por Luigi Sturzo, secretario de la Acción
Católica, con el apoyo del papa Benedicto XIV. Le seguía en importancia el
Partido Socialista, con grandes contradicciones internas, que culminaron con su
división. De allí surgió el Partido Comunista, marxista, miembro de la
Internacional Comunista que, en 1921, se convirtió en la tercera fuerza
política de Italia. Uno de sus fundadores fue Antonio Gramsci, destacado
escritor y filósofo.
Antonio Gramsci
La
cuarta fuerza presente en la vida política italiana era el Partido Fascista,
surgido en 1921 de los "Fasci di Combattimento" (Grupos de Combate),
en cuyo seno convergían diversos sectores, desde antiguos socialistas (como por
ejemplo el propio Benito Mussolini)
hasta grupos ultraconservadores.
El
Partido Fascista tuvo un acelerado
desarrollo. En 1920 sus miembros protagonizaron numerosos actos de violencia
contra militantes de izquierda y sindicalistas. En 1922 su presencia en la vida
política italiana era ya un hecho. Había logrado ganar numerosos gobiernos de
carácter local y provincial y reunido en sus filas numerosos simpatizantes procedentes de círculos
empresariales, la Iglesia y el Ejército.
LOS TRABAJADORES REPRIMIDOS POR
FASCISTAS
Desde
el fin de la Primera Guerra Mundial reinaba en Italia una situación política
inestable junto a una grave crisis económica. Los trabajadores, organizados en
activos sindicatos como la socialista
Confederación General Italiana del Trabajo participaban en importantes
movilizaciones. Realizaron ocupaciones de tierras y fábricas entre 1919 y 1920.
Esas acciones culminaron con una huelga general el 31 de julio de 1922. Ésta
fue aplastada por la represión violenta de los grupos fascistas que sembraron
de víctimas el país.
UNA VEZ MÁS LA BANDERA PIRATA DEL
ANTICOMUNISMO
Los
grandes propietarios industriales y agrarios, los católicos, los
conservadores, atemorizados por el
crecimiento de las fuerzas revolucionarias apoyaron el profundo anticomunismo de los fascistas.
La violencia se desató en pueblos y
ciudades, favorecida por la inoperancia de los débiles y efímeros gobiernos que
se sucedían con rapidez. Surgió el
descrédito del sistema parlamentario. Estos hechos favorecieron que un
creciente número de italianos reclamara la acción de un gobierno fuerte y
estable.
LA MARCHA SOBRE ROMA
Ante
una orden de Mussolini, masas de fascistas se lanzaron tanto a las carreteras como a los trenes para dirigirse a Roma, con el fin de
tomar el poder para su líder. Armados apenas con algunas pistolas, mazas de
acero y armas caseras, los camisas negras acudieron a la capital italiana desde
el 22 de octubre de 1922, amenazando con
provocar una guerra civil si las autoridades les cerraban el paso. Los
manifestantes fascistas acudieron en ferrocarril, en automóviles o camiones, e
incluso a pie aquellos que residían en regiones próximas.
Hacia
el 25 de octubre, una gran masa de fascistas
había llegado a las afueras de Roma y su número aumentó en escasos días.
Benito Mussolini
El
Jefe de Gobierno, Luigi Facta, pidió al rey Víctor Manuel III que declarara el
estado de sitio para impedir la marcha, pero éste se opuso a la medida. El
monarca temía más a una revolución socialista que a los fascistas. Por lo
demás, los patrones e importantes
sectores del ejército, simpatizaban en forma abierta con Mussolini.
El
27 de octubre de 1922 los fascistas iniciaron la marcha sobre Roma.
El
29 de octubre, el rey pidió a
Mussolini la formación de un gobierno.
Así llegó el fascismo al poder con el concurso del rey Víctor Manuel III. El ascenso al poder de Mussolini no significó
de forma automática la implantación en Italia de un Estado fascista.
GOBIERNO DE COALICIÓN
Investido
como Primer Ministro, Mussolini gobernó durante unos meses con una coalición,
formada por partidos liberales,
nacionalistas y católicos, dentro de los acujcas constitucionales. Su primer
gabinete, en 1923, contó sólo con cuatro ministros fascistas.
En
ambiente de extrema violencia tuvieron lugar las elecciones generales de 1924.
De un total de siete millones de votos, los fascistas obtuvieron algo más de
cuatro millones. La oposición reunió tres millones de sufragios.
Pese
a estos resultados, los fascistas lograron la mayoría, en virtud de una ley
electoral aprobada en 1923, según la cual el partido que obtuviese un 25 % de
los votos se alzaría con una representación de dos terceras partes de la
Cámara.
CRIMEN Y REPUDIO
El
diputado socialista Giacomo Matteotti denunció en el Parlamento las
arbitrariedades y la violencia ejercida
por los fascistas en el proceso electoral. La respuesta fue el secuestro
y posterior asesinato del diputado. Todos las investigaciones llegaron a la
conclusión que el responsable de este crimen era Mussolini.
Todos los sectores
políticos repudiaron este crimen. La
prensa nacional y del extranjero protestaron y culparon al Primer Ministro.
Miembros de la coalición de gobierno le volvieron la espalda. El Partido
Popular y sectores de la Iglesia
condenaron el asesinato.
Los
parlamentarios de oposición abandonaron sus puestos en el Congreso. Y ya no en el Congreso y ya no volvieron a ocuparlos.
Intelectuales
y académicos firmaron una declaración repudiando a Mussolini. Este sufrió una
fuerte crisis que lo tuvo a un paso de perder el poder.
Superada
la crisis, Mussolini se dedicó a perseguir y destruir toda oposición. En 1925
suprimió, los partidos políticos, sindicatos y la libertad de prensa.
Detuvo
y envió a prisión a los dirigentes de izquierda, especialmente a los
comunistas. Entre ellos, a Antonio Gramsci.
Centenares
de miles de italianos debieron exiliarse.
Surgió
así el estado totalitario fascista. A su cabeza, Benito Mussolini un dictador fuerte
e implacable.