Las
mentiras de Kast sobre Arcis
Daniel Núñez
Diputado electo del PC distrito 8 (Coquimbo, Ovalle y Rio Hurtado)
En algunas ocasiones de la historia, hay discípulos que superan a los
mentores. Durante estas últimas semanas, el diputado de la UDI, José Antonio
Kast, se ha convertido en un seguidor aventajado del propagandista alemán
Joseph Goebbels.
Su campaña de desprestigio contra Arcis y el Partido Comunista partió con
bombos y platillos a través de los medios que maneja la derecha, los que
lamentablemente son casi la mayoría en nuestro país. Pero los argumentos
falaces, cuñas para la televisión y afirmaciones sin sustento han ido perdiendo
fuerza, porque han sido diseñados con mentiras. La campaña es una proyección de
sus propios manejos financieros. Es un artefacto comunicacional que se
desenvuelve muy bien en el comidillo de las redes sociales.
Kast abrió los fuegos emplazando a nuestra colectividad a responder “si es
que el PC retiró o no retiró los $1.200 millones”. Por varios días se reprodujo
en diferentes medios la cifra de $1.200 millones. Sin embargo, semanas después,
la rimbombante cifra fue redondeada a menos de la mitad y se supone que ahora
sería 500 millones de pesos. Y es muy posible que esa cifra siga variando, dada
la rigurosidad financiera que ha demostrado Kast.
Casi paralelamente, el diputado Kast, paladín de la clase obrera, exigió al
PC “que den una respuesta a los mismos trabajadores”. El sindicato N° 1 de
Arcis concurrió a la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados a exponer
su situación, pero no asistió Kast ni los otros tres diputados del gremialismo.
Solo fueron escuchados por el presidente de la comisión, Mario Venegas, además
de Camila Vallejo y Yasna Provoste.
[citaq] Su campaña de desprestigio contra Arcis y el Partido Comunista
partió con bombos y platillos a través de los medios que maneja la derecha, los
que lamentablemente son casi la mayoría en nuestro país. [/cita]
Un nuevo “misil” lanzaron desde la tienda de calle Suecia 286, esta vez,
sumando a Venezuela, país que tanto aman. Kast reapareció enunciando: el Banco
de Desarrollo Económico de Venezuela (BANDES) prestó a Arcis 13 millones de
dólares. Se divulgó por doquier: 13 millones de dólares. O sea, el ideal eje
del mal.
A los pocos días, nuevamente se tasó a la baja el monto original. Se
comenzó a hablar de 9 millones de dólares.
La campaña de Kast continuó con este complemento: “Estamos hablando de más
de 30 personas del comité central del PC que estaban contratadas por la
Universidad Arcis y creemos que parte de los fondos que recibió la universidad
desde Venezuela fueron destinados a sueldos de estas personas”.
La política de contratación de Arcis ha privilegiado la trayectoria
profesional, académica de sus integrantes. Gracias a ello pudimos contar con el
destacado aporte de Ramón Griffero, Nelly Richard y Tomás Moulian, este último intelectual
graficó en su libro publicado en 1997, Chile actual: anatomía de un mito, una
crítica feroz al neoliberalismo. Los miembros del comité central que han
trabajado en la casa de estudios se cuentan con los dedos de una mano.
La Universidad de Artes y Ciencias Sociales (Arcis), fundada a fines de la
dictadura, albergó al pensamiento crítico y su objetivo como proyecto era
fundar una sociedad genuinamente democrática. Arcis ha sido y es una pieza
clave en la historia académica y de lucha social de los últimos 25 años de
Chile. Desde sus aulas ha surgido una interesante producción intelectual,
creación artística y/o de profesionales exitosos que se la juegan
cotidianamente por ensanchar la democracia, pese al estigma que muchas veces
han debido enfrentar.
Es urgente y necesario que el proyecto universitario de Arcis siga adelante
con su vocación histórica. No es posible que ante la crisis actual, una más
dentro de su historia, se abandone al mercado, se abandone a su suerte. No
puede volver a repetirse la actitud del ex ministro de Educación, Harald Beyer,
de afirmar que la autoridad no media en conflicto entre privados.