Comentario radial y escrito.
Furia de
cruces.
Tengo el corazón disparejo de
banderas y mi intelecto asustado,lleno de cruces... asustado quizás, no sea la palabra adecuada, mejor
grito iracundo... si, iracundo de cruces...:
Tengo el intelecto iracundo de
cruces.
No he podido mantener en armonía, el país
de los palos blancos y mis banderas... al contrario, las cruces se multiplican,
estrujan mi garguero, me dejan como pétalo trunco, caído y desteñido... estoy
quedando poco, furioso y medio loco, me creo abono... necesito primaveras.
Mi esperanza es grande, buscaré
banderas, buscaré en las esquinas, golpearé puertas, insolito me vestire de
amaranto, cantare con los ojos abiertos, mirando a los ojos...Mi corazón
necesita de banderas.
Yo sé que el morir es parte del
vivir... lo que me “almorrana” son mis tiempos de vivir, sus generaciones
incomoda mi tiempo, pentagrama predestinado por las correlaciones de fuerzas, a
existir condenado, ajeno, lejos, a un “tira y afloja” eterno, desterrado,
heroico... para terminar, lejano, sin olores, sin sabores, sin mirar.
La pobreza tiene la culpa, que yo
camine andrajoso por dentro, pobre de todo...
La pobreza es un estado hediondo, una
forma de vivir, una pilastra en donde almacenan el hambre, la explotación, la
ignorancia, la vida y la muerte indigna.
La pobreza, son los residuos del
bienestar enorme del riquerio, de sus privilegios... es un perro fiel, amarrado
y de mirar triste, humilde, que sigue atrás, al portentoso Imperio,
La pobreza y todos sus socios, como
el frio y la ignorancia; escuchan, llevan escuchando desde el tiempo de la
lluvia, que todos podemos gozar de la vida, ser poderosos; es cuestión de las
posibilidades, de estar atento, servicial, “cogote gacho”; en una de esas, por
donde menos se espera, salta la liebre... se materializa una acción, que te llevara,
en silencio, “a tutear” a tu patrón.
En la cadena del riquerio, en la
punta, allá arriba, las cosas no se ven así... todo lo que se ve y se toca, lo
que se cree, con todos los profetas juntos, vengan de donde vengan, algunos
martillos y hechonas también, están al completo servicio del capitalismo mas
puro, de lo intocable...
La muerte de ese niño, destrozado por
una explosión, estaba también a su servicio... estaba allí, por una posibilidad,
podría ser capital invertido en un odio construido, odio entre dos pueblos en
disputa ciega y de sangre, de vísceras derramadas; carne, tendones y huesos
humanos, de estructuras semejantes...
En el mundo del poder, del
riquerio...ese niño destrozado, esa metralla, los hacedores de armas, le
hicieron al Imperio, una “changita” económica... los trabajadores de la muerte
tienen pega para tirar a la chuña.
La inmensa mayoría del habitante es
un siervo, un esclavo... es nada... la
inmensa mayoría de los muertos, son un residuo que ahoga, que deshonra la vida
hasta la infamia...
Ando amargo y perseguido, por lo
general he sido siempre confiado, amante de los seres humanos, lucho por ellos
y para ellos... mi familia no son solos mis hijos... por eso me siento incomodo
y mis decires son agrios y desconfiados.
Le tengo miedo a lo escaso de mis
banderas enterradas en territorio ajeno... quieren ensuciar mi creencia,
creencia que se quedó individual, alquilando ajeno.
Este tiempo es ácido y de verdades,
es ignorante; es una peste, es un cilicio...
Dios mío, dicen los creyentes, para
explicarse los dolores, las ausencias y los amores...:
!Chemimare! ...digo yo, que quiere
decir lo mismo...
En mi paisito, suceden hartas cosas,
quiera “Chemimare” , que las cosas salgan bien... que se encuentren los caminos
a seguir, para que se arrepienta el cómplice de los sepultureros, que el
llevador de terno y corbata, por dentro y por fuera, por intuición animal, se
dé cuenta de que el enemigo es otro... que toda su generación ha sido, velitas
para adornar la torta... torta terriblemente cruel, atroz, de funerales, de
robos, de traiciones, de violaciones de país, de género, de dignidad...
La mayoría de mis hermanos de tierra,
tiene en su retina, tiempos de guerra, de tortura, de miedo, de susto... hay
que romper la maldición gringa del despojo...
La historia nos enseña, perdón, me
enseño y me enseña, con mi alma herida, que la pobreza es la culpable de la
injusticia cerval que vive en mi paisito, todas sus muertes, la explotación del
hombre por el hombre, el hambre...El parimiento de la pobreza es posible
gracias a nuestra existencia, a nuestra ignorancia, a nuestra ceguera, a
nuestra vanidad.
Somos nosotros los grandes culpables
del poderío del riquerio.
La invasión a Irak, toda esa muerte y
miseria derramada fue la cascarria de una mentira... escuchen el llanto de
Bagdad.
Siria, sigue heroica combatiente...
los mercenarios del riquerio, huyen sembrando pobreza enorme, dolores,
gritos...Son los mismos que violaron Tripoli, los mismos que destrozan Kiev...
es la miseria que habita en Gaza...
En mi sur, las batallas en contra la
pobreza son implacables, tenemos que erradicarla, tenemos que prenderle fuego y
volver a surcar la tierra, sembrar.
En el sur, la gente que despierta,
escribe programas, sueños... fabrica y conquista sueros, para combatir la
epidemia de la blasfemia, del no saber, del no poder, de la ignorancia, del
oportunismo...
Ando amargo, medio loco, se me olvida
el aroma del cilantro, de la ruda... mi intelecto es un triste... “chemimare”...menos
mal que mi corazón, sigue con banderas de amaranto.
Muchas gracias.
Alejandro Fischer Alquinta.
2014-08-25